¿VEIS por ahí las sendas
pisoteadas
que a través de los trigos
aparecen?
Por ellas se arrastran los
cañones
que a las naves del rey
Felipe hundieron.
¿Y veis nuestro molino, tan
pequeño,
que rechina y trabaja en el
arroyo?
Muele su grano y paga su
gabela
desde que se dictó el
Domesday Book (1).
¿Veis vuestros silenciosos
robledales
y las tremendas zanjas a su
lado?
Allí fueron dispersos los
sajones
cuando Harold caía en
Batalla.
¿Y veis esas llanuras
azotadas
por el viento, extendidas
ante Rye?
Allí fue donde huyeron los
normandos
cuando llegara Alfredo con
sus naves.
¿Veis nuestros pastos solos
y anchurosos,
donde los rojos bueyes
ramonean?
Hubo allí una famosa ciudad,
antes
que Londres se jactara de
una casa.
¿Y veis, cuando ha llovido,
los indicios
de un montículo, un foso,
una muralla?
Un día allí acamparon las
legiones
cuando César marchó para las
Galias.
¿Y veis aparecer vestigios
pálidos
en las colinas, cual si
fuesen sombras?
Son las líneas que el hombre
primitivo
marcó para defensa de sus
pueblos.
Perdidos campos, pueblos y
caminos;
marismas fueron lo que son
hoy mieses;
antigua guerra, antigua paz
y antiguas
artes, cesaron; y nació
Inglaterra.
No es una tierra igual a la
de todos,
ni aguas, ni bosques, ni
siquiera brisas;
es la isla de Merlín, la
isla de Gramarye,
donde nosotros dos vamos a
ir.
(1) D. B: Registro del gran catastro hecho por orden de
Guillermo el Conquistador.
Ruyard Kipling había
nacido en Bombay, el 30 de diciembre de 1865. Murió en Londres el 18 de enero
de 1936. En ese circuito colonia-metrópoli queda toda una vida y una obra de
patriota y escritor fecundo (había llegado a publicar siete libros en un año).
En su obra, cualesquiera que sean los ulteriores avatares de su patria,
perdurará inmarcesible, en su más pura esencia, la gloria del Imperio
británico.
DE MI ÁLBUM
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