Frederick
Froebel (1782-1852) , considerado por muchos especialistas como el reformador
más grande de los sistemas docentes de la civilización occidental, nació en
Alemania. Su madre murió siendo él muy niño y su padre no se ocupó de él. En su
soledad se hizo persona muy reservada, con muy poco interés por el mundo que lo
rodeaba. No le atraían ni los otros niños ni las demás personas; tampoco los
estudios.
La gente de su villa nativa lo tenía como
retardado y torpe. Y así habría seguramente crecido de no haber sido rescatado
de su soledad y aislamiento por un tío.
Froebel se fu a vivir con su tío, quien le
dio alientos y cariño. La vida se hizo distinta para él del día a la noche.
Cuando cumplió 15 años entró a trabajar como aprendiz con un ingeniero de
montes y se aficionó así por la naturaleza. Después de dos años en bosques y
florestas entró a estudiar en la universidad.
Cuando cumplió 23 años ingresó como maestro
en una escuela de Frankfurt donde se adiestraban maestros. Después pasó a ser
tutor en Suiza, donde entabló relaciones académicas con el grande y famoso
Pestalozzi.
Este fue tal vez el primer maestro en abogar
en favor de un tipo de liberalidad general en la escuela. Su método contrastaba
con la atmósfera rígida y represiva de las escuelas de su tiempo, aunque hoy sus
métodos no nos parecen tan radicales.
Froebel estuvo de acuerdo en la forma en que
Pestalozzi alentaba a sus alumnos al estudio, haciendo que les resultara
agradable tanto la escuela en sí como las materias de estudio. Pero pensó que
en tal método había ausencia de un sistema definido.
Froebel creyó que era un error considerar el
proceso educacional en etapas separadas: infancia, niñez, juventud y “adultez”.
Consideró la enseñanza como proceso continuo, no uno dividido en etapas. Expuso
y desarrolló esta idea en su libro “La educación del hombre”, publicado en el
año 1826.
En 1837, después de estudios más extensos y
de prestar servicio en las fuerzas armadas, fundó el primer “Kindergarten” del
mundo en Blankenburg, Alemania. Lo llamó “jardín de niños” o “Kindergarten”
porque, como escribió:
“Así como en los jardines se cultivan las
plantas de acuerdo con las leyes de la naturaleza, así en nuestro jardín los
niños, lo más noble de todo lo que crece, serán cultivados de acuerdo con las
leyes de sus naturalezas”.
Froebel organizó juegos para que los niños aprendieran
con ellos. Toda actividad que es agradable para un niño es un juego y los
alumnos de Froebel (y los de todos los Kindergartens desde entonces) aprenden
jugando o deleitándose.
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