Trompeta
(Yale, Oklahoma, 23.12.1929-13.5.1988)
Chet Baker se trasladó
con su familia a California y empezó a tocar a la edad de diez años gracias a
su padre, músico aficionado, que el animó regalándole un trombón, pero el
muchacho pronto se pasó a la trompeta. Entró en la banda escolar y aprendió las
primeras lecciones musicales demostrando unas dotes naturales poco comunes. Se
enroló muy joven en el ejército, después de haber trabajado ya como músico en
orquestas de baile y charangas, y entró a formar parte de la “298 Army Band” de
Berlin, donde prestaba servicio. Sin embargo, se dio cuenta de que su
preparación musical no era satisfactoria y, de regreso a la vida civil, en
1948, se matriculó en un curso de teoría en El Camino College, de Los Ángeles.
Al año siguiente volvió a enrolarse, siendo destinado a San Francisco, donde
ingresó en la “Presidio Army Band” y tuvo la oportunidad de tomar parte en numerosas jam sessions del “Bop City”. Esta nueva experiencia militar no le
convenció y, en 1952, definitivamente licenciado, regresó a Los Ángeles, donde
tuvo ocasión de conocer a Charlie Parker –ya próximo a la muerte –Vido Musso,
Stan Gertz y Dexter Gordon.
El jazz de la
West Coast poseía entonces una gran fuerza y se tocaba en todas partes. De este
modo “Chet” tuvo la suerte de ser escuchado por Richard Bock, que le contrató
para tocar en el “Haig” con Gerry Mulligan, ya entonces bastante famoso por sus
grabaciones con Miles Davis y Gil Evans, Baker acababa de pasar del primer amor
romántico por los trompetistas de la época swing
a la adoración por Davis, y le parecía mentira tocar con quien tenía la suerte
de conocerle personalmente. Mulligan, por su parte, hallaba en el joven
trompetista el respaldo ideal para dar vida al “Piano Less Quartet” que
extendería su fama por todo el mundo, y en el que formaban, junto a Baker y
Mulligan, el contrabajista Witlock y el batería Chico Hamilton, más tarde
sustituidos respectivamente por Carson Smith y Larry Bunker. La colaboración,
muy fructífera, duró sin embargo poco tiempo, pues Gerry tuvo problemas con la
justicia y a Chet se le ocurrió la idea poco afortunada de pedirle un aumento
de sueldo precisamente entonces. Quizá no fuera éste el único motivo de la
separación, pero lo cierto es que desde entonces Mulligan y Baker no se llevan
muy bien, pese a lo cual volvieron a tocar juntos, en 1957, de nuevo por interés de Richard Bock –que entretanto
había fundado una casa discográfica, la “Pacific Jazz”—actuando incluso en el
“Carnegie Hall” en un concierto dedicado a la música californiana. Tras
separarse de Mulligan, “Chet” con la ayuda de Russ Freeman, creó una formación
con la que obtuvo gran éxito, consolidando su fama como trompetista y
cantante. Llegaba a la cumbre de la
popularidad: señalado como “New Start” en 1953, en un referéndum organizado
entre los críticos internacionales de la revista “Down Beat”, triunfó después
además como mejor trompetista, tanto en “Down Beat” como en el “Metronwomen”.
Tocó entonces también con músicos comprometidos como Lee Konitz, demostrando
así la proximidad de su mundo musical
con el de los coolters, pero la vida
en América empezaba a resultar imposible entre detenciones, internamientos en
clínicas psiquiátricas, contratos en pedazos: la maldición de la droga le había
alcanzado y no podía librarse de ella. En 1959 marchó a Europa, tanto para
abandonar los Estados Unidos como para ampararse en las leyes, menos severas,
del Viejo Continente. Le pareció vivir una nueva juventud, pero siguió
drogándose y fue detenido en Italia y Alemania, por lo que en 1964 decidió
regresar primero a Nueva York y después a Los Ángeles. Empezó a tocar de nuevo,
dedicándose esta vez al fluegelhorn y
grabando una excelente música, pero los problemas iban aumentando
considerablemente. En San Francisco fue atacado por algunos traficantes
impagados y perdió todos los dientes. Dejó entonces de tocar y vivió
prácticamente en la miseria, hasta que Dizzy Gillespie le convenció para que
reanudara su trabajo. Los comienzos fueron difíciles, debiendo modificar la
técnica adquirida y emprender una nueva marcha. Poseía aún una bella sonoridad,
pero le costaba trabajo mantener las notas, aunque tenía un extraordinario feeling que le permitió volver a
efectuar muchas giras por Europa y actuar en numerosos festivales, donde
encontró de nuevo a viejos amigos y alcanzó un gran éxito. Su modo de tocar ha
mejorado con la práctica y se le ha brindado la oportunidad de grabar varios
discos, en los que demuestra ser aún un músico excelente, aunque como
instrumentista ya no es lo que fue.
Estilísticamente “Chet” tiene cierto parecido a Bix Beiderbecke en
cuanto a la sonoridad, al ataque, al vibrato apenas apuntado y a su gran
lirismo, pero no cabe duda de que su inspirador fue Miles Davis, aun sin ser
“Chet” un auténtico coolster, resta,
de todos modos, el más interesante de los modernos trompetistas blancos. Como
cantante es inimitable.
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