Al comenzar sus estudios de
células vivientes y fibras musculares, el alumno de biología se entera del
nombre de William Bowman. Cuando estudia el riñón humano, el alumno de
fisiología también lo conoce. Y el estudiante acucioso de medicina lee a Bowman
cuando está aprendiendo cirugía de los ojos.
Bowman nació en Inglaterra en 1816, hijo de
padre y madre ilustrados que se interesaban en todos los aspectos del vivir
humano. Su padre era banquero de profesión pero botánico y geólogo por afición.
Su madre no fue una simple ama de casa. Ella también cultivaba la botánica y se
dedicaba a la pintura, llegando a ser bien conocida por sus óleo y dibujos,
detallados, precisos y bellos, de flores.
El hijo heredó el talento de ambos. Se hizo
notable por sus observaciones precisas de la naturaleza y por sus precisos
dibujos anatómicos.
Cuando tenía 16 años, Bowman dejó los
estudios y ocupó plaza de aprendiz con un cirujano de Birmingham. Durante cinco
años estudió anatomía, fisiología y medicina clínica, con tesón y diligencia.
Luego, a los 23 años, Bowman fue admitido en la Escuela Real de Cirugía, donde
su habilidad para el dibujo (su capacidad para soportar penurias) fue utilizada
y aprovechada por sus profesores para ilustrar sus libros de texto de medicina.
Casi todo el mundo recuerda haber visto
dibujos de músculos humanos mostrando el complicado sistema en que están
organizadas las fibras. Fue Bowman quien vio todo esto a través del microscopio
y quien dibujó las fibras para las ilustraciones de los libros de texto.
Bowman fue admitido en la Real Sociedad de
Ciencias cuando sólo contaba 25 años de edad, principalmente por la excelencia de sus investigaciones
musculares y dibujos anatómicos. Y cuando tenía 26 años obtuvo la Medalla Real
por sus estudios de la circulación de la
sangre en los riñones. Cuatro años más tarde, ya famoso, fue nombrado cirujano
de un gran hospital de Londres para enfermedades de la vista. Se convirtió en
el médico oculista mejor conocido y más famoso de todos los pueblos de habla
inglesa.
Bowman fue el primero en describir la
estructura de la córnea, la substancia clara que cubre la parte delantera del
ojo y a ciertas partes de ese órgano se les llama aún “músculos de Bowman”.
Utilizó, y respaldó su uso por otros, los últimos instrumentos y los últimos
métodos europeos para el tratamiento de enfermedades de la vista y fue el
responsable de la introducción en
Inglaterra y los Estados Unidos de las enseñanzas de oculistas alemanes,
especialmente las innovaciones de Von Helmholtz y Von Graefe.
Después del año 1876 Bowman se retiró a la
práctica privada de su disciplina pero siguió siendo, por medio de consultas y
por su interés y participación activa en sociedades científicas, influencia
poderosa en la medicina británica.
En 1884 le fue conferido el título de Barón.
Murió en 1892.
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