martes, 5 de abril de 2016

YO SOY LA MÚSICA / Allan C. INMAN






















Yo soy, la Música, la más antigua de las Artes, más que antigua: soy eterna.

Aún antes de que la vida comenzara sobre la tierra, yo estaba aquí en los vientos y las olas.

Cuando los primeros árboles, flores, hierbas aparecieron, yo estaba en medio de ellas y cuando el hombre llegó, yo, de repente, también llegué para ser la más delicada, la más sutil y el más poderoso medio para la expresión de las emociones del hombre.

Cuando los hombres eran pequeños, mejores que las bestias, yo las inicié en el bien.

Tengo todas las edades, he infundido a los hombres la esperanza, iluminado su amor dando una voz a sus alegrías, animándolos en sus valerosas hazañas y consolándolos en sus momentos de desesperación.

He jugado un gran papel en el drama de la vida, cuyo fin y propósito es la perfección completa de la naturaleza humana.

Gracias a mi influencia, la naturaleza humana ha sido próspera, agradable y refinada. Con la ayuda del hombre, he llegado a ser la más fina de las Artes.

De Tubal-Caín + a Thomas Edison una larga línea de las más brillantes mentes, se ha dedicado a la creación de instrumentos, a través de los cuales el hombre puede utilizar mi poder; poder de alegrar y de encantar. Tengo diez mil voces e instrumentos.

Estoy en el corazón de todos los hombres, en todas sus lenguas, en todas las tierras y entre todas las gentes; el ignorante y el analfabeto me conocen, no menos que el rico y el erudito.

 Hablo a todos los hombres en un lenguaje que todos entienden. Aún los sordos me escuchan; sí, ellos, pero escuchan las voces de sus propias almas.

Soy Dios del Amor.

He enseñado a los hombres la tranquilidad y la paz y les he guiado hacia adelante en sus heroicas hazañas. Conforto en la soledad y armonizo las discordias de las multitudes.
Soy el lujo necesario de todos los hombres.
¡Soy la Música!

Jubal: “padre de los que tocan la cítara y la flauta.
Tubal-Caín: “el que forja toda clase de herramientas de cobre y de hierro”;
Hijos de Lamec y Ada. (Gén. 4,23)


N. B. Toda traducción permite las diferentes interpretaciones del mensaje original del autor. En efecto, se llega al mismo fin.
Se trata de la exaltación de la Música, con muchos predicados. A mi parecer, la coma, interpuesta en soy, es la más conveniente, como si exigiera una aclaración en favor del sujeto. El original dice: I am music... que tiene su valor como frase. De la misma manera termina I am music para entender de que todo es música o todo necesita de ella.

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