Antes de iniciar mi intervención quiero decir unas palabras a ti, Danilo, que eres el propulsor incansable de esta cruzada cultural que se denomina “Capulí Vallejo y su tierra”. Sé que no trabajas esperando estos gestos, pero queda en nosotros hacerlo porque es una obligación moral de gratitud y reconocimiento a quien levanta la palabra de César Vallejo y da relevancia a Santiago de Chuco, nuestro pueblo, con un desvelo que nos honra y nos prestigia a todos...
Pero lo que más me
entusiasma y agradezco de tus mensajes cotidianos y las peregrinaciones anuales
a Santiago de Chuco, es ver cómo poco a poco levantas una pirca de
sentimientos, testimonios y adhesiones entre quienes llegan con “Capulí,
Vallejo y su tierra” a ese rincón andino y sienten la acogida de los moradores,
escuchan las palabras candorosas de los niños, saborean el pan recién horneado
y lanzan al aire sus alegrías como retribución por tanto regalo que nos concede
la madre tierra, por los aguaceros que siguen lavando las impurezas de los
seres humanos, por la poesía que continúa humanizando las palabras y por la fe
vertida en cada uno de sus festejos.
Gracias hermano, colega,
amigo y camarada. Mira todo lo que has llegado a ser para nosotros. Los que te
hemos conocido de pequeño, los que te escuchamos una vez recitar en la escuela
a Rubén Darío los versos Del Trópico ¿Recuerdas? Los que no sabíamos que ibas
guardando en tu morral experiencias vividas para después mostrarlas como
herencia de lo que te hizo hombre, maestro, poeta y luchador de la palabra que
convoca y del verso que redime. Admiro en ti cómo sigues siendo santiaguino a
pesar de ser un trotamundos. Te renuevo mi amistad y mi aprecio.
Carlos Manuel Castillo Mendoza
Lima, 16 de marzo del 2017
EL CAPULÍ QUE ME LLEVÓ AL ENCUENTRO CON MI RAZA
¿Qué somos?
Piedras milenarias…
¿Cuál es nuestro origen?
El ande: donde el viento
ruge, el sol quema de arriba abajo y la papa madura precedida de verde y el
color lila de su flor andina.
¿Quiénes somos?
Hijos de la nación Chuco.
¿Qué hacemos?
Forjamos utopías
¿Para qué sirven las utopías?
Sirven para avanzar.
¿Y dónde está la gracia, si las utopías nunca se
alcanzan?
Su gracia está en que, al ir
en pos de ellas, te mueves, no eres estático, floreces, mejoras, triunfas…
¿En qué se fundamentan para hacerlo?
En la herencia de nuestros
mayores, forjadores de ideales; en el ejemplo de los que lucharon forjando la
patria, en la fe de nuestros padres que allá duermen fieles a su elección y sus
apegos.
¿Y qué es Capulí, Vallejo y su tierra?
Es retornar al punto donde
empezó el camino propio, volver al pueblo donde quedó atado la ruta andina, es
llegar a la sombra del árbol que aplacó las penas, regresar al cielo que
inspiró alegrías, es asomarse al pozo propio para beber el agua que la lluvia
deja y calmar la sed de ser.
¿Y los que no son de Santiago?
Se renuevan palpando el
suelo, oxigenando el alma, avistando horizontes nuevos y se hermanan con el
hombre que allí mora aliado a su lampa, su armonía y su perfil.
¿Por qué César Vallejo?
Porque amó como un niño, se
reveló contra el sufrimiento, reconfiguró las palabras, revaloró su etnia,
vivió como un “pobre de solemnidad” y, mostrando lo que llevaba en su esencia,
nos llamó a ser más humanos, capaces de entender los tiempos y enlazarnos
fraternalmente para forjar los “nuevos cielos y la nueva tierra”.
¿Y después del XVII Encuentro de Capulí en Santiago de
Chuco, qué queda?
El alma limpia, los saberes
renovados, el cansancio vencido, los saludos cumplidos, el encuentro con una de
las muchas raíces de la América morena, el sabor del pan recién horneado y la
energía para avanzar en pos de otras utopías que nos saquen del acomodo y la
complicidad.
Carlos Manuel Castillo Mendoza, Miembro del Colectivo "Capulí, Vallejo y su tierra".
DE MI ÁLBUM
He fusionado tres intervenciones de Carlos para apreciar su estilo, el cual lo da a conocer diciendo: "me he desenvuelto a mi manera"y ayudar a ese "genio valioso" que es Danilo.
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