En nuestros tiempos se
considera que la estrecha vinculación que existe entre las ciencias y las
industrias, entre profesores y hombres de negocios, es un producto de la edad
moderna. No hay tal: la historia es testigo de muchos casos de profesores que
concibieron teorías e ideas que pudieron más tarde explotar comercialmente.
Pero la conexión entre aulas, laboratorios y
fábricas, jamás ha sido tan estrecha como en los días en que vivimos.
El sistema fue por vez primera aplicado en
Alemania. Entre los casos, anteriores a la Segunda Guerra Mundial, de hombres
de ciencia convertidos en industriales figuran los Karl von Linde y Rudolf
Diesel.
Von Linde fue famoso profesor y precursor de
la refrigeración por medios mecánicos. Fue uno de los cerebros más grandes del
mundo en el campo de la dinámica del calor.
Diesel (1858-1913) fue uno de los alumnos de Linde. Fue más aún,
el mejor alumno de Linde y se graduó con los más altos honores académicos.
Durante la disertación de
von Linde el joven Diesel se impresionó tanto, que determinó dedicar su vida al
mejoramiento de la máquina o aparatos productores de energía o fuerza.
Von Linde decía que tales máquinas o motores
de su tiempo eran muy ineficientes, si se tenía en cuenta el tipo y la cantidad
de energía que, teóricamente, era posible producir.
Cuando Diesel terminó sus estudios ingresó
como ingeniero en la empresa Linde Macine Co. Con el tiempo llegó a ser
administrador de la compañía pero no permitió que sus obligaciones como tal, le
impidieran seguir trabajando en problemas científicos y de ingeniería.
Un día, cuando observaba los comprensores de
amoníaco en una fábrica de hielo, se quedó absorto ante la cantidad de calor
que generaba el proceso de comprensión. El resultado fue la creación y
producción del “Motor Diesel”.
Su idea consistió en comprimir el aire a un
dieciseisavo de su volumen, lo que elevaba su temperatura a unos 538 grados
centígrados. Inyectó luego combustible dentro de la cámara d aire comprimido
con el resultado de que la altísima temperatura incendió automáticamente el
combustible sin necesidad de chispas.
No fue necesario, así, el “sistema de
encendido”” y la alta comprensión contribuyó a rescatar parte de la eficiencia
que se perdía en los motores corrientes de combustión interna.
Aunque la publicación de sus ideas en 1893
sólo produjo muestras de escepticismo, Diesel obtuvo de la inmensamente rica
familia de los Krupp y en 1898 causó sensación mundial al producir un “motor
diesel” que trabajaba exactamente como él lo había dicho. Diesel se hizo
fabulosamente rico y sus motores se usan cada vez más, en nuestros días, en
todas partes del mundo.
Murió en 1913, en circunstancias misteriosas.
Desapareció la noche del 29 al 30 de setiembre del barco en que viajaba de Amberes
a Londres, suponiéndose que cayó al mar.
Se ha dicho también que fue asesinado, pero la verdad nunca ha sido
establecida.
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