domingo, 1 de noviembre de 2015

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA


DE: "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"


Dios de misericordia
que aceptáis
el arrepentimiento sincero
del pecador, encarnado
o desencarnado, aquí tenéis
un espíritu que se ha
complacido en el mal,
pero que reconoce sus faltas
y entra en el buen camino;
dignaos, Dios mío,  recibidle 
como un hijo pródigo
y perdonadle.

Espíritus buenos cuya voz
he desconocido,
de aquí en adelante
quiere escucharos;
permitid que pueda entrever
felicidad de los elegidos
del Señor,
con el fin de que persista
en el deseo de purificarse
para conseguirla, sostenedle
en sus buenas resoluciones
y dadle fuerza para resistir
sus malos instintos…
Espíritu de … os felicitamos
por vuestra conversión y
damos gracias a los buenos
espíritus que os han ayudado.
                       Anónimo
VENTANA AL MUNDO:
MÓNACO















MÓNACO: PERLA DEL MEDITERRÁNEO
Por George Kent

Mónaco  --frecuente e incorrectamente conocido por Montecarlo – es famoso por su casino, su príncipe, sus hermosos panoramas; y, ante todo, por su tamaño: las 149 hectáreas que componen toda la superficie del principado cabrían si dificultad en el Parque Central de Nueva York. Es una faja de roca que se puede recorrer a pie, de punta a punta, en menos de una hora.

   No hay postes ni señal alguna que indique la línea fronteriza del minúsculo principado. Pequeño y todo, Mónaco es uno de los países más visitados de la tierra. Cuenta con la mayoría de las cosas que  hay en las grandes naciones: bandera (roja y blanca), idioma, ejército, parlamento, policía, museos, ferrocarril, línea de autobuses. Tiene algunas otras cosas que desearían tener muchas naciones: presupuesto equilibrado, superávit que cubriría los gastos durante un año sin cobrar impuestos; y tiene ahora de adehala a Grace Kelly.

   El soberano de este diminuto reino desciende de una familia cuyos orígenes se encuentran en los comienzos de la monarquía de Europa. Es, por otra parte, el único que aún ejerce poder absoluto; la firma que estampa en los documentos oficiales dice así: “Rainier III, soberano por la gracia de Dios”.

   Pese a lo exiguo de su territorio, Mónaco se divide en tres partes llamadas “ciudades”. En una de estas ciudades, la Condamine, se hallan los edificios de oficinas, la mayoría de las tiendas y los talleres, y la plaza de mercado.

   Montecarlo, la parte más moderna, es la más famosa, concurrida y alegre. En ella se alza, a orillas del Mediterráneo, la casa de juego más célebre del mundo: el Gran Casino. Tiene ópera, teatro, los mejores hoteles del principado, magníficos restaurantes y cuatro cabarés. Es centro de concursos de tiro de pichón; por sus calles, acordonadas al efecto, cruzan una vez al año los automóviles que compiten en una de las más sensacionales carreras de Europa, el Grand Prix de Montecarlo.

   La otra de las tres partes en que se divide el principado de Mónaco es la que lleva este mismo nombre. Es en efecto la capital. Allí se hallan el palacio del príncipe y las oficinas de gobierno. Con sus medievales y sinuosas callejuelas, edificada en elevado promontorio, es la parte más antigua y también la más pintoresca.

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