viernes, 1 de abril de 2016

EL FERIADO LARGO / Alejandro PEREDA

Los cuatro días del feriado largo fueron aprovechados, con una intención bien determinada, la de estar en contacto con la naturaleza y con Dios sobre todo por razón de la Semana Santa en unión de la familia. 

Por falta de espacio en los lugares campestres aledaños (Poroto, Simbal) y el local de Derrama Magisterial,  para acampar, cumpliendo así el acuerdo familiar, nos dirigimos finalmente a Cajabamba, lugar de la residencia de los esposos Barboza-Hurtado quienes nos hicieron la invitación y quedamos, prácticamente, bajo la tutela de ellos, con la compra de nuestros pasajes y luego el hospedaje y la alimentación, los elementos principales para un descanso reparador. 

Inicialmente se pensó conocer Puerto Morin (balneario de Virú) para lo cual Beto ofreció pagar la movilidad, luego Jesús dijo: yo pongo la comida; Yolanda, el carbón; Enma, la parrilla; entendimos  que era la cocción y a mí me dijeron, tú, la bebida. Estos fueron nuestros compromisos. 

Hubo dificultades por parte de Jesús y Beto para trasladarse a Trujillo para la fecha señalada y avisaron que más bien se realizara en Semana Santa. Marina queda  encargada de buscar el lugar adecuado no para un día sino para tres por lo menos / con perspectiva de pasarlo en campamento. Al no encontrarse, cae muy bien a modo de solución, el viaje a Cajabamba que ha impedido cumplir en gran parte los ofrecimientos. (Otra vez será, dice L.Favio).

Viajamos a Cajabamba el miércoles (23) por la noche, pasando por Huamachuco. Fuimos 8: Flor, Ivonne, Giacomo con la mamá Enma y la mascota (perrita), "Luna"; Marina, Gianfranco; Yolanda y yo (Alejandro), los especialmente, invitados.


Los jóvenes estudiantes tuvieron la oportunidad de pasar en campamento tal como desearon para lo cual nos trasladamos por la tarde, el jueves, en compañía de Beto y Jesús, a La Grama, a Aguas Calientes, un lugar a 40 kilómetros de Cajabamba, en donde hay Hospedajes, Restaurantes, piscina y cuartos individuales, asimismo, espacio para pernoctar y hacer fogatas a escasos metros del río. Allí instalaron sus tres carpas y disfrutaron de la piscina. Es, pues, un lugar muy visitado que brinda al turista lo que requiere; hasta Cable. Tuve la suerte de ver el partido memorable…Perú vs. Venezuela, en un Bar, despreciando al del hospedaje.



Todo eso había que comer, gracias a Enma
Siempre tuvimos donde sentarnos, gracias a Beto


El viernes 25, a las 5 de la tarde, fuimos recogidos por la movilidad contratada y llegamos a Cajabamba a las 7 de la noche. Poco después fuimos al Templo y era la hora de la Procesión de las imágenes del Señor Yacente y La Dolorosa, por las calles principales con asistencia de las Autoridades locales, presidida por el sacerdote, con dos bandas de músicos, una para cada imagen y con la misma partitura (Himno al Señor de los Milagros). La Dolorosa es cargada sólo por mujeres.





El sábado, fue el día del pacto con la naturaleza, (que ella nos trate bien). La meta era conocer Las Cascadas de Coche Corral. A partir de las nueve de la mañana íbamos subiendo a más de los 2,650 metros de Cajabamba, observando los pueblitos de Chirimoyo, Huañimba, Gramalote, Choloque, Pomabamba, Doña Ramona,  Malcas, Cerro Cascol, La Grama, Tabacal y Chimil, recorriendo 10 kilómetros. Se terminó la carretera en Coche Corral.

Nuestros guías (Beto y Gianfranco) nos orientaron dirigirnos a la laguna (que ni el nombre conocían) para lo cual teníamos que subir a encontrarnos con la laguna Yahuarcocha y de paso ver de cerca al Cristo de la Roca como el perfil del rostro oculto de Machu Picchu o la Bella durmiente de Tingo María. 


                                       Primer descanso

                                        Ni un paso más



Como era ya la 1.30, sin siquiera divisarla, y ya teníamos una soldado caída, Yolanda, que requería de un acompañante y lo fue Jesús, (foto sobre la piedra, último paso y convertida en estatua de piedra como la mujer de Lot convertida en sal) emprendimos el regreso hacia la movilidad, para almorzar en plena lluvia, eso sí, bajo toldo y colchonetas.
                                   Giacomo experimentando
                                                            El reencuentro

                                                     
 Después del almuerzo nos dirigimos en menor número al lado opuesto, hacia las cascadas, las cuales no dejan de ser impresionantes porque son también conocidas como Masmacocha, que en quechua significa graderías de agua, cuenta  con más de mil peldaños en rocas calcáreas en colores rojo y blanco. También nos tuvimos que rendir porque el caminito aledaño tenía agua que impedía el paso; para mí, “ser salvado por la campana como en un pugilato”. Esas aguas nacen en la laguna Yahuarcocha y discurren hacia el río Condebamba. Otro esfuerzo, por la dificultad de respirar a profundidad para escalar el camino de regreso, por lo menos 200 gradas, hacia la movilidad.


                                No lo puedo negar!
                          




Regresamos de dicho lugar hacia las 5 de la tarde y fuimos a conocer La Pampa Grande, pasando por el Complejo Deportivo  y el Monumento de Bienvenida a Gloriabamba.



La hermosa planicie a 2.5 kms. de distancia al noroeste de la ciudad, está rodeada de hermosas fincas y chacras con cultivos de pan llevar y de hermosos eucaliptos.
En este caserío se halla el llamado campo de Aterrizaje, siendo un lugar de paseos y partidos de fútbol; a un costado de este campo se encuentra el llamado “Capulí de Bolívar” donde la tradición cuenta que Bolívar colgó su polaca y sable para bailar una zamacueca con una dama cajabambina “Chepita Ramírez”. Al final del campo, un promontorio llamado ahora “Mirador”.





El clima decide, se impone: llueve por la noche como indicando: “es hora de descansar”.                                                                                                      
El Domingo, a las 7 de la mañana Misa de Resurrección.
Las costumbres del lugar: Las ofrendas, pan, papas, ollucos, son llevadas hacia el altar por tres mujeres; parece ser las mismas oferentes.
Confesiones durante toda la celebración.
Cantos de despedida muy participados y dirigidos con emoción por el celebrante, diría: casulla al viento.
Para mí, más sentido le dan a los sacramentales: la bendición personal y aspersión del agua bendita en el mismo lugar de la distribución de la comunión.
Me imagino que se van bien contentos (los feligreses del campo) hasta la semana siguiente.

A las 11 de la mañana fuimos a conocer la imagen del Señor de Ramos expuesto en un adoratorio particular en donde participa como devoto-miembro de la Hermandad, Norberto (Beto) y ocasionalmente, Jesús, cuando son nombrados mayordomos.


Como puede apreciarse: los dos se proyectan a la comunidad, los dos trabajan en el Policlínico de ESSALUD por muchos años y son conocidos por muchos de los lugareños y a él cariñosamente lo llaman y tratan como doctor, siendo un competente y experimentado enfermero técnico. Para mí, era dar respuesta contundente a la pregunta divulgada en Televisión el lunes 28, por coincidencia ¿Está bien que los enfermeros tengan su consultorio?  Claro que sí.

Hemos sido atendidos a cuerpo de rey en nuestros gustos y antojos: conocen de cerca a las sobrinas y hermanas. ¡Qué imágenes las de verlos: él trayendo del Mercado un descomunal queso fresco para el desayuno y a ella el caldo de gallina! Fueron a embarcarnos y despedirnos a la 1.30 de la tarde. Al momento de agradecerles, me mencionaron que era en honor a mi cumpleaños. Realmente, somos padrinos de Gianfranco y Giacomo; por lo tanto, verdaderos compadres; de ahí la gran consideración mutua.



El viaje de regreso a Trujillo, no deja de tener su riesgo, aunque el Bus (carrocería) diga EcoTour, "Viaje tranquilo". Asegurándose el cinturón, alguien reparte unas bolsas plásticas sin decir para qué; hay que prevenir la altura de Huamachuco, “el soroche”, pasando los 3,169 metros; lo predisponen a uno para superarlo o sufrirlo. Ninguno se enfermó, felizmente.



La lluvia espaciada me llevó a este pensamiento: me imaginaba estar en una cabina espacial sin poder ver por los cristales externos húmedos y por dentro el aire caliente que impedía ver el aterrizaje, propiamente, acuatizar en el río, el único dispuesto a recibirnos. En partes, la neblina ocultaba caprichosamente el cauce del río, bien para ignorar el peligro o bien decir, es bastante lo que has visto… La carretera va paralela al río y en un punto a casi 6 ó 7 metros de altitud y luego se desvía hacia El Platanal dejando atrás al río cantarín para pasar por Quirihuac. Llegamos a casita cerca de las 8 de la noche a descansar como unos benditos por Dios y por la naturaleza, murmurando: ¡Oh tierra, tú nos desgastas y tú nos recuperas!

(Las fotos me han llegado de 4 fuentes no tan a tiempo en este orden: Yolanda, Marina, Beto y Flor quienes están atentos a lo que puede ser noticia y de interés familiar... Dicen emular a V. Montesinos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario