Teólogo de la Liberación habla de la "creatividad"
evangélica de Francisco
Gustavo Gutiérrez: "Francisco está renovando la
Iglesia"
"Ha ayudado a acabar con la marginación que afectaba a
los más débiles del pueblo cubano"
Redacción, 27 de septiembre de 2015
El sacerdote Gustavo
Gutiérrez, 'fundador' de la Teología de la Liberación Francisco, con el pueblo
"Toda vuelta a las fuentes, a la frescura del
evangelio, renueva el rostro de la Iglesia. Francisco lo hace con valentía y
creatividad, a través de palabras y gestos enteramente comprensibles",
declaró Gutiérrez en una entrevista a la AFP desde Washington, donde sigue la
visita del Papa argentino a Estados Unidos.
El teólogo peruano, que había sido mantenido en las sombras
por el Vaticano desde Juan Pablo II hasta septiembre de 2013, cuando lo recibió
el hoy Papa, dijo que "Francisco ha creado un momento esperanzado y
abierto al tiempo presente".
El sacerdote consideró "significativa" la visita
de Francisco a Cuba y Estados Unidos, "un llamado a una humana y
respetuosa relación entre ellos", acotó el sacerdote de 87 años.
"Todos sabemos lo importante que fue su ayuda para acabar con una
situación de marginación, que afectó sobre todo a los más débiles del pueblo cubano",
acotó.
Recordó que en el canal estadounidense Fox News se habló de
Francisco como "el hombre más peligroso del mundo debido al enérgico
cuestionamiento que la encíclica (sobre cambio climático) hace de una política
económica centrada en el lucro, que olvida a las personas y atenta contra la
naturaleza".
Un libro de Gutiérrez, "Teología de la
Liberación", publicado en 1971, dio nombre a esta corriente que nació en
América Latina y se convirtió luego en "la piedra en el zapato" del
Vaticano, que la acusó de marxista.
Esa teología, que tiene como principio básico la
"opción preferencial por los pobres", surgió con el objetivo de
renovar el mensaje central del catolicismo en una de las regiones con mayores
desigualdades del mundo.
El fundador de la Teología de la Liberación (TL) considera
que el problema mayor que enfrenta la iglesia católica en América no es la
migración hacia otras confesiones, sino la fidelidad al mensaje de Jesús:
privilegiar a los pobres.
"Lo que importa es la fidelidad al testimonio de Jesús,
su mensaje de servicio a toda persona, la respuesta al amor de Dios, su opción
preferencial por los pobres y marginados", dijo Gutiérrez.
"La primera exigencia del mensaje evangélico no es ser
un producto que se venda bien en una especie de mercado de religiones. Su valor
está en su autenticidad, humanidad y respeto por otras posiciones",
resaltó.
Según el teólogo, "la comunicación de la 'Buena nueva'
requiere, ante todo, calidad de vida personal, servicio al otro, en especial al
más necesitado, sea quien fuere. A eso llama el papa Francisco y eso es lo que
toca hacer a la Iglesia".
Gutiérrez, quien ha comparado a Francisco con el papa Juan
XXIII (1958-1963), resaltó que "siglos atrás se acuñó una fórmula que,
pese a su carácter tradicional, muchos olvidan y que dice que 'la Iglesia está
siempre en reforma'. Siempre es necesaria".
La opción preferencial por los pobres entusiasmó en un
primer momento a Roma, bajo el papa Pablo VI (1963-1978), quien designó obispos
progresistas en la región con el mayor número de fieles católicos. Sin embargo,
Juan Pablo II (1978-2005), formado en el anticomunismo, la cuestionó alegando
que fomentaba la lucha de clases y podía distanciar a los fieles de sectores
medios y altos.
La ofensiva del Vaticano contra la Teología de la Liberación
se tradujo en el nombramiento de obispos conservadores y se selló con dos
documentos del entonces prefecto de la Congregación de la Fe, Joseph Ratzinger,
luego Benedicto XVI (2005-2013).
Uno de los cambios fue subrayar que la Iglesia optaba por
los pobres, pero que no tenía una "opción preferencial por los
pobres" como pregonaba la Teología de la Liberación, una idea que Roma
atribuía al análisis sociológico y a la lucha de clases.
El Vaticano sancionó a quienes creían que la Iglesia debía
"reinventarse desde abajo", como el brasileño Leonardo Boff o el
nicaragüense Ernesto Cardenal. Gutiérrez nunca fue censurado ni sancionado,
aunque sí se le pidieron aclaraciones.
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