jueves, 17 de agosto de 2017

DESPACHO SICOLÓGICO INFANTIL / Prof. Eduardo R. BASTERREIX



Observemos un poco la gente circulando por la calle; nadie se preocupa del otro; cada uno, embebido en sus problemas, marcha con el rostro serio, tenso.

Físicamente miles de personas caminan muy cercanas; espiritualmente están a miles de kilómetros. Es lo que llamamos vida moderna. De pronto, como por arte de magia, varios se miran sonrientes, complacidos. ¿Qué ocurrió? Algo simple: un hecho jocoso cualquiera. Se produjo el milagro: ¡la risa cambió, momentáneamente, el panorama sentimental de un grupo de viandantes!

Y esto es, justamente, algo interesante para destacarle a nuestros pequeños: el significado de la risa, del buen humor cotidiano.

Debemos explicarle que la risa es sana ya que hace aumentar, con los movimientos que provoca, el intercambio del aire pulmonar y la sangre recibe más oxígeno. Mueve también, los músculos abdominales y el diafragma. Por lo tanto, es muy saludable para la respiración, la circulación y la digestión. Ello, se lo podemos aclarar al niño en relación a sus años, como es de suponer.

También es grato hacerle notar que todo tiene dos caras, hasta las cosas más serias, para inculcarles esa manera de contemplarlas.

Hagámosle ver, además, que el saber contar oportunamente un buen chiste es muy simpático y anima cualquier reunión.

En realidad, todos nos acercamos, tal vez sin darnos cuenta hacia quien nos hace reír; ello libera la tensión nerviosa.
Como ya dijéramos, la risa es buena para la salud. También, la sonrisa realiza el prodigio de “aproximar las almas”.

Si le facilitamos tal comprensión a nuestros hijos les ayudaremos bastante para que con el tiempo sean personas de carácter cordial, con buen sentido del humor… y de la vida…

DE MI ÁLBUM
(Jordanien)





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