martes, 3 de enero de 2017

ABUELO FLAUTISTA / Horacio PUCHET


   La Gran Marcha de Tannhauser fue la primera obra de Wagner que se tocó en México. Fue dirigida por el flautista francés Emile Palant, maestro de música de la corte de Maximiliano, al frente de la Orquesta Imperial, durante una gala de beneficencia organizada por la Emperatriz en el Gran Teatro Nacional. Según la crónica de la época, la orquesta fue largamente ovacionada y después del concierto la gente se trasladó al Castillo de Chapultepec, donde se sirvió un aperitivo. El estreno wagneriano tuvo lugar el 10 de octubre de 1864.

   El director de la orquesta, Emile Palant, había llegado a México cinco años antes, en 1859, en circunstancias azarosas. Tras una riña con el capitán del barco en que viajaba de regreso a su país, procedente de san Francisco, fue expulsado y descendido en el puerto de Acapulco. De allí Palant se traslada a la ciudad de México con el propósito de hacerse de recursos para volver a Francia. El país al que arriba se halla en guerra consigo mismo: corrían entonces los días de la guerra de reforma y de la intervención francesa. En la capital ofrecerá conciertos en el Teatro Iturbide. Y debió tener gran éxito pues se estableció aquí y llegó a ser el director titular de la orquesta imperial de Maximiliano. Su rastro se pierde tras la caída del Imperio.

   Desgraciadamente carecemos de una biografía de este personaje. Olavarría lo menciona en su “Reseña histórica del teatro en México”. También lo encuentro mencionado en las “Efemérides de la música mexicana” de Jesús Romero. Ojalá algún día alguien rescate la figura de este ilustre antepasado de los flautistas mexicanos.

DE MI ÁLBUM


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