Además de
haber sido la guerra la que consolidó los Estados Unidos de la América del
Norte, la Guerra Civil Norteamericana, es el conflicto sobre el cual más se ha
escrito y más se ha leído y que, al mismo tiempo, se distingue por razones de
dudosa ejecutoría. La guerra de trincheras, con su pérdida de vidas y de moral,
fue inventada durante la Guerra Civil. Las naves acorazadas se usaron por vez
primera –y muy extensamente – en el pavoroso conflicto.
John
Ericsson (1803-1889), uno de los más
famosos inventores e ingenieros militares que han existido, nació en Suecia. Su
talento, pericia e inventiva llegaron a su punto culminante durante la Guerra
Civil.
Ericsson pasó varios años en la Academia
Sueca y aun viviendo en Suecia inventó un sistema para regresar el vapor
condensado a las calderas de máquinas de
vapor. Representó esto grandes economías en el agua y en combustible y en
consecuencia mayor espacio disponibles en las naves. También inventó un aparato que permitía
apuntar un cañón naval en un ángulo
determinado por muchos bandazos que diera la nave. Antes de Ericsson hacer
disparos con una pieza naval de artillería
y dar en el blanco era cosa de hacer disparos más bien a tontas y locas.
En 1836 inventó la hélice naval por la
creación de la cual el Almirantazgo Británico había ofrecido un premio de $
100,000. La hélice eliminó por completo las ruedas de paletas laterales y de
popa, excepto en los casos de navegación en aguas poco profundas. Otros
inventores habían propuesto hélices poco más o menos al mismo tiempo y Ericsson
no pudo nunca probar, legalmente, que él fue el primero. Sin embargo, participó
del premio del Almirantazgo.
En 1839 Ericsson construyó las hélices y las
máquinas del primer buque de vapor en cruzar el Océano Atlántico y en ese mismo
año se trasladó a vivir a los Estados Unidos.
A los dos años de residir en ese país había
terminado lo que debía de ser la primera comisión que recibió de la Armada de
los Estados Unidos: la construcción de la primera nave con calderas y máquinas
por debajo de la línea de flotación. Este barco, el U.S.S. Princeton, botado al
agua en 1841, fue la primera unidad naval moderna del mundo.
Sin embargo, el gran acontecimiento que dio
a Ericsson fama imperecedera fue la célebre batalla de Hampton Roads, el día 9
de marzo de 1862, entre el “Monitor” y el “Merrimak”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario