DE: ORACIONES SIGLO XX
“A TODO
RIESGO”
Señor: Vengo
a rezarte con una revista cuyo título suena a victoria y en cuyas páginas
semanalmente un seglar de vanguardia expone su pensamiento sobre el presente
del catolicismo. La frase que me ha invitado a la oración de hoy reza así: “No
queremos ni una “Iglesia de las Catacumbas”, ni una “Iglesia triunfalista”,
porque ambas se separan del hombre de su tiempo”. (E. Miret Magdalena).
Señor, en
esta crisis de inestabilidad, por la que atraviesa el cristianismo
contemporáneo, entre el temor y la esperanza –temor a soltarse de manos del
pasado, esperanza en los brazos del futuro—quiero suplicarte que nos ayudes a
tomar la auténtica postura posconciliar.
Señor,
líbranos de una Iglesia excesivamente pegada de sí misma en lo que tiene de
“humano, demasiado humano”. Es verdad que debemos alegrarnos ufanamente de lo
que Tú has depositado de divino en su seno, pero sin tomar ese timbre de gloria
como divisa para invadir gloriosamente todas las esferas de la vida social.
Señor, pero
líbranos también de una Iglesia demasiado tímida, que se encierra en la sacristía
para enseñar a los niños de Astete. Cierto que debemos catequizar a las nuevas
generaciones en el recinto del templo, pero sin temor a salir al aire libre
para oxigenar cristianamente a todos los estratos de la existencia humana.
Señor,
concédenos una Iglesia viva y vivificante, humilde y activa, espiritual y
encarnada, sobrenatural e histórica, servicial e independiente.
Rafael de Andrés.
DOM. XXIX DEL
TIEMPO ORDINARIO
El impuesto
debido al César
Los fariseos
se retiraron e hicieron consejo para hacerle decir algo de que pudieran
acusarlo. Por eso le enviaron discípulos suyos y algunos partidarios de
Herodes.
Estos le dijeron. ‘Maestro, sabemos que hablas siempre con sinceridad y que enseñas el
camino de Dios de acuerdo con la más pura verdad, no te preocupas de quién te
oye ni te dejas influenciar por él. Danos, pues, tu parecer: ¿está permitido o
no pagar el impuesto al César?’
Jesús
comprendió su maldad y les contestó: ‘Hipócritas, ¿por qué me ponen
trampas? Muéstrenme la moneda con que se
paga el impuesto’.
Ellos, pues,
mostraron un denario y Jesús les dijo: ‘¿de quién es esta cara y el nombre que
está escrito?”. Contestaron: ‘Del César’. Entonces Jesús replicó: ‘Por lo
tanto, den al César lo que es del César, y a Dios lo que a Dios corresponde”.
La alianza
religioso (fariseos) – política (herodianos)
surgió como instrumento de acuerdo para hacer que Jesús perdiera
credibilidad. La pregunta está formulada desde el esquema de la contradicción,
si autoriza el uso de la moneda romana, los fariseos tienen razones suficientes
para hacerle un juicio religioso, pero si rechaza la moneda imperial, los
herodianos, cumpliendo la ley tienen que arrestarlo y condenarlo por
sublevación. Entonces, ¿qué hacer?
Volver a los principios de la fe de Israel que establece la autonomía
entre Dios y la realidad, “den al César lo que es del César, y a Dios, lo que
es de Dios” para evitar así los antagonismos.
DE MI ÁLBUM
(Salpo)
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