William Crookes, inventor que hizo posible la bombilla eléctrica
de Edison, nació el 4 de abril de 1919.
Estudió en el colegio Real de Química, donde llegó a ser
supervisor del departamento meteorológico del observatorio Radeliff de la
Universidad de Oxford. Eventualmente llegó a ser conferencista de química en
Chester, Inglaterra.
Estando aún en la primera veintena de su vida, Crookes
fundó una revista de química y continuó
administrándola y dirigiéndola durante más de 50 años. Editó también el Diario Trimestral de Ciencias, una de las
primeras publicaciones científicas en obtener reputación internacional e ser la
primera en publicar memorias y ensayos científicos de los hombres de ciencia
más eminentes del mundo entero.
La mayoría de los descubrimientos e invenciones
importantes de Crookes fueron resultados de experimentos en sus momentos de
ocio.
La primera, gran conquista fue el descubrimiento de un
nuevo elemento al que dio el nombre de talio. El talio es un metal relativamente
escaso más blando que el plomo y muy parecido al estaño. Se han encontrado importantes aplicaciones industriales para el
uso de este metal.
Estudiando el talio para determinar su peso atómico y sus
propiedades, Crookes descubrió un nuevo proceso para separar oro y plata de sus
menas. Ese proceso tuvo valor comercial inmediato.
Investigaciones adicionales lo condujeron al
descubrimiento de un instrumento para medir radiactividad. Este instrumento fue
el predecesor de los más modernos con los cuales hoy contamos.
Una cosa condujo a la siguiente. Crookes se dedicó luego
a la investigación de descargas eléctricas en vacíos, trabajo que eventualmente
resultó en el famoso tubo de vacío o “tubo de Crookes”.
Esforzándose por mejorar el vacío, llegó a reducir el
aire dentro del tubo a la millonésima del que hay en la atmósfera corriente.
Fue este el vacío mayor obtenido hasta entonces, pero aun así y todo lo
consideró insuficiente. Inventó una nueva forma de tubo de forma acampanada y
cerró uno de sus extremos con substancias que absorbían gas y agua. Con este
tubo logró un vacío de la veintemillonésima parte del aire atmosférico.
Sin este vacío no habrían sido posible las bombillas de
luz eléctricas de que hoy nos servimos. El tubo de Crookes fue también muy
importante en el desarrollo de todos los tipos de aparatos modernos como
receptores de radio y equipos de Rayos
X.
Crookes fue hombre de varios intereses. Otro de sus
proyectos de experimentación marginal fueron planes para fabricación de azúcar
de remolacha, nuevo proceso de tenido, metalurgia, eliminación de aguas de
albañal y control de epidemias del ganado.
DE MI ÁLBUM
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