7
MI canción, sin el orgullo de su traje, se ha
quitado sus galas para ti. Porque ellas estorbarían nuestra unión, y su
campanilleo ahogaría nuestros suspiros.
Mi
vanidad de poeta muere de vergüenza ante ti, Señor, poeta mío. Aquí me tienes
sentado a tus pies. Déjame sólo hacer recta mi vida y sencilla, como una flauta
de caña, para que tú la llenes de música.
8
EL
niño vestido de príncipe, colgado de ricas cadenas, pierde el gusto de su
juego, porque su atavío le estorba a cada paso.
Por
temor a rozarse o empolvarse, se aparta del mundo, y no se atreve ni siquiera a
moverse.
Madre,
¿gana él algo con ser esclavo de ese lujo que le aparta del polvo saludable de
la tierra, que le roba el derecho de entrar en la gran fiesta de la vida de
todos los hombres?
DE MI ÁLBUM
(Baltikum)
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