Uno de los logros más extraordinarios del hombre ha sido “copiar”
la naturaleza y sintetizar --reproducir
artificialmente—substancias halladas originalmente tan sólo en su estado
natural.
Muchas de esas substancias –la penicilina y las vitaminas,
por ejemplo—cuestan y poco y se
pueden adquirir en todas partes por
haber aprendido la industria farmacéutica a sintetizarlas.
Uno de los científicos más responsables de estos
adelantos modernos es Dorothy Crowfoot Hodgkin, dama inglesa que ha sido la
tercera mujer en obtener el premio Nobel de Química. El premio de 1964 le fue
otorgado por “cristalografía”.
La cristalografía es la parte de las ciencias físicas que
se entienden de la estructura y disposición de los átomos, moléculas o iones de
los cuales están hechas las substancias y su cuadro o relación geométrica entre
unos y otros.
Tal conocimiento es de primordial importancia en el descubrimiento de substancias similares, pero mejoradas; en
la comprensión de “cómo trabajan” o cómo se comportan; y especialmente en saber
cómo hacerlas artificialmente. Es decir, aprender a copiar a la naturaleza.
Los trabajos de la señora Hodgkin han sido ejemplo de
estudio, cuidadosamente planeado y científicamente ejecutado, de las moléculas
que constituyen elemento de gran importancia en la biología y la química.
Sus trabajos iniciales se concretaron a la estructura de
vitaminas, antibióticos y esteroles y su primer gran triunfo fue el
descubrimiento y análisis de la estructura de la penicilina. Fue una
investigación larga y tediosa. Hoy, con la ayuda de computadores que
simplifican los más complicados cálculos matemáticos, resulta aún difícil
contar y justipreciar las más tenues variaciones en cristales y seleccionar los
“típicos” para copiarlos.
Cuando la señora Hodgkin comenzó sus trabajos, todo tenía
que haberle parecido tarea interminable. J. D. Bernal, profesor de la señora
Hodgkin en Cambridge, ha dicho “que una de las cosas más notables y más
sorprendentes en ella es su gran capacidad para trabajos arduos cosa que no
sería de esperar de una persona tan frágil”.
Según Bernal, en un artículo publicado en “The New
Scientis”, el logro de la señora Hodgkin fue la explicación completa de la
estructura de la vitamina B-12, factor
en la anemia perniciosa. Su molécula tiene 97 átomos, sin contar las moléculas
de agua que los separan.
Su éxito en este y en otros análisis cristalográficos,
han demostrado que el cristalógrafo es el analista mejor y más eficiente de la
estructura de substancias y que es mejor poner en manos de los químicos la
tarea de sintetizarlas.
DE MI ÁLBUM
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