Consultorio Cívico-Religioso
CONSULTA.- Carlos
Madueño Stuart: Acláreme la diferencia
entre libertad física y libertad moral.
El hombre tiene poder físico
para actos malos y buenos. Su mano tiene el poder material de dar un vaso de
agua o un veneno. Tiene libertad física para el mal.
Pero el hombre no es sólo
movimiento físico; es espíritu, es persona, con deberes y derechos, con
relaciones y destinos. Está creado para la felicidad que se identifica con la
expresión de su naturaleza, totalmente considerada y con el servicio de Dios.
Así como el reloj no tiene libertad, si pudiera expresarse, para decidir “Ya no
daré las horas”, porque dejaría de ser reloj, así el hombre no tiene libertad
para decidir “No quiero ser feliz, no quiero servir a Dios”, porque eso
equivale a decidir “No quiero ser hombre”. Físicamente puede hacerlo;
esencialmente, moralmente no tiene esa opción; si lo hace físicamente, se
destruye esencialmente.
De la muerte tenemos un concepto puramente
material, físico. Pero hay una muerte sicológica, metafísica. El hombre que
renuncia a amar a Dios y a su prójimo, ha dejado de existir como hombre, aunque
su cuerpo y su alma sigan marchando unidos y externamente activos. Las palabras
“pecado mortal” tienen un sentido no simbólico sino real. La esencia del hombre es amar a Dios y al
prójimo; así como expresa su naturaleza y encuentra su felicidad; si decide
físicamente no hacerlo, se destruye; “El que no ama está muerto”, dice con toda
verdad San Juan.
Como la vista es para mirar y el oído para
oír, la libertad es para escoger el camino que conduce a la expresión de la
propia naturaleza, a la felicidad, a Dios. Si uno la usa físicamente para
escoger el mal, es como si estuviera usan sus ojos para andar y sus orejas para
comer.
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