domingo, 18 de junio de 2017

CANCIÓN DE LAS ARPISTAS DANESAS / Rudyard KIPLING


¿ES esta la mujer, a quien tú abandonaste,
y al hogar encendido y al campo de los tuyos,
para irte con la vieja de blanqueados cabellos?

No tiene casa donde recibir a sus huéspedes.
Un frío lecho es todo, todo cuanto le queda
donde los soles pálidos y los hielos anidan.

Para abrazar no tiene brazos fuertes y blancos,
mas sí diez dedos de algas para apresarte, y luego
sujetarte a las rocas donde las olas rompen.

No obstante, cuando aumentan los signos del estío
y los hielos se rompan y el abedul ahije,
te irás de nuestro lado y enfermarás entonces.

Enfermarás de nuevo por matanzas y gritos,
y huirás furtivamente hacia escondidas aguas
a mirar a tu nave en sus puertos de invierno.

Olvidarás las charlas de nuestras sobremesas,
la vaca en el establo y el caballo en la cuadra,
por embrear las tablas y arreglar la maroma.

Te sentirás llevado por tormentosas nubes
y el rumor de tus remos se hundirá en el abismo,
y a través de los tiempos te seguiremos todos.

¿Es esta la mujer a quien tú abandonaste,
y al hogar encendido y al campo de los tuyos,
para irte con la vieja de blanqueados cabellos?

DE MI ÁLBUM

(Baltikum)




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