3 de Setiembre
ó(BBC Mundo).- El
permiso temporal concedido por el papa Francisco para que los sacerdotes
perdonen a mujeres que hayan abortado supone "abrir una puerta"
que "ya no se cierra" para la iglesia católica,
afirmó el teólogo brasileño Leonardo Boff.
Uno de los
principales referentes de la Teología de la Liberación, condenado al ostracismo
en 1985 por el Vaticano por su libro "Iglesia, carisma y poder", Boff
expresó su entusiasmo con el actual pontífice durante una charla con BBC Mundo.
"El Papa está inaugurando otro
tipo de Iglesia, adecuada a la globalización", dijo el
exsacerdote, quien contó que colaboró con la encíclica sobre ecología que
Francisco divulgó este año.
¿Qué opina del permiso temporal que
concedió el papa Francisco para que los sacerdotes puedan absolver del
"pecado de aborto a quienes lo han practicado y que estén
arrepentidos"?
Esta decisión está ligada directamente
al concepto fundamental que el Papa tiene del evangelio como misericordia.
Dios tiene un amor incondicional y su misericordia no tiene límites. Solamente
un cristianismo doctrinario, apologético, yo diría casi machista y sin
misericordia, es duro en eso.
Este Papa ha
declarado claramente: yo no voy a dirigir la Iglesia por el poder sino por el
amor y la misericordia. Esta decisión es absolutamente coherente con su
mensaje.
Usted habla de una misericordia sin
límites, pero el perdón se podrá conceder sólo durante el Año Santo (entre el 8
de diciembre próximo y el 20 de noviembre de 2016). Visto así no parece un
cambio duradero...
Sí, pero esto es abrir una puerta.
Y una vez abierta la puerta, ya no se cierra. Significa
que él tiene cierta pedagogía, cierto sentido de proceso. No es un proceso que
va a retroceder. Empezó ahora y el Año Santo es una ocasión muy oportuna,
porque es el año de la misericordia y del perdón de todas las deudas. Se abre
una puerta y esta será una actitud pastoral permanente en la Iglesia.
¿Cree que esto anticipa un cambio
doctrinario dentro de la Iglesia?
Creo que el Papa no va a discutir las doctrinas. Él dice siempre
que la realidad está por encima de las doctrinas. Si la realidad dice que hoy
hay muchos divorcios, el concepto de familia está cambiando cada vez más, y
para él lo importante es que hay amor. Donde hay amor, sea en el primero o
segundo matrimonio, ahí hay algo de Dios.
La Iglesia rechaza por ejemplo que
aborte una niña de 10 años violada y embarazada, como ocurrió en Paraguay.
¿Cómo se coloca la realidad sobre las doctrinas ahí?
Creo que el Papa no
iba a hacer eso; él iba a entender. El obispo local o la iglesia local pueden
hacer eso porque hacen deducciones: no se puede cometer aborto porque importan
las personas. Eso es abstracto.
La pregunta es cuán reformista es el
papa Francisco: algunos creen que está impulsando cambios de fondo y otros que
son apenas actos cosméticos de alguien que en definitiva es el guardián de la
doctrina católica...
El es guardián de la tradición de
Jesús. Porque la doctrina católica es una invención de
teólogos. Cada época elabora su teología. Pero hay valores que
marcan una ruptura. Es decir: aquí empieza algo nuevo. Y este Papa vive de esa
ruptura. No es populista, no es nada. Él vive su profunda convicción como hombre
religioso. Ya lo vivía como cardenal en Argentina fuera del palacio, utilizando
los medios comunes, el bus y el metro, iba solo a las villas miseria.
El papa también dijo que no era quién
para juzgar a una persona gay, pero su Iglesia sigue condenando la práctica
homosexual y oponiéndose al matrimonio gay. ¿Cómo ve eso?
El Papa en eso está
innovando en la línea de la misericordia y la comprensión. Él dice: hay que
hacer una revolución pastoral, el pastor tiene que tener olor de oveja, caminar
junto con su pueblo. Y él entiende la condición humana, entonces no tiene nada
de rigidez.
Y respecto a los abusos sexuales dentro
de la Iglesia, ¿está haciendo todo lo que debe para atacar este problema grave?
Ahí el Papa es implacable,
es tolerancia cero. Ese nuncio apostólico de Santo Domingo fue inmediatamente
condenado. Un cardenal de Irlanda fue inmediatamente dimitido y enviado a un
convento a hacer penitencia. Es rígido porque es pecar contra un inocente,
abusar de quien no puede defenderse. Ese crimen tiene que ser
juzgado por la justicia civil, y el Papa tiene claro eso. Un
crimen no puede ser ocultado como fue en los dos pontificados anteriores.
En marzo hubo una polémica en Chile
porque el Vaticano defendió el nombramiento de un obispo acusado de encubrir
abusos sexuales. Hay quienes señalan que en los hechos no se ven tantos
cambios...
Todos los cambios necesitan procesos, no se hacen de la
noche al día. Se hacen con prácticas nuevas y es un proceso pedagógico donde
las mentes van madurando. Muchos se quedan atrás y otros que son muy
conservadores serán cada vez más aislados.
El Papa está inaugurando otro tipo de
Iglesia, adecuada a la globalización. No puede ser una iglesia occidental,
porque Occidente es cada vez más un accidente en la historia y la iglesia no
puede ser rehén de esa cultura occidental.
¿El Papa consultó sus escritos para
preparar la encíclica que lanzó este año sobre ecología?
No es bueno hablar sobre esto. Pero tres veces fui solicitado a enviar materiales mediante el
embajador argentino en la Santa Sede. Con gran alegría he constatado
que muchas cosas fueron aprovechadas. Pero la encíclica es del Papa, no es mía.
Lo nuevo de la encíclica es superar la visión de la ecología como
ambientalismo. No es una encíclica verde, es una encíclica de la ecología
integral, política, económica, espiritual, no solamente de la relación con la
naturaleza. El Papa parte ya del nuevo paradigma.
¿Hay algún cambio con este Papa en la
Iglesia respecto a la Teología de la Liberación?
La Teología de la Liberación tiene
varias tendencias. En Argentina a raíz de la represión militar y la furia
antimarxista no utilizaba ninguna categoria de clase, pero era la teología del
pueblo oprimido y la cultura silenciada. Es lo mismo. Y Bergoglio nunca fue contra la Teología de la Liberación.
Estuvo siempre del lado de los pobres que son oprimidos, a favor de la justicia
social.
Pero usted mismo había criticado a
Bergoglio como un exponente de conservadurismo de la Iglesia, alguien que apoyó
al régimen militar argentino que cometió crímenes de lesa humanidad. ¿Quién
cambió, él o usted?
No hay que olvidar que (en Argentina)
la Iglesia católica es la iglesia oficial del Estado, entonces todos los
obispos y sacerdotes tenían dificultad en oponerse al régimen. Y Bergoglio
sufrió con eso. Pero no se puede decir que él sencillamente ha adherido a eso.Ha salvado a muchísimas personas, como jesuitas que envió a
Brasil, Uruguay y otras partes. Pero la Iglesia como sigue hoy
todavía es en gran parte conservadora, a excepción de algunos.
En 2005 usted no opinaba eso. Cuando el
diario "Página/12" le preguntó sobre la candidatura del cardenal
Bergoglio, dijo que debía ser descartada ad limine, porque "un papa no
puede haber estado ligado a los militares como lo estuvo él"...
Pero eso es de 2005. Estamos en 2015. Hay 10 años de diferencia. No doy
valor a eso. Estaba pensando que en el contexto global era difícil que viniera
alguien de América Latina -en Chile era mucho peor, en Brasil menos- donde de
alguna manera muchos habían colaborado con regímenes porque eran
anticomunistas, por temor al comunismo, etcétera. Pero no era en el sentido de
decir que Bergoglio estaba comprometido; pertenecía a una Iglesia que en su
conjunto tiene mucho que pedir perdón al pueblo argentino por no haber sido suficientemente
profética y denunciadora de los crímenes.
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