sábado, 10 de diciembre de 2016

EL REINO AHORA: Cap. 18 Encuentro de dos Caballeros / Tony PEREDA


                                                                   
En el Palacio, Papier limpia la sangre de su rostro y golpea de nuevo a Columbio.
   “¡Ya basta!”, grita Janice.
 Columbio golpea a Papier en el pecho y Papier cae al piso. Riot y Daugherty sostienen los brazos de Columbio. Flere se acerca a Papier y lo ayuda a ponerse de pie. El Rey Aidan se muestra indignado. Arturo les dice ‘que la lucha no es una manera de resolver las cosas’. Columbio observa al Rey y luego baja la mirada.
 Papier pide disculpas y dice que irá a sus aposentos. Flere va con él. Janice pregunta a Columbio si está herido. Columbio pide disculpas por su comportamiento. El Duque pregunta a Columbio  si es consciente de que la Reina espera un hijo, y que sus acciones pueden hacerle daño. La Reina Beatriz baja la mirada. El Rey se pone de pie y dice que se marchará a sus aposentos.

   En su habitación, Alysse recuerda las palabras de Milun y llora sobre su cama. Mientras tanto, Milun, en su dormitorio, recuerda los gritos de Nidia.

   Aal día siguiente, Janice y Flere se reúnen con Papier. Flre dice a Papier que él debería hablar con Columbio y resolver sus problemas. Papier dice que Columbio lo golpeó primero, y es él quien tiene que pedir disculpas. Janice dice a Papier que él bebió mucho vino y no sabía lo que estaba haciendo. Papier dice que sólo se estaba divirtiendo. Flere le dice que está muy decepcionado de é’. Papier dice que quizás sea mejor que se marche. Flre y Janice se miran.

   Columbio informa a Milun sobre su pelea con Papier. Milun dice a Columbio que él lo entiende, ya que Papier puede ser muy fastidioso a veces. Columbio dice que está seguro que la Corte Real le impondrá una sanción por su mal comportamiento. Milun dice a Columbio que Alysse y él tuvieron una fuerte discusión anoche. Columbio niega con su cabeza.

   El Duque ingresa en la habitación de Britta y encuentra a Britta haciendo cambios a una carta. El Duque dice a Britta que esta es su oportunidad para deshacerse de Columbio. Britta se ríe. El Duque le pregunta qué está haciendo. Britta le dice  que esta es la carta del nuevo amante de la Reina. El Duque la mira, sorprendido.

   Columbio ingresa en los apartamentos del Rey. Columbio baja la mirada y dice al Rey ‘que está dispuesto a aceptar cualquier sanción que hay decidido’. El Rey dice a Columbio ‘que está algo decepcionado; pero después de todo, la pelea fue bastante entretenida’. Columbio sonríe y pregunta al Rey ‘si le gustaría planear su celebración de cumpleaños’. El Rey dice ‘que ha decidido no celebrar su cumpleaños este año’. Columbio asiente con la cabeza.

   Britta ingresa en las recámaras de la Reina y dice a la Reina ‘que tiene una sorpresa para ella’. Britta entrega una carta a la Reina y le dice ‘que es de Felipe’. La Reina mira a Britta, sorprendida por sus palabras.
   “¿Pero cómo es posible que él me haya encontrado?”
   “Yo me encargué de contactarlo. Pero jamás mencioné que eras la Reina”, dice Britta.
 La Reina lee la carta y pregunta a Britta ¿qué es lo que harán ahora?”
 Britta le entrega un lápiz y un pedazo de papel y le dice ‘que Felipe estará muy feliz al leer su respuesta’.

   En la Sala de esgrima, Papier practica con su espada y Arturo se le acerca. Papier mira a Arturo y le da la espada. Arturo dice a Papier que él sabe que ha sufrido mucho y ofrece ayudarlo. Papier se ríe y dice a Arturo que él no sabe nada de é’. Arturo le dice que él tiene un hermano menor, cuyas emociones siempre afectaron su juicio. Papier dice que nunca pensó que Riot era tan problemático. Arturo dice que él se refería al menor de sus hermanos. Papier dice a Arturo que él no tiene ningún hermano ni tiempo para escuchar sus sermones. Arturo sonríe.

   En la cocina, Pedro se acerca a Sharize y le pregunta ‘si ella quiere ir a caminar con él’.
Sharize se disculpa con Pedro y le dice que a ella no se le permite salir sin antes de hacer sus deberes. La Señorita Pía se acerca y dice a Sharize que ella tiene su permiso para tomarse un descanso y disfrutar del aire fresco. Sharize mira a la Señorita Pía, sorprendida. Pedro sonríe.

   En las recámaras de la Reina, Alysse sirve a la Reina una taza de té. La Reina dice a Alysse que parece que ella ha llorado mucho. Alysse sonríe y dice que no pudo dormir bien. Britta ingresa y dice a la Reina que se le ha ocurrido una gran idea para el cumpleaños del Rey. Alysse sale de la habitación. Britta dice que ellas deberían organizar un torneo de justas. La Reina la mira sorprendida.

   Pedro se acerca a Milun y le dice que irá de paseo con Sharize en la tarde. Milun dice a Pedro que le alegra saber que disfrutará de un momento agradable. Pedro le pregunta çómo te va con Alysse. Milun dice que él no quiere hablar de ella. Pedro lo mira, sorprendido.
   En un pasillo, Alysse camina y se encuentra con Arturo. Alysse le sonríe y sigue caminando. Arturo dice a Alysse que ella es una mujer fuerte y le pide que no llore. Alysse lo mira, sorprendida.

   La Reina Beatriz dice a Britta que un torneo podría ser peligroso. Britta se ríe y dice nadie saldrá herido en un torneo amistoso. La Reina dice que el Rey no lo permitirá. Britta dice que el Rey estaría muy contento de ofrecer un torneo, entretener a sus invitados, y además sería el momento perfecto para invitar a Felipe. La Reina niega con la cabeza y dice a Britta que su imaginación no tiene límite. Britta sonríe.

   Milun se acerca al Capitán Daugherty y le pide permiso para salir del Palacio. Daugherty pregunta a Milun si hay algo que él debería saber. Milun dice que tiene algo importante que hacer. Daugherty asiente.

   Alysse se acerca a Arturo y le dice que ella se considera una mujer fuerte; pero siempre que se acerca alguien, sale lastimada. Arturo apunta hacia una de las columnas y le pide a Alysse que adivine cuántas veces la gente se ha reclinado en ella. Alysse dice que no tiene idea alguna.
   “Debes de aprender de ella. No importa quién la haya tocado o golpeado; la columna aún sostiene al Palacio”.
 Alysse sonríe.

   En sus apartamentos, el Rey se reúne con el General Riot, el Duque y el Almirante Guiness. La Reina Beatriz ingresa y dice al Rey que ella tiene una idea de cómo celebrar su cumpleaños. El Rey la mira, muy sorprendido. La Reina dice que ella ha decidido organizar un torneo de justas. El Rey luce muy emocionado.

   Pedro y Sharize caminan por los jardines. Sharize mira a todos lados.
   “Mi madre me llevaba a pasear cuando era pequeña”.
   “Tu madre debe haber sido muy hermosa”, observa Pedro.
   “La recuerdo tal como era”.
 Pedro sostiene el rostro de Sharize.
   “No estés triste ya que…”
 Sharize sonríe.
   “… Esos bellos ojos no deben llorar”, añade Pedro.

   En uno de los pasillos, el Capitán Daugherty se acerca a la Señorita Pía y le dice que se sorprendió al saber que ella dio permiso a su hija para ir de paseo con Pedro. La Señorita Pía dice que Sharize se lo merece. Daugherty sonríe y pregunta a la Señorita Pía si algún día ella acepará ir de paseo con él. La Señorita Pía respira de golpe.

   En uno de los salones del Palacio, Felipe se reúne con Britta. Britta entrega una carta a Felipe y le dice que su amiga está ansiosa por saber de él. Felipe emocionado, lee la carta, y pregunta a Britta cuándo tendrá la oportunidad de ver a su amiga. Britta sonríe y dice a Felipe que su amiga es una doncella muy ocupada, y promete organizar un encuentro para ambos. Felipe sonríe.

   En los apartamentos del Rey, el Rey Aidan dice que un torneo es una gran idea; pero tal vez no sea el momento adecuado. El Duque dice que está de acuerdo con la Reina, y les asegura que a muchos Caballeros les encantaría participar.
   “Han pasado muchos años desde el último que tuvimos”, dice Riot.
   “Entonces, se llevará a cabo el mejor torneo de la historia”, exclama el Rey.
 La Reina Beatriz sonríe. El Rey se acerca a la Reina y le dice que ella siempre lo sorprende. El Duque los observa y ríe.

   En el Puerto, Milun observa el mar y recuerda los gritos de Nidia. Milun mira el rosario de Nidia.
   “Querida, ya estoy muy cerca de vengar tu muerte”, dice.

   En la Capilla del Palacio, Arturo camina por la amplia nave. Él observa con atención una imagen que recrea el Juico de Dios. Arturo se arrodilla y agacha su cabeza.
   “Líbranos de todo mal…”, reza Arturo.

   El Duque ingresa en la habitación de Papier y encuentra a Papier bebiendo una copa de vino.
   “No deberías sentirte mal. Columbio es el único responsable de todo esto”.
   “Me comporté como un tonto delante de todos”, observa Papier.
   “De ninguna manera. Desde que llegaste, él siempre ha hablado mal de ti”
 Papier sonríe.
   “Debe estar celoso”.
   “Es un altanero. Alguien debería darle una lección”, dice el Duque.
   “Él sabe que poseo mucha destreza”.
   “En ese caso, creo que sería una buena oportunidad de… hacerle comer sus propias palabras”.
 Papier observa al Duque.
   “He oído que el Rey está organizando un torneo de justas”, agrega el Duque.
 Los ojos de Papier se ensanchan.
   “Interesante”, dice él.

   En la cocina, Miccael se acerca a Sharize. Él la mira fijamente.
   “Tu rostro…pareciera como si tomaste mucho sol”.
   “Fui a dar un paseo… con Pedro”.
   “¿Con Pedro?”, dice Miccael con una gran sonrisa en su rostro.
   “¡Es un joven tan dulce!”, dice Sharize.
 Miccael dice a Sharize que él está muy feliz por ella. Sharize sonríe y se marcha. Miccael sonríe y baja la mirada.

   En el Despacho de Columbio, Janice dice a Columbio que Papier aún se niega a pedirte disculpas, pero ella está segura de que lo hará. Columbio dice que él no necesita sus disculpas. El Duque ingresa y dice a Columbio que Papier lo está desafiando a luchar contra él en el torneo de justas. Columbio y Janice se miran, sorprendidos.

   En uno de los pasillos, Miccael se acerca a Pedro y le dice que le alegra saber que Sharize lo pasó muy bien con él. Pedro sonríe y dice que está muy interesado en Sharize. Miccael dice a Pedro que Sharize es como su  hermana, y le ofrece contar con él para todo lo que necesite. Pedro agradece a Miccael.

   Flere y Janice se reúnen con Papier. Janice dice a Papier que un torneo de justas entre Columbio y él no es la solución. Papier sonríe y dice que Columbio fue el que empezó todo, y ésta es su oportunidad de demostrarle que no le teme. Flere dice a Papier que él cree que el Duque ha estado influyendo en sus decisiones. Papier dice que la partida ya está decidida y no cambiará de opinión. Janice baja la mirada.

   En el patio inferior, Columbio practica con una lanza. Milun se acerca y dice a Columbio que Daugherty le informó sobre el torneo. Columbio dice que Papier lo ha desafiado, y él necesita practicar con alguien. Milun dice que será un honor ayudarle.

   Janice, con su rostro lleno de lágrimas, ingresa en las recámaras de la Reina. La Reina le pregunta qué ha ocurrido. Janice dice que no está de acuerdo con el torneo y le pide que lo cancele. Britta se acerca a janice y le dice que ella no tiene nada de qué preocuparse ya que sólo será una partida amistosa. La Reina dice a Janice que Britta tiene razón y agrega que el Rey ya ha enviado las invitaciones. Janice mira a Britta con mirada acusadora.

   Flere ingresa a la Capilla y encuentra a Arturo de rodillas delante del altar. Arturo levanta la cabeza y abre sus ojos.
   “Padre, perdóneme que lo interrumpa…”
   ”Adelante, hijo”, dice Arturo.
   “Necesitamos de su ayuda para detener el torneo de justas”.
 Arturo permanece mirando a Flere.

   Al día siguiente, las preparaciones para el torneo comienzan.
 Columbio practica con Milun, ambos a caballo. Janice y Flere los observan. Janice dice a Flere que ella espera que el Padre Arturo pueda detener el torneo.
 Papier practica con el Duque. El Duque lo derrota. Papier se enoja y el Duque le pide que no se preocupe ya que él le proporcionará una lanza muy costosa para el torneo. Papier sonríe.

   En sus recámaras, la Reina Beatriz se reúne con Arturo, Janice y Flere. Arturo dice a la Reina que ha venido a suplicarle que detenga el torneo. La Reina se muestra sorprendida.

   En uno de los pasillos, Alysse camina y Milun se le acerca. Milun die a Alysse que debe pedirle disculpas por la manera cómo se comportó el otro día. Alysse pide a Milun que no se preocupe. Alysse se da vuelta y se marcha.
   “Este sentimiento de amor… ¡no lo puedo negar!”, dice Milun.

   La Reina Beatriz pide disculpas a Arturo y le dice que ella ignoraba que él también estaba en desacuerdo con el torneo. Arturo dice que cuando la gente juega con armas no es un juego. Janice dice a la Reina que ella no debe permitir que alguno de ellos sea herido. La Reina sonríe y dice que tratará de convencer al Rey para que suspenda el torneo. Britta ingresa y les dice que el Rey está muy entusiasmado con el torneo, y ya muchos de sus invitados están en camino. Arturo mira a la Reina, esperando una respuesta positiva. La Reina niega con la cabeza y dice a Arturo que es demasiado tarde para detener el torneo. Arturo baja la mirada. Britta sonríe.

   Britta ingresa en el Despacho del Duque y dice al Duque que ella ha conseguido lo que él necesita. Britta le muestra una botella pequeña. El Duque sonríe y toma la botella. Él dice que sólo unas pequeñas gotas de su contenido en el arma de Papier, matarán a Columbio al instante. Britta dice que el estúpido sacerdote, Arturo, casi convence a la Reina de detener el torneo. El Duque se acerca a Britta y le pide que mantenga la calma ya que mañana se divertirán mucho. El Duque y Britta se besan y sus cuerpos se unen, llevados por el deseo.

   Al día siguiente, el campo de justas se encuentra decorado con banderas de colores y guirnaldas de papel. Sobre una larga señal de madera se muestran los escudos de familia de los Caballeros, entre ellos el de Columbio y el de Papier. Una pancarta indica que la partida final será entre Columbio y Papier. Los invitados llegan y toman su lugar en las tribunas.

   En las recámaras de la Reina, Alysse ayuda a la Reina con su velo. Britta ingresa y dice a la Reina que ella luce magnífica. La Reina dice que ella está en contra del torneo, pero ya no le es posible detenerlo. Britta le pide que no se preocupe, y le promete que se divertirá. Alysse mira a Britta con desconfianza.

   En el Campo de Justas, Milun ayuda a Columbio con la armadura. Columbio, sombrío.
 Las trompetas suenan y el heraldo anuncia la llegada del Rey y de la Reina. Debajo de un toldo, el Rey Aidan y la Reina Beatriz saludan a los invitados con una gran sonrisa. La multitud ovaciona.

   Janice aplaude con una expresión triste en su rostro. Flere le dice que todo va a estar bien. Janice dice a Flere que la Reina ha cambiado mucho desde que llegó Britta.
 El heraldo anuncia que el torneo ha comenzado. Los primeros concursantes luchan con furia sobre montados a caballo.
 En las tribunas, Felipe alienta al ganador.


   En la Capilla, Arturo se arrodilla delante del altar y reza por Columbio y Papier.

   Unos momentos después, el heraldo anuncia la partida final. Columbio y Papier, sobre sus caballos, ingresan en la arena y reciben los aplausos del público. Ellos se miran el uno al otro.
 Milun entrega a Columbio la lanza y le desea buena suerte. Papier dice a Columbio que hará que bese el suelo. El Duque se acerca a Papier y le entrega la lanza envenenada. El Duque sonríe.
 Milun mira la multitud. Alysse mira a Milun y sus miradas se encuentran. Janice cubre sus ojos. La Reina se queda mirando al Rey, quien parece estar muy entusiasmado.
 Milun y el Duque observan cómo Columbio y Papier se aproximan el uno al otro, listos para descargar sus lanzas.
 Columbio acelera su caballo y su lanza rebota en el lado izquierdo de la armadura de Papier. El fuerte impacto hace que el caballo de Papier sea desviado hacia el otro extremo del campo.
 Columbio sonríe y regresa a su posición. El Duque se acerca a Papier.
   “Mueve para atrás tu hombro derecho al momento de golpear”, dice el Duque.
 En el segundo asalto, la lanza de Papier golpea el hombro de Columbio con mucha fuerza, el mismo hombro que fue herido en el ataque de la taberna. Columbio grita de dolor.
 Janice, asustada, exige que detengan el torneo.
 Papier sonríe. El Duque no está contento ya que la armadura protegió a Columbio de la lanza envenenada. El Duque dice a Papier que debe golpear más abajo, la próxima vez.
 Columbio regresa a la entrada del campo y dice a Milun ‘que no permitirá que Papier sea el ganador’.

   La Reina comunica al Rey que no se siente bien. El Rey asiente con la cabeza. Britta le ofrece llevarla a sus recámaras.
 Janice observa a la Reina retirarse y dice que debe hablar con ella.
Flere toma a Janice del brazo y le dice que Columbio la necesita.
 Britta lleva a la Reina a una pequeña glorieta donde Felipe las espera. La Reina se queda petrificada al ver a Felipe, ya que logra reconocerlo de las mascaradas. Felipe también se queda boquiabierto frente a la Reina. Britta sonríe y dice a la Reina que Felipe insistió en verla y ella le envió una invitación. Britta se marcha. Felipe no puede creer que la mujer que le interesa es la Reina de Frezzia.

   En el asalto final, Papier y Columbio se lanzan al ataque. Mientras se acercan, Papier baja su lanza. Ambos arremeten con fuerza, y la lanza de Columbio golpea a Papier en el pecho, lo suficiente para desviar la lanza de Papier en el cuerpo del caballo. Ambas lanzas se reducen a fragmentos. Milun se protege de la lluvia de astillas.
 Papier cae al suelo. El caballo de Columbio relincha fuera de control, sintiendo el efecto del veneno. Lanzado por el caballo, Columbio aterriza de espaldas. Todos los presentes en las tribunas se quedan sorprendidos. Janice se encuentra aterrorizada. El Duque sonríe.

   Felipe se arrodilla delante de la Reina Beatriz y se disculpa por haber venido al Palacio. La Reina dice a Felipe que es su culpa por no decirle la vedad. Felipe le dice ‘que él sabía que una preciosa mujer se ocultaba detrás de la máscara, pero ahora confirma que ella es la mujer más hermosa que jamás haya visto’. La Reina mira hacia atrás y dice a Felipe ‘que debe marcharse’. Felipe le pregunta ‘si la carta en verdad describe lo que ella siente por él’. La Reina se queda mirando los labios de Felipe. Felipe le dice ‘que no la dejará irse esta vez, a menos que responda a su pregunta’. La Reina cierra los ojos. La boca de Felipe se acerca a los labios de la Reina y ambos se besan. La Reina abre los ojos y se marcha con mucha prisa.

   En el Campo de justas, el caballo de Columbio agoniza. Columbio observa la herida del caballo. Columbio dice a Papier que el caballo ni siquiera está perdiendo sangre. Papier queda sorprendido.
 El Duque furioso, dice que todos ellos son unos estúpidos. Luego se marcha.
 En el otro extremo del campo, Milun observa al moribundo caballo y dice que es una muerte muy extraña.
 Las trompetas y la voz del heraldo anuncian el final del torneo.
 Janice, Flere y Milun se reúnen con Columbio y Papier. Janice abraza a Columbio.
   “Doy gracias a Dios…”, dice Janice.
   “Sé que es algo tarde, pero en verdad, siento que todo esto te haya causado malestar”.
 Milun observa el caballo.
   “El pobre animal…”
 Papier se acerca a Columbio.
   “Bueno, creo que todo esto ha sido culpa mía”, dice Papier.
 Columbio mira a Papier, sorprendido.
   “Ya lo sé. No soy más que un engreído”, agrega él.
 Columbio sonríe y abraza a Papier.
 Arturo se acerca y se alegra al ver que Columbio y Papier están a salvo.

   Por la noche, hay una ceremonia en el Palacio en honor a los participantes del torneo. La Reina Beatriz se alegra al escuchar a Alysse que nadie resultó herido de gravedad.
Janice y Columbio bailan. Janice dice a Columbio que estaba muy preocupada por él. Columbio sonríe y le pide que no se preocupe, ya que no se convertirá en una viuda, aún. Janice sonríe.
 Britta y Papier bailan. Britta dice a Papier que ella lo considera a él como el ganador del torneo. Papier sonríe.
 Milun mira a Britta. Pedro se acerca y Milun le dice que él cree que la muerte del caballo no fue un accidente. Pedro lo mira, sorprendido.
 Felipe ingresa al Salón, y la Reina se sorprende al verlo nuevamente. Britta se acerca a Felipe y lo lleva delante del Rey y de la Reina.
   “Sus Majestades, pemítanme presentarles a un buen amigo mío. Don  Felipe Bastián”.
 Felipe se arrodilla.
   “Sus Majestades. Me da tanto placer conoceros”.
 Debido a su acento, el Rey Aidan deduce que él es extranjero.
   “Don Felipe, bienvenido a mi reino. Espero que el torneo haya sido se agrado”.
   “Fue muy emocionante poder presenciar el torneo”.
 Papier se queda mirando a Felipe por un momento, lleno de duda y curiosidad.
   “¡Pero qué sorpresa ver aquí a mi querido amigo de Verthia! “
 Felipe parpadea y mira fijamente a Papier.
   “No es posible… ¿qué haces vos aquí?’’
   “Yo también estoy feliz de verte”.
 Felipe y Papier se abrazan. La Reina luce sorprendida.
   “Oh, sí ya nos conocíamos…”, dice Papier.
   “¡Interesante!”, observa el Rey.
   “Participamos en muchas campañas. Este joven estuvo dispuesto a dejar todo lo que tenía, con tal de viajar por todo el mundo”.
 Felipe niega con la cabeza, tratando de mantener la sonrisa en su rostro.
   “Eso fue hace mucho tiempo”, responde Felipe.
   “Mis ojos pueden decir lo que yo quiera”.
   “¿Y qué te trae a Frezzia?”, pregunta el Rey.
   “Yo trabajo para el Embajador. Estoy en una misión diplomática”.
   “Qué bien. Espero pueda permanecer en mi Corte”.
   “Gracias, Su Majestad”.
 La Reina baja la mirada. Britta sonríe.

   En los apartamentos del Monseñor, Arturo lee el libro dorado. Su expresión cambia cuando lee nuevamente la misma página; sus ojos están llenos de preocupación.
 Arturo cierra los ojos, evitando sumergirse en pensamientos peligrosos. Luego de un momento de reflexión en silencio, él asiente la cabeza lentamente en señal de conformidad.

   “La batalla… está a punto de comenzar”.

DE MI ÁLBUM


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