viernes, 27 de octubre de 2017

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA


DE: ORACIONES SIGLO XX

“AL VOLANTE Y A LO LOCO”

   Señor: Siempre es lamentable la sangre derramada sin motivo en el campo de guerra; pero, ¿acaso no lo es más todavía el que se vierta sobre el asfalto de pueblos y ciudades en paz? Te lo digo, porque la mano en el volante de un coche está resultando demasiadas veces un arma homicida, que no respeta ni siquiera el “Día Mundial sin Accidentes”.

   Señor, a todos cuantos ponemos en marcha el motor de un vehículo, inspíranos el lema que ha creado la asociación de “Caballeros del Volante” en Alemania Occidental, cuya “K” bien visible en su coche delata su promesa de portarse cortésmente en la carretera.

   Señor, que nuestra religiosidad incluya en el ámbito del quinto mandamiento de tu ley el sagrado deber  de respetar la vida del prójimo y la nuestra, concretado en un cumplimiento fiel de las normas del tráfico rodado.

   Pero, eso es poco, Señor. Enséñanos a llevar hasta la calzada  y la autopista el supremo mandamiento de hacer con los otros lo que nos gustaría que hiciesen con nosotros, en caso de colisión de derechos y en cualquier situación de emergencia.

   Señor, recuérdanos que la caridad en pensamiento, palabras y obras también se extiende al tiempo en que, caballeros de dos o más caballos, nos deslizamos por la carretera o por las calles de la ciudad.

   Señor, haznos a todos los usuarios del automóvil “caballeros del volante”, cristianos también sobre cuatro ruedas.
   Rafael de Andrés.


DOM. XXX DEL TIEMPO ORDINARIO


   "Los fariseos vieron cómo Jesús había dejado callados a los saduceos y se pusieron de acuerdo para juntarse con él. 

   Uno de ellos, un maestro de la Ley, trató de averiguar su parecer con esta pregunta: ‘Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?’

  Jesús le respondió: ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. Pero hay otro semejante a éste: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley  y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos”. Mateo, 22, 34-40.






En esta ocasión, el que se acerca a preguntarle a Jesús es un adulto que ya no concentra su interés en conocer los mandamientos de Dios, sino en abochornar a Jesús, delante del público que lo acoge y escucha, indagando acerca de la finalidad de los mismos: “¿Qué mandamiento es el primero de todos?“ Como buen pedagogo que es Jesús, no desaprovechó la oportunidad que le ofrece su interlocutor, y le presenta en forma de síntesis, y reto a la vez, el significado profundo de la Ley, en la combinación de amar a Dios y al prójimo simultáneamente, sin prebendas  ni sanciones, sino como criterio irrefutable de búsqueda del Reino de Dios.

DE MI ÁLBUM

                                                     Xochimilco-México
                                                   Tadmur-La Antigua
                                          Plaza de Armas de Catacaos
                                         Plaza de Armas de Trujillo


No hay comentarios:

Publicar un comentario