jueves, 15 de septiembre de 2011

LO QUE SE DIJO Y NO SE DIJO EN ESTE PRIMER LIBRO: "Confrontación y Actuación" . Alejandro Rómulo.

Todo el libro consigna, a mi parecer, lacónicamente lo que se quiere transmitir.  Ni una palabra de más, ni una de menos. Su estructura está bien determinada. Tres partes: Cinco acontecimientos. Encarnación en las realidades y Signado para lo concreto.
Fue presentado el 21 de mayo en el Paraninfo de la Universidad Nacional de Trujillo por el mismo autor.

Los contenidos  mejor  logrados fueron  : la Justificación del nombre "Confrontación y Actuación"  y  los Testimonios a partir de los pasajes bíblicos que reproducen como una fotografía el ideal siempre presentes en ellos, Ulises y Wencesalo, por encima de todo, a pesar de... "Para ser fiel a Dios hay que ser movido y transformado por Él , que ahora aparecen  para ustedes, porque nos dan  a conocer lo sustantivo de la información.

   El Diccionario Enciclopédico Ilustrado sanciona el término CONFRONTACIÓN, como careo entre dos o más personas // Cotejo de una cosa con otra // Simpatía entre personas, o conformidad natural entre las cosas // Acción de confrontar, carear, cotejar, y también alindar y confinar.

   Primera acepción: Careo entre dos o más personas.
  
   Gracias a la irrupción de ONIS - Movimiento sacerdotal - el 23 de setiembre del año 1968, con ocasión del FESTIVAL DE LA PRIMAVERA DE TRUJILLO, se presenta el primer careo -alturado por supuesto - al interior de muchos sacerdotes, miembros y no miembros, sobre la conveniencia o no de la Misa programada por los organizadores del Festival por celebrarse en la Catedral.

   Una veintena de sacerdotes sostienen la total improcedencia de su celebración y proclaman lo que debe ser: no un mero rito, un número más del programa, ya que la Misa es, la expresión de una fe evangélica, propia de una comunidad creyente y libre y signo de justicia y amor.

   Estos veinte, confrontan la realidad de entonces y dan su respuesta prístina de acuerdo al Documento de Medellín y éste en concordancia con el Vaticano II: "Quienes formamos el pueblo de Dios estamos obligados a hacer realidad viva de las recientes palabras del Episcopado Latinoamericano. Debemos agudizar la conciencia del deber de solidaridad con los pobres, a que la caridad nos lleva. Esta solidaridad ha de significar el hacer nuestro sus problemas y luchas, el saber hablar por ellos".

   Es, pues, un careo de posturas de todos los sacerdotes y de éstos ante su autoridad inmediata superior o inferior que se traduce en el respaldo que bien ofrecerían.

   La respuesta de este grupo está consignada en el Diario "La Industria" - Trujillo, con fecha 23 de setiembre de 1968, fecha por tanto del nacimiento de ONIS TRUJILLO NORTE, con un rol de protagonismo nacional e internacional que señalaremos.

  Segunda acepción: Cotejo de una cosa con otra.

  Cotejo de escritos, lineamientos, directrices para "Actuar" con eficacia.

   El primer escrito en manos de los impetuosos, a pocos días de su publicación, es las Ponencias de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano de Bogotá-Medellín-Colombia, el cual es considerado como un acontecimiento salvífico, eminentemente religioso y evangélico, (Agosto 26-setiembre-1968) a la luz del Concilio Vaticano II, contando con la presencia de Pablo VI, la primera visita del Papa a América Latina, quien pide: ""adquirir conciencia exacta de este feliz encuentro, que nos parece ser, conclusivo y decisivo".

   Por otra parte, ONIS se rige por un Documento Fundamental desde su inicio, el cual fue publicado años más tarde en el Diario "Expreso", comentado por el sacerdote Jorge Alvarez Calderón. Lo fundamental: Son sacerdotes que conscientes de su responsabilidad, se sienten obligados a hablar  una vez más. Se creen impulsados a hablar porque son hombres, es decir, seres que vibran ante el sufrimiento de los demás; porque son cristianos, o sea, personas que sin ser mejores que los otros se sienten movidos por un misterioso impulso interior; porque son sacerdotes, es decir, inadecuados signos del gran servicio de Dios a la humanidad. Hablan de lo real: de aquello que habla la gente; se angustian por las angustias del pueblo; se manifiestan sobre la realidad. Y es porque piensan sobre lo real. Porque su preocupación no es conquistar, sino participar.

   Es pues, una declaración franca y prudente de sacerdotes peruanos a favor de todos los sacerdotes, peruanos y extranjeros que trabajan en el país.

   Tercera acepción: Simpatía entre las personas, conformidad natural entre las cosas.

   Los fundadores de ONIS, Gustavo Gutiérrez, Carlos y Jorge Alvarez Calderón y Alejandro Cussianovich son cuatro sacerdotes limeños. Hace algunos años que vienen desarrollando una labor callada pero profunda. Son hombres comprometidos con la Iglesia de siempre, la evangélica, la que no está entregada a ningún poder, la limpia de corazón y de mente. Hace mucho que, interesados en nuestra pastoral peruana, dentro del contexto latinoamericano, han viajado, han dialogado, han penetrado en la vida de las gentes y en los mil asuntos de los hombres permaneciendo esencialmente sacerdotes en buenas palabras de Harold Griffiths.

   Simpatía, significa conformidad, inclinación o analogía de sentimientos de una persona respecto de la otra.

   La simpatía nace, sin duda, al encontrarse la amistad como medio; se es amigo cuando se puede pensar en alta voz y las inquietudes responden a los mismos ideales.

   Por ahora desconozco las fechas y aún los años de los primeros contactos, por razón de sus viajes, de los hermanos Alvarez Calderón y de Gustavo Gutiérrez con los hermanos Ulises y Wenceslao Calderón; pero sí sé de la gran estimación, respeto y admiración mutua entre ellos. Gutiérrez por el año 98, con ocasión de las Bodas de Oro Sacerdotales de Wenceslao, se expresó públicamente y con añoranza sobre las primeras conversaciones sostenidas: ...."cuando nos reuníamos en la casa del ´bueno de Ulises¨y años más tarde, Ulises, presintiendo su fin  (muerte) se despidiera de Gustavo con un beso en la frente.

   Por su parte, Jorge, quedó admirado, sorprendido por saber que Wenshe, sin haber pisado centros de formación en el extranjero, fuese tan cultivado.

   Interesa saber por qué son simpáticos. ¿Qué reconocen desde el principio a modo de "hecho de vida?

   Reconocen la necesidad de transformaciones profundas y rápidas.

    Acercarse aún más al hombre...  para ser fieles a su propia misión. Pues, es cierto, que se han preocupado de los pobres y de los más necesitados, pero necesitan de un trabajo de purificación.
Reconocen la voz autorizada del Cardenal . En el discurso inaugural del Cardenal Juan Landázuri Rickets, Copresidente de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, éste se responde: " Al preguntarnos el mundo qué somos, nuestra respuesta es clara: somos los primeros responsables de una Iglesia que está tratando, por todos los medios a su alcance, de estar presente en el mundo, de escucharlo, de darle respuesta". (Propiamente, Gustavo reconoce sus propias palabras, pregonadas ya por el Cardenal).

   También en música y acústica existe la simpatía que nos servirá para hacer una analogía al respecto. Correlación existente entre los cuerpos capaces de comunicarse recíprocamente su movimiento vibratorio a través de algún medio; como ocurre por ejemplo, cuando, al excitar el sonido de un instrumento de cuerda, se excita por sí el de otro instrumento colocado a distancia. Así ellos.

   ¿Por qué veinte y no treinta, cuarenta .....sacerdotes en el primer acontecimiento?

   El primer acontecimiento muy bien puede llamarse el Pentecostés de ONIS: "dispuestos para celebrar el Festival de la Primavera una vez más; luego la interpelación minoritaria", inesperada por cierto, de veinte firmantes de un pronunciamiento titulado "Festival de la Primavera y Conciencia Cristiana".

   Es absurdo pensar que la totalidad del clero firmase tal pronunciamiento. Al respecto, el Obispo de Riobamba. Leonidas E. Proaño, Presidente del Departamento de Pastoral de Conjunto del CELAM expone: En la Iglesia, todos estamos llamados a ser activos, todos servidores, todos constructores. La capacidad de servicio, ha sido repartida según la medida dada por Cristo. Esa medida significa para unos ser pastores y doctores, para otros ser apóstoles o evangelistas, para otros ser profetas, para otros ser sabios, ser prudentes, ser consoladores, ser consejeros, ser pacificadores, ser intrépidos, ser visionarios, ser intérpretes, ser elocuentes, ser optimistas, ser amigables, ser sembradores de la alegría, ser reflexivos, ser tenaces, ser metódicos, ser inventores, ser inquietantes... según la variedad de carismas. El porvenir reclama esfuerzo, una audacia, un sacrificio que pocos lo reconocerán.
El evangelista Mateo en 11,12 dice: "El Reino de Dios es cosa que se conquista, y los más decididos son los que se adueñan de él".

   Cuarta y última acepción: alindar y confinar.

   Alindar = poner lindo o hermoso. Componerse, adornarse, embellecerse.

   La aportación mía es principalemte su ordenación con títulos o subtítulos e ideas principales, subrayados o resaltados, y por último las notas breves de comentarios precisos. Lo que interesa es que sea conforme al reportaje original de entonces, con lo cual se cumpliría lo de compuesto, adornado, embellecido a entera satisfacción de quien me transmitiera su entusiasmo para hacerlo.

   Confinar = desterrar. Dos son los desterrados a consecuencia de sus actitudes. El primero: Monseñor Rómolo Carboni fue nombrado Nuncio en Italia, cambiado por el Papa Pablo VI a raíz del enfrentamiento violento que tuviera con el clero joven por cuestiones sociales repaldado, éste, por el Cardenal Landázuri.
El segundo: Gustavo Gutiérrez desterrado "motu proprio", viviendo en un monasterio dominicano de Francia.

LOS TESTIMONIOS:

PARA ULISES: Jeremías,  perseguido en Anatot. (Jer. 11, 18-21)

   Yavé me dio un aviso que pude comprobar. Tú, Yavé, me abriste los ojos para que viera sus maniobras.
"Cuídate, me dijiste, pues hasta tus hermanos y tus familiares te traicionan y te critican abiertamente por detrás de ti. No confíes en ellos cuando vienen a ti amistosamente".

Y yo que no tenía más sospecha que el cordero al que llevan tranquilo para matarlo. No sabía lo que estaban tramando para perderme. "Destruyamos el árbol verde, decían, arranquémoslo de entre los vivos, y nadie se acordará más de su nombre".

Yavé de los ejércitos, tú que pronuncias sentencias justas, porque conoces el corazón y las intenciones de los hombres, sabes que te he entregado mi causa. "Permíteme que esté presente cuando tú te harás justicia".
Esta es la sentencia que ha pronunciado Yavé en contra de los hombres de Anatot, que me amenazaron de muerte y me dijeron: "Deja de hacerte el profeta de Yavé, y te perdonaremos la vida".

PARA WENCESLAO: Las pruebas de un apóstol. (2 Corintios, 6, 3-10).

..... en todo demostramos ser auténticos ministros de Dios: somos muy perseverantes; soportamos persecuciones, necesidades, angustias; azotes, cárcel, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer.
En nosotros, la gente puede ver pureza de vida, conocimiento, paciencia y bondad, actuación del Espíritu Santo y amor sincero. En nosotros está la verdad y la fuerza de Dios. Luchamos con las armas de la justicia, tanto para atacar como para defendernos. Unas veces nos honran, y otras nos insultan, recibimos tanto críticas como alabanzas. Pasamos por mentirosos, aunque decimos la verdad; por desconocidos, aunque nos conocen; nos dan por muertos y vivimos; se suceden los castigos y todavía no hemos sido ajusticiados. Nos creen afligidos, y permanecemos alegres; tenemos apariencia de pobres, y enriquecemos a muchos; parece que no tenemos nada y todo lo poseemos".

LO QUE NO SE DIJO (por considerarlo accesorio por lo extenso, hinchado y redundante;  pero sí fue anunciado  en la página 69).

SÓLO.... PARA... Y... POR ... MI TRUJILLO.         LA GACETA: Jueves, 6 de Marzo de 1969)

   Hace días en algún lugar de Sud América y de cuyo nombre mejor ni acordarse, sucedió algo que trajo gran confusión a espíritus caballerescos, quijotescos, cristianos, ateos, e indiferentes.

   Resulta que hubo una vez que se formó un grupo de personas que quiso con su dinero formar un Club y erigir un local para tener allí esparcimiento y cultivar "la mente sana en cuerpo sano".

   Se invitó a todo el que quisiera contribuir y no hubo en ningún momento "señal a dedo" de tú sí, y yo no, y se llegó a formar el Club, para orgullo de aquel lugar, y se construyó el local con el producto de los "sudores de frente" de sus socios.

   Estas personas lógicamente quisieron celebrar el acontecimiento con una fiesta digna de su esfuerzo, para olvidar un poco y "por una sola vez" en la existencia de ese lugar, en evitar los cotidianos sinsabores de ganarse duramente y trabajando honradamente el pan de cada día.

   Sus intenciones no eran otras que esas solas; nada más que esas solas. NO QUISIERON OFENDER A NADIE. Entonces pensaron que no podía, tampoco hacerse un derroche de dinero y después de muchos cálculos decidieron contribuir para la celebración con una cuota promedio de cuatrocientos soles.

    Esta cantidad pensaron, es una cantidad que todos los sábados y domingos gastan casi todos los obreros,
trabajadores y empleados tanto en las cantinas, bares y restaurantes, como en los cines, espectáculos y deportes. En las barriadas llegan a elegirse Reinas hasta con 30 y 50,000 soles en votos. Soles que se convierten, no en obras de caridad; ¿Se convierten en Champagne, Whisky o exquisitos potajes de origen extranjero? Tampoco.. No.. tampoco en eso se convierten. Se convierten en cerveza, pisco y chicha y en deliciosos platos criollos más selectos y sabrosos que cualquier potaje del mundo. Y esto es porque les gusta así y no porque no puedan comprar lo otro. También es cierto que como esto resulta más barato, y estos  licores cuestan menos, la cantidad es mayor, la alegría crece; lo ingerido toma visos de intoxicación y se termina con un buen porcentaje de "Alegre estado" que invariablemente trae consigo cierto desequilibrio que desgraciadamente termina en la Asistencia Pública o delante de la Autoridad explicando lo que sucedió.

  ¿Por qué no hacer allí una manifestación pacífica, pero con piedras y todo? Pero... disculpen paisanos ya me pasé a otro lado.
Sigo con mi historia, etc, etc.

   Los señores éstos pues, pensaron que con esa cantidad "per cápita" tenían que pagar servicios, comer y beber algo para estar alegres. Con esa cuota había que pagar orquesta, mozos, comida, bebida, obreros para las instalaciones, carpinteros, mecánicos, jardineros, guardianes, cocineros, etc, etc.

   CLARO... Todo este personal era ARISTOCRÁTICO, según pensaron algunos manifestantes pertenecientes a ciertas instituciones que hicieron una protesta por medio de una manifestación pacífica con piedras y todo.
Pero.. paisanitos, perdónenme, ya me volví a salir del tema.
Sigo con mi historia:

También pensaron estas personas, que ya querían que fuera una fiesta hermosa debían ir hermosos y bien vestidos. Entonces resolvieron dar trabajo a decenas de sastres, peinadoras, costureras, zapateros, camiseros, tiendas de artículos de tocador, pedicuros, salones de belleza, manicuras, tiendas de vestuario, etc.
CLARO... Todos estos seres que se ganan la vida con esas cosas y negocios son todos millonarios que se dedican a esas actividades por hobby y ... de ninguna manera por ganarse "los panamos". Y por supuesto, hay que hacer una manifestación pacífica con piedras y todo.

¿Pero qué te pasa Pancho... otra vez te vas por otro lado?
Sigo con mi historia:

Y como estas personas no eran egoístas pensaron en invitar a otras personas de fuera para que también se divertieran un poco y que lógicamente vendrían a dejar su platita en hoteles, tiendas, restaurantes y otros establecimientos sitos en el lugar de S. América a que aludo en mi historia. Tal fue su éxito en ese sentido que hasta de Bélgica vinieron Príncipes de Sangre a la fiesta.

   Y notamos que los más entusiastas en atender, divertirse, danzar y gozar, fueron miembros de las instituciones firmantes de un Comunicado publicado al día siguiente que hablaba sobre Clubs y Conciencia. Esos espíritus sanos y correctos hoy no se explican esta contradicción. Incluso se pudieron ver conocidos elementos de tendencias muy contrarias a las aristocráticas, que vistiendo elegantes atuendos se divertían a más y mejor. El resultado fue que la fiesta fue hermosa, decente y hasta el Todopoderoso, paralizó una lluvia que amenazaba terminar con la sana alegría que reinaba.

   Esa llovizna, hizo, incluso que cambiara un poco la rutina, alegrando más la fiesta, con las escenas de carreritas y actos de cobijarse bajo techo entre risas y chistes. Pasado el chubasco se acrecentó más la alegría...  y parecía como si se hubiese repetido el milagro de la bodas de Caná.

CLARO... Todo esto sucedió porque El veía  no con malos ojos este esparcimiento sano, que no terrminó en un desequilibrio ni en ningún viaje a la Comisaría a explicar sucesos, escándalos ni con excursiones a la Asistencia Pública. Es decir, no se dio motivo a escándalo en la vía pública tal como sucede cuando se hace una manifestación pacífica con piedras y todo.

   Yo me pregunto: ¿El pastor de la grey estará de acuerdo con estos actos?
Pero... ¿qué me pasa? Me volví a salir de mi historia.

Sigo con ella. Decía pues que todo terminó bien... Pero (aquí sí viene el pero...)
   ¡Es cristiano empujar a hermanos contra hermanos? ¿sean ricos o pobres, no está Cristo con ellos? Es labor de mentes cristianas y alturadas protestar sólo y únicamente contra cierta clase? Sabemos que instituciones burguesas han tenido fiestas en que han corrido ríos de licor, en que las Reinas han sido elegidas con decenas de miles de soles y .. nada de eso ha sido secreto, pues ha habido hasta polémicas por periódico. ¿Ha habido manifestación pacífica con piedritas y todo por eso? ¿Es justo y cristiano, sigo preguntándome, que se publiquen fotografías de ciertos actos sagrados permitidos por la Iglesia en los que un padre de familia honrado, que se ha ganado la posición que tiene, sólo haciendo el bien, de una manera muy conocida... demasiado conocida por miles de familias a las que muchas veces no ha pedido nada y que incluso con su ciencia ha salvado la vida de algunos familiares de los responsables de esas publicaciones? ¿Es justo, digo, que se publiquen para compararlas con otras en que se ve la pobreza de unos niños, a los que trajo en gran cantidad un desalmado padre que ya no ve por ellos y que los abandona, pues, sólo está atento a sus deseos carnales? Si fuéramos a averiguar encontraríamos, quizás, que el padre de ese, en el momento de la fotografía estaba tomándose unas CHAPAS con sus amigos. En cambio el otro padre, presenta a su hija en un santo sacramento, con toda la suntuosidad que le es posible, imitando a la Iglesia que es pobre y suntuosa. Y... Si pensamos un poco veremos que con su plata dio de comer y trabajar a mucha gente para realizar esa celebración.

Paisanos... El cristiano, el verdadero cristiano, no hace escándalo. Y escándalo no es precisamente realizar una fiesta. El cristiano debe ser humilde y la prepotencia y la violencia no es de los humildes. El cristianao debe ser obediente y no realizar "manifestaciones pacíficas con piedras y todo. Sin permiso y desaafiando al orden es justamente lo contrario. Estoy convencido de que las intenciones son buenas. Que se quiere mejorar todo lo que para ciertos criterios está mal. De acuerdo. Completamente de acuerdo pero no por ese camino. No mil veces no. Ese no es el camino. Es verdad que hay que hacer algo. Pero no con la violencia, el escándalo y las publicaciones en que se amenaza con frases como las "no hay que abusar de los que etc, etc. Ese no es el camino. "Los medios no justifican el fin".

   Supongamos. Nada más supongamos lo siguiente: (Que el Todopoderoso no quiso que sucediese). Supongamos que al ingresar uno de los asistentes a la fiesta se hubiese encontrado con los pacíficos manifestantes con piedras y todo y una de éstas escapase por casualidad de una muy pacífica mano rompiera un vidrio de un automóvil y casualmente hiere en la carótida de manera fatal a una de las damas que van en él. Los pacíficos manifestantes no se extrañarían seguramente de que pacíficamente se bajaría el caballero del automóvil y dispare un par de balazos, con revólver que hoy casualmente hay que llevar siempre por todas partes, en vista de esas pacíficas manifestaciones, y que por casualidad hiera a alguno de los pacíficos manifestantes que claro está, pacíficamente se le fueron encima para acariciarlo pacíficamente, después de haber cometido un pacífico homicidio. Yo pregunto... ¿Quiénes hubieran sido los responsables?

   Paisanitos... ¡Esta es una pregunta por 64,000! Pues, por allí hay una publicación que le larga muy bonitamente la culpa nada menos a los custodios del orden, que con su entereza cortaron una manifestación pacífica con piedras y todo.

   OTRO SÍ: Supongamos que los cientos de personas beneficiadas por los trabajos para esa fiesta, tales: mozos, jardineros, sastres, carpinteros, mecánicos, cocineras, peinadoras, obreros, dueños de tiendas de toda clase de artículos, et, etc. Supongamos digo: que hubieran sabido que iba a realizarse una manifestación pacífica con piedras y todo, en contra de un acto que les traía a ellos muy buen negocio con las respectivas "fichas"... Pensemos que sólo el centenar de mozos cobraron algo así como 50 soles la hora lo hubieran sabido ¿no les parece que hubieran organizado una contramanifestación quizás más pacífica que la otra? ¿Qué hubiera sucedido? ¿Quiénes serían los responsables de ese pacífico choque?

Repito...  las intenciones pueden ser muy buenas. Pero el camino es equivocado. "No olvidar que si no hay quien dé, no hay quien reciba" Y no olvidar que hasta en el cielo hay jerarquía y que cada oveja con su pareja.

   Cristo contestó con el más elocuente de los silencios a sus acusadores y calumniadores y todavía dijo: ¡Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen!

   Oye ... Pancho, antes de que terminemos te quiero preguntar algo ¿Qué quieres decir con ese... Y todo, que a cada rato mencionas?

   ¡Ah! Eso, quiere decir... que "los que menos" deben incitar a la violencia, al escándalo y al desamor... fueron justamente los que lo hicieron. Pero como yo soy imparcial en esto, pregunto: ¿A cuál de los grupos de mi historia les cae la sapientísima frase de nuestro Señor Jesucristo?

                                                                         PANCHO QUIJOTE.


TAMPOCO SE DIJO ALGO SOBRE EL CONTENIDO  DE ESTA CARTA.
 (Por entonces no llegaba a mi poder y ni siquiera sabía sobre su existencia)

Carta de Andrés Ulises Calderón, del 27 de enero de 1971, como respuesta a las importantes inquietudes de uno de sus amigos.

   Tengo a la vista tu carta del 25.
Mi respuesta a tus planteamientos:

1. ASUNTO NUNCIATURA.  Monseñor Luigi Poggi, según me lo manifestó él (me parece que el 16 de enero del año pasado, fecha de nuestra primera entrevista), recibió el encargo de la Secretaría de Estado del Vaticano de "arreglar" este asunto. Yo lo había planteado "administrativamente": en esta vía, con 52 documentos preconstituídos, yo probaba que los "cinco" cargos de que me acusaba el Sr. Nuncio anterior eran insubsistentes y que, en consecuencia, por la publicidad que se había dado a dichos cargos, yo había sido difamado y que, por haber sido presentados ante las autoridades eclesiásticas y civiles de mi país, yo había sido calumniado. Exigía que Mons. Romolo Carboni me diera una reparación "moral", extensiva a los cuatro sacerdotes más que habían sido implicados en mi caso, y que para este efecto se corriera traslado de mi alegato al expresado Monseñor Carbone. Según Mons. Luigi Poggi, en esa vía, la administrativa, mi alegato no prosperaría, es decir, no sería tramitado. Entonces, según yo, me quedaba expedita la vía judicial. Según Mons. Poggi, tampoco en esta vía cabía hacer nada. Entonces lloré. Me avergüenzo, pero es verdad, lloré. Y Mons. Poggi me vio llorar. Él creería que lloraba de cobarde; pero yo lloraba, en ese primer instante, porque recién descubría, como un acto de revelación que en este mundo y la Iglesia es también de este mundo, el Derecho no servía para proteger a los débiles y que los Poderosos eran impecables. ¿Entonces? Debía funcionar la vía diplomática. Y, diplomáticamente, no cabía otra cosa que el perdón. El perdón, que hace que las cosas queden en estado de "cosa juzgada" y, en consecuencia, que no se vuelvan a tratar más. Y tras el perdón, el silencio. Romper el silencio, pregonar que el ofendido ha perdonado, era denunciar que había habido un ofensor. Y que este ofensor había sido el más alto representante de la Iglesia. De una Iglesia en cuyo seno quería y morir. Otra cosa hubiera sido el perdón de uno que perdona, pero que se sale de esta Iglesia que por intermedio de uno de sus representantes le excomulgó de hecho- y pretendió moralmente aniquilarlo. ¡Con cuánto gusto hubiera visto a Mons. Carboni y los que le "engatuzaron" que yo diera ese paso y organizara un escándalo! Por eso también lloré, en un segundo acto, porque comprendí que el resto de mi vida tendría que pasar amando y sirviendo a una Iglesia que no se portaba conmigo como madre sino como madrastra.

   Si así son las cosas, quiero decir, si pues las cosas se ha resuelto por la vía diplomática, que en mi situación significa perdón y silencio, ¿cómo crees que sea conveniente ni valiente exigir que se publiquen esos documentos "denunciadores" (mi carta perdonatoria y la de Mons. Poggi, en la que me manifiesta su satisfacción por las palabras con que yo había formulado mi perdón)?

   A propósito de todo esto: la segunda entrevista que he tenido con Mons. Poggi ha sido en Los Órganos, con motivo de la visita que en el presente año hizo a los Departamentos de Piura y Tumbes. Lo primero que me dijo fue: "¡Cuánto gusto! Aún recuerdo las palabras de su carta , eh". Estoy seguro que se refería a la carta cuya publicación te preocupa, carta cuya copia yo envié a Wenceslao para que la mostrara a los demás sacerdotes amigos, a fin de que éstos supieran de que nada quedaba ya por hacer. Copia de esta misma carta envié al Hno. Fabián, ahora en Colombia, y que fue, en ese tiempo, uno de los secretarios de Mons. Carbone. Te digo que nunca, de nadie, he recibido una respuesta tan humanamente cariñosa como la de Fabián.

   Por otra parte (y hasta casi había olvidado la consulta que me hicieron) los amigos sacerdotes de Onis-Trujillo en alguna ocasión se habían dirigido a Mons. Poggi rogándole una definición sobre mi caso. Mons. Poggi les habría dicho que todo estaba arreglado y que hasta mi obispo (Mons. Jurgens) me había mandado llamar para reincorporarme a mi Arquidiócesis, pero que yo me había negado. La verdad es que, jurídicamente estoy con licencia "sine die", y que, moralmente no quiero estar en Trujillo, a las órdenes de quien no ha tenido ni la dignidad ni el valor moral de desmentir por propia conveniencia la primera "acusación" de Mons. Carbone: que he sido el "opresor" de los tres últimos obispos de Trujillo, o sea, de Mons. Guerrero, de Mons. Pérez Silva y de Mons. Jurgens. ¡Yo, opresor del General Jurgens!

   Lo único que quisiera, en relación con dicha carta (la del perdón) es que se le trascribiera a Mons. Romolo Carbone; yo pedí, en la misma carta, que se la hicieran conocer a él. Así sabrá él que ya no reclamo nada. Quizá le haga recordar que el único trato que tuve con él, y él sabe por qué, fue el de amigo... y que nunca estuve en su palacio sin que me invitara a almorzar. En Los Órganos, al P. Antonio, secretario de Mons. Poggi, le pregunté si habían hecho esa trascripción; me dijo que no lo habían hecho y me preguntó, muy amablemente, si me interesaba. Naturalmente, yo le contesté que sí, pues sin ello las cosas no estaban completas. Y así es.

   Sin embargo, estarán completas cuando todo se haya olvidado. Porque lo que tú pretendes no es posible. Simplemente porque no sería "diplomático". Además ha pasado de esto algo más de un año. Lo diplomático verdaderamente hubiera sido que, tan pronto como Mons. Poggi logró cumplir el encargo de la Secretaría de Estado Vaticano, cuando aún las cosas estaban "calientes", él lo hubiera dado a conocer. Hubiera sido, en cierta manera, un acto de justicia. Hoy todo es extemporáneo; sólo no sería extemporáneo que me nombren Encargado de Negocios de la Santa Sede en la República de Los Órganos o Nuncio Apostólico in Partibus Infidelium.

2. ASUNTO MÉDICO: Hasta hoy, porque no tengo miedo a la muerte, me he sentido libre, capaz de tomar por mí mismo mis decisiones. Pero hay una serie de personas de cuyo amor y sensatez no puedo dudar, pero que me hacen dudar de mi capacidad de autodecisión.
Gracias por tus preocupaciones. Y perdona la longitud de esta carta que me imaginé kilométrica.
Te abraza tu afmo. En Xto.
A. Ulises Calderón.

CUARTO COMENTARIO
TOMÁS CASTILLO VÁSQUEZ, 26 de noviembre del 2007.

Alejandro:

            Has hecho muy bien en publicar tu trabajo de seleccionar, agrupar y comentar aquella hemeroteca en lo correspondiente a fines de los años 60 y principios de los 70 bajo el título “Confrontación y Actuación”. Deduzco que como un espejo refleja la imagen de la iglesia trujillana en la época que abarcan tus páginas. Desde luego, la obra es un monumento, un vibrante homenaje a la personalidad y a los nobles ideales de tus tíos Wenceslao y Ulises Calderón cuyo prestigio no es ninguna novedad. Te envío con toda sinceridad y entusiasmo mis felicitaciones y mi aplauso.

            La lectura de “Confrontación y Actuación” es apasionante, consigue crear el deseo de conocer la continuación y no deja indiferente. Se pasa por diferentes estados de asombro, indignación, compasión o júbilo.  ¿Unas palabras sobre la lectura de los “acontecimientos”? ¿Por qué no? Pero confieso que más me valiera no empezar, por cuanto al hacerlo, sin querer voy a herir sensibilidades, tal vez, ultrajar opiniones y actos de instituciones y personas ilustres como ONIS, sus fundadores, sus miembros, sus simpatizantes y hasta las tuyas propias. Me atrevo a esperar que me sabrán perdonar. Yo estoy muy lejos de todo aquello, tanto en el tiempo (1968-69) porque hace medio siglo que vivo fuera del país, como en el espacio porque tenemos el Atlántico de por medio. Dos razones que deberán obligarme al mutismo, pero dos razones también que, ojalá, pudieran garantizar un grado aceptable de imparcialidad.

            Fiesta de la Primavera. Me parece muy bien que ONIS y los eminentes sacerdotes y miembros de otras instituciones cristianas católicas expusieran “sin temores” su punto de vista, enardecidos por un celo que los ennoblece y por el viento que soplaba entonces: el Vaticano II, Medellín, Lima, tal vez adelantándose al grito de Juan Pablo II diez años más tarde: “no tengáis miedo”. Era su derecho y su deber expresar sus convicciones.

            Por mi parte, yo me habría alegrado de que aquel festival, cuyos detalles ignoro y sólo puedo entrever por el contexto, empezara con una misa como quien hace el signo de la cruz antes de comenzar algo. ¿Primero la misa y luego “la ligereza y la superficialidad”? No le veo inconveniente, ni siquiera bajo el aspecto de “evasión de los problemas”. La fiesta, término del que supongo se deriva festival, encierra por definición un paréntesis, un alto en las preocupaciones de cada día y también la resaca del final, que allí se llama “el amargo regreso a la realidad”. Lo uno no excluye lo otro. Un festival no es un acto religioso y, estimo, por el contrario, que no se debía perder una magnífica ocasión para cristianizarlo de alguna manera, por muy profano que fuera. A la “acción de gracias” (eucaristía) no se le puede sacralizar demasiado, porque ha sido inventada para los hombres sin discriminación.

En Sao Paolo y en otras ciudades de Brasil se celebran unas misas festivas que por la forma se aparentan a esos grandes conciertos de rock de tal o cual artista, pero en el fondo los celebrantes consiguen, por ese medio, sembrar la buena nueva (evangelio) y hacer participar al pueblo en esta “celebración”. ¿No se dice “celebrar la misa”? Y mientras las catedrales se van quedando vacías o con “cuatro gatos”, más bien gatas, pues en general son unas cuantas mujeres que asisten a la misa, aquellas otras celebraciones festivas tiene lugar en la playa por ser el mejor templo con ámbito suficiente para el gentío que participa por decenas de miles. Y, terminada la misa, a los placeres de la playa!

Francamente, a mi pobre manera de ver, la proyectada negativa de eucaristía, me aparece como el desperdicio de una excelente oportunidad de estar presentes con el pueblo y dentro del pueblo. ¡Qué bueno que aquel Festival hubiera pensado en empezar con una misa! En otras latitudes ni siquiera se les ocurre tal idea. ¡Lástima!

Ocupación de la catedral de Trujillo. Es una nueva función que el pueblo mismo le ha asignado a las iglesias. Aquí ocurre algo semejante. De repente entra un grupo de gente y se instala para una huelga de hambre, o simplemente para hacer presión y exigir sus reivindicaciones. Generalmente es gente indocumentada que ocupa las iglesias y no solamente cristianos sino de otras religiones, sobre todo los musulmanes que vienen del norte de África clandestinamente y que, una vez aquí, “exigen” los papeles que según la ley la autoridad no puede darles. Por cierto, me pregunto: ¿Por qué no ocuparán una mezquita? Aquí hay unas cuantas. Cuando llegué, Bélgica estaba llena de belgas. En la actualidad cada vez parece más que éstas son tierras del islam. Los ocupantes de las iglesias, de ordinario, no siempre, cuentan con el respaldo del cura titular de la iglesia ocupada. Pero no van más lejos, pues si es verdad que no debe haber injerencia del Estado en los asuntos de la Iglesia, tampoco la debe haber por parte de la Iglesia en los asuntos que atañen a las autoridades competentes. En definitiva, lo veo positivo y hasta con orgullo, pues las mezquitas todavía no han servido para reivindicar nada.

Y volviendo a Trujillo, veo muy digna de encomio la actuación de los tres “hombres de la situación”, cuatro según otro diario, en donde por fin apareces tú, Alejandro, que como Moisés y Aarón fueron a ver directamente al faraón para alegar la causa de sus protegidos, en este caso encabezados por Andrés Ulises Calderón. Enhorabuena por el éxito, aunque muchos años después y fuera de contexto.

Tengo, sí, algunos reparos. En algún momento me da la impresión de que se trataba de una manipulación como las reacciones en cadena: yo te empujo para que empujes, para que empujen, tocar con ello la fibra sensible de los eclesiásticos, forzar la mano que desate ventajosamente el lío y obtener lo que se pretendía. Me cuesta un poco imaginar a 40 ó 50 mujeres “acompañadas de sus menores hijos” saliendo espontáneamente de sus casas para ir a ocupar la catedral. Había sin duda un motor sindical que no mostraba la cara. Y es que todo lo que sigue lo percibo como una labor eminentemente sindical (“Exigimos a las autoridades competentes, etc.”) No la critico, ya dije antes que la aplaudía, pero no le veo conexión directa con el lenguaje justificativo que invoca el Evangelio, Vaticano II, las Conferencias Episcopales: “en nuestro intento por ser leales al Mensaje Evangélico…” Dicho esto sin adherirme por ello a lo escrito por “La Gazeta” (ignoro sus tendencias, p. 41-43) ni tampoco a lo de “Norte” (p. 44-47). Tanto mejor para aquellos obreros de “Triumph” por el feliz desenlace, sin olvidar aquellos otros a quienes ponen de patitas en la calle y no hay nadie que dé la cara por ellos. ¿Labor de la Iglesia? Sí y no; no lo sé. Pero hay que reconocer que hace falta mucha más voluntad para “actuar” como Bartolomé de las Casas, que para opinar solamente. Que este punto de vista, que no tiene más valor que el de ser mío, no proyecte ninguna sombra sobre la buena “actuación” de los eclesiásticos que entonces respaldaron aquella situación.

Inauguración del Country Club. Pienso que todos tenemos una idea aunque sólo fuera aproximativa de lo que es el “Country” y de que sólo se inaugura una vez. Lamento que respecto a este “acontecimiento” mi opinión no siga el cauce de los protagonistas.
Estimo que una cosa es estar al lado de los ricos para incensarles, lo que las iglesias locales (para no comprometer a la Iglesia en general) hacían con frecuencia en el pasado, y otra cosa completamente era del frente opuesta es pararse en la acera del frente para acusarles públicamente de pecadores como se dice de Juan Bautista con respecto a la mujer de Herodes (y perdió la cabeza). Me parece un buen criterio volver siempre a las fuentes, que no es sinónimo de retrógrado, como aquellos aviones que una vez que salen de un aeropuerto, van guardando el contacto con la torre de control.

 Si Jesús viviera ahora (volver a las fuentes), ¿habría “actuado” de la misma manera? Ya hubo quien hiciera el reproche que aquel perfume raro y carísimo vertido sobre los pies podía haberse vendido y servir para atender a los pobres, y la respuesta es conocida: “Pobres tendréis toda la vida” lo que parece dejar un margen para que el hombre pueda permitirse fantasías como el caviar, el champán, las viandas, los vestidos, los bailes, sin que eso ofenda a la humanidad. Los que no nadan en el dinero organizan su fiestecita con chicha, cola o cerveza, según sus alcances, y los ricos con lo que sus medios les permiten. ¿Qué el dinero podría haber servido para atender a las necesidades de los pobres? Completamente de acuerdo, pero eso que lo juzgue quien tenga potestad para hacerlo. Si no, eso les daría derecho a replicar: miren la viga en su propio ojo, refiriéndose a las riquezas de la Iglesia.

Siento mucho de verdad no seguir los mismos rieles de tan ilustres personas apuntando con el dedo públicamente el pecado de festejar la inauguración de un club. Ya lo dije al principio, más me valiera no haber empezado.

Nada que añadir respecto al caso del párroco Diego Shanahan. No lo veo muy claro.

La patética Carta de ocho sacerdotes trujillanos al señor arzobispo en cambio me ha impactado particularmente. ¿Quién iba a sospecharlo? Me explico:

De vacaciones en Palma de Mallorca en el verano de 1971, por esas casualidades de la vida me encontré con un señor con mameluco, que trabajaba en el hotel como obrero en la lavandería. “Alguien tiene que hacer estos trabajos que no les gustan a los demás”, me dijo, lo que me impresionó tanto que aún me acuerdo como si fuera ayer. Resultó ser Fernando Bonín Aguiló, uno de los mallorquines que estuvieron en Trujillo. Bonín me presentó a Miguel Fernández Bosh y éste me enseñó su labor en una radio diocesana que difundía para Europa del Norte, de preferencia para Alemania. Me dio a entender que había estado por mi Santiago de Chuco al contarme lo de “déliuste, déliuste don Ágreda hasta que tope”. Guardo un recuerdo muy hermoso de él por cuanto durante tres días me enseñó toda la isla: “¿Por dónde empezamos, dijo, por costa, sierra o selva?”. Yo no hice nada para merecerlo, nada más que ser peruano con algunos lazos con Trujillo, supongo. Casi simultáneamente conocí a Bartolomé Bennásar con quien también hicimos unas cuantas salidas en Palma de Mallorca. Al despedirnos me ofreció un libro “Contestación, Carisma y Cambio de Estructuras en la Sociedad y en la Iglesia”.

¿Por qué te cuento todo esto? Para subrayar la personalidad de los tres sacerdotes, por otra parte tan conocida ya allí. En ningún momento hicieron alusión a lo ocurrido en Trujillo y eso que pasamos muchos y largos momentos juntos hablando de todo. ¡Admirable! Cualquiera hablaría de sus heridas al entrar en confianza, y lo natural hubiera sido que alguno de ellos dejara escapar algún comentario, pero nada. Ni siquiera Miguel Fernández, quien me llevó a un monasterio en cuyo jardín hay una Virgen ante la cual, me contó, habían ido los tres a ofrecerle su decisión y pedir su bendición para la aventura que iban a emprender: ir a América, para trabajar en la viña del Señor. Comprenderás lo doloroso que me resulta al enterarme por tu libro, aunque sea parcialmente, del premio que para su labor reservara aquel prelado, aparentemente estancado en su evolución. Me gustaría volver a encontrarlos y hacer cualquier gesto por ínfimo que fuese para desagraviarlos de alguna manera. Perdí el contacto por negligencia mía. Del 71 al 2007 han pasado casi 40 años. El año pasado volví a Palma con mi hijo Jonathan; traté de llegar a los lugares donde pudiera encontrarlos, pero no acerté con ellos. No es imposible que alguno ya hubiera salido de este mundo. Pero volveré, cada vez motivado por todo lo que he podido aprender en “Confrontación y Actuación”.

Sería demasiado fácil que en este asunto opine de manera “parcializada”. Yo digo NO. Igual habría opinado por la sola lectura de lo relatado, sin conocer a los protagonistas. No es posible subestimar el coraje de unos eclesiásticos increpando a su obispo (que sea arzo, no cambia), poniéndole un ultimátum y con la maleta hecha, dispuestos a marcharse. Es valentía, hermandad, sed de justicia, que ojalá haya servido de bálsamo a aquellos sacerdotes mallorquines. Claro que el haberlos conocido añade una nueva dimensión al poder apreciar sus quilates. Además que por la personalidad de estos hombres se deduce la del arzobispo. También la del Vicario Baldo (“actitud de carácter reservado e interno”) Y no caben más comentarios; se le ve la cola al lobo. Era injusto “agarrárselas con los extranjeros”. Se ve que eran pretextos. Cuando se quiere azotar a un pero, siempre se encuentra un palo. Porque, por ejemplo, no eran los únicos presentes en la marcha por lo del Country Club ni en el asunto Triumph. Y, sin embargo, la sanción no es igual a la de los nacionales. Me quito el sombrero ante la valiente posición de los ocho sacerdotes.

Hermoso e igualmente patético el pronunciamiento de los jóvenes seminaristas para defender su propia causa y la de sus hermanos mayores. Leer estos documentos es prácticamente adherirme a ellos, tanto les sobra razón.

Lamentablemente, queda que, tratando de poner los pies en el suelo de manera imparcial, al menos en la intención, es preciso admitir que todo esto, tan noble y bello, no quita que,  cualquiera que fuese la razón, era un acto deliberadamente público de desobediencia y de descrédito a la jerarquía, por mucho que en los manifiestos se diga “no es desobediencia”, “no es insubordinación”. Desplazando los hechos y los personajes, en un esfuerzo mental de neutralidad, ¿cuál sería la respuesta si a los mismos personajes se les vistiera de militares, transponiendo el caso a esa otra jerarquía verde caqui? Las cosas cambiarían por completo, no cabe duda.  Y me temo que para llegar a esta respuesta no haga falta ser retrógrado, conservador, etc. Convenía utilizar los canales normales previstos para enderezar los desvíos. Claro que si los canales normales no funcionan, volvemos al punto de partida.

Bajo el título “tercer acontecimiento” entra también la asombrosa carta del Nuncio. Pero como ésta se dirige en ángulo de 90 grados a la persona del irreemplazable canónigo Ulises Calderón, no hay nada que añadir; todo está en su respuesta, en su renuncia que lo honra y en la “Carta de los fieles de Trujillo a Monseñor Rómulo Carboni desagraviando a Monseñor Andrés Ulises Calderón y protestando contra sus acusadores”.

Consagración del obispo auxiliar Baldo. Se entiende que este señor, manipulaba al arzobispo, que ansiaba ser el Richelieu de la arquidiócesis y que seguramente lo consiguió. Debía tener buenas palancas. Acatar o no acatar, tal era la cuestión. Y se entrevé que es el mismo clero de los anteriores acontecimientos, quien no lo acata. Pero esta vez la protesta no es frontal sino a través de los “seminaristas” que después resultan ser seminaristas seglares (no entiendo mucho) y por fin “Parroquias de Trujillo” que no reconocen al nuevo obispo. La pregunta surge sola: ¿quién estaba detrás de las parroquias?  El epílogo lo pone un señor con nombre extranjero: Harold Griffiths que, visto desde aquí, sólo se sabe que es un eclesiástico. Y se presume que la protesta no fue frontal en atención a aquella anterior reunión con el prelado, después de la cual no se marchó nadie de Trujillo, las aguas volvieron a su cauce.

Se entiende (“cuando el río suena…”) que no faltaban razones para desaprobar tal nombramiento. Pero al hacerlo se desaprobaba toda la escalinata jerárquica que llega hasta el Papa, por cuanto, si lo que digo no es erróneo, es él quien en definitiva crea con su firma los obispos. Circunstancia muy difícil para la conciencia. Y también para el amor propio.

Me resulta pintoresca, por usar un adjetivo cualquiera, la “ceremonia” de los manifestantes en la consagración episcopal del señor Baldo (250 nada menos: impresionante!) cuando se ponen de pie y cantan “Oye Padre el grito de tu pueblo” (porque, claro, los otros no eran “pueblo”). Y añade el relato: “Al mismo tiempo que cantaban iban abandonando el templo dejándolo casi vacío”.  ¡Qué irónicos! Todavía me estoy partiendo de la risa; me hubiera gustado ver las caras de los que se quedaron.

Respecto al nuncio Carboni, me apetece ver lo productivo de lo que yo decía más arriba, utilizar los canales normales: la carta dirigida por 500 personas al Sub-secretario de Estado en Roma. La carta es del 23 de abril de 1969; el 27 del mismo mes Pablo VI cambiaba ya al nuncio. ¿Efecto de la carta, de alguna secreta queja de Landázuri o extraña coincidencia? El resultado era el mismo.

La cuádruple renuncia a sus dignidades de tus dos tíos, de Walter y de Faustino, no me extraña; es un gesto que los honra y que ojalá que la hayan imitado algunos más para que la separación de la Iglesia y el Estado sea una realidad.

Otro acontecimiento, el terremoto del 31 de mayo, me llega también de cerca por lo que te cuento:

En la TV italiana, mientras cenábamos, aparece el mapa del Perú, sin que entendiéramos de qué se trataba. Las emisoras en francés anunciaban de un terremoto con epicentro en Chimbote, destruido en un 90%. Allí vivían entonces mis padres y mis tres hermanos. Improvisamos un viaje a Lima pasando por encima de lo que se veía desde el avión como un amontonamiento de ruinas: Chimbote. De Lima a Trujillo vía Faucett pasando de nuevo por encima de las ruinas de Chimbote y de Trujillo finalmente a Chimbote por carretera. Mi familia había estado dispersa en el momento fatídico, pero ¡Oh milagro! Todos estaban salvos.

Incluyo estos detalles del calvario de dos jóvenes recién casados, perdidos en mi propia patria y aún en Chimbote sin saber por dónde agarrar, como garantía de lo que pueda decir después. Pero ¿qué era esta aventura frente al drama, a la tragedia de tantas familias cuyos miembros estaban sepultados bajo los escombros, porque el coliseo, la iglesia, el local cualquiera, se habían derrumbado y cerrado con todo dentro? Pasamos 10 días sin ver otra cosa más que sufrimiento, tratando de ayudar en lo que se pudiera. No fue posible quedarse más para ver a amigos ni nada, por cuanto se me terminaron mis vacaciones y tenía que reintegrarme imperativamente al trabajo en Bruselas.

Era la época en que se veía a los Estados Unidos como el papá Noel, como el buen samaritano, pronto a curar las heridas de la humanidad. Para mí, personalmente, fue la chispa que se encendió y por fin me preguntaba yo si esa visión de cliché era auténtica o si era un amalgama reuniendo lo útil a lo caritativo. Y ya no he dado marcha atrás ni la daré a menos que me prueben lo contrario. Éramos colonias naturales del Tío Sam que nos imponía sus normas para mejor explotarnos. Una situación que debía y que debe cambiar, eso sí dignamente: el diálogo es propio de seres humanos civilizados. Diálogo que, admito, es insuficiente en casos como la declaración de guerra a Irak, únicamente porque le salía de las narices de don Jorge Bush (Nunca entendí, dicho sea de paso, lo que en ello pintaba José María Aznar, como no fuese para asnear como música de fondo).

Me disculparás que me haya apartado del contenido de “Confrontación y Actuación” movido por el recuerdo irresistible de aquellos días. La óptica del clero es, si no exhaustiva, al menos se acerca por la abundancia de programas y de opciones para tratar el post-sismo; tal vez abarca demasiado para poder pasar al acto. “No se trata de reconstruir, de rehacer lo anterior. Nos encontramos ante la oportunidad de… la construcción de una nueva sociedad (p. 217)”. Lo que yo digo: se está hablando de la sociedad, de política en el sentido más amplio de la palabra, pero no de una estrategia a corto plazo. Ahora bien, el peluquero de al frente de donde yo me alojaba, que se quedó sólo con los cimientos  de su casa, necesitaba ante todo que se le ayude  a remover escombros, a reconstruir lo antiguo: unas paredes, un techo, antes de contribuir  a la transformación de la sociedad. Y para ese primer paso edra necesario brazos, dinero. Bienvenido el dinero! ¿De quién? ¡De los ricos! Los pobres que ya antes no tenían nada, en tales momentos estaban bajo cero. Y fue así como la solidaridad internacional envió dólares, muchos dólares, que después llegarían o no a manos de los necesitados, ese es otro asunto.

Finalmente llegamos a un punto en que hay que llamar gato a un gato y perro a un perro (al pan, pan). Cuando yo leo el “Comunicado del Movimiento Sacerdotal ONIS sobre la ley general de industrias (p. 218): La conservación de la propiedad privada de los medios de producción no es lo que caracteriza a una sociedad humana libre y justa. EL MENSAJE CRISTIANO AFIRMA QUE LOS BIENES ECONÓMICOS SON DE TODOS Y PARA TODOS…Eso tiene un nombre, se llama  “comunismo” nos guste o no. Para hablar de él  y por él, ¿es preciso revestirle con la piel del cristianismo?  Dejo la pregunta puesta. Hay quien dice que Cristo fue el primero que predicó el comunismo. Yo no tengo capacidad para confirmarlo ni para negarlo; allá los entendidos que estudian para eso. Pero si se está tan convencido de que esta manera de pensar es la auténtica, que se quiten los miedos, que se definan como tales, que obren en consecuencia, sin necesidad de encubrirse bajo el aval de los textos sagrados. Lo único que nos atestigua la historia actual es que el comunismo no ha resuelto el problema; ha fracasado y se ha derrumbado, con el empuje discreto pero firme de Juan Pablo II. ¿Papa retrógrado? No sería yo que diga tal cosa. En China subsiste, de nombre solamente. De Cuba, no quiero decir ni media palabra, se me aparece muy complejo.

El último enfrentamiento del clero trujillano con su prelado se refiere a los tres sacerdotes a quienes “los renunciaron” de sus trabajos y, si bien entiendo, les llovió sobre mojado; pues el arzobispo (siempre él) no sólo los dejó sin trabajo sino que los obligó a salir de Trujillo. ¡Qué modales! ¡Qué manera de agarrárselas con los extranjeros! Bien lo dice la carta firmada por Mario H. Vargas, que era de temer una cadena de “voluntarias renuncias”.

Alejandro: sin duda, resulta más fácil hablar cuando se está lejos en el tiempo y en el espacio, como decía yo al empezar. Estando en situ tal vez no habría dicho nada de lo dicho aquí y tal vez, en el mejor de los casos, habría actuado como los protagonistas de aquellos años. A imagen del cuerpo humano, siempre existirán los de derecha (conservadores) y los de izquierda (revolucionarios). Y cada quien tendrá razón, mientras obre de buena fe.
Un abrazo,
           Tomás.                              

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