domingo, 15 de noviembre de 2015

HOMBRES DE CIENCIA: SIR Henry BESSEMER


En nuestros días designamos los períodos de tiempo según las preocupaciones actuales más trascendentales de la humanidad. Estamos ahora, por ejemplo, en la Era del Espacio o Era Atómica  --según se prefiera --, y anteriormente vivimos la Era de las Exploraciones, la Era de la Velocidad, y así sucesivamente.

   De aquello que a uno le interese más depende de que se le dé éste o aquel nombre a un espacio de tiempo. Los antropólogos dan nombre a los períodos de tiempo de acuerdo con los progresos que con instrumentos fue haciendo el hombre primitivo. Así tenemos la Edad de Piedra, la Edad de Bronce, la Edad de Hierro.

   El desarrollo de implementos de hierro fue un paso  muy importante en la historia del hombre y aún queda por ver si las exploraciones del espacio serán o no paso más importante aún. Una de las etapas más trascendentales en la Edad de Hierro fue el desarrollo del acero y es en este paso adelante indiscutible que es notorio el nombre de Henry Bessemer.

   Bessemer (1813-1898), inventor inglés nació en Hertfordshire. Aunque en el curso de su vida inventó muchas cosas, la fama de su nombre se debe a un proceso para la fabricación de acero. En los Estados Unidos hay dos ciudades que llevan su nombre, Bessemer, Alabama, y Bessemer, Michigan.

   En 1856 Bessemer pronunció un discurso ante industriales e ingenieros británicos en el curso del cual describió un método para hacer acero mucho más económico de lo que hasta entonces había sido posible. El hierro colado dista mucho de ser puro. Contiene, además de hierro, elementos como carbono, silicio, manganeso, azufre, fósforo y otros. Convertir el hierro en acero consiste principalmente en desechar los elementos indeseables. No se desean porque hacen el hierro quebradizo y difícil de darle forma.

   La idea de Bessemer consistía en elevar la temperatura del metal a tal extremo que los elementos indeseables se eliminaran por oxidación, o quemados, y se convertirían en escoria o desperdicio. El proceso consistía, básicamente, en inyectar oxígeno (aire) dentro del hierro líquido en llamas, calentándolo así a tal grado que los elementos ajenos eran convertidos en desperdicios que se podían retirar de las capas superiores del metal derretido. (En las industrias modernas se están “excavando” las pilas de escorias de los últimos 100 años para recuperar los elementos “indeseables” así eliminados).

   Habiéndolos visto numerosas veces en el cine, hoy estamos familiarizados con los enormes hornos Bessemer de donde sale el acero líquido hacia los distintos departamentos de las fundiciones de acero. El sistema llamado de “horno al descubierto” ha reemplazado en parte este proceso, especialmente en los Estados Unidos, pero fue Henry Bessemer quien abrió las puertas para que pasáramos de la Edad de Hierro a la Edad de Acero.

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