viernes, 22 de abril de 2016

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA


DE: "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"

LA IGLESIA DE MIS SUEÑOS

Esta es la iglesia de mis sueños:
La iglesia del corazón ardiente,
de la mente abierta, del espíritu aventurero.

La iglesia que se preocupa, que cura vidas lastimadas,
que consuela a los ancianos, que reta a la juventud.

Que no conoce divisiones de cultura o clase,
ni fronteras geográficas o sociales.
La iglesia que cuestiona y afirma,
que mira hacia adelante y hacia atrás.

La iglesia del Maestro, la iglesia dl pueblo,
alta como las ideas del Señor,
baja como el humano más humilde.

Una iglesia que trabaja, una iglesia que adora,
una iglesia atractiva,
una iglesia que interpreta la verdad en términos de la verdad;
que inspire valor para esta vida
y esperanza para la vida que viene.

¡Una iglesia verdadera!
¡Una iglesia de todos los hombres buenos!
¡Una iglesia del Dios viviente!
                 John Milton Moore

Bendiciendo en la frontera
                                           ... por la separación de sus familias


V DOMINGO DE PASCUA


Cuando Judas salió, Jesús dijo: “Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Y si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará”… Les doy este mandamiento nuevo: que se amen unos a otros. Ustedes se amarán unos a otros como yo les he amado. Así reconocerán todos que ustedes son mis discípulos: si se aman unos a otros”. Juan 13, 31-35


Durante su paso por este mundo Jesús realizó muchas señales y pronunció un gran número de palabras. Dentro de sus enseñanzas hay llamados a un comportamiento acorde con nuestra identidad de cristianos. Pero la enseñanza que más nos identifica es aquella del mandamiento del amor: “ámense los unos a los otros como yo les he amado”. En ese mandato Jesús describe la característica del amor que nos identifica; se trata de amarnos con la misma intensidad y la misma manera del amor misericordioso de Jesús que nos amó tanto que dio su vida por nosotros. Sólo si nos amamos a la manera de Cristo, podremos dar testimonio de la resurrección de Jesús.


El verdadero rostro de la Iglesia nos lo da la Iglesia-Caridad, comunión, la Iglesia que realmente ama y se dedica a comunicar amor mediante todos y cada uno de sus hijos. Todos conocemos el canto que dice: "Donde hay caridad y amor, ahí está Dios", frase que podría parafrasearse de otra manera: "Donde hay caridad y amor, ahí está la Iglesia". Esa caridad que en Dios tiene su manantial y en Dios termina su recorrido de amor por las vidas de los hombres. Dios, alfa y omega de la caridad, entre estos dos extremos del vocabulario griego, se hallan todas las demás consonantes y vocales con las cuales expresar de todo corazón nuestro amor al prójimo. No desliguemos jamás la caridad de la fe, del dogma, de la liturgia, de las instituciones, pero que el rostro más bello, genuino y verdadero, que cada uno de nosotros ofrezca a la Iglesia, sea el rostro de la caridad verdadera y del amor sincero. Recordemos lo que san Pablo dice en el himno a la caridad: "Si no tengo caridad, nada soy".

                                                 Un Papa que se deja besar


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