Observemos un poco la gente
circulando por la calle; nadie se preocupa del otro; cada uno, embebido en sus
problemas, marcha con el rostro serio, tenso.
Físicamente miles de
personas caminan muy cercanas; espiritualmente están a miles de kilómetros. Es
lo que llamamos vida moderna. De pronto, como por arte de magia, varios se
miran sonrientes, complacidos. ¿Qué ocurrió? Algo simple: un hecho jocoso
cualquiera. Se produjo el milagro: ¡la risa cambió, momentáneamente, el
panorama sentimental de un grupo de viandantes!
Y esto es, justamente, algo
interesante para destacarle a nuestros pequeños: el significado de la risa, del
buen humor cotidiano.
Debemos explicarle que la
risa es sana ya que hace aumentar, con los movimientos que provoca, el
intercambio del aire pulmonar y la sangre recibe más oxígeno. Mueve también,
los músculos abdominales y el diafragma. Por lo tanto, es muy saludable para la
respiración, la circulación y la digestión. Ello, se lo podemos aclarar al niño
en relación a sus años, como es de suponer.
También es grato hacerle
notar que todo tiene dos caras, hasta las cosas más serias, para inculcarles
esa manera de contemplarlas.
Hagámosle ver, además, que
el saber contar oportunamente un buen chiste es muy simpático y anima cualquier
reunión.
En realidad, todos nos
acercamos, tal vez sin darnos cuenta hacia quien nos hace reír; ello libera la
tensión nerviosa.
Como ya dijéramos, la risa
es buena para la salud. También, la sonrisa realiza el prodigio de “aproximar
las almas”.
Si le facilitamos tal
comprensión a nuestros hijos les ayudaremos bastante para que con el tiempo
sean personas de carácter cordial, con buen sentido del humor… y de la vida…
DE MI ÁLBUM
(Jordanien)
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