ENCONTRAMOS nervioso,
molesto, muy enojado al profesor Ernesto López Mindreau, esa mañana de 1955.
Fuimos a la Academia de la Avenida Sáenz Peña. Nos recibió muy serio y cuando
le preguntamos el motivo de su disgusto nos contestó:
-Es una estafa eso de los
camiones
-¿Qué camiones?
-Los de Cassinelli…
-Pero, si acabamos de ver
pasar uno por aquí.
Resulta que el profesor
tenía el “hobby” de coleccionar camioncitos y, por esos días, la firma Cassinelli
había promocionado una serie; y cuando don Ernesto se acercó a canjear sus
cupones, los camioncitos se habían terminado…
El maestro residió en
Chiclayo, como profesor de música en el Colegio Nacional de San José, durante
los años 1954, 1955 y comienzos de 1956. En el año 1955 fundó la Orquesta
Sinfónica de Chiclayo. Sus componentes eran los alumnos y ex alumnos de la
Academia “Alcedo”, músicos de la Banda del Ejército de Lambayeque y como
concertino contrató al maestro Nello Cecchi
Pelli, un jubilado de la Orquesta de Lima.
De esa sinfónica chiclayana se recuerda a la
destacada pianista señora Bertha Lamas Ugaz de Rivas; al doctor Karl Weiss,
celista; al; doctor Dante Silva Tello, violinista, a Edmundo Díaz Stucchi, al
profesor Alfredo Itabashi Núñez, a Manuel Araujo Zamora, que era el decano de
los violinistas y otros más.
Era
chiclayano
El profesor Ernesto López
Mindreau era chiclayano de nacimiento. Vio la primera luz en esta ciudad, el 10
de junio de 1893. Cursó sus dos primeros ciclos de instrucción en Trujillo,
para luego viajar a Lima e ingresar a la Academia Nacional de Música “Alcedo”.
Su padre, don Christian López Marquina, era músico profesional, premiado en
1900 en el concurso “Fin de Siglo” como compositor.
La vocación musical le viene desde muy niño
y, luego de estudiar seis años en Lima viaja, a Panamá con el cargo de profesor
de piano del Conservatorio de dicha ciudad.
En el año 1919 viaja a Nueva York para
realizar estudios de perfeccionamiento con Stokowsky y un año después, como
becado por el gobierno de Leguía de don Augusto B. Leguía, se radica en Berlín,
en el Conservatorio, estudiando composición y contrapunto.
Sus estudios de director de orquesta tuvo
que hacerlo como alumno libre, pero todas las obras que compuso fueron
ejecutadas por la orquesta de la Universidad, debiendo correr por su cuenta el
pago de sus honorarios de la orquesta. Para ello debió trabajar como pianista
de un centro nocturno.
Regresó al Perú en 1928 y fue nombrado
Director Superior de Música del
Ejército, puesto que fue suprimido a la caída de Leguía. Posteriormente se
desempeñó como profesor de colegios, universidades y fue director de la Banda
de la Guardia Republicana. En 1940 fue nombrado director de la Escuela Regional
de Piura, y a finales de 1953 lo contrató la Sociedad Filarmónica de Chiclayo
para que dirija la Academia “Bernardo Alcedo”, que fue cuando volvió a la
tierra de su nacimiento.
El compositor
El maestro López Mindreau es
autor de numerosas composiciones, entre las que destaca la famosa Marinera y
Tondero, obra que compuso en Alemania y donde volcó todo el espíritu norteño
criollo, sin abandonar por supuesto su formación académica.
Pero su obra cumbre es la ópera Cajamarca,
que sólo en 1956 se ejecutó la parte musical, porque presentar la parte
escénica demandaba mucho dinero, especialmente en el vestuario y contratar a la
vez cantantes extranjeros de figuración. Esta presentación fue auspiciada por
el Instituto de Cultura del Ministerio de Educación.
En sus andanzas y entre los avatares de sus
peregrinantes gestiones llegٕó a conseguir que el Estado le publicara tres
obras: Marinera y Tondero, la ópera Cajamarca y su Cancionero Escolar. Como
Valle Riestra, Teodoro Valcárcel, Alomías Robles y Carlos Valderrama, López
Mindreau es uno de los grandes de la música peruana.
Pero fue el que menos apoyo recibió de la
patria, por la que trabajó escribiendo música, inspirado en los aspectos más
notables de la tradición histórica de nuestro pueblo. Trajinó por el Perú y en
los últimos años por el norte, empeñado en la enseñanza de lo que él había aprendido y con la esperanza
de que ello sirva de estímulo a los amantes de la música que fueron sus
alumnos. De temperamento sencillo, muy conversador, en la charla festejaba las
bromas con un rictus o un gesto apenas de la boca y cierta picardía en los
ojos. Con nosotros estuvo en muchas ceremonias oficiales y reuniones
particulares. En el aspecto general se
le veía un hombre serio y daba la impresión de estar preocupado
permanentemente.
Su
nombre figura en el Índice de Música de Secundaria de Hermann Kimmeskamp S. D.
B.
Lo curioso del caso del profesor López
Mindreau es que, a pesar de la amistad que tuvimos y las muchas veces que
hicimos tertulia, nunca supimos que era nacido en Chiclayo. Parecido al caso
del escritor López Albújar, que siempre se consideró y lo supieron piurano,
hasta que una delatora partida de nacimiento lo declaró lambayecano.
Más se consideraba López Mindreau limeño,
por el tiempo que radicó en la capital, después de crecer, y después de su
escolaridad en Trujillo. Pero nació en Chiclayo, cuando su padre era profesor
de música, y vivió algunos años en nuestro departamento.
Lundero, junio de 1991.
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