domingo, 9 de abril de 2017

EL POEMA DEL VIERNES SANTO / Clodomiro GUEVARA VARGAS





Yo voy por el mundo, Señor agobiado
de sed de justicia y hambrunas de amor.
Por eso soy tuyo,
por eso me siento,
con ánimo heroico, en tu senda ambular.

Por eso me duele, a través de los siglos,
mirarte en el Gólgota al árbol izado,
como un fruto dulce picado de cuervos
como una gran hostia de tinta rubí…

Señor, hoy que es día de hurgar las conciencias,
de hincar el cilicio en el barro desnudo y
las culpas llorar,
yo quiero que sepas
que no tengo nada de qué arrepentirme,
que desde mi origen yo llevo gran dosis
de humana pureza metida en el alma,
y que ni un solo glóbulo de hiel farisaica
mis venas amarga.

Y así como voy con el hálito roto
siguiendo tu ruta regada de acíbar,
besando la tierra con tantas caídas,
sin una María que llore mi angustia,
sin una Verónica que limpie mi rostro,
sin un Cireneo que cargue mi cruz.

Tú en horas contadas
el cáliz libaste de inmenso martirio,
y el mío no ultímase en ya largos años
de vía sangrante.
¡Bien puede decirse que yo voy sufriendo
tortura mayor!

Mi leño está enhiesto,
Señor, y no haya cuando
yo clave en sus gajos mi santo dolor.
Señor por tu viernes, mi paso aligera
y abrevia mi angustia.
Ahora el instinto sicario en aquellos
que quieren mi daño,
da tregua a mis duelos
y en mi ánfora vierte
siquiera una gota de azul redención.

DE MI ÁLBUM


No hay comentarios:

Publicar un comentario