sábado, 17 de septiembre de 2011

CRÍTICAS Y COMENTARIOS SOBRE "CONFRONTACIÓN Y ACTUACIÓN"

Primera Crítica:
Manuel Calderón, Alemania, Jueves 16 de junio de 2005, 10: 09:15.

Querido Alejandro:
Sí, recibí el libro que mandaste por correo y no es para reir sino para gozar del contenido y de tu estilo literario. Muy bueno! He tenido tiempo para leerlo de principio a  fin. Mi hospitalización ha sido ocasión para poder saborear la historia de la Iglesia en Trujillo, cuyos personajes fueron los tíos Wenshe y Ulises.

Segunda:
Francisco Carranza, Seúl-Corea, Lunes 20 de junio de 2005, 12:15:25.

Hola Alicho (Alejito): Hoy he recibido el esperado libro. Apenas lo saqué de su fardo estrecho y seguro leí los últimos testimonios y algunos del inicio y del medio, es mi método para motivarme a morder después con gusto. Y ya me ha gustado mucho porque a través del libro encuentro a un Alicho sin miedo, como que ha recibido la vara de los tíos ausentes.

El libro contiene testimonios de que el cristianismo es también una ideología que busca la humanización de un mundo inhumano; quiere y exige los cambios cuando la mayoría de sus jerarcas se endulza en la mesa de los patrones. Hasta los dictadores sanguinarios tuvieron sus capellanes. Los curitas valientes y rebeldes salvan la imagen de una iglesia defensora del statu quo.

Estoy seguro que con este libro estás sacando ronchas. Muy bien, Alicho. Ahora te veo resuelto a todo. Has asumido tu historia. Más allá de esta existencia seguro que serás juzgado con justicia y no con prejuicios. Nuestros ausentes, Wenshe y Andrés Ulises, deben estar sonrientes.

Voy a leerlo con gusto y calma, luego te prometo un comentario. Saludos y abrazos. Hawi rumi.

PRIMER COMENTARIO.
CUANDO LA RETÓRICA SE CONVIERTE EN ACCIÓN.
FRANCISCO CARRANZA ROMERO. SEÚL-COREA. 16 de julio de 2005.

   El libro recién editado, con olor a tinta llegó a mis manos gracias a la amabilidad de su autor Alejandro Pereda Calderón. Aunque yo ya estaba enterado de que algo bueno se estaba preparando en San Martín 555, Trujillo, gocé al leer las primeras y últimas páginas. Es el archivo ordenado y vivo de la lucha épica de los sacerdotes y laicos de Trujillo durante las décadas del 60 y 70. Mis recuerdos brotaron al instante. Al leer con calma sentí momentos de alegría y rabia. Sentí en carne propia los insultos y acusaciones contra mis maestros y amigos: Andrés Ulises Calderón y Wenceslao Calderón.
  
   El libro "Confrontación y Actuación" es un rico testimonio de las actitudes valientes y honestas de algunos sacerdotes de Trujillo desde la década 60, para quienes "el estado de injusticia" era "el estado de pecado". Y, como yo viví en Trujillo en esa década y las siguientes, puedo recordar las escenas claras y vivas de obreros y sacerdotes marchando por las calles de Trujillo, y los policías con sus equipos antimotines vigilando la catedral donde estaban las mujeres de los obreros huelguistas. El vicario italiano Luis Baldo Riva, en vez de dialogar paternal o fraternalmente con las mujeres que "habían profanado el templo", había pedido resguardo policial.

   La noticia de la inauguración del Country Club provocó la ira de los católicos que la calaificaron de "una bofetada en pleno rostro de Cristo" porque se trataba de una suntuosa fiesta exclusivamente para los ricos. Esa noche del 28 de febrero de 1969, mientras adentro se derrochaba el dinero; afuera, un grupo de laicos y siete sacerdotes protestaban. Los policías detuvieron dos curas (Jorge Armas y Wenceslao Calderón) y dos laicos. Los invitados del Club -seguros de la protección policial- bailaron hasta el amanecer, los curas y laicos detenidos fueron interrogados en las comisarías también hasta el amanecer.

   Estos hechos impactaron al público local y nacional. Y dicen que trascendió hasta el extranjero. Allí salió a relucir el color político de los periódicos locales. "La Gaceta" gastó palabras y páginas criticando y acusando a los curas y a los laicos. Para ellos, el buen cristiano no debía protestar ni cuestionar el sistema, ergo, los rebeldes eran malos cristianos. Y el buen sacerdote sólo debía preocuparse de los asuntos espirituales; ergo, esos curas defensores de los obreros de la fábrica Triumph, y que imploraban comprensión para las ocupantes de la catedral eran heréticos. Sus periodistas no comprendían que la verdadera profanación es la humillación del ser humano.

   "El Norte", se apresuró en calificar de rojos y comunistas a los sacerdotes que abogaban por los obreros y sus familiares.

   "La Industria" informó con más imparcialidad y objetividad. Y en sus archivos hay datos de que sus periodistas fueron más comprensivos con los acontecimientos.

   Los Diarios de Lima fueron variados en sus juicios. Allí están los archivos, si alguien duda de la objetividad  de los datos.

   En ese tiempo corto ocurrieron otros hechos que fueron noticias: El arzobispo Carlos María Jurgens Byrne, que no soportaba insurgentes ni surgentes, expulsó de la jurisdicción a tres sacerdotes españoles. Sus colegas protestaron y hasta amenazaron con renunciar de la arquidiócesis; y los seminaristas también protestaron. Contra  la oposición de algunos religiosos y laicos Luis Baldo fue consagrado obispo. El nuncio Romolo Carboni Bertini mandó la carta acusatoria contra el  monseñor Andrés Ulises Calderón de la Cruz a 36 autoridades políticas, militares, judiciales y educativas; pero no aceptó una entrevista para el diálogo que le solicitó el acusado. Cinco curas (Andrés Ulises Calderón, Gustavo Gutiérrez, Alejandro Cussianovich y los hermanos Carlos y Jorge Alvarez Calderón) fueron insultados de "hipócratas", "bufones y payasos", "lobos rapaces", "verdaderas y reales desgracias", "maldiciones y verguenzas del clero limeño", "falsos profetas", "desgraciados sacerdotes que crucifican nuevamente a la Iglesia de Cristo" Y el sacerdote Harold Griffiths fue claro con el nuncio pidiéndole que no se metiera en asuntos internos del clero peruano: el diplomático en el suyo, exclusivamente en el suyo.

   El nuncio fue llamado a Italia. Y el Perú quedó dividido en dos grupos de católicos: Los católicos conservadores que hablan de obediencia, caridad y humildad sin meterse en los asuntos políticos y laborales, y quieren una iglesia espiritualista, mística y ritual y los católicos que quieren cambios amparados en las encíclicas Mater et Magistra, Populorum Progresio, Documento de Vaticano II, Declaración 36 de los obispos peruanos.

   Los obispos redactaron y firmaron bonitas y esperanzadoras declaraciones. Pero éstas se quedaron como simples documentos cuando se optó por la verdadera liberación de los pueblos, cuando se se apoyó a los pobres. Aquí cito un bonito texto: "por falta de plena fidelidad al Evangelio, hemos contribuído con nuestros silencios y omisiones a la actual situación de injusticia" (Obispos del Perú)

   El libro "Confrontación y Actuación" nos demuestra que la ciudad de Trujillo, no siempre es una tranquila ciudad colonial , es también protagonista de los grandes cambios en todo campo. Los testimonios de ONIS-Norte, grupo de sacerdotes de La Libertad, estremecieron la arquidiócesis y al Perú entero. Gracias a estos datos podemos decir que no todos los sacerdotes fueron cómplices de las injusticias; que no todos los católicos fueron cobardes ante tantos hechos absurdos que son protegidos y justificados hasta con las fuerzas policiales. Y entre esas autoridades firmantes contra los curas rebeldes estaban el famoso general Artola, el rector de la Universidad Nacional de Trujillo quien, al no poder resolver un problema interno de su institución, la recesó por tres meses; el Comandante de la Primera Región Militar, el Alcalde de Trujillo, etc.

   En conclusión, auque este libro saque ronchas a algunos, a muchos testigos de aquellos tiempos nos enorgullece. No todos los cristianos fuimos cómplices.
   Gracias Alejandro por haber salvado la memoria.

SEGUNDO COMENTARIO.
VOCES Y GRIETAS, LUIS SALAZAR ORSI, RIOJA.14 de diciembre del 2005.

   Los recuentos históricos me apasionan, cuanto más si parte de la historia me compete; pues fui estudiante de educación terciaria y entusiasta vecino de la entonces apacible ciudad de Trujillo entre los años de 1972 y 1977. Seis años intensos, luminosos.

   Me toca comentar la publicación en un solo volumen del contenido de un "Archivador voluminoso" de recortes periodísticos, documentos mimeografiados, pronunciamientos y volantes que circularon en la prensa radial y escrita y en las calles de la ciudad de Trujillo entre los años de 1968 y 1976.

   El Libro "Confrontación y Actuación" es un homenaje a la renovación de conciencia, a la valoración del ser humano y a la contemplación del mundo, para actuar con él con coraje, dignidad y justicia. Comparto el homenaje y comparto, también, la emoción y la cólera del autor.

   He leído el libro, publicado por Alejandro Pereda, sin detenerme y hasta conteniendo la respiración. Es que en él las acciones, los pensamientos y las pasiones de sus protagonistas se enfrentan irremediablemente en un entrechocar de aceros y voces, de concepciones y conciencias, de clarines y trompetazos, de amores y desesperanzas.....

   Según mi opinión, sólo con la mención del año en que se inician los hechos del libro, del lugar, de los protagonistas y de la serie de "acontecimientos" que el libro toca es suficiente para despertar el interés de cualquier lector e introducirlo violentamente en la trama.

Se trata de 1968, el año maravilloso de las grandes transformaciones en todos los ámbitos humanos, especialemente los de conciencia.

   Los hechos que el libro enfoca se realizan principalmente en Trujillo, una ciudad de conciencia colonial y evidentes rezagos feudales, con todo lo que esta expresión implica, es decir, que posee unos cuantos pobladores de "alcurnia"  que se sienten dueños de todo y que se ven seducidas a dominar permanentemente a los demás.

   Como el libro es, en esencia, una colección de artículos periodísticos, es necesario acotar que el periodismo trujillano casi siempre se mostró -por presión o naturaleza- complaciente y servicial con las clases poderosas de la localidad, es decir, solidario con la reacción y el tradicionalismo, más no así el limeño, que mostró objetividad, imparcialidad y capacidad de análisis.

   En este contexto, en Confrontación y Actuación se trata de un arzobispo, triste protagonista y máxima autoridad eclesiástica de entonces, cuyo nombre era Carlos María Jurgens Byrne, un viejo saurio de regalada autocomplacencia, y de sus ciegos y mentecatos seguidores, por una parte, y por otra, de un grupo de sacerdotes de nuevo cuño: los curas de ONIS-Norte (y ONIS-Lima), que enarbolaron el pendón de solidaridad y la esperanza, de la justicia social y una nueva interpretación de su propia trascendencia cristiana.

   Confrontacción y Actuación constituye también un acentuado homenaje a la memoria de los hermanos Calderón de la Cruz, los sacerdotes Andrés Ulises y Wenceslao, al cual me sumo como amigo y admirador.
Finalmente, agradezco a Alejandro su gentil invitación para participar en los comentarios de esta imponente obra.

TERCER COMENTARIO.
MARIO ANGEL MEZA RIVAS, TRUJILLO.  21 de febrero de 2006.

    Es un libro redactado en forma clara, precisa, de un contenido extraordinario, que sin querer serlo alcanza un gusto sensacional, ameno y atractivo. Por su fondo, es de gran utilidad formativa ya que brinda fundamentales elementos de juicio para el mejor entender la historia de la iglesia local, de aquella enclavada en la región de La Libertad, en el Norte del Perú.

    "Confrontación y Actuación" presenta a un hombre justo, servidor de Dios, que no pudo permanecer indiferente ante las tremendas injusticias sociales, la pobreza cada vez más creciente. El padre Wenceslao levanta las banderas de la justicia para liberar a los pobres, trasladando el mensaje evangélico hacia una iglesia comprometida con cada hombre, más humana, la cual debe continuar con su espíritu de pobreza y sencillez, de luz y esperanza, de paz y amor, fiel a la palabra del Redentor.-

CUARTO COMENTARIO
TOMÁS CASTILLO VÁSQUEZ, 26 de noviembre del 2007.

Alejandro:
    Has hecho muy bien en publicar tu trabajo de seleccionar, agrupar y comentar aquella hemeroteca en lo correspondiente a fines de los años 60 y principios de los 70 bajo el título "Confrontación y Actuación".deduzco que como un espejo refleja la imagen de la iglesia trujillana en la época que abarcan tus páginas. Desde luego, la obra es un monumento, un vibrante homenaje a la personalidad y a los nobles ideales de tus tíos Wenceslao y Ulises Calderón cuyo prestigio no es ninguna novedad. Te envío con sinceridad y entusiasmo mis felicitaciones y mi aplauso.
   
   La lectura de "Confrontación y Actuación" es apasionante, consigue crear el deseo de conocer la continuación y no deja indiferente. Se pasa por diferentes estados de asombro, indignación, compasión o júbilo.  Unas palabras sobre la lectura de los "acontecimientos"?
Porqué no?  Pero confieso que más me valiera no empezar, por cuanto al hacerlo, sin querer voy a herir sensibilidades, tal vez ultrajar opiniones y actos de instituciones y personas ilustres  como ONIS, sus fundadores, sus miembros, sus simpatizantes y hasta las tuyas propias. Me atrevo esperar que me sabrán perdonar. Yo estoy muy lejos de todo aquello, tanto en el tiempo (1968-69) porque hace medio siglo que vivo fuera delo país, como en el espacio porque tenemos al Atlántico de por medio.. Dos razones que deberían obligarme al mutismo, pero dos razones también que, ojalá, pudieran garantizar un grado aceptable de imparcialidad.

   Fiesta de la Primavera. Me parece muy bien que ONIS y los eminentes sacerdotes y miembros de otras instituciones cristianas católicas expusieran "sin temores"su punto de vista,enardecidos por un celo que los ennoblece y por el viento que soplaba entonces: Vaticano, Medellín, Lima, tal vez adelantándose al grito de Juan Pablo II diez años más tarde: "No tengáis miedo". Era su derecho y también su deber expresar sus convicciones.

   Por mi parte, yo me habría alegrado de que aquel festival, cuyos detalles ignoro y sólo puedo entrever por el contexto, empezara con una misa como quien hace el signo de la cruz antes de comenzar algo. Primero la misa y luego "la ligereza y la superficialidad"? No le veo inconveniente, ni siquiera bajo el aspecto de "evasión de los problemas". La fiesta, término del que supongo se deriva festival, encierra por definición un paréntesis, un alto en las preocupaciones de cada día y también la resaca del final, que allí se llama "el amargo regreso a la realidad". Lo uno no excluye lo otro. Un festival no es un acto religioso, y estimo, por el contrario, que no debía perder una magnífica ocasión para cristianizarlo de alguna manera, por muy profano que fuera. A la "acción de gracias" (eucaristía) no se le puede sacralizar demasiado, porque ha sido inventada para los hombres sin discriminación.

   En Sao Paolo y en otras ciudades de Brasil se celebran unas misas festivas que por la forma se aparentan a esos grandes conciertos rock de tal o cual artista, pero en el fondo los celebrantes consiguen, por este medio, sembrar la buena nueva (evangelio) y hacer participar al pueblo en esta "celebración". No se dice "celebrar"la misa? Y mientras las catedrales se van quedando vacías o con "cuatro gatos", más bien gatas, pues en general son unas cuantas mujeres que asisten a la misa, aquellas otras celebraciones festivas tienen lugar en la playa por ser el mejor templo con ámbito suficiente para el gentío que participa por decenas de miles. Y, terminada la misa, a los placeres de la playas!

   Francamente, a mi pobre manera de ver, la proyectada negativa de eucaristía me aparece como el desperdicio de una excelente oportunidad de estar presentes con el pueblo y dentro del pueblo. !Qué bueno que aquel festival hubiera pensado en empezar con una misa! En otras latitudes ni siquiera se les ocurre tal idea. Lástima!   

   Ocupación de la catedral de Trujillo. Es una nueva función que el pueblo mismo le ha asignado a las iglesias. Aquí ocurre algo semejante. De repente entra un grupo de gente y se instala para una huelga de hambre, o simplemente para hacer presión y exigir sus reivindicaciones. Generalmente es gente indocumentada que ocupa las iglesias y no solamente cristianos sino de otras religiones, sobre todo los musulmanes que vienen del norte de  África clandestinamente y que, una vez, aquí "exigen" los papeles que según la ley la autoridad no puede darles. Por cierto, me pregunto: Por qué no ocuparán una mezquita? Aquí hay unas cuantas. Cuando llegué, Bélgica estaba llena de belgas. En la actualidad cada vez parece que éstas son tierras del islam. Los ocupantes de las iglesias, de ordinario, no siempre, cuentan con el respaldo del cura titular de la iglesia ocupada. Pero no van más lejos, pues si es verdad que no debe haber injerencia del Estado en los asuntos de la Iglesia, tampoco la debe haber por parte de la Iglesia en los asuntos que atañen a las autoridades competentes. En definitiva, lo veo positivo y hasta con orgullo, pues las mezquitas todavía no han servido para reivindicar nada.

   Y volviendo a Trujillo, veo muy digna de encomio la actuación de los tres "hombres de la situación", cuatro según otro diario, en donde por fin apareces tú, Alejandro, que como Moisés y Aarón fueron a ver directamente al faraón para alegar la causa de sus protegidos, en este caso encabezados por Andrés Ulises Calderón. Enhorabuena por el éxito, aunque muchos años después y fuera de contexto.

   Tengo eso sí algunos reparos. en algún momento me da la impresión de que se trataba de una manipulación como las reacciones en cadena: yo te empujo para que empujes, tocar con ello la fibra sensible de los eclesiásticos, forzar la mano que desate ventajosamente el lío y obtener así lo que se pretendía. Me cuesta un poco imaginar 40 ó 50 mujeres "acompañadas de sus menores hijos"saliendo espontáneamente de sus casas para ir a ocupar la catedral. había sin duda un motor sindical que no mostraba la cara. Y es que todo lo que sigue lo percibo como una labor eminentemente sindical ("...Exigimos a las autoridades competentes...") No la critico, ya dije antes que la aplaudía, pero no le veo conexión directa con el lenguaje justificativo que invoca el Evangelio, Vaticano II, las Conferencias Episcopales: ("en nuestro intento por ser leales al Mensaje Evangélico..."). Dicho esto sin adherirme por ello a lo escrito por La Gazeta (ignoro sus tendencias, p. 41-43) ni tampoco a lo de "Norte" (p. 44-47). Tanto mejor para aquellos obreros de "Triumph" por el feliz desenlace, sin olvidar aquellos otros a quienes ponen de patitas en la calle y no hay nadie que dé la cara por ellos. Labor de la Iglesia? Sí y no; no lo sé. Pero hay que reconocer que hace falta mucha más voluntad para "actuar" como Bartolomé de las Casas, que para opinar solamente. Que este punto de vista, que no tiene más valor que el de ser mío, no proyecte ninguna sombra sobre la buena "actuación" de los eclesiásticos que entonces respaldaron aquella situación.

   Inauguración del Country Club. Pienso que todos tenemos una idea aunque sólo fuera aproximativa de lo que es el "country" y de que sólo se inaugura una vez. Lamento que respecto a este "acontecimiento" mi opinión no siga el cauce de los protagonistas.

   Estimo que una cosa es estar al lado de los ricos para incensarles, lo que las iglesias locales (para no comprometer a la Iglesia en general) hacían con frecuencia en el pasado, y otra cosa completamente opuesta es pararse en la acera del frente para acusarles públicamente de pecadores como se dice de Juan Bautista con respecto a la mujer de Herodes ( y perdió la cabeza). Me parece un buen criterio volver siempre a las fuentes, que no es sinónimo de retrógrado, como aquellos aviones que una vez que salen de un aeropuerto, van guardando el contacto con la torre de control.

   Si Jesús viviera ahora (volver a las fuentes) habría "actuado" de la misma manera? Ya ha habido quien hiciera el reproche que aquel perfume raro y carísimo vertido sobre sus pies podía haberse vendido y servir para atender a los pobres, y la respuesta es conocida: "Pobres tendréis toda la vida..." lo que parece dejar un margen para que el hombre pueda permitirse fantasías como el caviar, el champán, las viandas, los vestidos, los bailes sin que eso ofenda a la humanidad. Los que no nadan en el dinero organizan su fiestecita con chicha, cola o cerveza, según sus alcances, y los ricos con lo que sus medios lo permiten.

   Siento mucho de verdad no seguir los mismos rieles de tan ilustres personas apuntando con el dedo públicamente el pecado de festejar la inauguración de un club. Ya lo dije al principio, más me valiera no haber empezado.

   Nada que añadir respecto al caso del párroco Diego Shanahan. No lo veo muy claro.

   La patética carta de ocho sacerdotes trujillanos al señor arzobispo en cambio me ha impactado particularmente. Quién iba a sospecharlo? Me explico:

   De vacaciones en Palma de Mallorca en el verano de 1971,por esas casualidades de la vida me encontré con un señor en mameluco, que trabajaba en el hotel como obrero en la lavandería. "Alguien tiene que hacer estos trabajos que no les gustan a los demás", me dijo. lo que me impresionó tanto que aún me acuerdo como si fuera ayer. Resultó ser Bonín Aguiló, uno de los mallorquines que estuvieron en Trujillo. Bonín se presentó a Miguel Fernández Bosh y éste me enseñó su labor en una radio diocesana que difundía para Europa del Norte, de preferencia para Alemania. Me dio a entender que había estado por mi Santiago de Chuco al contarme lo de "déliuste déliuste don Ägreda, hasta que tope". Guardo un recuerdo muy hermoso de él por cuanto durante tres días me enseñó toda la isla: Por dónde empezamos, dijo, por costas, sierra o selva?" Yo no hice nada para merecerlo, nada más que ser peruano con algunos lazos con Trujillo, supongo. Casi simultáneamente conocí a Bartolomé Bennásar con quien también hicimos unas cuantas salidas en Palma de Mallorca. Al despedirnos me ofreció su libro "Contestación, Carisma y Cambio de Estructuras en la Sociedad y en la Iglesia".

   Por qué te cuento todo esto?  Para subrayar la personalidad de los tres sacerdotes, por otra parte tan conocida ya allí. En ningún momento hicieron alusión a lo ocurrido en Trujillo y eso que pasamos muchos y largos momentos juntos hablando de todo. !Admirable! Cualquiera hablaría de sus heridas al entrar en confianza, y lo natural hubiera sido que alguno de ellos  dejara escapar algún comentario, pero nada. Ni siquiera Miguel Fernández, quien me llevó a un monasterio en cuyo jardín hay una Virgen ante la cual, me contó, habían ido los tres a ofrecerle su decisión y a pedir su bendición para la aventura que iban a emprender: ir a América, para trabajar en la viña del Señor. Comprenderás lo doloroso que me resulta al enterarme por tu libro, aunque sea parcialmente, del premio que para su labor reservara aquel prelado, aparentemente estancado en su evolución. Me gustaría volver a encontrarlos y hacer cualquier gesto por ínfimo que fuese para desagraviarlos de alguna manera. Perdí el contacto por negligencia mía. Del 71 al 2007 han pasado casi 40 años. El año pasado volví a Palma con mi hijo Jonathan; traté de llegar a los lugares donde pudiera encontrarlos, pero no acerté con ellos. No es imposible que alguno ya hubiera salido de este mundo. Pero volveré, esta vez motivado por todo lo que he podido aprender en "Confrontación y Actuación".

   Sería demasiado fácil que en este asunto opine de manera "parcializada". Yo digo NO. Igual habría opinado por la sola lectura de lo relatado, sin conocer a los protagonistas. No es posible subestimar el coraje de unos eclesiásticos increpando a su obispo (que sea arzo no cambia), poniéndole un ultimátum y con la maleta hecha, dispuestos a marcharse. Es valentía, hermandad, sed de justicia, que ojalá haya servido de bálsamo a aquellos sacerdotes mallorquines. Claro que el haberlos conocido añade una nueva dimensión al poder apreciar sus quilates. Además que por la personalidad de estos hombres se deduce la del arzobispo. También la del Vicario Baldo ("actitud de carácter reservado e interno") Y no caben más comentarios; se le ve la cola al lobo. Era injusto "agarrárselas con los extranjeros". Se ve que eran pretextos. Cuando se quiere azotar a un perro, siempre se encuentra un palo. porque, por ejemplo, no eran los únicos presentes en la marcha por lo del Country Club ni en el asunto Triumph. Y, sin embargo, la sanción no es igual con la de los nacionales. Me quito el sombrero ante la valiente posición de los ocho sacerdotes.

   Hermoso e igualmente patético el pronunciamiento de los jóvenes seminaristas para defender su propia causa y la de sus hermanos mayores. Leer estos documentos es prácticamente adherirse a ellos, tanto les sobra razón.

   Lamentablemente, queda que, tratando de poner los pies en el suelo de manera imparcial, al menos en la intención, es preciso admitir que todo esto, tan noble y bello, no quita que,  cualquiera que fuese la razón, era un acto deliberadamente público de desobediencia y de descrédito a la jerarquía, por mucho que en los manifiestos se diga "no es desobediencia", "no es insubordinación". Desplazando los hechos y los personajes, en un esfuerzo mental de neutralidad  cuál sería la respuesta si a los mismos personajes se les vistiera de militares, transponiendo el caso a esa otra jerarquía verde caqui?  Las cosas cambiarían por completo, no cabe duda. Y me temo que para llegar a esta respuesta no haga falta ser retrógrado, conservador, etc. Convenía utilizar los canales normales previstos para enderezar los desvíos. Claro que si los canales normales no funcionan, volvemos al punto de partida.

   Bajo el título "tercer acontecimiento" entra también la asombrosa carta del Nuncio. Pero como ésta se dirige en ángulo de 90 grados a la persona del irreemplazable canónigo Ulises Calderón, no hay nada que añadir; todo está en su respuesta, en su renuncia que lo honra y en la "Carta de los fieles de Trujillo a Monseñor Rómulo Carboni desagraviando a Monseñor Andrés Ulises Calderón y protestando contra sus acusadores".






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