CREO UN MUNDO DONDE ESTÁ PRESENTE LA HUELLA DEL HOMBRE / J. M. SUBIRACHS

José María Subirachs (1927-2014)

DIAGONAL 1969 mural para la estación homónima del
Metro de Barcelona.

Al otro lado del Muro

La experiencia de este excelente escultor catalán llamado José María Subirachs, es altamente significativa. Formado en la escuela tradicional de la escultura, en la que alcanzó un altísimo grado de perfección técnica, Subirachs veía cómo jóvenes escultores iban atrayendo con sus “obras abstractas” la atención del público y crítica. Un día, de repente, Subirachs anunciaba que se “había pasado” al arte abstracto y presentaba su nueva obra, en la que le había sido imposible disimular su maestría técnica. En poco tiempo, el “ex figurativo”, como Tapies, llegó a ser de las manos más apreciadas de la escultura abstracta. Pero en su última exposición, en la que tuvo gran éxito de público y crítica, Subirachs afirma que “vuelve a la figuración”. Ahora bien, añade, no a la “figuración representativa”, tal como la Rendición de Breda, Napoleón cruzando los Alpes, los bodegones de Paul Cézanne. “Mi figuración no representa (vuelve a presentar), sino que significa” y “significar” quiere decir, etimológicamente, “ser una cosa”… “Me gusta crear un mundo de sugerencias románticas”, nos dice el inquieto escultor, “aunque no referido a épocas pasadas, sino que intento colaborar en la creación del estilo de nuestro tiempo.

   "Un mundo donde esté presente la huella del Hombre”… El arte es, técnicamente, una relación armónica o contrastada de volúmenes y proporciones. Puede llegarse a la obra maestra, al establecerse adecuadamente aquella proporción, tanto en lo que afecta a las formas como a los colores. Pero no caeremos en un narcisismo exagerado si admitimos que es la persona humana, dotada de sensibilidad e inteligencia, la figura plástica más sugestiva de la Creación. Eliminarla o deformarla hasta la monstruosidad, no puede constituir un objetivo permanente de la actividad artística. El que a eso se atreve, no hace más que darle la espalda al dato inconmovible de la realidad.