En las siguientes semanas, en las calles de
la aldea de Chandler se realizan frecuentes manifestaciones, donde la mayoría
de ellas terminan en forma violenta. En las paredes, los aldeanos se burlan de
las grotescas pinturas del Rey Aidan y de la Reina Beatriz.
En la Iglesia La Madre de Todos, Arturo se
reúne con Milun, Alysse, Flere, Janice, Papier, Columbio y Pedro. Arturo dice
que los aldeanos necesitan con urgencia donaciones de alimentos, vestimentas y
medicamentos. Columbio dice que solicitará ayuda a la Corte Real para que se
lleven a cabo las donaciones. Papier dice que está seguro que ellos estarán de
acuerdo con él. Milun dice que si la Corte lo autoriza, necesitarían ayuda con
la distribución. Arturo dice que pueden contar con un grupo de feligreses.
Janice dice que ahora es un riesgo para ellos venir a la aldea ya que todos los
nobles están siendo atacados. Alysse pregunta a Arturo qué sería lo peor que
pudiera ocurrir. Arturo baja la mirada. Papier dice que una mala situación
económica puede desencadenar una revolución. Flere dice que no lo permitirán.
En las recámaras de la Reina, la Reina mira
por la ventana. Britta le pide que no se preocupe por las manifestaciones, ya
que son sólo una minoría. La Reina dice a Britta que quizás ella debería
participar en las reuniones de la Corte Real, y así podría aprender más del
reino. Britta le dice que la política en Frezzia no está hecha para las
mujeres, y ella está segura que el Rey es capaz de lidiar con ella a la
perfección. La Reina baja la mirada.
En la Iglesia, después de que todos se han
marchado, Arturo toma el libro dorado de un estante y lo abre. Arturo observa
la imagen de la mano sobre la corona y luego salta un par de páginas. Arturo
observa con atención a la imagen de una corona atada con cadenas. Arturo dice
que deberán evitar un desastre.
En el Palacio, el Rey Aidan se reúne con
todos los miembros de la Corte Real. Guiness les informa acerca de la situación
crítica en todas las aldeas de Frezzia, donde los representantes han rechazado
una reunión. El Duque propone atacarlos de inmediato. Columbio dice que la
única manera de lidiar con el problema es demostrar a los aldeanos que ellos se
interesan por su bienestar. El Duque se ríe. Columbio pregunta a Riot si su
petición de autorizar la donación de alimentos ha sido aprobada. Riot dice que
no todos los miembros de la Corte están de acuerdo. El Monseñor dice a Columbio
que el Monasterio apoya las decisiones de la Corte, pero han tenido que
afrontar muchos gastos en los últimos meses. Columbio dice al Rey que deberán
hacer un esfuerzo, y él está dispuesto a donar su salario. El Rey se pone de
pie y dice que Columbio tiene razón; por lo tanto, de ahora en adelante, habrá
recortes en los sueldos de la nobleza. Columbio sonríe y agradece al Rey. El
Duque y el Monseñor se miran el uno al otro, furiosos.
En uno de los pasillos, Alysse dice a
Janice que ella confía en que Columbio será capaz de convencer a la Corte.
Janice agradece a Alysse y dice que irá a ver a la Reina.
La Señorita
Pía se acerca a Alysse y le dice que aunque la Reina la haya autorizado a
acompañar a Janice, ella cree que la Reina necesita la atención de una Dama de
honor en todo momento. Alysse dice que le hará saber a Janice. La Señorita Pía
dice que ellas no deberían salir del Palacio con todo lo que está sucediendo.
Alysse asiente con la cabeza.
En su Despacho, Columbio se reúne con Milun,
Papier, Pedro y Flere, y les informa que la Corte ha autorizado las donaciones.
Milun sonríe y dice a Columbio que ahora es cuando el verdadero problema
comienza, la distribución. Flere dice que Arturo estará feliz con la noticia.
En la cocina, Miccael se acerca a Sharize y
le dice que él sabe que ella lo está evitando’. Sharize dice que el beso que se
dieron fue un error, y le propone olvidarlo. Miccael acerca sus labios a la
boca de ella y se besan. Pedro se acerca con una gran sonrisa y sus ojos no
pueden creer lo que está viendo. Miccael y Sharize lo miran, muy sorprendidos.
Miccael se acerca a Pedro y le dice que tiene una explicación para él. Pedro
empuja a Miccael y lo tilda de traidor. Sharize dice a Pedro que todo es culpa
de ella. Pedro se marcha. Sharize llora.
En las recámaras de la Reina, la Reina
Beatriz luce contenta al enterarse que la Corte ha aprobado las donaciones.
Alysse dice a la Reina que los aldeanos reconocerán que ellos realmente se
preocupan por su bienestar. Janice dice que Columbio siempre tiene brillantes
ideas. Britta mira a Janice y a Alysse con desdén. Alysse dice que les traerá
algunas bebidas. Alysse sale de la habitación y se encuentra con Sharize, quien
espera por ella. Sharize dice a Alysse que ha cometido un error. Alysse pide
que se calme. Britta se oculta detrás de la puerta, y escucha la conversación
de ambas. Sharize dice que Pedro la vio besarse con Miccael. Alysse queda
sorprendida.
En un pasillo, Pedro apoya su cabeza contra
una columna. Flere se acerca y pregunta a Pedro qué le ocurre. Pedro dice que fue a la cocina y encontró a
Sharize y a Miccael besándose. Flere queda sorprendido. Pedro dice que será
mejor que se marche del Palacio. Flere le dice a Pedro que ellos lo necesitan.
Flere abraza a Pedro.
En la cocina, Alysse se acerca a Miccael y
le dice que no puede creer que haya sido capaz de lastimar a dos de sus amigos.
Miccael dice que cometió un error, pero ya es momento que todos sepan que
Sharize y él se gustan. Alysse dice que ella sabe que Sharize es sólo un
capricho para él. Miccael le pide que crea lo que ella quiera. Alysse se
marcha.
En su habitación, Pedro empaca su maleta.
Milun dice a Pedro que no puede marcharse del Palacio debido a una mujer. Pedro
dice a Milun que él apoyó su decisión de abandonar el ejército por Nidia. Milun
dice a Pedro que lo que él tuvo con Nidia era verdadero. Flere ingresa y se sorprende al ver a Pedro
preparando su maleta. Flere dice a Pedro que antes de abandonar el Palacio,
deberá hablar con Arturo. Pedro baja la mirada.
En el Despacho del Duque, el Duque camina en
círculos. El Duque dice que el Rey siempre hace lo que Columbio sugiere. El
Monseñor pide al Duque que tenga paciencia, ya que está seguro que las
donaciones no detendrán las manifestaciones.
En la Iglesia La Madre de Todos, Arturo
imparte orientación a los feligreses. Pedro y Flere ingresan y saludan a
Arturo. Arturo se les acerca y les pregunta si la Corte ha tomado una decisión.
Flere comunica a Arturo que la Corte ha aceptado la propuesta. Arturo sonríe y
dice que las donaciones devolverán la alegría a los aldeanos. Arturo observa la
mirada ida de Pedro y pregunta a Pedro si le gustaría hablar con él. Flere se
aleja. Pedro baja la mirada.
En un pasillo, Alysse se acerca a Milun y le
pregunta si Pedro se siente mejor. Milun dice que Pedro desea marcharse del
Palacio, y ahora él y Flere fueron donde Arturo. Alysse dice que espera que
Arturo logre cambiarlo de opinión. Milun dice que Pedro está muy lastimado, y
no se lo merece. Alysse dice que al parecer Miccael y Sharize están realmente
enamorados. Milun niega con la cabeza.
En la Iglesia, Arturo le dice a Pedro que ya
es un hombre, y le aconseja hablar con Sharize. Pedro dice que no desea hablar
con ninguno de ellos. Arturo dice a Pedro que él debe recordar los buenos
momentos que compartió con Sharize, y si ella realmente ama a Miccael no hay
nada que él pueda hacer. Pedro dice a Arturo que él tiene razón. Arturo dice a
Pedro que él es un hombre joven, y está seguro que pronto logrará encontrar un
verdadero amor. Pedro abraza a Arturo.
En la cocina, Daugherty ve a Sharize llorar.
Daugherty pregunta a Sharize si Pedro le hizo algo. Sharize confiesa a su padre
que ella está enamorada de Miccael. Daugherty la mira sorprendido.
En su habitación, Miccael lee un libro.
Alguien llama a la puerta, y es Britta. Miccael la mira, sorprendido. Britta
dice a Miccael que ella ha oído que tiene algunos problemas con una de las
criadas. Miccael pide a Britta que se marche. Britta dice a Miccael que lo que
él necesita es una mujer de verdad. Britta besa a Miccael, pero Miccael la
rechaza. Miccael dice a Britta que está realmente enamorado de Sharize. Britta
le dice que eso no le importa, siempre y cuando él haga lo que ella le pida.
Miccael la mira con desprecio. Britta sonríe y dice que él deberá ser bueno con
ella, o hará que lo despidan del Palacio. Britta se acerca a Miccael y lo
desviste.
Al día siguiente, en una de las plazas de la
aldea, Arturo está a cargo de la donación de alimentos. Los aldeanos forman una
línea, muy sorprendidos. Milun, Alysse, Janice, Flere, Columbio, Pedro y Papier
ayudan a Arturo entregando las canastas de alimentos a los aldeanos. Milun dice
a Pedro que le alegra ver que ha cambiado de opinión. Pedro dice que Arturo le
aconsejó hablar con Sharize. Milun asiente.
Alysse entrega una canasta a una mujer, y la
mujer mira el contenido muy emocionada. La mujer pregunta a Alysse quién está a
cargo de las donaciones. Alysse dice que la Reina y el Rey lo han hecho posible
para ellos. La mujer sonríe y dice que ella siempre ha creído en ellos.
Las noticias acerca de las actividades de
donación se propagan a través del reino. Arturo y los otros visitan muchas
aldeas, y los aldeanos los reciben muy contentos.
En el Palacio, Guiness informa al Rey y a la
Corte que las donaciones son un éxito, y ya han recibido numerosas cartas de
felicitación por parte de los representantes de las aldeas’. El Rey Aidan
sonríe. El Duque mira al Monseñor, preocupado.
Milun y Pedro caminan por un pasillo y
Miccael se acerca. Miccael dice a Pedro que deben hablar. Milun dice a Miccael
que su amigo no tiene tiempo para oír sus mentiras. Pedro le pide a Milun que
los deje solos. Milun se marcha. Pedro observa a Miccael.
En las recámaras de la Reina, Alysse
comunica a la Reina que le ha traído unas cuantas cartas que los aldeanos le
envían. La Reina lee las cartas, muy emocionada, mientras que unas lágrimas
ruedan por sus mejillas. La Reina dice que ella no merece crédito alguno por
las donaciones. Alysse asegura a la Reina que su pueblo la ama.
Columbio
ingresa en la Cámara del Consejo Real, y el Rey Aidan y los demás miembros de
la Corte lo felicitan. El Duque se acerca al Monseñor y le dice que nuevamente
se ha equivocado. El Monseñor mira al Duque lleno de rabia y le dice que él
sabe que los aldeanos desean más que una
simple caridad. El Duque mira para arriba en señal de burla.
Miccael pide perdón a Pedro por no
confesarle antes lo que en verdad sentía por Sharize. Pedro dice a Miccael que
él les desea felicidad, y le advierte que si lastima a Sharize, golpeará su
rostro hasta que pierda su bella sonrisa. Miccael baja la mirada.
Columbio se reúne con Milun, Alysse, Janice
y Papier. Columbio dice que las actividades de donación lograron favorables
resultados más de lo que esperaba. Janice dice que deben estar alertas del
Monseñor y del Duque, ya que está seguro que ellos están tramando algo. Papier
dice que ellos no podrán hacer nada, ya que tienen la autorización del Rey.
En su habitación, Pedro desempaca su maleta.
Flere dice a Pedro que tenía miedo de que él se quedara en la Iglesia para
siempre. Sharize los saluda desde la puerta. Pedro la observa, sorprendido.
Flere dice que irá a ver si Columbio necesita ayuda. Flere se marcha y Sharize
ingresa. Sharize dice a Pedro que está muy arrepentida por lo que le hizo.
Pedro dice a Sharize que estaba muy molesto con ella, pero ahora entiende que
ella siente algo por Miccael. Sharize baja la mirada y dice que ella ha estado
enamorada de Miccael durante mucho tiempo. Pedro le dice que espera que ella
haya tomado la decisión correcta. Sharize dice a Pedro que él es un buen hombre
y ella en verdad disfrutó mucho todo el
tiempo que pasaron juntos. Sharize devuelve a Pedro la caja de música
que él le dio en Navidad. Sharize se marcha. Pedro abre la caja de música y
escucha la melodía.
En uno de los pasillos, Milun golpea a
Miccael en la cabeza.
“¿Cómo te atreves a lastimar a mi amigo?”,
grita Milun.
Miccael dice a Milun que no debe meterse en lo
que no le incumbe. Milun dice que le enseñará a respetar a los demás. Miccael
dice a Milun que no le teme. Miccael intenta golpear a Milun, pero Milun lo
golpea en el estómago. Miccael cae. Milun le pide que se levante. Daugherty se
acerca y les advierte que si continúan con su lucha, ambos serán expulsados del
Palacio. Milun dice a Daugherty que está seguro que Miccael ha aprendido la
lección. Milun se marcha. Daugherty ayuda a Miccael a ponerse de pie y le dice
que él ha causado demasiados problemas. Miccael dice que ama a Sharize y no
permitirá que nadie se interponga en su camino. Daugherty dice a Miccael que él
no sabe lo que es el verdadero amor, y le advierte que si lastima a Sharize,
olvidará que es hijo de Doña Adela. Miccael baja la mirada.
Flere ingresa a la habitación de Pedro y
encuentra a Pedro escuchando la caja de música. Flere pregunta a Pedro qué
piensa hacer con ella. Pedro dice que la caja de música representa a un Pedro
muy distinto, aquel Pedro que todos se burlaban de él. Flere pregunta a Pedro
si él la puede conservar. Pedro asiente con la cabeza. Flere toma la caja de
música y dice que para él simbolizará la amistad entre ellos. Pedro sonríe.
De noche, en el comedor, la Reina está
impresionada con todas las cartas que han recibido por parte de los
Representantes de las aldeas. El Rey Aidan dice a la Reina que echaba de menos
su hermosa sonrisa. Columbio y Janice se miran entre sí, y debajo de la mesa,
Columbio acaricia la pierna de Janice. Janice sonríe.
En la Iglesia La Madre de Todos, Arturo se
reúne con Milun y Papier.
“Gracias a las donaciones, he tenido la
oportunidad de conocer a mucha gente”, dice Arturo.
“No sabes cuánta gracia me causa ver la cara
enojada del Duque cada vez que el Rey felicita a Columbio”, dice Papier.
“Debemos tener mucho cuidado con el Duque y
el Monseñor”.
“Me aseguraré que algún día ambos reciban su
merecido”, dice Milun.
“Paciencia, hijo”, dice Arturo.
Al día siguiente, las actividades de
donación continúan. Columbio entrega una caja de alimentos a uno de los
feligreses para su distribución. El Duque se acerca y dice a Columbio que nunca
lo imaginó levantando cajas. Columbio se sorprende al ver al Duque y le pide
que se marche. El Duque dice que como miembro de la Corte, tiene el derecho de
estar donde él guste. Columbio le lanza una caja y le dice que si desea
quedarse tendrá que ayudar. El Duque deja caer la caja y dice que nunca haría
nada por esta miserable gente. Papier se acerca y dice al Duque que él pensaba
que era un caballero, pero ahora se da cuenta de que sólo es una sanguijuela.
El Duque desenvaina su espada y dice a Papier que nunca permitirá que un
extranjero lo insulte en su propio reino. Arturo se acerca y les pide que se
calmen. El Duque se sorprende al ver a Arturo. Arturo le clava la mirada.
En la cocina, Miccael obsequia a Sharize un
ramo de rosas. Sharize sonríe. Miccael dice que ahora pueden demostrar su amor
ante todo el reino. Sharize y Miccael se besan. Britta los observa y se ríe.
En los apartamentos del Monseñor, el
Monseñor Blanco se sorprende al enterarse que Columbio está ayudando al Padre
Arturo con las donaciones. El Duque dice que él sabía que ambos trabajan en contra
de ellos. El Monseñor dice al Duque que no hay nada de qué preocuparse, ya que
él sabe cómo detener las donaciones. El Duque sonríe.
La Señorita Pía se acerca al Capitán
Daugherty y le dice que está contenta al ver que Sharize se siente mejor.
“¿Y qué hay entre nosotros?”, pregunta
Daugherty.
La Señorita Pía mira a Daugherty, sorprendida.
”No lo entiendo”, dice ella.
“Deseo poder cortejarla”.
Daugherty se acerca a la Señorita Pía y se
besan. La Señorita Pía se marcha de prisa.
En las recámaras de la Reina, el Monseñor
ingresa. Alysse se sorprende al verlo. La Reina dice a Alysse que debe hablar
con el Monseñor. Alysse se marcha de la habitación. La Reina dice al Monseñor
que a ella le causa satisfacción saber que los aldeanos están contentos con las
donaciones. El Monseñor sonríe y dice que él cree que no es una adecuada
solución para la economía de Frezzia. La Reina lo mira, sorprendida. El
Monseñor dice que ella deberá convencer al Rey Aidan de detener todas las
actividades de donación. La Reina dice que ella no puede hacer eso a los
aldeanos. El Monseñor se ríe y dice que lo que ella ha hecho a todos es peor,
mintiendo que espera un hijo. La Reina lo mira, asustada. El Monseñor dice a la
Reina que como ella es su amiga, él guardará el secreto, pero sólo si ella hace
lo que él dice.
En uno de los pasillos, Alysse se acerca a
Milun. Alysse dice a Milun que el Monseñor se encuentra en las recámaras de la
Reina. Milun le pide que no se preocupe. Alysse dice que no le gustaba la
mirada que llevaba el Monseñor. Milun
dice a Alysse que está muy orgulloso de ella. Milun y Alysse se besan.
La Reina Beatriz ingresa en los apartamentos
del Rey. El Rey se sorprende al verla. La Reina baja la mirada y le dice que
las donaciones deben detenerse. El Rey la mira, muy confundido. La Reina dice
que oyó que el Padre Arturo está involucrado en las actividades de donación y
se está atribuyendo el mérito de ellas. El Rey dice que el Padre Arturo le
salvó la vida y él duda que esas acusaciones sean ciertas. La Reina dice que el Padre Arturo fue expulsado
del Monasterio, y al parecer es un aliado de los manifestantes. Los ojos del
Rey se ensanchan.
El Monseñor se acerca a Riot y le dice que
al parecer su hermano, Arturo, abandonó
el Monasterio y ahora está ayudando a Columbio con las donaciones. Riot dice
que Columbio no le dijo nada. El Monseñor dice que está preocupado por Arturo
ya que la Reina está celosa de él, al creer que Arturo está atribuyéndose el
crédito de las donaciones. Riot dice que le preguntará a Columbio. El Monseñor
pide a Riot averiguar dónde vive Arturo y de esa manera asignarle la seguridad
correspondiente. Riot asiente con la cabeza. El Monseñor sonríe.
En las recámaras de la Reina, la Reina
Beatriz solloza y reza suplicando perdón.
Al día siguiente, en la Cámara del Consejo
Real, el Rey Aidan se reúne con la Corte.
“A pesar que las donaciones parecen ser un
éxito, la Reina y yo hemos decidido colaborar con la situación económica de
Fezzia de manera diferente”.
Columbio mira fijamente al Rey, sorprendido.
“No estoy muy seguro de lo que eso
significa”, dice Columbio.
“A partir de hoy, todas las donaciones se
cancelan”.
Columbio se congela. El Duque y el Monseñor
sonríen.
“No puede ser posible. Tenemos muchas
actividades ya programadas”.
El Rey baja la mirada.
“Es una decisión definitiva”, dice el Rey
con determinación.
Columbio niega con la cabeza.
DE MI ÁLBUM
Dubai
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