En todo el mundo se están haciendo los
análisis más dispares sobre el significado de la victoria de Donald Trump en
las elecciones presidenciales de Estados Unidos, con los más diversos
titulares. El más significativo para mí ha sido el del senador chileno
Alejandro Navarro: «El triunfo de Donald Trump es un castigo a los gobiernos
del establishment ».
El senador hace una crítica
más general, válida también para nosotros: que los gobiernos progresistas que
llegan al poder acaban, por presión de la macroeconomía globalizada, haciendo
políticas claramente neoliberales en perjuicio de las clases más vulnerables.
Encuentro justa la
interpretación de Navarro: «el castigo a los gobiernos del establishment reside
en que la gente se cansó de entregarle el poder a quien solo ofrece más de lo
mismo. Los electores optaron por Donald Trump, que si bien representa lo peor
de la cultura yankee, también supo representar el hastío de los sectores
precarizados por el neoliberalismo, la globalización y los empleos precarios»
(www.navarro.cl/sename ). Fueron estos los que votaron mayoritariamente por él
y le ayudaron a conseguir la victoria.
Afirma también el senador
algo que pocos creen: «no debemos olvidar que en Estados Unidos, supuestamente
el país más rico, poderoso e influyente del planeta, viven 45 millones de
personas en situación de pobreza o cerca de ella, que comen diariamente gracias
al ticket de alimentación que el gobierno entrega a los trabajadores blancos y
a los hijos de inmigrantes que tienden a rechazar la llegada de nuevos
inmigrantes por considerar que su posición privilegiada está en riesgo».
Si Trump representa lo peor,
lo malo lo revela Hillary. No son pocos los analistas dentro de Estados Unidos
que llamaban la atención para el riesgo que suponía la elección de Hillary
Clinton como presidenta. Cito entre otros a uno, Jeffrey Sachs, considerado uno
de los mayores especialistas mundiales en la relación entre economía, pobreza y
desigualdad social. Es profesor de la Universidad de Columbia y publicó un
artículo que reproduje en mi blog del 8/02/2016. En él enumera los muchos
desastres de la política de Hillary cuando era Secretaria de Estado.
Se titula: Hillary is the
Candidate of the War Machine, Hillary es la candidata de la máquina de guerra.
La primera frase resume un largo razonamiento: «No hay duda de que Hillary es
la candidata Wall Street. Más peligroso aún es que ella es la candidata del
complejo militar-industrial; apoyó todas las guerras solicitadas por el estado
de seguridad estadounidense, dirigido por los militares y la CIA».
Aunque demócrata, ella es,
según Sachs, una ferviente neocon. Incentivó las guerras contra Irak, todas las
del norte de África y contra Siria. Encontró hilarante declarar sobre Kadafi:
We came, we saw, he died (vinimos, vimos y él murió). Siendo todavía Secretaria
de Estado intentó reiniciar la Guerra Fría con Rusia, a propósito de la
conquista de Crimea y de la guerra en Ucrania. El balance final que hace Sachs
de las acciones torpes de Hillary como Secretaria de Estado es devastador:
«desde cualquier punto de vista que consideremos, ella batió el record de los
desastres» (www.JeffDSachs.com ).
Todo esto no nos sorprende,
como demuestra con un análisis detallado Moniz Bandeira en su reciente libro de
denuncia: El desorden mundial: el espectro de la dominación total (Leya 2016),
donde estudia la violencia del imperio estadounidense. Obama, a excepción de
las relaciones con Cuba, continuó con la misma lógica belicista de Bush. Fue
aún peor, diría por ejemplo, un verdadero criminal de guerra, pues por estricta
orden personal suya mandó atacar con drones y aviones no tripulados a los
líderes árabes, acabando con la mayoría de ellos (p.476-477).
Con la victoria de Trump,
cuyo enigma todavía hay que descifrar, nos liberamos de un liderazgo belicoso,
el de Hillary, que como política de estado había elegido la violencia militar
como forma de resolver los problemas sociales mundiales.
No sabemos qué mundo
tendremos de aquí en adelante con la presidencia de Trump. Ojalá sea menos
belicoso y desdiga en la práctica las medidas duras prometidas contra
inmigrantes, mejicanos y musulmanes.
Leonardo Boff / 14-noviembre-16
DE MI ÁLBUM
Malabrigo-Perú
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