BODAS DE ORO 1955-2005
29 DE OCTUBRE DEL 2005.
Con antelación fuimos
convocados para celebrar “Las Bodas de Oro” de la Promoción de los 80
seminaristas que egresaron el ’55 y participar en la Semana Jubilar con ocasión
de la Fiesta del Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo de Trujillo en los
primeros días de noviembre. Era una cita expectante: saludarnos fraternalmente entre
compañeros y ocasión de agradecer, de alguna manera, filialmente a nuestros profesores. De los 80
que pertenecieron a las dos secciones “A” y “B”, ya el Destino había jugado su
partida con los dados eternos y alrededor de 40 estuvimos en los programas
principales de la fiesta. En 1951, éramos alrededor de 120 alumnos para cursar
el primer año de secundaria, distribuidos en 3 secciones. Otro tanto hay que
decir de los docentes ya fallecidos en su mayoría o que cambiaron de
institución. Dos estuvieron con nosotros, el profesor Héctor Villanueva a quien
se le pidió que repitiera una de sus clases de inglés cultivando su estrategia
favorita, la acción, la conversación en práctica desde el momento que entraba al
salón y en otro momento cantamos el
“Cóndor pasa”, impresa en volantes que él trajo consigo, en una versión nueva,
aludiendo sin duda a su larga trayectoria y su partida definitiva. A esa fecha,
ya no era el “condorito” conocido por su
famoso mote sino un “cóndor cuajado”. Con gracia decía: “no busquen un apodo
para mí, el primer día de clase en su
presentación; “yo soy condorito” (y lo
era por su nariz). La letra, por ser original, merece ser conocida, pues dicen que hay como 4500 versiones:
El cóndor de los Andes despertó
con la luz de un feliz amanecer.
Sus alas lentamente despegó
y bajó al río azul para beber;
Tras él la tierra se cubrió
de verdor, de amor y de paz;
tras el prado floreció y el sol brotó en
[trigal.
El cóndor al pasar me dijo a mí
sígueme más allá y tú verás;
en la espalda del cóndor me senté
y a volar cada vez más el cielo alcanzar.
Mirar, mirar hacia la tierra
tan distinto de lo que vi:
fronteras no se pueden ver,
todo el mundo desde hoy,
es lo que vi.
El cóndor de los Andes descendió
al llegar un feliz amanecer;
el cóndor, al igual se despertó,
repitió sobre su rebaño,
todos iguales;
tras él la tierra se cubrió
de verdor, de amor y de paz;
tras el prado floreció
y el sol brotó en el trigal,
[en el trigal.
Luego vino la Clase Modelo impartida por el profesor César García Llerena, quien prefirió darnos una charla sobre la ética del profesional bajo principios, con una advertencia previa, pues suponía que todos éramos profesionales y buenos profesionales. No se equivocó. Sabía de la plana de docentes del Colegio que inculcaban valores especificados en la insignia y su lema Fides-Patria- Labor. Algunos de ellos – Carlos Chirinos, Aníbal Espino, Yeconías Culquichicón, Julio Gutiérrez, Juan Hurtado, Raúl Sánchez-- llegaron a ser Rectores, los dos primeros, y Profesores de la Universidad trujillana. Conocía, además, a los nuevos profesionales: Manuel Álvarez, docente en el Colegio Nacional de San Juan y en la Facultad de Educación de la UNT; a Juan Huamanchumo, ingeniero civil; Antonio Bardales, médico cirujano; Auqui Pereda, dentista; Jorge Arangurí, ingeniero civil, Manuel Calderón, sacerdote, Manuel Marrese, Luis Alcántara, militar, Rómulo Angulo, Javier Bazán, Rodolfo Campos, Octavio Ganoza, Huayna Pereda, Teodoro Taboada, Rolando Ramos de Rosas, Juan Benites, Carlos Solar, Juan Vergara, Gustavo Vereau, Segundo Llanos, Guillermo Burméster y a los demás asistentes alrededor de una treintena entre invitados y otros rezagados como Gómez y los hermanos Aparicio (Buby) que se jactaban ser de dos promociones...
El cóndor de los Andes despertó
con la luz de un feliz amanecer.
Sus alas lentamente despegó
y bajó al río azul para beber;
Tras él la tierra se cubrió
de verdor, de amor y de paz;
tras el prado floreció y el sol brotó en
[trigal.
El cóndor al pasar me dijo a mí
sígueme más allá y tú verás;
en la espalda del cóndor me senté
y a volar cada vez más el cielo alcanzar.
Mirar, mirar hacia la tierra
tan distinto de lo que vi:
fronteras no se pueden ver,
todo el mundo desde hoy,
es lo que vi.
El cóndor de los Andes descendió
al llegar un feliz amanecer;
el cóndor, al igual se despertó,
repitió sobre su rebaño,
todos iguales;
tras él la tierra se cubrió
de verdor, de amor y de paz;
tras el prado floreció
y el sol brotó en el trigal,
[en el trigal.
Luego vino la Clase Modelo impartida por el profesor César García Llerena, quien prefirió darnos una charla sobre la ética del profesional bajo principios, con una advertencia previa, pues suponía que todos éramos profesionales y buenos profesionales. No se equivocó. Sabía de la plana de docentes del Colegio que inculcaban valores especificados en la insignia y su lema Fides-Patria- Labor. Algunos de ellos – Carlos Chirinos, Aníbal Espino, Yeconías Culquichicón, Julio Gutiérrez, Juan Hurtado, Raúl Sánchez-- llegaron a ser Rectores, los dos primeros, y Profesores de la Universidad trujillana. Conocía, además, a los nuevos profesionales: Manuel Álvarez, docente en el Colegio Nacional de San Juan y en la Facultad de Educación de la UNT; a Juan Huamanchumo, ingeniero civil; Antonio Bardales, médico cirujano; Auqui Pereda, dentista; Jorge Arangurí, ingeniero civil, Manuel Calderón, sacerdote, Manuel Marrese, Luis Alcántara, militar, Rómulo Angulo, Javier Bazán, Rodolfo Campos, Octavio Ganoza, Huayna Pereda, Teodoro Taboada, Rolando Ramos de Rosas, Juan Benites, Carlos Solar, Juan Vergara, Gustavo Vereau, Segundo Llanos, Guillermo Burméster y a los demás asistentes alrededor de una treintena entre invitados y otros rezagados como Gómez y los hermanos Aparicio (Buby) que se jactaban ser de dos promociones...
Cómo no recordar a los compañeros Kovashikawa e Ibáñez Rosazza que cambiaron de residencia y
no terminaron con nosotros. Supe, sí, de la muerte temprana (44 años) de Manuel Ibáñez (1990) siendo
un exquisito escritor de la generación del 60.
Nos despedimos gritando sin reparo el tradicional himno: /Seminario, Ra; Seminario, Ra, Ra; Seminario, Ra, Ra, Ra!
"Que viva siempre el Seminario de mi amor, que viva y crezca su esplendor".
Nos despedimos gritando sin reparo el tradicional himno: /Seminario, Ra; Seminario, Ra, Ra; Seminario, Ra, Ra, Ra!
"Que viva siempre el Seminario de mi amor, que viva y crezca su esplendor".
A la hora señalada, 9:00
am., acudimos a la Iglesia “La Merced” en la que participamos en la Misa,
Manuel Calderón, el celebrante y yo, como monitor de la misma.
“BIENVENIDOS A ESTE TEMPLO
BAJO LA ADVOCACIÓN DE ‘LA MERCED’”
Bienvenidos a este lugar de
encuentro en el Primer Programa, número uno en categoría en la Semana Jubilar,
por las Bodas de Oro Promocionales, 1955: “Luciano Codina”, la Misa de Acción
de Gracias por los compañeros presentes y ausentes.
Efectivamente, esperábamos
esta cita con el Absoluto, con el Ser Trascendente por razón de nuestro ser y
nuestro quehacer:
-Como maestros… con el
Maestro de Maestros, Jesús de Nazaret.
-Ingenieros… con el Inventor
de la reingeniería pura.
-Los abogados… con el Autor
de las Leyes verdaderas y equitativas.
-Los médicos… con el autor
de la salud y la vida.
-Los sacerdotes… con el
Único Mediador que es Cristo.
-En fin, con los
científicos, técnicos, literatos, militares e historiadores… con el Dios de los
Ejércitos y Señor de la historia humana.
Ya está presente nuestro
celebrante a quien responderemos siempre con bizarría.
PLEGARIA UNIVERSAL,
compendio de la prédica.
1. Te pedimos, Señor, que nos enseñes a retirarnos de nuestro
cargo profesional, de nuestro papel activo en la sociedad. No te pedimos que
nos sepamos retirar simplemente, sino sólo a su debido tiempo. Ni antes, por
egoísmo, cansancio o miras personales; ni después, por soberbia de creernos
insustituibles. Roguemos al Señor / Te lo
pedimos Señor.
2. Te pedimos, Señor, que nuestra retirada de la primera
línea de trabajo a la retaguardia, cuando suene la hora, no sea con amargura ni
tristeza, sino con la alegría de haber prestado un servicio a la sociedad y con
el gozo de ser relevados por nuevas olas para un mundo mejor. Roguemos al Señor…
3. Te pedimos Señor, que nos enseñes a trabajar a todos los
hombres, para que este reparto equitativo de la gran tarea de edificar un mundo
mejor alivie a quienes tienen el trabajo más duro: los obreros. Roguemos al Señor…
4.
Te pedimos, Señor,
que ese ejército inmenso de la paz, que son los trabajadores del mundo entero,
sientan el amor a sus ocupaciones diarias. Que una ordenación social más justa
lime las aristas de su labor, para que puedan sonreír mientras trabajan. Roguemos al Señor…
5.
Te pedimos, Señor,
que las tareas temporales no sean para los cristianos simples pretextos para
ganar méritos, sino una participación efectiva en el esfuerzo humanista
contemporáneo. Completar la creación y completarse a sí mismo perfeccionándola,
según la orden dada al hombre en el primer capítulo del Génesis: “someterás la
Tierra”. Roguemos al Señor…
6. Te pedimos, Señor, que nos ayudes a poner nuestros
talentos al servicio del bien con la sagacidad de los hijos de las tinieblas
para sus negocios y así podamos entrar en el gozo que siempre nos ofreces y
confieres. Roguemos al Señor…
7. Te pedimos, Señor, hacer eco a tus palabras: que nos
ocupáramos ante todo de lo eterno y luego de lo pasajero; ante todo el Reino de
Dios, es decir, perfeccionarse a sí mismo, renovarse en el amor y en la bondad
para irradiarlos a los demás y mejorar este mundo; y luego, pero solamente
luego, viene todo lo demás. Roguemos al
Señor…
8. Finalmente, podemos decirle al Señor: Lo que me apasiona
en la vida es el poder colaborar en una obra, en una Realidad más duradera que
yo: dentro de este espíritu y de esta visión trato de perfeccionarme y de
dominar un poco más las cosas. La muerte que viene a mi encuentro deja intactas
estas cosas, estas ideas, estas realidades más sólidas y más preciosas que yo
mismo. Roguemos al Señor…
- - -
.
Las fotos pertenecen al encuentro más cercano en el “Chacarero”, propiedad de Juan Huamanchumo, quien
invitó el almuerzo campestre.
Otro día fuimos invitados a
almorzar al “Caminito” en compañía de Guillermo Burméster, Octavio Ganoza,
Manuel Álvarez, Teodoro Taboada, Jorge Arangurí, Manuel Calderón, y Alejandro
Pereda, después de haber bendecido la “Primera Piedra” del futuro local AES, en
el Golf, estando presente el Alcalde, Arias,
de Víctor Larco.
Por lo expuesto, se puede
concluir que, por los números cuantiosos programados en la Semana Jubilar, es
difícil llegar a un verdadero encuentro de los condiscípulos; a lo sumo conocer
su estado de supervivencia y lo seguirá siendo así mientras no se cambie esa
forma bajo otros criterios peculiares y sirva para no dejarnos un poco
descolocados. Muchos programan para esa fecha el estar con su familia. Nuestro
amigo, Luis Alcántara, pasaba de inmediato a Santiago de Chuco a mojarse en la
bendición de la madre tierra, por ejemplo. Otros no pudieron marchar en el Desfile ostentado el cartel del año al
que se pertenecía; y por supuesto participar en el llamado “almuerzo de camaradería”.
En el fondo, interesa aprovechar la fecha del acontecimiento y no enrolarse en
el programa general impuesto más por tradición. Cuando hay ganas de reunirse,
cómodamente se busca el tiempo y el lugar de su preferencia. Un día visitamos a
Octavio Ganoza y después de comentar ya sea de su casa ya del acontecer diario,
nos dice: Mi casa es amplia; la hice pensando en mi familia y en mis (numerosos)
amigos.
Lo dicho, ¡dicho está!
El encuentro amical, (2005) me
sirvió para recibir de parte de Manuel Álvarez su Anecdotario Seminarista,
libro histórico por cierto y algunas fotografías que ilustran el desarrollo de
su programación de entonces. Él era el verdadero intermediario de enlace. Él
movió los hilos que nos moviesen. Nos encontramos un día y me pregunta ¿dónde
está Manuel, cuándo viene, qué hago para comunicarme con él? Las respuestas
eran precisas de mi parte y se logró que él fuera el celebrante en las Bodas;
un condiscípulo que nos dirija la palabra
y aliente nuestra fe, en bien de nuestra patria a través del trabajo,
siendo una grata sorpresa para la mayoría, que se haya ordenado en Roma y
trabajara en Alemania. Desde entonces no ha perdido el contacto en su trato. ¡A
él, las merecidas gracias!
Un breve paréntesis: Álvarez pide una que otra anécdota para anexar a las existentes. Van dos; pero es poco probable que aparezcan en su Anecdotario por la dificultad de leerlas él en este blog y sobre todo porque se refieren expresamente a él. Aquí están mejor y no en el tintero.
Un breve paréntesis: Álvarez pide una que otra anécdota para anexar a las existentes. Van dos; pero es poco probable que aparezcan en su Anecdotario por la dificultad de leerlas él en este blog y sobre todo porque se refieren expresamente a él. Aquí están mejor y no en el tintero.
“El que escupe al cielo…le
cae a sí mismo”. Manuel casi a todos les decía “chontrín” (para él, significaba
unas veces “avispado” y otras “caído” (del palto) ”. A la larga, esos todos le
decían a él y se quedó con el mote “chontrín Álvarez".
Un día nos pregunta ¿cómo se
dice Lucho y Mañuco, en latín; pues sabía que llevábamos ese idioma en la
sección eclesiástica. Nosotros salimos del paso diciéndole que agregando el
terminal us; por ejemplo, Petrus, por Pedro. O sea, quedó que nuestros compañeros
de carpeta, Luis Alcántara y él - Manuel- eran tratados con cariño, de Luchus y Mañucus. Pero
es el caso que la regla no funciona por ser hipocorísticos (Lucho y Mañuco) de Luis y Manuel,
respectivamente. La pregunta debería ser, cómo se dice Luis y Manuel en latín; y
la respuesta tenía que ser, igual como se escribe. Por entonces, no sabíamos que
los derivados no permiten cambios. Quedamos como buenos latinistas y él satisfecho
hasta la fecha.
Ya hemos pasado las Bodas de
Esmeralda, las de Diamante y algunos se encaminan a las de Platino, 65 años y
Titanio, 70 respectivamente y esperar pacientemente a las de Hueso, los 100
años.
Sigamos, pues, manteniendo
el latente espíritu de Fe, Patria y Trabajo; el “homo faber”, sobre todo.
DE MI ÁLBUM
Este recuento histórico ha motivado a Carlos Manuel Calderón expresar su impresión con ocasión de mi cumpleaños, siendo un gran honor para mí y un buen regalo por el día. He aquí sus palabras.
Querido primo:
Ayer leí en el blog el
artículo: “Las Bodas de Oro” de la
Promoción de los 80 seminaristas que egresaron el ’55 " y me inspiró
escribirte para celebrar tus 81 años. Son 81 años de vivencias existenciales, de
una historia personal con diversos capítulos, semejantes a los "cantos"
de la Divina Comedia de Dante. Si haces balance de tu historia te encontrarás
con el deber de agradecer al Dios de la vida por la sorpresa de haber recibido
este valioso regalo: haber experimentado el amor de los familiares, de tus
padres y de los tíos. En la Misa de agradecimiento por los 50 años de la
promoción, una de las oraciones de los fieles era: "te pedimos, Señor, que
nos ayudes a poner nuestros talentos al servicio del bien.......y así podamos
entrar en el gozo que siempre nos ofreces y confieres". Tú has puesto tus
talentos al servicio del bien, de esto estoy seguro, y aquí quiero agradecerte
por tu amistad, tu confianza y por la oportunidad que me das de ampliar el
horizonte de mi conocimiento: novedades teológicas, literarias, musicales. Que
Dios te conceda energía y salud para continuar la obra empezada. Bien, primo,
te deseo la bendición del Dios de la vida para el nuevo año que comienzas y
puedas llegar al final de los 81 y comenzar el 82. Un grande abrazo.
Anja me encarga hacer
presente su saludo y los buenos deseos por tu cumpleaños.
Acabo de recibir una llamada
telefónica de Marina desde París y me dice que está triste porque ha llamado
"varias veces" y nadie contesta. Ella quería saludarte por tu
cumpleaños y me ha encargado hacerte presente su cariño especial en este día. Yo
cumplo con hacerte presente.
Primo, que tengas un bonito
día para que te ayude a comprender que tus 81 años han valido la pena
vivirlos. Manuel.
El día 12 de mayo, desde Bélgica, recibo otra grata impresión de parte de Tomás Castillo Vásquez que me permite consolidar lo propio del blog, lograr la actuación de quienes son los protagonistas de la historia doméstica, en este caso, los pasos de los estudiantes de entonces.
Las respuestas:
1a. foto, primer plano, izq. (El que está con sombrero) es Juan Huamanchumo Romero, el que fuera congresista en el primer gobierno de Fujimori. Parece que no estuvo en la misa, sino que preparaba la mesa; pues es quien ofreció el almuerzo.
2da. Manuel Álvarez, el organizador de la fiesta, profesor universitario, autor del libro Anecdotario Seminarista. Le sigue Angulo y luego el profesor de Inglés (condorito) quien llevara 10 años más que nosotros. El penúltimo es Bardales, el médico del Hospital de Belén; y el último, el que hace la breve reseña.
3a. Manuel y yo.
5ta. Guillermo Burméster, fallecido hace poco.
Muchos nombres y profesiones se me escapan por la falta de contacto y sobre todo por pertenecer a dos secciones, como se ha mencionado.
Dentro de las respuestas van también algunas aclaraciones: no sólo se llevaba inglés e instrucción pre militar, sino Educación física con un viejito Ramos, quien ponía de asistente al más diestro y nos sacaba la mugre; además, Dibujo, con el padre Cerna y en los primeros añòs Educación artística con el vitalicio profesor Leoncio Chávarry. Ya se puede sopesar las dificultades encontradas, por ser internos, como por ejemplo para las prácticas de tiro en El Porvenir con el alférez Velarde; y por el lado interno, estudiar con valor oficial, se prestaba a la suspicacia de nuestra inminente salida del Seminario no sólo en la mentalidad de los alumnos sino de los mismos profesores. Y encima de todo el famoso latín. (Los reveses de la vida... Inciamos el camino).
El día 12 de mayo, desde Bélgica, recibo otra grata impresión de parte de Tomás Castillo Vásquez que me permite consolidar lo propio del blog, lograr la actuación de quienes son los protagonistas de la historia doméstica, en este caso, los pasos de los estudiantes de entonces.
Ha sido la oportunidad para
recibir abundantes fotografías que he estado mirando con mucha atención;
gracias, así me gusta.
Medio siglo de aquella
promoción ! nuestra promoción ! Entiendo que esto ocurrió en el 2005. Me
emociona ver la foto que reúne a esos "chicos" de entonces pero me
quedo en ayunas porque, aparte tú y Manuel, no reconozco a nadie. Con lo que me
gustaría poder identificarlos… Llevo en mi mente sus caritas de adolescentes
como Burméster, Kovashikawa, un chico Dávila, medio loquito, que discutía con
Vilcarromero. etc. Qué gusto recordar al gordo Gutiérrez. Y lo ridículo que me
puso cuando debiendo dibujar los mapas de los países que caben dentro del Perú
dibujé una "enorme" Bélgica, que era el país más pequeño. ¿Sería
presentimiento de mi destino? Y no sabía o no recordaba que la promoción se
llamaba "Luciano Codina" "Jovencitos! La hora es la hora !"
Pero me acuerdo de sus nombres cuando los citas. Manuel y tú estaban más en
contacto con toda la clase, porque eran los de "valor oficial" y no
del montón de ingenuos como yo, que hasta nos alegrábamos de no llevar inglés o
pre-militar. Tarde me di cuenta de mi error, demasiado tarde.
Me puedes decir quién es ese
Alvarez? Yo recuerdo de un chico que en primer o segundo año Blasito lo
descubrió como cantante con linda voz (Navidad del Niño). Pero salió y siguió
carrera de cantante en Lima.
Me nace contarte una anécdota de mi
paso por Trujillo en el 2011 y que no he contado a nadie. Entré para ver el
colegio San Juan por primera vez y no pude impedirme de llorar contra una
columna como un niño. Por fin ! Me era necesario ese exorcismo. Al terminar mi
primaria en Santiago de Chuco obtuve una beca para el San Juan por la nota alta
que saqué. El director lo comunicó a mis padres, no a mí. Y ellos empezaron
negociaciones con el "canónigo" Benítez para obtener "lo equivalente"
en el seminario. La beca la pasaron al siguiente. ¿Qué podía yo con mis 11
años? Decía que sí a todo por ignorancia. Creo que el negrito Verona fue el
ángel blanco que me orientó a obtener un certificado de la Católica que hubiese
podido servirme para lo que siguiese. No me ha servido. Perdí mis años de mi
juventud. Por eso lloré al entrar por primera vez al que tuvo que haber sido mi
colegio, que yo gané por mis méritos. La vida tiene sus reveses …
Las respuestas:
1a. foto, primer plano, izq. (El que está con sombrero) es Juan Huamanchumo Romero, el que fuera congresista en el primer gobierno de Fujimori. Parece que no estuvo en la misa, sino que preparaba la mesa; pues es quien ofreció el almuerzo.
2da. Manuel Álvarez, el organizador de la fiesta, profesor universitario, autor del libro Anecdotario Seminarista. Le sigue Angulo y luego el profesor de Inglés (condorito) quien llevara 10 años más que nosotros. El penúltimo es Bardales, el médico del Hospital de Belén; y el último, el que hace la breve reseña.
3a. Manuel y yo.
5ta. Guillermo Burméster, fallecido hace poco.
Muchos nombres y profesiones se me escapan por la falta de contacto y sobre todo por pertenecer a dos secciones, como se ha mencionado.
Dentro de las respuestas van también algunas aclaraciones: no sólo se llevaba inglés e instrucción pre militar, sino Educación física con un viejito Ramos, quien ponía de asistente al más diestro y nos sacaba la mugre; además, Dibujo, con el padre Cerna y en los primeros añòs Educación artística con el vitalicio profesor Leoncio Chávarry. Ya se puede sopesar las dificultades encontradas, por ser internos, como por ejemplo para las prácticas de tiro en El Porvenir con el alférez Velarde; y por el lado interno, estudiar con valor oficial, se prestaba a la suspicacia de nuestra inminente salida del Seminario no sólo en la mentalidad de los alumnos sino de los mismos profesores. Y encima de todo el famoso latín. (Los reveses de la vida... Inciamos el camino).
A Carlos Manuel Calderón le gusta la página teológica, la literaria y la musical y expresa su enjundioso comentario a la altura del Everest. Lo pueden apreciar.
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