miércoles, 14 de octubre de 2015

¿SON MÁS FUERTES LOS HOMBRES CADA VEZ ? / Paul GUTH


Parece que sí, aunque no puede decirse lo mismo del poder de su inteligencia para las letras.

   El hombre es cada vez más fuerte. Mejora sin cesar sus records atléticos y hace ir atrás lo nacido de lo imposible. No podemos prever a qué velocidad ni a qué altura se llegará a correr, nadar o saltar el año que viene. Pero con toda seguridad que será más rápido, más lejos y más alto que ahora. Se afirma que las marcas son para romperse.

   Los médicos y los deportistas explican este progreso por el perfeccionamiento de las pistas de atletismo y de las piscinas de natación. Los campos de deporte no son ya un pedazo de tierra con un poco de hierba. Se han convertido en verdaderos laboratorios, bancos de ensayo donde los sabios del músculo estudian la resistencia a la fatiga de la maquinaria humana, como en otros laboratorios se estudia la resistencia a los metales a la tracción, a la presión y al calor.


   Los métodos de entrenamiento se han perfeccionado también. Los grandes atletas hacen ejercicios de carreras a pie o de natación todos los días, igual que los hace un pianista durante varias horas para mejorar la elasticidad de los dedos. A los ejercicios en la especialidad de cada atleta, se añaden otros ejercicios de cultura física general, en los que no se habría soñado antes.

   El cronómetro se ha convertido en el ángel guardián de los atletas. Sin saber le preguntan la verdad sobre el esfuerzo del momento y sobre el progreso a hacer. Y no  olvidemos el régimen a que se someten los atletas. Engrasan su máquina y mantienen su organismo como un centavo nuevo, con lo que aumentan su rendimiento.

   Es de notar también el progreso continuo de la ciencia y de la técnica, es decir, en todo lo que se puede medir. El “Ranger” americano permite a los astronautas de los Estados Unidos conseguir saber más de la Luna de lo que pudo saber Galileo. Uno de los candidatos a bachiller conoce las reacciones químicas del cuerpo con detalles que fueron desconocidos completamente a Lavoisier.

   Pero en el orden calificativo, es decir, en las Artes y las Letras, todo resulta muy diferente. ¿Quién se atrevería a decir que Bernard Buffet es mejor pintor que Rafael y que Anouilh es mejor autor dramático que Moliére?  El hombre corre o nada más rápido, como lo prueba el cronómetro; pero su alma no cambia.

   Y lo que dijeron Homero, Esquilo, Platón y Shakespeare siempre será valedero y deja pulverizado el balbuceo de nuestros contemporáneos.

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