lunes, 29 de mayo de 2017

HOMBRES DE CIENCIA: Melvin CALVIN



            Todo tipo de vida en la Tierra, tanto vegetal como animal, depende de la capacidad de las plantas verdes para convertir en alimento la energía del sol. Las cosas vivientes que contienen clorofila (pigmento verde) hacen la conversión ellas mismas. Todas las demás, inclusive ustedes y yo, vivimos porque las comemos.

            Esto es paráfrasis de las palabras de Melvin Calvin, catedrático de la universidad de California y ganador del premio Nobel de química en 1961

            Calvin consiguió rastreadores radiactivos y otras técnicas isotópicas para determinar el proceso en virtud del cual las plantas verdes convierten en alimento la energía del sol para ellas mismas y para todas las demás formas de vida. A este proceso se le ha dado el nombre de fotosíntesis.

            Cuando Calvin, hijo de emigrantes rusos, acometió la cuestión de la mecánica de la fotosíntesis esta no era, en verdad, problema nuevo.

            El proceso en sí fue descubierto en la segunda mitad del siglo XVIII por Joseph Priestly, uno de los científicos más famosos en la historia inglesa y norteamericana.

            En su descripción de sus experimentos que llamó “sobre diferentes tipos de aire”, Priestly habló de cómo las plantas pueden restaurar o renovar el aire que ha sido respirado contaminado.

            Dijo Calvin que el principio de sus experimentos básicos era bien simple: las plantas inhalan anhídrido carbónico que después aparece en todas las partes y todos los productos de las plantas. Él y sus auxiliares determinaron seguir el curso de este anhídrido carbónico con carbono -14 que puede ser observado o rastreado porque es radiactivo.
            Tales experimentos no se podían llevar a cabo en un bosque, por ejemplo, porque no es posible ejercer control sobre lo que entra o sale de él.

            Calvin escogió como planta idónea para laboratorio el alga común o “clorela” que había sido sugerida como “fabricante de oxígeno” para las naves espaciales.

            Sus experimentos demostraron  --después de largos períodos de prueba, a veces tediosos—que el anhídrido carbónico y el agua se convierten por un instante –una pequeña fracción de segundo—en un ácido después de comenzar la fotosíntesis. Siguiendo el curso del carbono radiactivo se comprobó que las plantas verdes pasan por dieciocho etapas distintas para finalmente convertir el carbono en alimento.

            También se comprobó que las plantas verdes producen algo más que carbohidratos, es decir azúcares y féculas. Producen todas las sustancias necesarias a las cosas vivientes, inclusive proteínas, grasas y hasta enzimas.

            Por estos trabajos obtuvo Calvin el premio Nobel de química, pero aún se sigue desconociendo la primera etapa esencial: ¿qué sucede cuando el rayo de luz cae sobre las células verdes que dan inicio al proceso?

DE MI ÁLBUM

                                                   Iquitos
                                         Huari-Ayacucho
                                          Chan Chan-Trujillo
                                           Hidrocarburos

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