En el Palacio, Papier limpia la sangre de su rostro y golpea de nuevo a Columbio.
“¡Ya basta!”, grita Janice.
Columbio golpea a Papier en el pecho y Papier
cae al piso. Riot y Daugherty sostienen los brazos de Columbio. Flere se acerca
a Papier y lo ayuda a ponerse de pie. El Rey Aidan se muestra indignado. Arturo
les dice ‘que la lucha no es una manera de resolver las cosas’. Columbio
observa al Rey y luego baja la mirada.
Papier pide disculpas y dice que irá a sus
aposentos. Flere va con él. Janice pregunta a Columbio si está herido. Columbio
pide disculpas por su comportamiento. El Duque pregunta a Columbio si es consciente de que la Reina espera un
hijo, y que sus acciones pueden hacerle daño. La Reina Beatriz baja la mirada.
El Rey se pone de pie y dice que se marchará a sus aposentos.
En su habitación, Alysse recuerda las
palabras de Milun y llora sobre su cama. Mientras tanto, Milun, en su
dormitorio, recuerda los gritos de Nidia.
Aal día siguiente, Janice y Flere se reúnen
con Papier. Flre dice a Papier que él debería hablar con Columbio y resolver
sus problemas. Papier dice que Columbio lo golpeó primero, y es él quien tiene
que pedir disculpas. Janice dice a Papier que él bebió mucho vino y no sabía lo
que estaba haciendo. Papier dice que sólo se estaba divirtiendo. Flere le dice
que está muy decepcionado de é’. Papier dice que quizás sea mejor que se
marche. Flre y Janice se miran.
Columbio informa a Milun sobre su pelea con
Papier. Milun dice a Columbio que él lo entiende, ya que Papier puede ser muy
fastidioso a veces. Columbio dice que está seguro que la Corte Real le impondrá
una sanción por su mal comportamiento. Milun dice a Columbio que Alysse y él
tuvieron una fuerte discusión anoche. Columbio niega con su cabeza.
El Duque ingresa en la habitación de Britta
y encuentra a Britta haciendo cambios a una carta. El Duque dice a Britta que esta
es su oportunidad para deshacerse de Columbio. Britta se ríe. El Duque le
pregunta qué está haciendo. Britta le dice
que esta es la carta del nuevo amante de la Reina. El Duque la mira,
sorprendido.
Columbio ingresa en los apartamentos del
Rey. Columbio baja la mirada y dice al Rey ‘que está dispuesto a aceptar
cualquier sanción que hay decidido’. El Rey dice a Columbio ‘que está algo
decepcionado; pero después de todo, la pelea fue bastante entretenida’.
Columbio sonríe y pregunta al Rey ‘si le gustaría planear su celebración de
cumpleaños’. El Rey dice ‘que ha decidido no celebrar su cumpleaños este año’.
Columbio asiente con la cabeza.
Britta ingresa en las recámaras de la Reina
y dice a la Reina ‘que tiene una sorpresa para ella’. Britta entrega una carta
a la Reina y le dice ‘que es de Felipe’. La Reina mira a Britta, sorprendida
por sus palabras.
“¿Pero cómo es posible que él me haya
encontrado?”
“Yo me encargué de contactarlo. Pero jamás
mencioné que eras la Reina”, dice Britta.
La Reina lee la carta y pregunta a Britta ¿qué
es lo que harán ahora?”
Britta le entrega un lápiz y un pedazo de
papel y le dice ‘que Felipe estará muy feliz al leer su respuesta’.
En la Sala de esgrima, Papier practica con
su espada y Arturo se le acerca. Papier mira a Arturo y le da la espada. Arturo
dice a Papier que él sabe que ha sufrido mucho y ofrece ayudarlo. Papier se ríe
y dice a Arturo que él no sabe nada de é’. Arturo le dice que él tiene un
hermano menor, cuyas emociones siempre afectaron su juicio. Papier dice que
nunca pensó que Riot era tan problemático. Arturo dice que él se refería al
menor de sus hermanos. Papier dice a Arturo que él no tiene ningún hermano ni tiempo
para escuchar sus sermones. Arturo sonríe.
En la cocina, Pedro se acerca a Sharize y le
pregunta ‘si ella quiere ir a caminar con él’.
Sharize se
disculpa con Pedro y le dice que a ella no se le permite salir sin antes de
hacer sus deberes. La Señorita Pía se acerca y dice a Sharize que ella tiene su
permiso para tomarse un descanso y disfrutar del aire fresco. Sharize mira a la
Señorita Pía, sorprendida. Pedro sonríe.
En las recámaras de la Reina, Alysse sirve a
la Reina una taza de té. La Reina dice a Alysse que parece que ella ha llorado
mucho. Alysse sonríe y dice que no pudo dormir bien. Britta ingresa y dice a la
Reina que se le ha ocurrido una gran idea para el cumpleaños del Rey. Alysse
sale de la habitación. Britta dice que ellas deberían organizar un torneo de
justas. La Reina la mira sorprendida.
Pedro se acerca a Milun y le dice que irá de
paseo con Sharize en la tarde. Milun dice a Pedro que le alegra saber que
disfrutará de un momento agradable. Pedro le pregunta çómo te va con Alysse.
Milun dice que él no quiere hablar de ella. Pedro lo mira, sorprendido.
En un pasillo, Alysse camina y se encuentra
con Arturo. Alysse le sonríe y sigue caminando. Arturo dice a Alysse que ella
es una mujer fuerte y le pide que no llore. Alysse lo mira, sorprendida.
La Reina Beatriz dice a Britta que un torneo
podría ser peligroso. Britta se ríe y dice nadie saldrá herido en un torneo
amistoso. La Reina dice que el Rey no lo permitirá. Britta dice que el Rey
estaría muy contento de ofrecer un torneo, entretener a sus invitados, y además
sería el momento perfecto para invitar a Felipe. La Reina niega con la cabeza y
dice a Britta que su imaginación no tiene límite. Britta sonríe.
Milun se acerca al Capitán Daugherty y le
pide permiso para salir del Palacio. Daugherty pregunta a Milun si hay algo que
él debería saber. Milun dice que tiene algo importante que hacer. Daugherty
asiente.
Alysse se acerca a Arturo y le dice que ella
se considera una mujer fuerte; pero siempre que se acerca alguien, sale
lastimada. Arturo apunta hacia una de las columnas y le pide a Alysse que
adivine cuántas veces la gente se ha reclinado en ella. Alysse dice que no
tiene idea alguna.
“Debes de aprender de ella. No importa quién
la haya tocado o golpeado; la columna aún sostiene al Palacio”.
Alysse sonríe.
En sus apartamentos, el Rey se reúne con el
General Riot, el Duque y el Almirante Guiness. La Reina Beatriz ingresa y dice
al Rey que ella tiene una idea de cómo celebrar su cumpleaños. El Rey la mira,
muy sorprendido. La Reina dice que ella ha decidido organizar un torneo de
justas. El Rey luce muy emocionado.
Pedro y Sharize caminan por los jardines.
Sharize mira a todos lados.
“Mi madre me llevaba a pasear cuando era
pequeña”.
“Tu madre debe haber sido muy hermosa”,
observa Pedro.
“La recuerdo tal como era”.
Pedro sostiene el rostro de Sharize.
“No estés triste ya que…”
Sharize sonríe.
“… Esos bellos ojos no deben llorar”, añade
Pedro.
En uno de los pasillos, el Capitán Daugherty
se acerca a la Señorita Pía y le dice que se sorprendió al saber que ella dio
permiso a su hija para ir de paseo con Pedro. La Señorita Pía dice que Sharize
se lo merece. Daugherty sonríe y pregunta a la Señorita Pía si algún día ella
acepará ir de paseo con él. La Señorita Pía respira de golpe.
En uno de los salones del Palacio, Felipe se
reúne con Britta. Britta entrega una carta a Felipe y le dice que su amiga está
ansiosa por saber de él. Felipe emocionado, lee la carta, y pregunta a Britta
cuándo tendrá la oportunidad de ver a su amiga. Britta sonríe y dice a Felipe
que su amiga es una doncella muy ocupada, y promete organizar un encuentro para
ambos. Felipe sonríe.
En los apartamentos del Rey, el Rey Aidan
dice que un torneo es una gran idea; pero tal vez no sea el momento adecuado.
El Duque dice que está de acuerdo con la Reina, y les asegura que a muchos
Caballeros les encantaría participar.
“Han pasado muchos años desde el último que
tuvimos”, dice Riot.
“Entonces, se llevará a cabo el mejor torneo
de la historia”, exclama el Rey.
La Reina Beatriz sonríe. El Rey se acerca a la
Reina y le dice que ella siempre lo sorprende. El Duque los observa y ríe.
En el Puerto, Milun observa el mar y
recuerda los gritos de Nidia. Milun mira el rosario de Nidia.
“Querida, ya estoy muy cerca de vengar tu
muerte”, dice.
En la Capilla del Palacio, Arturo camina por
la amplia nave. Él observa con atención una imagen que recrea el Juico de Dios.
Arturo se arrodilla y agacha su cabeza.
“Líbranos de todo mal…”, reza Arturo.
El Duque ingresa en la habitación de Papier
y encuentra a Papier bebiendo una copa de vino.
“No deberías sentirte mal. Columbio es el
único responsable de todo esto”.
“Me comporté como un tonto delante de todos”,
observa Papier.
“De
ninguna manera. Desde que llegaste, él siempre ha hablado mal de ti”
Papier sonríe.
“Debe estar celoso”.
“Es un altanero. Alguien debería darle una
lección”, dice el Duque.
“Él sabe que poseo mucha destreza”.
“En ese caso, creo que sería una buena
oportunidad de… hacerle comer sus propias palabras”.
Papier observa al Duque.
“He oído que el Rey está organizando un
torneo de justas”, agrega el Duque.
Los ojos de Papier se ensanchan.
“Interesante”, dice él.
En la cocina, Miccael se acerca a Sharize.
Él la mira fijamente.
“Tu rostro…pareciera como si tomaste mucho
sol”.
“Fui a dar un paseo… con Pedro”.
“¿Con Pedro?”, dice Miccael con una gran
sonrisa en su rostro.
“¡Es un joven tan dulce!”, dice Sharize.
Miccael dice a Sharize que él está muy feliz
por ella. Sharize sonríe y se marcha. Miccael sonríe y baja la mirada.
En el Despacho de Columbio, Janice dice a
Columbio que Papier aún se niega a pedirte disculpas, pero ella está segura de
que lo hará. Columbio dice que él no necesita sus disculpas. El Duque ingresa y
dice a Columbio que Papier lo está desafiando a luchar contra él en el torneo
de justas. Columbio y Janice se miran, sorprendidos.
En uno de los pasillos, Miccael se acerca a
Pedro y le dice que le alegra saber que Sharize lo pasó muy bien con él. Pedro
sonríe y dice que está muy interesado en Sharize. Miccael dice a Pedro que
Sharize es como su hermana, y le ofrece
contar con él para todo lo que necesite. Pedro agradece a Miccael.
Flere y Janice se reúnen con Papier. Janice
dice a Papier que un torneo de justas entre Columbio y él no es la solución.
Papier sonríe y dice que Columbio fue el que empezó todo, y ésta es su
oportunidad de demostrarle que no le teme. Flere dice a Papier que él cree que
el Duque ha estado influyendo en sus decisiones. Papier dice que la partida ya
está decidida y no cambiará de opinión. Janice baja la mirada.
En el patio inferior, Columbio practica con
una lanza. Milun se acerca y dice a Columbio que Daugherty le informó sobre el
torneo. Columbio dice que Papier lo ha desafiado, y él necesita practicar con
alguien. Milun dice que será un honor ayudarle.
Janice, con su rostro lleno de lágrimas,
ingresa en las recámaras de la Reina. La Reina le pregunta qué ha ocurrido.
Janice dice que no está de acuerdo con el torneo y le pide que lo cancele.
Britta se acerca a janice y le dice que ella no tiene nada de qué preocuparse
ya que sólo será una partida amistosa. La Reina dice a Janice que Britta tiene
razón y agrega que el Rey ya ha enviado las invitaciones. Janice mira a Britta
con mirada acusadora.
Flere ingresa a la Capilla y encuentra a
Arturo de rodillas delante del altar. Arturo levanta la cabeza y abre sus ojos.
“Padre, perdóneme que lo interrumpa…”
”Adelante, hijo”, dice Arturo.
“Necesitamos de su ayuda para detener el
torneo de justas”.
Arturo permanece mirando a Flere.
Al día siguiente, las preparaciones para el
torneo comienzan.
Columbio practica con Milun, ambos a caballo.
Janice y Flere los observan. Janice dice a Flere que ella espera que el Padre
Arturo pueda detener el torneo.
Papier practica con el Duque. El Duque lo
derrota. Papier se enoja y el Duque le pide que no se preocupe ya que él le
proporcionará una lanza muy costosa para el torneo. Papier sonríe.
En sus recámaras, la Reina Beatriz se reúne
con Arturo, Janice y Flere. Arturo dice a la Reina que ha venido a suplicarle
que detenga el torneo. La Reina se muestra sorprendida.
En uno de los pasillos, Alysse camina y
Milun se le acerca. Milun die a Alysse que debe pedirle disculpas por la manera
cómo se comportó el otro día. Alysse pide a Milun que no se preocupe. Alysse se
da vuelta y se marcha.
“Este sentimiento de amor… ¡no lo puedo
negar!”, dice Milun.
La Reina Beatriz pide disculpas a Arturo y
le dice que ella ignoraba que él también estaba en desacuerdo con el torneo.
Arturo dice que cuando la gente juega con armas no es un juego. Janice dice a
la Reina que ella no debe permitir que alguno de ellos sea herido. La Reina
sonríe y dice que tratará de convencer al Rey para que suspenda el torneo.
Britta ingresa y les dice que el Rey está muy entusiasmado con el torneo, y ya
muchos de sus invitados están en camino. Arturo mira a la Reina, esperando una
respuesta positiva. La Reina niega con la cabeza y dice a Arturo que es
demasiado tarde para detener el torneo. Arturo baja la mirada. Britta sonríe.
Britta ingresa en el Despacho del Duque y
dice al Duque que ella ha conseguido lo que él necesita. Britta le muestra una
botella pequeña. El Duque sonríe y toma la botella. Él dice que sólo unas
pequeñas gotas de su contenido en el arma de Papier, matarán a Columbio al
instante. Britta dice que el estúpido sacerdote, Arturo, casi convence a la
Reina de detener el torneo. El Duque se acerca a Britta y le pide que mantenga
la calma ya que mañana se divertirán mucho. El Duque y Britta se besan y sus
cuerpos se unen, llevados por el deseo.
Al día siguiente, el campo de justas se
encuentra decorado con banderas de colores y guirnaldas de papel. Sobre una
larga señal de madera se muestran los escudos de familia de los Caballeros,
entre ellos el de Columbio y el de Papier. Una pancarta indica que la partida
final será entre Columbio y Papier. Los invitados llegan y toman su lugar en
las tribunas.
En las recámaras de la Reina, Alysse ayuda a
la Reina con su velo. Britta ingresa y dice a la Reina que ella luce magnífica.
La Reina dice que ella está en contra del torneo, pero ya no le es posible
detenerlo. Britta le pide que no se preocupe, y le promete que se divertirá.
Alysse mira a Britta con desconfianza.
En el Campo de Justas, Milun ayuda a
Columbio con la armadura. Columbio, sombrío.
Las trompetas suenan y el heraldo anuncia la
llegada del Rey y de la Reina. Debajo de un toldo, el Rey Aidan y la Reina
Beatriz saludan a los invitados con una gran sonrisa. La multitud ovaciona.
Janice aplaude con una expresión triste en
su rostro. Flere le dice que todo va a estar bien. Janice dice a Flere que la
Reina ha cambiado mucho desde que llegó Britta.
El heraldo anuncia que el torneo ha comenzado.
Los primeros concursantes luchan con furia sobre montados a caballo.
En las tribunas, Felipe alienta al ganador.
En la Capilla, Arturo se arrodilla delante
del altar y reza por Columbio y Papier.
Unos momentos después, el heraldo anuncia la
partida final. Columbio y Papier, sobre sus caballos, ingresan en la arena y
reciben los aplausos del público. Ellos se miran el uno al otro.
Milun entrega a Columbio la lanza y le desea
buena suerte. Papier dice a Columbio que hará que bese el suelo. El Duque se
acerca a Papier y le entrega la lanza envenenada. El Duque sonríe.
Milun mira la multitud. Alysse mira a Milun y
sus miradas se encuentran. Janice cubre sus ojos. La Reina se queda mirando al
Rey, quien parece estar muy entusiasmado.
Milun y el Duque observan cómo Columbio y
Papier se aproximan el uno al otro, listos para descargar sus lanzas.
Columbio acelera su caballo y su lanza rebota
en el lado izquierdo de la armadura de Papier. El fuerte impacto hace que el
caballo de Papier sea desviado hacia el otro extremo del campo.
Columbio sonríe y regresa a su posición. El
Duque se acerca a Papier.
“Mueve para atrás tu hombro derecho al
momento de golpear”, dice el Duque.
En el segundo asalto, la lanza de Papier
golpea el hombro de Columbio con mucha fuerza, el mismo hombro que fue herido
en el ataque de la taberna. Columbio grita de dolor.
Janice, asustada, exige que detengan el
torneo.
Papier sonríe. El Duque no está contento ya
que la armadura protegió a Columbio de la lanza envenenada. El Duque dice a
Papier que debe golpear más abajo, la próxima vez.
Columbio regresa a la entrada del campo y dice
a Milun ‘que no permitirá que Papier sea el ganador’.
La Reina comunica al Rey que no se siente
bien. El Rey asiente con la cabeza. Britta le ofrece llevarla a sus recámaras.
Janice observa a la Reina retirarse y dice que
debe hablar con ella.
Flere toma a
Janice del brazo y le dice que Columbio la necesita.
Britta lleva a la Reina a una pequeña glorieta
donde Felipe las espera. La Reina se queda petrificada al ver a Felipe, ya que
logra reconocerlo de las mascaradas. Felipe también se queda boquiabierto
frente a la Reina. Britta sonríe y dice a la Reina que Felipe insistió en verla
y ella le envió una invitación. Britta se marcha. Felipe no puede creer que la
mujer que le interesa es la Reina de Frezzia.
En el asalto final, Papier y Columbio se
lanzan al ataque. Mientras se acercan, Papier baja su lanza. Ambos arremeten
con fuerza, y la lanza de Columbio golpea a Papier en el pecho, lo suficiente
para desviar la lanza de Papier en el cuerpo del caballo. Ambas lanzas se
reducen a fragmentos. Milun se protege de la lluvia de astillas.
Papier cae al suelo. El caballo de Columbio
relincha fuera de control, sintiendo el efecto del veneno. Lanzado por el
caballo, Columbio aterriza de espaldas. Todos los presentes en las tribunas se
quedan sorprendidos. Janice se encuentra aterrorizada. El Duque sonríe.
Felipe se arrodilla delante de la Reina
Beatriz y se disculpa por haber venido al Palacio. La Reina dice a Felipe que
es su culpa por no decirle la vedad. Felipe le dice ‘que él sabía que una
preciosa mujer se ocultaba detrás de la máscara, pero ahora confirma que ella
es la mujer más hermosa que jamás haya visto’. La Reina mira hacia atrás y dice
a Felipe ‘que debe marcharse’. Felipe le pregunta ‘si la carta en verdad
describe lo que ella siente por él’. La Reina se queda mirando los labios de
Felipe. Felipe le dice ‘que no la dejará irse esta vez, a menos que responda a
su pregunta’. La Reina cierra los ojos. La boca de Felipe se acerca a los
labios de la Reina y ambos se besan. La Reina abre los ojos y se marcha con
mucha prisa.
En el Campo de justas, el caballo de
Columbio agoniza. Columbio observa la herida del caballo. Columbio dice a
Papier que el caballo ni siquiera está perdiendo sangre. Papier queda
sorprendido.
El Duque furioso, dice que todos ellos son
unos estúpidos. Luego se marcha.
En el otro extremo del campo, Milun observa al
moribundo caballo y dice que es una muerte muy extraña.
Las trompetas y la voz del heraldo anuncian el
final del torneo.
Janice, Flere y Milun se reúnen con Columbio y
Papier. Janice abraza a Columbio.
“Doy gracias a Dios…”, dice Janice.
“Sé que es algo tarde, pero en verdad,
siento que todo esto te haya causado malestar”.
Milun observa el caballo.
“El pobre animal…”
Papier se acerca a Columbio.
“Bueno, creo que todo esto ha sido culpa
mía”, dice Papier.
Columbio mira a Papier, sorprendido.
“Ya lo sé. No soy más que un engreído”,
agrega él.
Columbio sonríe y abraza a Papier.
Arturo se acerca y se alegra al ver que
Columbio y Papier están a salvo.
Por la noche, hay una ceremonia en el
Palacio en honor a los participantes del torneo. La Reina Beatriz se alegra al
escuchar a Alysse que nadie resultó herido de gravedad.
Janice y
Columbio bailan. Janice dice a Columbio que estaba muy preocupada por él.
Columbio sonríe y le pide que no se preocupe, ya que no se convertirá en una
viuda, aún. Janice sonríe.
Britta y Papier bailan. Britta dice a Papier
que ella lo considera a él como el ganador del torneo. Papier sonríe.
Milun mira a Britta. Pedro se acerca y Milun
le dice que él cree que la muerte del caballo no fue un accidente. Pedro lo
mira, sorprendido.
Felipe ingresa al Salón, y la Reina se
sorprende al verlo nuevamente. Britta se acerca a Felipe y lo lleva delante del
Rey y de la Reina.
“Sus Majestades, pemítanme presentarles a un
buen amigo mío. Don Felipe Bastián”.
Felipe se arrodilla.
“Sus Majestades. Me da tanto placer
conoceros”.
Debido a su acento, el Rey Aidan deduce que él
es extranjero.
“Don Felipe, bienvenido a mi reino. Espero
que el torneo haya sido se agrado”.
“Fue muy emocionante poder presenciar el
torneo”.
Papier se queda mirando a Felipe por un
momento, lleno de duda y curiosidad.
“¡Pero qué sorpresa ver aquí a mi querido
amigo de Verthia! “
Felipe parpadea y mira fijamente a Papier.
“No es posible… ¿qué haces vos aquí?’’
“Yo también estoy feliz de verte”.
Felipe y Papier se abrazan. La Reina luce
sorprendida.
“Oh, sí ya nos conocíamos…”, dice Papier.
“¡Interesante!”, observa el Rey.
“Participamos en muchas campañas. Este joven
estuvo dispuesto a dejar todo lo que tenía, con tal de viajar por todo el
mundo”.
Felipe niega con la cabeza, tratando de
mantener la sonrisa en su rostro.
“Eso fue hace mucho tiempo”, responde
Felipe.
“Mis ojos pueden decir lo que yo quiera”.
“¿Y qué te trae a Frezzia?”, pregunta el
Rey.
“Yo trabajo para el Embajador. Estoy en una
misión diplomática”.
“Qué bien. Espero pueda permanecer en mi
Corte”.
“Gracias, Su Majestad”.
La Reina baja la mirada. Britta sonríe.
En los apartamentos del Monseñor, Arturo lee
el libro dorado. Su expresión cambia cuando lee nuevamente la misma página; sus
ojos están llenos de preocupación.
Arturo cierra los ojos, evitando sumergirse en
pensamientos peligrosos. Luego de un momento de reflexión en silencio, él
asiente la cabeza lentamente en señal de conformidad.
“La batalla… está a punto de comenzar”.
DE MI ÁLBUM
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