El aldeano dispara a Arturo en el pecho. Milun
grita. Arturo cae y su sangre se esparce por el escenario. El Rey Aidan se
congela de golpe. El Almirante Guiness y el Capitán Daugherty se llevan al Rey.
Riot se acerca a Arturo y le pide que sea fuerte.
“Debes escapar con los otros”, dice Arturo.
Milun empuja a los aldeanos fuera del
escenario. Uno de los aldeanos ataca a
Riot con un cuchillo y lo hiere en el brazo. Milun golpea al aldeano. Riot
intenta levantar a Arturo.
“Permíteme llevarlo. Sigue a los demás”,
dice Milun.
“No me iré sin él”.
“Confía en mí”.
Riot asiente con la cabeza. Dos soldados
azules se acercan a Riot y lo protegen de los aldeanos mientras que Milun lleva
a Arturo sobre sus hombros.
El Rey, Riot, Guiness, Daugherty y el Duque
escapan en un carruaje. El Rey, preocupado, pregunta a Daugherty dónde están
los otros. Daugherty responde que estaban con Columbio.
Cerca de ellos, Columbio, Flere, Papier,
Pedro, Janice y Alysse se acercan a un carruaje. Papier se ubica en el asiento
del conductor y toma las riendas de los caballos. Pedro y Flere ayudan a Janice
y Alysse a subir al carruaje. Columbio se da cuenta de que el Rey podría
necesitar de su ayuda y le dice que si él no regresa, deberán partir sin él.
Janice se baja del carruaje y le pide a Columbio no ir. Columbio dice que el
Rey y Milun lo necesitan. Columbio besa a Janice en la frente y se marcha. En
el interior del carruaje, Alysse está preocupada por Milun.
Milun logra sacar a Arturo del escenario, pero
tres aldeanos los rodean. Milun comunica a los aldeanos que el inocente
sacerdote está herido y debe llevarlo a una enfermería o morirá. Los aldeanos
no escuchan a Milun y lo atacan con palos. Milun dice a los aldeanos que ellos
no son enemigos, y que él luchó por Frezzia en la guerra. Columbio se acerca y
se sorprende al ver que Milun lleva sobre sus hombros a Arturo. Los aldeanos
atacan a Columbio, pero él logra derrotarlos con su espada. Los aldeanos huyen
despavoridos.
Columbio pregunta a Milun si Arturo está
muerto. Milun dice que deben encontrar a un doctor o Arturo morirá. Columbio
dice que los demás tienen un carruaje esperando por ellos. Milun y Columbio
corren.
Papier oye los gritos de los aldeanos
acercarse y dice que no pueden esperar más tiempo por Columbio. Janice pide a
Papier que espere un momento. Papier preocupado, ordena a los caballos partir,
pero los aldeanos rodean al carruaje, disparando flechas de fuego. Papier
alerta a los demás mientras se esconde entre los caballos. Flere dice a Alysse
y a los demás que el carruaje está en llamas y que deberían huir. Alysse y los
demás salen del carruaje y los aldeanos los rodean con armas en sus manos.
Pedro se coloca delante de ellos y pide a los aldeanos no lastimar a las
mujeres. Los aldeanos ignoran el pedido de Pedro y los atacan. Papier
desenvaina su espada y les dice a Flere y a Pedro que este es el momento de
hacer uso lo que han aprendido en la sala de esgrima. Alysse retira dos pedazos
de madera del carruaje y entrega uno de ellos a Janice. Janice está asustada.
Papier, Flere y Pedro luchan contra los
aldeanos con sus espadas, tratando de no hacerles daño. Uno de los aldeanos se
acerca a Alysse e intenta golpearla con una soga. Alysse se agacha y golpea al
aldeano en el estómago con el palo. Otro aldeano se acerca a Janice. Janice,
nerviosa, le pide que la deje en paz. El aldeano intenta agarrarla, pero se
tropieza con el vestido de Janice. Janice golpea la espalda del aldeano con el
palo.
Milun y Columbio se acercan al carruaje y ven
que los otros también están siendo atacados. Columbio empuja a los aldeanos
fuera de su camino. Alysse, Janice, Papier, Flere y Pedro se sorprenden al ver
a Arturo en los brazos de Milun. Milun les dice que Arturo necesita un doctor.
Un numeroso grupo de aldeanos se les acercan. Columbio dice que deben huir. Los
siete de ellos corren a toda velocidad a través de las estrechas calles, y los
aldeanos los siguen con sus armas.
El Rey Aidan y los otros llegan al Palacio
Real. El Rey baja la mirada y dice al Capitán
Daugherty que aún no puede creer lo que ocurrió en la aldea. El Capitán
Daugherty dice al Rey que no fue culpa suya. El Doctor Batista examina la
herida de Riot. El Duque dice que han perdido la oportunidad de castigar a los
manifestantes y no mostrar piedad hacia ellos. Riot mira al Duque y permanece
callado. El Doctor Batista dice a Riot
que estará bien en un par de días. Riot dice que espera que su hermano, Arturo,
todavía esté vivo. Daugherty le dice que el Capitán Vitelli está a cargo de la
situación de la aldea.
La Reina Beatriz, la Señorita Pía y Britta
ingresan al salón. La Reina abraza al Rey y dice que todo esto es una
pesadilla, y deben encontrar a sus primos y a los otros. El Rey pide a la Reina
que no se preocupe, ya que sus soldados están buscándolos. La Reina llora y
Britta la abraza. El Duque sonríe y Britta lo mira.
Milun y los otros corren a través de una
colorida calle. En una pequeña vivienda, Tiara abre la puerta. Tiara observa la
conmoción y reconoce a Milun. Tiara le grita a Milun y les ofrece ocultarlos en
su casa. Milun, sorprendido al verla, indica a los demás que lo sigan.
Rápidamente ingresan a la casa de Tiara sin ser vistos por los aldeanos. Milun
agradece a Tiara por ayudarlos y le dice que su amigo, el Padre Arturo, está
herido. Tiara dice a Milun que lo coloque en su cama.
Con mucho cuidado, Milun acuesta a Arturo en
la cama. Alysse retira el bolso de Arturo de su brazo. Janice llora y Flere la
abraza. Columbio se acerca a Arturo y verifica que está inconsciente, pero aún
con vida. Columbio pregunta a Tiara si ella sabe dónde podrían encontrar a un
doctor. Tiara dice que la Enfermería está cerca de ellos, pero los aldeanos
podrían reconocerlos. Alysse limpia la sangre de Arturo de su túnica y dice que
no tienen otra opción más que llevarlo a la Enfermería. Milun baja la mirada y
dice que él sabe de un lugar.
En la
cocina del Palacio, Sharize llora. Miccael abraza a Sharize y le dice que está
seguro que Pedro está vivo. Sharize dice que Alysse y los otros también están
desaparecidos. Miccael dice que Alysse es una mujer fuerte. Miccael acerca su
boca a los labios de Sharize y la besa. Sharize, muy sorprendida, mira a
Miccael.
Milun y los otros, vestidos con los velos y
las largas faldas de Tiara, trasladan a Arturo hacia la Enfermería del Puerto.
Milun se detiene en la entrada, mientras que los otros ingresan con Arturo.
Dos enfermeras y un doctor colocan a Arturo
sobre una pequeña cama. El doctor examina la herida de Arturo y dice que Arturo
ha perdido mucha sangre. Janice le pide al doctor que lo salve.
El doctor
dice que Arturo necesita cirugía, caso contrario, podría morir. Columbio pide
al doctor que proceda. El doctor lleva a Arturo dentro de una tienda de campaña
y las enfermeras cierran la entrada. Janice y Columbio se abrazan. Janice dice
que deben hacerle saber a la Reina que ellos están a salvo. Columbio dice que
es mejor que se mantengan juntos. Milun permanece callado y Alysse se le
acerca. Milun dice a Alysse que este es el lugar donde terminó después del
accidente en su barco. Alysse toma la mano de Milun.
En el Palacio Real, el Rey y la Reina
continúan preocupados por el Padre Arturo y los demás. El Capitán Daugherty se
acerca y les informa que el Capitán Vitelli y sus soldados no han logrado
localizar a ninguno de ellos todavía. La Reina llora. El Capitán Daugherty le
asegura que Columbio y Milun fueron capaces de proteger a sus primos y a los
otros.
Al día siguiente, en la Enfermería, Alysse
se despierta y ve que todos están aún dormidos, a excepción de Milun. Alysse se
acerca a Milun y le pregunta qué ha dicho el doctor. Milun dice que el Padre
Arturo está todavía inconsciente, y será un milagro si sobrevive. Alysse baja
la mirada.
El Duque llega al Monasterio de San Mirador
e informa al Monseñor y a Donés lo que ocurrió en la aldea. El Monseñor se ríe
y felicita al Duque. Donés dice que le alegra saber que el Padre Arturo ha
muerto. El Monseñor dice que este es el momento perfecto para que él regrese a
Palacio, y brinde un poco de consuelo al Rey y a la Reina. El Duque sonríe.
En el Palacio Real, el Rey, la Reina y los
demás se reúnen en el comedor. La Señorita Pía y Sharize les sirven el desayuno.
Laura ingresa y dice a Riot que estaba preocupada por él. Riot sostiene el
vendaje en su brazo y le dice que él está bien, pero Arturo fue gravemente
herido. Laura queda sorprendida. La Reina le comunica que Arturo y sus primos
todavía no han regresado. Riot dice que el Capitán Vitelli los está buscando, y
desafortunadamente es lo único que pueden hacer. La Reina dice que hay algo más
que ellos pueden hacer. El Rey, Riot y Laura miran a la Reina. La Reina abre
las manos y dice que el Padre Arturo les enseñó a orar. El Rey asiente con la
cabeza y toma la mano de la Reina. Todos ellos, tomados de la mano, oran por
Arturo y los demás.
En la Enfermería, Milun y los demás esperan
los resultados de la cirugía de Arturo. Janice abraza a Columbio y dice que
ella oró por Arturo toda la noche. El doctor se acerca y les muestra la bala.
El doctor dice que por suerte la bala no dañó ningún órgano vital. Todos ellos
se alegran por Arturo. Flere pregunta al doctor si pueden verlo. El doctor
asiente con la cabeza y dice que Arturo
ha despertado y ha pedido verlos. Todos ingresan en la tienda de campaña
y encuentran a Arturo en cama con un vendaje alrededor de su pecho. Janice se
acerca a Arturo y le dice que estaban muy preocupados por él. Arturo sonríe y
dice que él está contento de verlos a todos ellos, juntos. Alysse agradece al
doctor por salvar a Arturo. El doctor sonríe y dice que Arturo es un hombre muy
fuerte y se recuperará completamente en un par de semanas. El doctor se marcha.
Columbio dice a Arturo que él es un héroe ya que logró salvar al Rey del
disparo.
“Era mi destino, y el de ustedes, reunirnos
hoy aquí”, dice Arturo.
Columbio luce sorprendido.
“Mi bolso, ¿dónde está?”
“Aquí lo tengo”.
Alysse entrega el bolso a Arturo.
“Tenemos que tener mucho cuidado”.
Pedro cierra la entrada de la carpa. Arturo
abre su bolso y extrae el libro dorado. Los siete de ellos miran con atención
al libro, sorprendidos.
El Monseñor llega al Palacio acompañado por
el Duque y el Capitán Jasper. El Rey Aidan, el Capitán Daugherty y Riot se
quedan sorprendidos al verlo de vuelta. El Monseñor abraza al Rey y se disculpa
por su ausencia. El Monseñor dice que fue su culpa enviar al Padre Arturo, en
lugar de un sacerdote con experiencia. El Rey dice al Monseñor que el Padre
Arturo le salvó la vida. El Monseñor respira aturdido.
En la Enfermería, Arturo sujeta el libro
dorado.
“Este libro… es la respuesta”.
Arturo lo abre y les muestra una página que
tiene una imagen de una mano ensangrentada. Una corona se encuentra sobre la
mano, y siete siluetas humanas mezcladas con fuego se ubican a los lados de
ella.
“La mano lesionada representa a Frezzia”.
Arturo apunta con su mano a las siluetas
humanas.
“Y estos son los hombres que lucharán por
ella”.
“Por favor, basta de tonterías”, dice Milun
con una amplia sonrisa.
“Seguro que continúa bajo los efectos de la
medicina”, agrega Papier.
“Sé que esto no tiene sentido alguno para
ustedes ahora… pero se los demostraré”.
Arturo extiende el libro hacia ellos.
“Sosténgalo por un momento”.
Milun y los demás se miran sorprendidos.
El Monseñor dice al Rey que la muerte del
padre Arturo no fue en vano. Riot dice al Monseñor que él sabe que su hermano
aún vive. El Duque dice que todo fue culpa de Arturo, ya que tuvieron la
oportunidad de evitar el levantamiento de los aldeanos. Riot baja la mirada.
Daugherty dice que lo que el Padre Arturo hizo, fue mejor que matar a los
aldeanos. El Duque mira a Daugherty con fastidio.
En la Enfermería, Papier se acerca a Arturo.
“No le temo a un viejo libro”, sonríe
Papier.
Arturo entrega el libro a Papier.
“No es más que un libro muy pesado”, agrega
Papier.
Papier siente una energía proveniente del
libro. Al cerrar los ojos, se ve a sí mismo corriendo por un extenso jardín,
lleno de flores exóticas, y besando a una hermosa mujer. Papier trata de ver el
rostro de la mujer, pero despierta de su visión del futuro. Todos lo observan
con atención. Papier, asustado, regresa el libro a Arturo.
“¿Qué ha ocurrido?”, pregunta Flere.
“No es más que un payaso”, dice Milun.
“Muestra algo de respeto”, grita Janice.
Janice sostiene el libro, y luego se ve a sí
misma en un oscuro bosque. Janice trata de correr y escucha pisadas fuertes
acercándose.
Janice grita y deja caer el libro. Columbio la
abraza.
“Cariño, ¿estás bien?”
“Yo estaba…estaba…”, murmura Janice.
“No debes tener miedo de ninguna visión”,
dice Columbio.
Columbio recoge el libro del suelo y se ve a
sí mismo marchándose del Palacio. Luego se ve a sí mismo en una habitación
oscura bebiendo el contenido de muchas pequeñas botellas.
“¡Increíble!” Columbio ensancha sus ojos.
Milun y
Alysse se miran entre sí.
En las recámaras de la Reina, la Reina
Beatriz se siente profundamente apenada. El Monseñor ingresa.
“Lamento encontrar a Su Majestad en este
estado”, dice.
“Su Gracia, me alegra tenerlo de vuelta en
el Palacio”.
“No sabía cuándo regresaría…pero con todo
este alboroto…”
“Necesito de su ayuda. Ya estoy cansada de
mentir al Rey y a todos”.
“Supongo que ya es demasiado tarde para eso.
La mala noticia podría afectar la salud del Rey, y los aldeanos te rechazarían,
más aún”.
La Reina baja la mirada.
En la Enfermería, Alysse se acerca Columbio.
“Es mi turno”, dice ella.
Arturo asiente con la cabeza. Columbio entrega
el libro a Alysse. Alysse cierra los ojos y siente la energía del libro en su
cabeza. Alysse se ve a sí misma en una elegante recámara. Ella se mira en un
espejo y ve que lleva puesto un hermoso vestido, y la corona de Frezzia en su
cabeza. Alysse despierta de su visión y mira fijamente a Arturo.
“No me digas que tú también crees en estas
tonterías”, frunce el ceño Milun.
Alysse se da vuelta y permanece en silencio.
“Eres una mujer fuerte, ¿no es así?”,
pregunta Janice.
“Háganse a un lado, doncellas”, dice Flere.
Flere toma el libro de manos de Alysse.
“Por favor, ten cuidado”. Janice se cubre
sus ojos.
Flere mira el libro por un momento y se ve a
sí mismo dentro de una habitación oscura. Él camina y una caja de oro cae del
techo de la habitación.
Flere grita y Pedro toma el libro de él.
“Me parece que es un libro muy misterioso”,
observa Pedro.
Las manos de Pedro empiezan a temblar. Él se
ve a sí mismo dentro de una habitación llena de luz. Un hombre que lleva puesto
una máscara blanca y una extraña túnica se detiene delante de él. El hombre
abre una caja de música. Pedro es atraído por el sonido de la música y se ve a
sí mismo acostado dentro de la caja de música como si estuviera dentro de un
ataúd.
Janice toma el libro de las manos de Pedro con
una manta, y se lo entrega de vuelta a Arturo. Pedro tiembla.
“Bueno, hombre, pudo haber sido peor”,
sonríe Papier.
“No se asusten. El libro puede traer viejos
recuerdos de vuestro pasado, puede mostrar impactantes imágenes de vuestro
futuro, y puede distorsionar la realidad”.
Milun se ríe. Arturo lo observa.
“¿Estás dispuesto a verlo por ti mismo?”,
pregunta Arturo.
En el Palacio, el Capitán Daugherty muestra
estar preocupado por la desaparición del Padre Arturo y de los demás. La
Señorita Pía le ofrece una copa de vino. Daugherty le agradece. La Señorita Pía
le asegura que ellos aún están vivos. El Capitán Daugherty se acerca a ella y
se besan. La Señorita Pía se sonroja y se marcha.
En la Enfermería, Milun se acerca a la
entrada de la carpa.
“Todos ustedes están locos”.
“Espera, ¿Asumes que todos nosotros nos
prestamos para esto?”, pregunta Columbio.
“Es por eso que nunca me ha gustado la
religión”, dice Milun con determinación.
“Deja que se marche. No es más que un
cobarde”, grita Flere.
Milun se acerca a Flere.
“Atrévete a decirlo nuevamente”.
“Basta de comportarte de esa manera y acepta
la verdad”, grita Alysse.
Milun mira a Alysse.
“A nadie se le debe forzar”, dice Arturo.
Milun se acerca a Arturo.
“¿En verdad creen que le temo a un libro?”
Milun sostiene el libro y no siente nada.
“Bueno, espero que estén felices”.
Arturo parece confundido.
“Pero no puede ser posible”.
“Deberían formar un grupo de teatro”.
De repente, Milun se ve a sí mismo caer de una
de las Torres del Palacio. Milun grita y su cuerpo golpea el suelo. Una silueta
sin rostro se le acerca. Milun intenta ponerse de pie. Él mira con atención a
la silueta y se da cuenta que posee un par de alas negras.
“¿Qué eres?”, pregunta Milun.
La silueta desenvaina su espada y corta uno de
los brazos de Milun.
Milun grita.
Columbio retira el libro de las manos de Milun;
sin embargo, Milun continúa atrapado en su visión. Arturo se preocupa. Alysse
se acerca a Milun.
“¡Despierta!, ¡Mírame!”, grita ella.
“¿Y qué hacemos ahora?”, pregunta Columbio.
“Él debe encontrar la manera de escapar de
su visión”. Arturo respira con dificultad.
Alysse sujeta el rostro de Milun.
“Abre los ojos. Te lo ruego”, suplica ella.
“Vamos compañero. Sé que tú puedes”. Pedro
guiña un ojo.
Finalmente, Milun despierta de su visión y
permanece en silencio ante ellos.
Britta ingresa al Despacho del Duque y
felicita al Duque. Britta le dice que espera que todos estén muertos. El Duque
le dice que está seguro que Milun y los otros se encuentran en el infierno
ahora.
En la Enfermería, Arturo coloca el libro
dentro de su bolso.
“Me sentí mucho peor cuando lo encontré”.
“¿Qué clase de libro es?”, pregunta Flere.
“Me gustaría poder conocer todas las
respuestas”.
“¿De dónde proviene?”, pregunta Columbio.
“Creo que el libro llegó a mí. El Monseñor
lo mantuvo oculto en el Monasterio”.
“¿El Monseñor?”. Janice ensancha los ojos.
“Sé que es una gran sorpresa para ustedes,
pero el Monseñor estaba usando el libro para su propio beneficio”.
“Hasta que decidiste robárselo”, observa
Papier.
Arturo asiente con la cabeza.
“¿Qué diferencia hace?, el libro está
embrujado”, grita Pedro.
“Tengo que seguir leyéndolo. Es la única
forma que me permite descubrir cosas”.
“¿Qué ocurrirá con el Monseñor?”. Pronto se
dará cuenta de que alguien ha tomado el
libro”, pregunta Alysse.
“Oh, él ya lo sabe”.
Columbio observa a Arturo, sorprendido.
“Esa fue la razón de su ausencia del
Palacio”, añade Arturo.
“¿Por qué él
está tan interesado en un …libro?”, pregunta Flere.
“Ahora lo entiendo”. Columbio ensancha sus
ojos.
“Cada vez que confiaba en el Monseñor,
utilizó la información para su conveniencia”.
“¿De qué manera?”, pregunta Janice.
“Él era el único que sabía sobre el panadero
y su hija”.
Milun mira a Columbio.
“¿Insinúas que… él tuvo que ver con …?”,
pregunta Milun.
“Sí. Y él también es responsable de lo
ocurrido con los habitantes de la aldea del norte”.
“Debes tener cuidado con lo que estás dando
a entender…”, dice Papier en un tono seco.
“No hay duda alguna”, responde Columbio.
Alysse se acerca a Milun.
“Prométeme que no cometerás una locura”.
“Haré que pague por lo que hizo a Nidia y a
los otros”, dice Milun.
“No lo entiendo. ¿Quién es Nidia?”, pregunta
Janice.
“¡Tranquila! Flere empuja a Janice.
“Estoy profundamente apenado, y debes
entender que…” Columbio baja la mirada.
“Hemos estado viviendo todos bajo el mismo
techo”, dice Milun en un tono calmado.
“Él esconde su verdadera cara. Creo que el
Duque es el títere del Monseñor”, dice Alysse con determinación.
“¿Y qué haremos?”, pregunta Flere. “La vida
de la Reina puede estar en peligro”.
“No digas eso, por favor”. Janice toca su
frente.
“Ambos deben ser arrestados”. Columbio
respira hondo.
“Hijos
no pierdan la esperanza”, dice Arturo con una voz suave y apacible. “Todo
llegará a su tiempo”.
“Se dan cuenta de que si esto es verdad, el
ataque, en la aldea, fue planeado por
los dos”, observa Papier.
“Obviamente. El Duque fue quien provocó la
ira de los habitantes de la aldea”, dice Pedro.
“Y esa noche que visitamos la taberna, ellos
planearon secuestrar a la Reina”, dice Flere.
“No son más que unos hombres sin corazón”,
dice Janice en un tono conciso.
“Debemos proteger al Rey y a la Reina / del
Monseñor”, dice Columbio, ya recuperado de la impresión.
“Todos aquí compartimos la misma
preocupación. Y cada uno de nosotros debemos comprometernos”. Arturo asiente
con la cabeza.
“Mi labor consistirá en demostrar al
Rey que el Monseñor está conspirando
contra él”, dice Columbio.
“¡Querido, puedes contar conmigo!”, sonríe
Janice.
“Y no permitiré que nada malo le suceda a la
Reina”, dice Flere con determinación.
“Realmente, no tengo mucho qué ofrecer, pero
estoy dispuesta a luchar por ella”, dice Alysse, muy contenta.
“Agreguen uno más a la lista”. Pedro asiente
con la cabeza.
Papier y Milun se miran el uno al otro.
“Bueno, suena divertido, después de todo.
Cuenten conmigo”. Papier levanta las cejas.
Todos ellos miran fijamente a Milun, esperando
por su respuesta.
“No puedo tomar venganza por mi cuenta”, dice
Milun. “Por lo tanto, me uniré a vuestra causa, pero sólo hasta que esos dos
reciban su merecido”.
Alysse baja la mirada.
“Estoy muy orgulloso de todos ustedes”,
sonríe Arturo. “Pero, debo advertirles, no será fácil. Ellos son enemigos muy
poderosos y harán todo lo posible para tentarlos”.
Milun y los otros se miran.
Más tarde, en el Palacio, el Monseñor se
encuentra en su escritorio y dice al Duque que extrañaba el Palacio. El Duque
le pregunta qué está planeando ahora que el Rey y la Reina están indefensos. El
Monseñor dice al Duque que les dará un par de días para recuperarse de sus
pérdidas. De repente, ambos oyen gritos de alegría.
Arturo, con un vendaje en el pecho, ingresa
en el Salón de los Nobles, acompañado por Milun, Columbio y los demás. Riot se
alegra al ver que Arturo vive, y lo abraza. Riot dice a Arturo que estaba muy
preocupado por él. El Rey Aidan y la Reina Beatriz están extremadamente
contentos al ver que todos han regresado sanos y salvos. La Reina abraza a
Flere y a Janice. El Rey felicita a Columbio, Milun, Pedro y Papier por su
valentía. La Reina también pide a Alysse acercarse y le da un cálido abrazo. El
Rey dice a Arturo que siempre estará agradecido con él por salvarle la vida.
Arturo baja la mirada y dice que él lo haría de nuevo, si fuera necesario.
El Monseñor y el Duque ingresan en el
Salón y se quedan sorprendidos al verlos
de vuelta. Arturo y los demás los observan con mirada acusadora. El Monseñor se
acerca a Arturo y lo abraza. El Monseñor dice a Arturo que estuvo orando por él
todo este tiempo. Arturo dice al Monseñor que le alegra verlo completamente
recuperado. El Monseñor dice a Arturo que será trasladado de inmediato al
Monasterio, ya que así podrá recuperarse del ataque. Todos se quedan
sorprendidos al oír las palabras del Monseñor. La Reina dice al Monseñor que
Arturo puede quedarse con ellos un par de días hasta que esté completamente
recuperado. Arturo sonríe y dice a la Reina que el Monasterio es su lugar
preferido. El Monseñor sonríe.
Arturo se arrodilla delante del Rey y de la
Reina, y les desea muy buena salud. El Duque se acerca a Arturo y ofrece
acompañarlo al carruaje. Riot pide a Arturo que descanse y promete ir a
visitarlo al Monasterio. Arturo y el Duque salen de la habitación.
Columbio dice a Milun que ya se imaginaba que
el Duque y el Monseñor habían planeado deshacerse de Arturo. Milun mira al
Monseñor, lleno de furia.
En las recámaras de la Reina, Janice relata
a la Reina cómo pudieron escapar del ataque de los manifestantes. Britta dice
que fue un error ir a la aldea y mezclarse con los aldeanos. La Reina les dice
a Alysse y a Janice que estaba preocupada por ellas, pero las enseñanzas de
Arturo le dieron esperanza. Britta dice a la Reina que deberían organizar una
fabulosa fiesta y de esa manera mostrar a los aldeanos que no están afectados
por sus acciones. Alysse dice a Britta que lo que propone no es buena idea. La
Reina le da la razón a Alysse. Britta las mira desafiante.
En la cocina, Sharize abraza a Pedro y le
dice que ella sabía que él iba a regresar al Palacio sin daño alguno. Miccael
se acerca a Pedro y le dice que está feliz por su regreso. Pedro agradece a
Miccael, y dice a Sharize que siempre estará con ella. Sharize y Miccael se
miran entre sí.
La Señorita Pía ayuda a Arturo a empacar sus
pertenencias. Arturo le pide no estar triste. El Duque ingresa y le dice a
Arturo que es una pena que tenga que abandonar el Palacio, a pesar de lo que él
hizo para proteger al Rey. Arturo sonríe y le dice al Duque que él no tiene
ningún remordimiento ya que ha logrado hacer lo que necesitaba. El Duque lo
mira con odio.
Alysse y Janice salen de las recámaras de la
Reina y Britta las sigue. Britta se acerca a Alysse y le dice que ella es una
insignificante criada que no tiene autoridad para hacer comentario alguno en
frente de la Reina. Alysse dice a Britta que a diferencia de ella, ella se
preocupa por la Reina después de lo que presenció en la aldea. Janice pide a
Alysse mantener la calma. Britta se ríe y dice a Alysse que es tiempo de que
ella regrese a Bordania, de donde nunca debió haber salido. Janice sostiene a
Alysse del brazo. Sharize se acerca y les informa que Arturo ya está por irse
del Palacio. Britta sonríe.
En el patio inferior, un carruaje espera por
Arturo. Arturo se coloca delante de todos y les dice que fue una estancia
agradable, y que espera ver a cada uno de ellos nuevamente. Alysse abraza a
Arturo y le dice que ellos han aprendido mucho de él. Arturo sonríe y le pide a
Alysse que trasmita su cariño a la Reina Beatriz. Arturo ingresa en el
carruaje. Milun, Alysse, la Señorita Pía, Janice, Flere, el Capitán Daugherty,
Columbio, Pedro y Papier, con tristeza, observan al carruaje partir.
Después de una semana, el Monseñor asiste a
las reuniones de la Corte Real. Columbio observa al Monseñor con mucho enojo.
En uno de los salones, Britta y la Reina se ríen a carcajadas. Alysse observa a
Britta con desconfianza. El Monseñor y el Duque caminan por un pasillo y Milun
los observa con cuidado.
En el Monasterio de San Mirador, el Padre
Superior recibe una carta del Monseñor, con órdenes estrictas de expulsar al
Padre Arturo del monasterio. El Padre Superior muestra estar muy sorprendido.
En su habitación, Arturo, ya recuperado del
ataque, reza. El Padre Superior ingresa y comunica a Arturo que ha recibido una
carta del Palacio, donde indica que él debe marcharse del Monasterio tan pronto
como sea posible. Arturo se ríe y dice que no es una sorpresa para él. El Padre
Superior dice a Arturo que hablará con el Monseñor, y está seguro que debe
haber una explicación. Arturo dice al Padre Superior que es tiempo de un cambio
y él hará lo que desea el Monseñor. El Padre Superior baja la mirada y dice a
Arturo que él conoce un lugar donde él podría hacerse cargo. Arturo lo mira,
sorprendido. El Padre Superior dice que en la aldea de Chandler hay una iglesia
muy antigua, “La Madre de Todos”, la cual ha estado abandonada por muchos años.
Arturo dice que el Monseñor nunca lo permitiría. El Padre Superior dice que la
Iglesia La Madre de Todos tiene su propia autonomía y no está bajo la
jurisdicción del monasterio. Arturo sonríe y agradece al Padre Superior.
Al día siguiente, en una de las Torres del
Palacio, Milun y Alysse se reúnen. Alysse dice a Milun que extraña al Padre
Arturo. Milun dice que espera que él esté bien. La Señorita Pía se acerca y
comunica a Alyese que tiene una carta para ella. Alysse, sorprendida, observa
la carta.
En la habitación de Flere, Janice ingresa y
comunica a Flere, Pedro y a Papier que ha recibido una carta para ella y
también una para cada uno de ellos. Flere abre la carta y la lee. Papier luce
sorprendido al leer el contenido de la carta. Pedro dice que deben informar a
Columbio.
Milun ingresa en el Despacho de Columbio y
encuentra a Columbio leyendo una carta. Columbio informa a Milun que uno de los
sirvientes también ha dejado una carta para él’. Milun abre la carta y ve que
el Padre Arturo es quien se la envió.
El Duque ingresa en los apartamentos del
Monseñor y dice al Monseñor que lo encuentra de muy buen semblante. El Monseñor
se ríe y dice que ahora que el Padre Arturo se ha marchado, es su oportunidad
de deshacerse del Rey Aidan. El Duque se ríe.
Más tarde, Milun, Alysse, Janice, Papier, Columbio,
Pedro y Flere se reúnen afuera de la Iglesia La Madre de Todos, uno de los
edificios más antiguos en la aldea de Chandler.
Construida por piedras blancas, la Iglesia La
Madre de Todos cuenta con dos torres y una pequeña cúpula en el centro. Milun y
los otros admiran el exterior de la iglesia, especialmente las antiguas
imágenes talladas en sus paredes.
Arturo abre la puerta principal de la iglesia
y les da la bienvenida. Ellos están felices de ver nuevamente a Arturo; sin
embargo, continúan sorprendidos por la invitación. Arturo extiende los brazos y
les dice que él está a cargo de la Iglesia La Madre de Todos, la cual será el
lugar más seguro donde ellos podrán reunirse.
A medida que Milun y los otros suben los
escalones, el sol resplandece con más intensidad sobre la Iglesia La Madre de
Todos.
DE MI ÁLBUM
No hay comentarios:
Publicar un comentario