No somos partidarios de frases
negativas… Pero quebrantar una vez la regla, ¿no es confirmar su existencia
como aseguran? De todos modos, ahí está. Avirtiéndonos que el querer aparentar
más de lo debido habrá de pagarse en moneda de comodidad o seguridad, porque
todo se ha ido, en efecto, en fachada.
Bueno es que lo que se ve más, la frente o el frente, como se quiera,
sean lucidos, porque incluso cuando vamos un poco, discretamente, más allá de
lo debido, respondemos a la advertencia atribuida a Luis XI de Francia que
aseguró que “quien no sabe disimular, no sabe reinar”, idea ya antes traída por
Horacio en sus Odas al escribir que “es bueno hacerse el tonto en alguna
ocasión”.
Pero no pasarse de la raya. Destacar en fachada lo que honestamente
responde a lo que hay detrás; de no hacerlo así seremos nosotros mismos las
primeras víctimas; porque así como al decir de la voz popular latina “la barba
no hace al filósofo”, la fachada vistosa en exceso, brillante, rica en atavíos,
barroca de adornos, sólo lo será a costa, de sacrificar lo que en verdad es la
sustancia, la esencia, el contenido de las cosas.Y de las casas. La casa de Astearena, mucha fachada y poca vivienda.
¿Cuánto
consumimos de nuestra vida en el hogar?
¿Qué número de años consumimos entre
sus paredes y bajo su techo?
¿Cómo en él nos hallamos protegidos cuando nos
sentimos enfermos y acogidos cuando cansados tras el quehacer del día?
¿Cuánto
soñamos en él cuando pasamos la mirada en el techo, entre dormidos y
despiertos?
No, no cabe duda que el hogar es parte, y
muy principal, de nuestras vidas, que tantas horas dejan resbalar en él.
Por eso, ¿no es natural que por propia
conveniencia cuidemos de él, que es, en suma, cuidar de nosotros mismos?
Cuando añadimos comodidades nuevas a las que
ya hay, estamos haciendo nuestro contorno más confortable, más grato, más
acogedor. Porque el hogar no son cuatro paredes. El hogar es todo un conjunto de
armonía y de gracia que tenemos que cuidar atentamente para que ese conjunto no
quiebre.
Por suerte, los tiempos modernos han puesto
a nuestro alcance muchos utensilios y materiales que nos ayudan a lograr “el hogar perfecto”, que siempre será distinto
para cada cual porque esa perfección responderá siempre a las preferencias
personales. Materiales para los pisos y las paredes y los techos, adornos que
complementan las estancias, muebles de todos los estilos apetecibles,
artefactos de limpieza que hacen el trabajo más llevadero, y otros en la cocina
que hacen de ella un lugar de entretenimiento para el ama de casa.
HABLEMOS.
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