domingo, 25 de diciembre de 2016

MIS CAMPANAS. WAYLILLAS / Clodomiro GUEVARA


                                                        Huamachuco en 2009

MIS CAMPANAS 

Estas hembras decidoras de metálicas gargantas,
en su torre encaramadas con prestigio colonial,
tan unciosas, tan aladas, tan parleras y cantantes,
tienen vida, tienen alma, tienen gama emocional.

Ellas vibran y acuchillan los espacios, despertando
el fervor de los creyentes con sus toques de creación;
ellas llenan de cristianos la amplia nave de la iglesia
en las horas de rosario y de mística oblación.

Ellas gimen y se quejan cuando se abre el camposanto
para dar hospicio eterno al que cesa en el dolor;
ellas rasgan el silencio con clamares taladrantes
cuando brillan los incendios con siniestro resplandor.

Ellas saben de las horas de locura y de alborozo
cuando el bravo caraqueño pisa el suelo de Carrión;
ellas saben de los cruentos sacrificios, cuando sienten
las más hondas rajaduras bajo el plomo del cañón.

Y a pesar de sus heridas, tienen alma, tienen vida,
y la magia portentosa de saber resucitar;
es así como cada año por tres días enmudecen
y con Cristo resucitan a la luz matutinal.


WAYLILLAS


De eterna nevazón encanecido,
shundurado en las vértebras andinas,
cual indígena atleta ya vencido
deshielas tus nostalgias argentinas.

Envidioso de las blancas popelinas
que en tu frente los dioses ha ceñido,
en vano con flechas purpurinas
quiere el sol incendiar enfurecido.

Eres firme y glorioso centinela
y en tu puño se avivan los laureles
de esta tierra hoy cansada y abatida.

Cual tu nieve es la blanca escarapela
que ostenta en su popa los bajeles
que zarpan de este puente hacia la vida.

DE MI ÁLBUM

                                          Las montañas de Huamachuco

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