domingo, 11 de diciembre de 2016

Clodomiro Magno GUEVARA VARGAS



Siguiendo las huellas del costumbrismo de Gamarra, de la bucólica tristeza de Melgar, de la efusión evocativa de Gálvez, de la ternura aldeana de Valdelomar, del lirismo panteísta de Peralta y del tremor humano de Vallejo, Guevara (Clomaggue) acendró su numen con terrígena vibración y en cantarinas afloraciones del espíritu. Con ellas expresó el drama y la euforia, el encanto y la melancolía, la tradición pueblerina y el avatar humano del terruño siempre amado.


EVOCANDO A LA MÁS VIEJA IGLESIA PARROQUIAL

                        -a-

De ancha nave y de recia contextura,
mirando hacia el costado levantino,
se levanta en la plaza el agustino
santuario, de atrevida arquitectura.

En altares de esbelta talladura
sueñan los santos de mirar cetrino,
y se alzan cristos de exótica escultura
expirando en el leño esmeraldino.

¡Oh! cristiana mansión, evocadora
de los santos oficios cotidianos
del rezo, los maitines y el sermón.

De los días que reviven el calvario
del más grande y sublime visionario.

                        -b-
Flamenco estilo en la exterior fachada,
dorado altar mayor, donde campea
riqueza ornamental exagerada
Y en que el Arte a sus anchas fantasea.

Coro soberbio en que el violín solfea,
custodia de esmeraldas engastadas,
regia tribuna en que impetuosa ondea
la voz henchida de emoción sagrada.

Tal el templo - hoy lacrado y desteñido
donde fui con el sacro aceite ungido,
donde oré fervoroso en mi niñez.

Donde absuelto me fue sensual pecado
y donde el cuerpo de Cristo me fue dado
en su blanca y suprema desnudez.


EL CAMPANARIO

Como un monje de anteícas proporciones,
evocando memorias ancestrales
te elevas, ¡Oh torreón de torreones!
atalaya de ferias provinciales.

Recuerdo que en mis años matinales,
muchas veces trepé tus escalones
llegando a tus casetas señoriales
a pulsar de tus bronces los bordones.

¡Oh mi viejo y macizo campanario!
de siglos coloniales relicario
y nidal de sonoros esquilones.

En tus muros que el tiempo ha carcomido,
en que hoy tejen idilio los gorriones,
Wamachuko sus glorias ha esculpido.

DE MI ÁLBUM

                                                                                           Ticclio

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