Benjamín Decasseres (1873-1945), crítico, ensayista y poeta; editorialista, columnista.
La risa es quizás una de las manifestaciones del carácter que debe ser mejor controlada, pues si el que siempre ríe es un necio, como dice el proverbio español, el que no ríe nunca es un malvado.
Reír bien, sin malicia, sin que la causa de la risa la pague el prójimo, "hace sangre buena"", dicen los italianos, que se han distinguido en el difícil arte de reír de ellos mismos. La risa está hecha de plata y "quien ríe, dura".
Pero además, la risa es tan expresiva del carácter de una colectividad, tanto o más como lo es de un ser humano, que existen "formas nacionales" de reír.
Un francés no reirá por lo que provoca la risa de un mexicano, un argentino o un alemán.
Si se llora por lo mismo, si el dolor tiene la misma expresión en la cara de los hombres, la risa constituye una manifestación diferencial que separa a individuo de individuo y a nación de nación. Si el progreso no es más que el triunfo de la risa sobre el dogma; es decir, del análisis sobre la rutina, del espíritu crítico sobre la aceptación indocumentada, la libertad vendrá al dejar de llorar juntos para reír juntos.
HABLEMOS
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