sábado, 19 de septiembre de 2015

LA GRAN DIFICULTAD EN LA VIDA ES "SABER VIVIR" / PALABRAS QUE INSPIRAN

Ralph Waldo Emerson
Manuel Kant
Federico Amiel

LA VIDA ES UNA SERIE DE SORPRESAS
-EMERSON

    La gran dificultad en la vida es “saber vivir”’.
Los más grandes filósofos que ha dado la inteligencia humana, los más prudentes que han surgido de la experiencia del vivir, no han sabido ponerse de acuerdo sobre el significado de la vida ni han sido tan sólo capaces de describirnos su majestuosa trayectoria. Se ha dicho que “la vida es sueño”, que “es  el sueño”, que es lucha, que vivir es sólo una forma de morir. Mi vida es viento, se dice en el libro de Job. La vida debe ser corta, nos dice Shakespeare, si no la vergüenza será larga. La lucha es un combate, nos dice Gabriel García Tassara y el hombre lucha para no ser vencido. ¿Qué es nuestra vida más que un breve día do apenas sale el sol cuando se pierde en las tinieblas de la noche fría?... nos dice tristemente el poeta.

    Pero del fondo vital, no meramente, pasivamente, existencial el dinamismo americano, ha surgido un filósofo de la acción que da un nuevo sentido, creador y optimista, a la vida. “La vida –nos dice Emerson—es una serie de sorpresas”. Sorpresa el nacer, el crecer, el llegar a estado de conciencia, a la “edad de razón” tan desacreditada por los modernos literatos. La vida es un éxtasis, insiste aquel filósofo, y Kant, cuya severidad mental está fuera de duda, afirma que la vida es la facultad de actividad espontánea, la percepción de los tremendos poderes humanos. 

    Conocimiento, amor, poder; he aquí el círculo completo de la vida, resume Amiel. Conocer y amar para, a través del poder, convertir el propósito en acción, el sueño en realidad.

   Prosiguiendo la idea de las Palabras que inspiran, en las que siguiendo el decir de Emerson “la vida es una serie de sorpresas”, añadamos que es necesario, para disfrutar de ellas, que nos demos cuenta de su presencia, que las apreciemos en su valor real y efectivo.

    O, lo que es lo mismo, las disfrutemos en lo que representan, pues de nada serviría en nuestra vida que cada instante nos sorprendiera con la virginidad de su presencia, si dejamos que esos minutos sean seguidos por otros sin que las ventajas posibles nos aprovechen.

   El mayor enemigo de una vida plena, es el aburrimiento de la rutina, de cada día igual a la anterior, de cada hora igual a la anterior, de cada minuto idéntico al que le precedió. Porque ese suceder  del tiempo sin que nada suceda o como si nada sucediera, vacía nuestra vida de contenido y nos hace vivir como si tuviéramos los ojos cerrados.

   Es necesario vivir intensamente cada minuto, estremecernos con cada sorpresa de las que Emerson nos habla; es preciso sacar el mejor provecho a cada ocurrencia. Y este quehacer nos corresponde a cada uno de nosotros. Hasta en el de cada día, en el más corriente, puede hallarse una nueva faceta que lo ilumine favorablemente.

HABLEMOS/ 1966

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