miércoles, 16 de marzo de 2016

HOMBRES DE CIENCIA: Hugo DE VRIES


Hasta hace relativamente poco tiempo existían dos creencias populares aún entre hombres de ciencia que sostenían la existencia de graves obstáculos para el desarrollo del conocimiento y comprensión del proceso biológico.

 Una de ellas era la creencia  de que la evolución de las plantas y los animales era algo que había tenido lugar en épocas prehistóricas y que las cosas vivientes estaban ya en su forma “final”.

 La otra era que la causa de los cambios lentos de la evolución era el medio ambiente y nada más que el medio ambiente. Esta teoría sostenía que las plantas y animales eran exactamente como sus antepasados, con excepción de pequeños y lentos cambios resultantes de la acción de elementos biológicos externos.

 Un holandés, llamado Hugo De Vries, casi accidentalmente hizo un descubrimiento que eliminó ambos obstáculos del progreso de la verdad.

 En las investigaciones científicas ocurren accidentes con frecuencia ya que, pese a su reputación, las ciencias avanzan con frecuencia como quien dice: ”a tropezones”. A veces el empeño en encontrar cosas nuevas es el resultado de “serendipidad”, nueva e interesante palabra que, en el campo científico, ha llegado a significar el hallazgo de algo similar a lo que en realidad se buscaba.

 De Vries (1846-1935), botánico de profesión, notó varias velloritas de curios aspecto en una exposición de flores importantes del continente americano. Era horticultor tanto como botánico y lasa velloritas le eran conocidas y de inmediato se dio cuenta de que algunas eran diferentes a las que él conocía.

 Esto le sugirió la posibilidad de estudiar la evolución por medio de un experimento y recolectó 50,000 semillas de velloritas y las plantó para ver si todas ellas se reproducían exactamente.

 Cuando las plantas crecieron De Vries se encontró con que muchas de la velloritas se habían reproducido conforme a ellas mismas, más también observó entre ellas tipos nuevos y originales. Unas de estas variedades era una vellorita enana y sus semillas, al ser plantadas, producían también velloritas enanas.

 A estos nuevos tipos de animales o plantas, diferentes de sus antepasados pero que se reproducían de acuerdo a sus características básicas, los llamó “mutaciones”, del vocablo latín que quiere decir cambio.

 Así, cuando hoy leemos de mutaciones o mutantes en los libros de biología o en las novelas seudocientíficas, estamos leyendo las palabras creadas por De Vries.

 Según un continuador de las investigaciones de De Vries, la mutación desempeña papel importante en la evolución de las cosas vivientes y es cosa que se continúa produciendo constantemente y no cosa que se limitó a los tiempos prehistóricos. Las mutaciones son causadas por cambios en la estructura genética, a veces provocada por radiación.

 Estas investigaciones genéticas, que han seguido al descubrimiento de De Vries, son una de las disciplinas más importantes y más reveladoras de las ciencias modernas.

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