AL CRUCIFICADO
/Señor, entre las sombras voy sin tino,
la fe de mis mayores ya no
vierte
su apacible fulgor en mi
camino;
mi espíritu está triste
hasta la muerte!
Busco en vano una estrella que me alumbre;
busco en vano un amor que me
redima;
mi divino ideal está en la
cumbre,
y yo, ¡pobre de mí! yazgo en
la sima.
La lira que me diste, entre las mofas
de los mundanos, vibra sin
concierto;
se pierden en la noche mis
estrofas,
como el grito de Agar en el
desierto.
Y paria de la dicha y solitario,
siento hastío de todo cuanto
existe…
Yo, Maestro, cual Tú, subo
al Calvario,
y no tengo Tabor, cual Tú lo
tuviste.
Ten piedad de mi alma, dura es mi pena,
numerosas las lides en que
lucho,
fija en mí tu mirada que serena,
y dadme, como un tiempo a
Magdalena
la calma: pues yo también te
amo mucho.
Amado Nervo.
CIENCIA DIFÍCIL
Con un dolor en el alma…
sonreír,
con una herida en el pecho…
consolar,
con el insulto al oído…
bendecir;
con la calumnia en la
frente… perdonar.
Eso es ciencia; la gran
ciencia que enseñó
el que dijo al enseñarnos:
“Soy la Luz”
y, a explicar estas
lecciones, se subió
a la cátedra de una cruz.
A. Salgado S.J.
DE MI ÁLBUM
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