LA POESÍA de Wislawa
Szymborska, ganadora del Premio Nobel 1996, nos confronta con la crueldad e
injusticia que pervive en el mundo desde época inmemorial, situación que no ha
variado ni un ápice hasta nuestros días. Su crítica a la civilización se
expresa en una ironía que resulta mordaz debido a su propia contención. La suya
es una poesía subversiva en el más alto sentido del término.
Las miserias del cuerpo (y el alma), la
soledad, la relación amorosa, la extrañeza del ser humano son algunos de los
temas más punzantes que se perciben en esta poesía hecha con una maestría
técnica y una dicción finamente labrada que está lejos del manierismo. Se ha
considerado a Szymborska como la Mozart de la poesía por la riqueza de su
inspiración y la soltura con que coloca las palabras en el poema., pero también
algo de la furia de Beethoven impregna su trabajo creativo.
Wislawa Szymborska nació en Bnim, Polonia,
el 2 de julio de 1923 y actualmente vive en Cracovia. Estudió literatura polaca
y sociología entre 1945 y 1948. Su primer poema: Szukam slowa (“Veo el mundo”)
apareció en un suplemento del diario “Dziennik Polski” y, durante el período
inmediatamente posterior a la guerra, continuó publicando poemas en diversos
diarios y periódicos. De 1953 a 1981 formó parte del consejo editorial de la
revista semanal “Zycie Literackie” (Vida Literaria), en una de cuyas columnas
titulada “Lectura no obligatoria” reseñaba libros sobre la más amplia variedad
de temas.
Asimismo, Szymborska ha traducido una gran
cantidad de poesía lírica, especialmente poesía barroca francesa. Durante la
década de los 80 colaboró bajo el seudónimo de Stancykówna, en la publicación
polaca “Arka” y en “Kultura”, revista del exilio editada en París. Su poesía ha
sido traducida a un buen número de lenguas europeas así como al árabe, hebreo,
japonés y chino.
UN AMOR FELIZ
Un amor feliz ¿Es normal,
es serio, es lucrativo?
¿De qué le sirven al mundo dos personas
que no tienen ojos para el mundo?
Elevados sin mérito aparente,
escogidos entre un millón por pura suerte
y sin embargo convencidos de que así debía ser
-¿premio por qué? por nada.
La luz brilla de no sé dónde-
¿Por qué sólo sobre ellos y no sobre otros?
¿Es una ofensa a la justicia? Sí.
¿Viola principios tradicionales? ¿Derriba
alguna encumbrada moral? Viola y derriba.
Miren a la feliz pareja:
¡Si por lo menos disimularan un poco,
fingieran una depresión y así animaran a sus amigos!
Oigan cómo ríen -
ofensivamente.
Y el lenguaje que hablan –apenas parece tener sentido.
Y todos esos ceremoniales, ceremonias,
esas elaboradas
obligaciones para con cada uno –
¡Todo parece una conjuración a espaldas de la humanidad!
Es difícil prever hasta dónde podrían llegar las cosas
de seguirse su ejemplo.
¿De qué podrían depender las religiones y las poesías,
qué se recordaría, qué se abandonaría,
quién querría mantenerse a raya?
Un amor feliz. ¿Es necesario?
El tacto y el sentido común nos aconsejan
no mencionar nada
más al respecto
que sobre un escándalo en los altos rangos de la Vida.
Pequeños querubines nacen sin su ayuda.
Nunca, jamás podría poblar la tierra
pues ocurre tan ocasionalmente.
Que la gente desconocedora del amor feliz
afirme que no existe un amor feliz.
En tal creencia les sería más fácil vivir y morir.
RETRATO DE UNA MUJER
Debe estar dispuesta a agradar.
A cambiar de modo que nada cambie.
Es fácil, imposible, difícil, vale la pena.
Sus ojos, si es necesario, son ora azul intenso, ora
gris oscuro,
juguetones, llenos
de lágrimas sin motivo aparente.
Duerme con él como con un compañero ocasional.
Le dará cuatro hijos, ninguno, uno.
Ingenua, mas da el mejor consejo.
Débil, pero levanta las cargas más pesadas.
No tiene cabeza pero la tendrá.
Lee a Jaspers y revistas femeninas.
No sabe para qué sirve este tornillo y construirá un
puente.
Joven, como siempre joven, como de costumbre aún joven.
Tiene en la mano un gorrión con un ala rota,
su propio dinero para un viaje largo y distante,
un cuchillo de carnicero, una cataplasma
y un trago de vodka.
¿Hacia dónde corre así? ¿No está cansada?
De ninguna manera, sólo un poco, mucho, no tiene
importancia.
O lo ama o ha resuelto amarlo.
Para bien, para mal y por Dios.
Traducido del inglés por Ilia Sologuren.
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