El Papa
advierte de la "elitización de la educación" en la inauguración de la
sede vaticana de Scholas
Jesús
Bastante, 09 de junio de 2017
(Jesús Bastante).- El Papa Francisco ofreció
esta tarde una nueva lección de diálogo y cercanía. Durante la inauguración de
la sede vaticana de Scholas Ocurrentes, el Pontífice mantuvo un diálogo vía
skipe con jóvenes de nueve países, a quienes recordó que "todos tienen un
sentido", y a quienes pidió "pensar, sentir y trabajar por el
otro" para evitar la "elitización" de la sociedad, y una
globalización inhumana.
Pocos minutos
después de las cinco de la tarde Bergoglio cumplió un sueño, que puso en marcha
hace 20 años en Buenos Aires. Hoy, Scholas es el movimiento estudiantil más
grande a nivel mundial. En el Palacio de San Calixto, y ante representantes
educativos, religiosos y sociales, Bergoglio prestó especial atención a los
testimonios, a las "piedritas", que le ofrecían chicos y chicas
procedentes de nueve países: Italia, Colombia, Haití, Paraguay, Argentina,
Brasil, México, España y los Emiratos Árabes Unidos.
Tras
escucharlos, y en un castellano acogedor, incluso bromista - "En este
salón nos haría bien un poco de aire acondicionado"-, Francisco agradeció
a los jóvenes su testimonio, vital "en esta sociedad que está acostumbrada
a excluir, a seleccionar, a agredir, a ningunear".
Frente a
ello, la experiencia de Scholas, que demuestra que se puede "incluir, dar
la mano, abrazar, no agredir, y reconocer que ninguna persona es
"no". Ninguna persona es "no", todos son
"sí"", apuntó el Papa. Un "sí" para sí mismos "y
para los demás, un sí que dar", porque "todas las personas tiene
sentido".
Un sentido, pese
a los riesgos de una educación "donde seleccionamos mal, elitizamos, y
vamos creando un grupo cerrado", lo que desemboca en egoísmo, "y
entonces la mano se nos va cerrando cada vez más, el corazón se nos va cerrando
cada vez más, y la mente se nos cierra cada vez más. Entonces, somos incapaces
de pensar, sentir o trabajar con el otro. Esa es la tentación del mundo de
hoy".
Frente a
ello, el Papa ofreció "los tres lenguajes: el de la mente, el del corazón
y el de las manos. Ustedes arriesgan para que puedan pensar lo que sienten y lo
que hacen, puedan sentir lo que piensan y lo que hacen, y puedan hacer lo que
sienten y lo que piensan. Unidad dentro de uno, porque esta cultura del
descarte también nos descuajaringa a todos", clamó.
Una cultura
que "nos deshace, nos deshilacha", y que supone "un peligro muy
grande en la vida de la educación de los jóvenes. El peligro de la
elitización" a nivel global. "Cada vez los presupuestos para
educación, en algunos sitios, se van acortando y se crea una elite, la que
puede pagar la educación, y quedan afuera chicos y chicas que no tienen
educación. Educar no es saber cosas, sino ser capaz de usar los tres
lenguajes".
"Educar
es incluir", insistió Francisco, quien añadió que "hay otro peligro:
en este mundo de la globalización, que la globalización es buena, pero existe
el peligro de concebir la globalización como si fuera una bola de billar. Todo
igual", lo que supone "anular las características personales de cada
chico o chica. O te hacés igual al sistema, o desaparecés, no existís".,
Por contra,
apuntó el Papa, "la verdadera globalización es un poliedro, donde buscamos
la unidad, pero cada uno mantiene su peculiaridad, su propia identidad. Y ese
es el desafío de Scholas: buscar yo, cuál es mi peculiaridad, mi riqueza,, y
compartirla con los demás".
"Porque
yo tengo un sentido. Cada uno de ustedes tiene una piedrita. Este es el
sentido, para qué. ¿Para qué tengo un sentido? Para dar. Y en el dar, darlo con
apertura, escuchando, dialogando, no agrediendo", señaló, apuntando a las
autoridades presentes en la sala. "Hay autoridades que están aprendiendo
de ustedes. Yo estoy aprendiendo de ustedes. Pero ustedes tienen que tener el
coraje de lanzarse y ser creativos".
"Yo les
agradezco lo que están haciendo, porque son un ejemplo para nosotros los
grandes, que tenemos que mirar a los chicos. Ahora, claro, si ustedes se dejan
excluir, nosotros nos jubilamos de la existencia. Si luchan por hacer lo que
están haciendo, nos desafían a nosotros, para que nosotros tomemos posición en
este mundo que tiende a excluirnos, a descartarnos", culminó Bergoglio,
quien pidió a los jóvenes "descubrir qué sentido tiene mi vida, mis
potencialidades y cómo las comparto". ¿Por qué? "Porque una vida que
no se comparte con los otros, ¿saben para qué sirve? Para el museo. Y no creo
que ninguno de ustedes quieran terminar en un museo".
DE MI ÁLBUM
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