"Diálogos entre Juan
Pablo II y Fidel Castro", reflexiones sobre su encuentro en 1998
El único libro que escribió
Bergoglio fue sobre Fidel y Wojtyla
"La sociabilidad del
hombre no se agota en el Estado", recuerda el actual Papa en el volumen
MDZOL, 30 de noviembre de
2016
Si bien "la Iglesia no
censura al capitalismo como sistema económico puro (...) sí censura el espíritu
que lo ha anidado, utilizando al capital para someter y oprimir al hombre"
(MDZOL).- El libro salió a
la venta en 1998 y es el único que, con tal formato, puede adjudicársele a
Jorge Mario Bergoglio, el ahora Papa Francisco. En el volumen, el entonces
arzobispo de Buenos Aires analiza los diálogos entre Fidel Castro y Karol
Wojtyla, el Papa Juan Pablo II.
Muchos sostienen que el jefe
de la iglesia católica "fue testigo" de esas conversaciones en la
isla caribeña, sin embargo otros sostienen que no, ya que tuvo que suspender su
viaje porque no había conseguido la visa. Bergoglio acababa de suceder como
arzobispo de Buenos Aires al cardenal Antonio Quarracino, hecho que sucedió el
28 de febrero de 1998. En julio escribió el libro y fue reeditado en ocasión de
su propia visita a la isla, ahora con su foto en la portada.
El volumen, titulado
Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro, editado por Ciudad Argentina,
contiene un análisis de las homilías y mensajes que pronunció el Papa,
comenzando por enfatizar la importancia del diálogo para la resolución de los
conflictos y la búsqueda del bienestar de la nación, que "debe ser
fomentada y procurada por los propios ciudadanos" y que puede ser
alcanzada "única e insoslayablemente por medios pacíficos y
graduales". Y subraya "la firmeza" del pedido de Juan Pablo II
de "libertad, dignidad y democracia".
Tras destacar la importancia
de que Cuba venza el aislamiento (citando la famosa frase del Papa polaco:
"Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba"), dice que para
la Iglesia los motivos del embargo "se encuentran totalmente
superados".
"El socialismo ha
cometido un error antropológico al considerar al hombre sólo en su rol de parte
en el entramado del cuerpo social", dice, y señala que "para la
concepción cristiana, la sociabilidad del hombre no se agota en el
Estado". Pero afirma que si bien "la Iglesia no censura al
capitalismo como sistema económico puro (...) sí censura el espíritu que lo ha
anidado, utilizando al capital para someter y oprimir al hombre, sin contemplar
la dignidad humana de los trabajadores, ni la función social de la
economía".
Además, Bergoglio menciona
la persecución que sufrió la Iglesia en la primera etapa de la revolución
cubana. Y cuestiona que "muchos de los derechos naturales del hombre"
no fueron respetados en Cuba. "Lamentablemente, llegamos a la conclusión
que muchos de ellos, por motivos varios y que no siempre responden a una lógica
clara, han sido anulados, mutilados u ocultados durante largo tiempo al pueblo
cubano".
DE MI ÁLBUM
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