lunes, 2 de noviembre de 2015

HOMBRES DE CIENCIA: John ERICSSON


Además de haber sido la guerra la que consolidó los Estados Unidos de la América del Norte, la Guerra Civil Norteamericana, es el conflicto sobre el cual más se ha escrito y más se ha leído y que, al mismo tiempo, se distingue por razones de dudosa ejecutoría. La guerra de trincheras, con su pérdida de vidas y de moral, fue inventada durante la Guerra Civil. Las naves acorazadas se usaron por vez primera –y muy extensamente – en el pavoroso conflicto.

   John Ericsson (1803-1889), uno  de los más famosos inventores e ingenieros militares que han existido, nació en Suecia. Su talento, pericia e inventiva llegaron a su punto culminante durante la Guerra Civil.

   Ericsson pasó varios años en la Academia Sueca y aun viviendo en Suecia inventó un sistema para regresar el vapor condensado a las calderas de máquinas  de vapor. Representó esto grandes economías en el agua y en combustible y en consecuencia mayor espacio disponibles en las naves.  También inventó un aparato que permitía apuntar un cañón  naval en un ángulo determinado por muchos bandazos que diera la nave. Antes de Ericsson hacer disparos con una pieza naval de artillería  y dar en el blanco era cosa de hacer disparos más bien a tontas y locas.

    En 1836 inventó la hélice naval por la creación de la cual el Almirantazgo Británico había ofrecido un premio de $ 100,000. La hélice eliminó por completo las ruedas de paletas laterales y de popa, excepto en los casos de navegación en aguas poco profundas. Otros inventores habían propuesto hélices poco más o menos al mismo tiempo y Ericsson no pudo nunca probar, legalmente, que él fue el primero. Sin embargo, participó del premio del Almirantazgo.

   En 1839 Ericsson construyó las hélices y las máquinas del primer buque de vapor en cruzar el Océano Atlántico y en ese mismo año se trasladó a vivir a los Estados Unidos.

   A los dos años de residir en ese país había terminado lo que debía de ser la primera comisión que recibió de la Armada de los Estados Unidos: la construcción de la primera nave con calderas y máquinas por debajo de la línea de flotación. Este barco, el U.S.S. Princeton, botado al agua en 1841, fue la primera unidad naval moderna del mundo.

   Sin embargo, el gran acontecimiento que dio a Ericsson fama imperecedera fue la célebre batalla de Hampton Roads, el día 9 de marzo de 1862, entre el “Monitor” y el “Merrimak”.

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