CUANDO ya no confunda… Egoísmo con
altruismo. Brutalidad con virilidad. Esclavitud con amor. Servilismo con
bondad.
Cuando ya no confunda… Intoxicación con
nutrición. Delicadeza con homosexualidad. Sabiduría con erudición. Vida con
existencia.
Cuando ya no sea guiado por el miedo… la
envidia, ni por el eterno sentimiento de inferioridad.
El “hombre” sólo será hombre cuando tome
conciencia de su inocencia, conciencia de su pobre vanidad y de su inteligencia
delante del universo.
Cuando abandone a su dios-tirano-verdugo y
se entregue al dios puro y sencillo que no sabe castigar un insecto.
Cuando aprenda a volorizar más el amor entre
él y una mujer, que el inútil certificado de matrimonio.
Cuando engendre hijos para amarlos y no para
adquirir seguridad.
Cuando haga del dinero un medio y no un fin.
Cuando aprenda a diferenciar la educación de
la domesticación. La moral de la represión. El arte de la técnica. La ternura
de la franqueza. El orgasmo de la eyaculación.
Un “hombre” sólo será hombre cuando pueda
estar consigo mismo y cuando el saber lo lleve a traspasar las máscaras
extrañas.
Cuando las lágrimas sean aceptadas y la
sensibilidad tratada en clínicas; cuando el cuerpo sea fuerte y ágil y la
ignorancia no encuentre más refugio en la tierra.
El “hombre” sólo será hombre cuando mire en
los ojos de los otros y tenga en la mujer, el más sólido pilar de existencia;
en la naturaleza a su guía; en la muerte, a la transformación permanente.
Cuando pueda cambiar el alcohol y la heroína
por un grito de autoaceptación y cuando la voz sea serena en vez de gritada e
histérica.
Cuando el sexo no sea sólo gentileza, sino
sensualidad, espiritualidad, amistad, pureza y respeto profundo… Y cuando la
desnudez humana sea tan hermosa como la desnudez de los follajes.
Cuando los hijos no sean sometidos a las
neurosis paternas, ni las creencias sean enfermedades de las religiones.
Cuando la mentira vaya dejando lugar a la
realidad mutativa de los hechos.
Cuando el caminar sea libre y seguro y
cuando la cantidad pierda el trono por la calidad.
Cuando el “hombre” pueda permanecer solo con una mujer sin
sentir el neurótico deseo de copular con ella.
Cuando los delincuentes reciban afecto y no
más calabozos infectos.
Cuando los profesores sean sustituidos por
maestros y cuando el “Yo” sea maestro del “yo”.
Cuando el “hombre” porte libros en lugar de
pistolas; una expresión sobria en vez de máscaras sonrientes.
Cuando el “hombre” baile música de Strauss,
en vez de marchar a guerras estúpidas y masacres salvajes.
Cuando el “hombre” sustituya los bares
por bibliotecas; los estadios por casas
de amor; los casinos por reuniones científicas.
En fin; cuando el “hombre” sienta que todo
pasa y que todo vuelve; que el centro de todas las cosas está aquí y allá…
Entonces, él dejará de ser lo que es y entenderá tanto la vida como la
existencia.
-Ezio Flavio
Bazzo (Brasilia-Brasil)
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