sábado, 30 de marzo de 2013

LEONARDO SUPERESTRELLA / Ernest HAUSER


A más de cuatro siglos de su muerte, se teje otra leyenda en torno de este genio de inaudita universalidad.
LOS NOMBRES famosos se prestan a la revaloración. Leonardo de Vinci es conocido desde hace mucho tiempo como uno de los grandes pintores del renacimiento italiano: como el hombre que dio al mundo obras maestras de la calidad de La última cena y la Mona Lisa. Pero ahora hay razones para preguntarnos si esos cuadros inmortales fueron sólo el fruto menor de un intelecto que operaba primordialmente en el dominio de las ciencias.
   Dos acontecimientos recientes arrojaron nueva luz sobre la personalidad de Leonardo : la restauración del “Códice Atlántico”, de Milán, monumental mezcolanza de anotaciones y dibujos del artista, y el descubrimiento de un manuscrito en dos tomos en un olvidado rincón de la Biblioteca Nacional de España. Ahora que este material ha visto la luz pública, Leonardo se ha convertido en el héroe del momento : un gigante cuya frase más significante, cuyo más sencillo trazo, es objeto de curiosidad y escrutinio de los eruditos.
   ¿Fue en realidad el inventor del helicóptero? ¿Le debemos el automóvil? ¿Sentó los principios de la física y la mecánica modernas? Después de tamizar las pruebas y de hablar con sabios leonardistas, debo reconocer mi confusión rayana en el vértigo. Sin embargo, de todo ese maremagnum de papeles surge una verdad incontrovertible : Leonardo de Vinci fue el ejemplo admirable de eso que llamamos “genio universal”,
   Anotador compulsivo. Nació en 1452, en una pequeña granja de las afueras del pueblo de Vinci, cerca fe Florencia; era hijo natural de una muchacha campesina y un notario, quien no tardó en reconocerlo. Al ver que el niño tenía facilidad para el dibujo, su padre le envió como aprendiz al taller de Andrea del Verrocchio, escultor y pintor florentino. Durante años de disciplina Leonardo dominó las técnicas de la pintura, el fundido de figuras de bronce y la arquitectura.
    A los 30 años de edad ingresó en la brillante corte de Ludovico Sforza, duque de Milán, uno de los grandes potentados de Europa. Contratado ante todo como ingeniero Leonardo proyectó varias fortificaciones, dirigió programas de riego, presentó un audaz plan para convertir a Milán, plagada de barrios miserables, en una ciudad modelo, y pintó La última cena. Pero también tenía talento para improvisar canciones acompañándose con una lira que él mismo fabricó. Conversador de agudísimo ingenio, poseía el don de hacer reír a la gente. Tales dotes, aunadas aun talle esbelto y a un rostro hermoso, así como a la elegancia en el vestir, lo convirtieron en el astro refulgente de la cultivada y refinada corte milanesa.
   Leonardo sentía la necesidad imperiosa de escribirlo y dibujarlo todo. Solía seguir a personas cuyo extraño aspecto le intrigaba, para plasmar su rostro en rápidos bosquejos.
Sus proyectos de obras arquitectónicas y de ingeniería, sus estudios de perspectiva, botánica y anatomía ; todo constaba en cuadernos o en cuanto pedazo de papel tuviera a mano. Estos testimonios se multiplicaron en el curso de una carrera que lo llevó otra vez a Florencia, a la corte papal de Roma y, por último, a Francia, donde el artista, de cejas espesas y barba nevada, murió rodeado de sus fieles y admiradores discípulos el 2 de mayo de 1519, cuando había cumplido ya la edad de 67 años.
   Legado disperso. En su testamento Leonardo legó sus papeles a Francesco Melzi, uno de los discípulos, quien los llevó consigo a Italia. Alli, Melzi examinó las notas y, entresacando algunos pasajes, compiló el Tratado de pintura, que después se publicó con el nombre del maestro. En cuanto al resto de tal herencia, Melzi no hizo nada. Su hijo y heredero amontonó todos aquellos papeles en una buhardilla, y allí se olvidó de ellos. Ni siquiera se molestó en recuperar 13 manuscritos que había prestado y le ofrecieron devolver.
   No obstante, la existencia de los preciosos documentos llegó a otros oídos, y Pompeo Leoni, escultor italiano que trabajaba en Madrid, los adquirió casi todos.  Convencido de que su valor comercial aumentaría si los presentaba en forma de libro, pegó varios cientos de hojas, formando con ellas un álbum del tamaño de un atlas : de ahí su nombre de “atlántico”. Este “códice” (colección de manuscritos) lo compró un noble italiano que, en 1636, lo donó a la Biblioteca de Milán.
   En el trascurso de los siglos siguientes los eruditos que acudían a consultar el Códice Atlántico tropezaban con el descuido de su manufactura, pues Leoni pegó hasta dos o tres hojas unas con otras, para tapar  lo que él no consideraba importante. Entre quienes abogaban por la restauración del volumen estaba monseñor Giovanni Battista Montini, entonces arzobispo de Milán, hoy Paulo VI. Por fin el gobierno italiano decidió patrocinar la empresa, la cual, en vista del inestimable valor de las notas, se proponían llevar a cabo con el mayor sigilo.
   Y entonces entró en escena el padre Josafat Kurelo, monje basilio. Este amable personaje de larga barba, nacido en Rusia, estudió petroquímica y es mundialmente
reconocido como autoridad en restauración de libros. En su monasterio, que está situado en las colinas aledañas a Roma, el padre me llevó a visitar su laboratorio. “Hallamos unos 80 originales desconocidos hasta entonces. Se limpió cada hoja con procedimientos químicos y después se reforzó. En cuanto al secreto de la operación, por las noches solía yo poner recipientes con gases venenosos detrás de cada puerta y letreros con la advertencia : ¡Gas! Aquí jamás hemos tenido problemas de seguridad”.
   Hoy el inapreciable Códice dividido en  12 gigantescos volúmenes, ha vuelto a la Ambrosiana. Giunti-Barbera, casa editorial florentina, está preparando una edición facsimilar, de 998 ejemplares, encuadernados en piel, que podrán adquirir las bibliotecas y los coleccionistas al precio de 10.000 dólares.
   ¿Qué ha sucedido al resto de los papeles de Leonardo? Una colección de dibujos suyos fue comprada antes de 1630 a los descendientes de Leoni por el conde de Arundel y regalada a la familia real de Inglaterra. Estos seiscientos y tantos dibujos se encuentran a buen recaudo en el castillo de Windsor. Los eruditos vieron por primera vez los papeles de Leonardo cuando Napoleón invadió a Italia en 1796 y envió a París el Códice Atlántico y doce cuadernos de notas, como parte de su botín de obras de arte. (El Códice fue devuelto ; los cuadernos robados están en el Instituto de Francia). Otros cuadernos, así como varias hojas sueltas, andan ahora diseminadas por toda la cristiandad. Algunos leonardistas consideran que han desaparecido casi tres cuartas partes del tesoro.
   En los años recientes fue creciendo la sospecha de que en España andaba oculta una parte importante, puesto que allí murió Leoni en 1608. Se sabía que en el Palacio Real de Madrid hubo alguna vez dos volúmenes, cuya pista se perdió cuando la biblioteca del palacio se incorporó a la Biblioteca Nacional de Madrid. Luego, en 1965, ante la presión de los eruditos que exigían una investigación, los bibliotecarios emprendieron la caza de papeles. Y allí los hallaron : dos libros de tamaño corriente, encuadernados en cuero rojo, mal catalogados (“Aa 119” y “Aa 120”, en vez Aa 19 y “Aa 20”), lo que dio pie a que se les colocara fuera de sitio, ¡en 1830! Estos volúmenes, conocidos ahora como el Códice Matritense, añaden cerca de 700 páginas a las seis mil y tantas de notas y dibujos de Leonardo de que se tiene noticia.
   Tanques y seda. Los 19 volúmenes cuyo paradero conocemos ahora con certeza nos permiten internarnos con rara precisión en el pensamiento del artista y en sus virtudes. Por ejemplo, aunque calificaba la guerra de “lo más bestial”, pasó buena parte de su vida como ingeniero militar, primero al servicio del duque Ludovico, y más tarde al de César Borgia, quien conquistó una gran región del centro de Italia. Para las campañas guerreras, Leonardo ideó (al menos en el papel) algunos terribles artefactos de guerra, como son un “tanque” propulsado por soldados de infantería que avanzaban dentro de un escudo metálico ; un carro con hojas de acero revolventes sujetas a sus ejes, y mosquetes de varios cañones, de tiro rápido. Con brillantes concepciones, se anticipó al submarino y al proyectil balístico de dos etapas, que, por cierto, él describió con el título de “dardo lanzador de flechas”.
   Sin embargo, la mayoría de las máquinas (más 800), dibujadas con tanto detalle para ilustrar sus notas, son de usos pacíficos. Su propósito es hacer la vida más fácil. Al estudiarlas, casi nos parece escuchar el ruido de cadenas, engranajes y poleas. Hay máquinas para afilar agujas, para cortar barras de hierro, para medir la humedad del aire para hilar la seda, para picar la carne. Un artefacto que hace pasar el aire por agua para enfriarlo podría ser el primer acondicionador de aire que se ideó. Grúas, relojes, reflectores… Leonardo pensó en todo.
   Lo que impidió a Leonardo llevar a la práctica la mayoría de sus invenciones mecánicas fue la carencia de fuerza motriz. Las fuentes de propulsión que se conocían en su tiempo eran el músculo, el viento, el agua, la gravedad. Cierto que inventó un coche sin caballos (¡el primer automóvil!) movido por un ensamble de arcos doblados. Pero ¿quién se hubiera ocupado de dar cuerda a la máquina a cada metro de recorrido? Como no contaba con el motor de combustión interna, ni con la máquina de vapor ni con electricidad, Leonardo no pudo ir más allá con sus proyectos.
   A diferencia de sus atildados contemporáneos, a Leonardo no le importaba ensuciarse las manos para llegar al meollo de sus investigaciones. Sabía muy bien lo que significaba “pasar las noches en compañía de cadáveres desollados y destrozados, que dan horror”. “He disecado más de 30 cadáveres”, escribe en sus notas. Se había entregado al estudio de la anatomía (y antes al de la óptica y la perspectiva) para mejorar su pintura. En su opinión, las figuras humanas no debían pintarse como si fueran “sacos de nueces”. Al profundizar en sus estudios le interesó el funcionamiento de los órganos y el misterio de la vida. ¿Qué daba vista al ojo? ¿Por qué concebía el vientre? Sus dibujos del corazón y de fetos son verdaderos hitos en la historia de la investigación médica.
   El toque humano. Los bosquejos de pájaros y de las articulaciones de sus alas aparecen aquí y allá en todos los cuadernos de Leonardo. Todo un volumen, conservado actualmente en Turín, lleva el título de El vuelo de las aves. Tan apegados a la realidad son sus bocetos de aves en vuelo que sus tratadistas han comparado su vista a la de una cámara fotográfica de gran velocidad. ¡Y por qué no ha de volar el hombre, se preguntaba Leonardo, si las aves y los murciélagos son capaces de hacerlo?
   Creyendo que bastaba la fuerza muscular para trasportar a los seres humanos por los aires, diseñó artefactos volantes destinados a ser manejados por un piloto, echado boca abajo, sentado en cuclillas o de pie, que emplearía los brazos y las piernas para “remar”. Dibujó una hélice en forma de tornillo que es una notable anticipación del helicóptero, aunque carece de la necesaria fuerza ascendente. En cambio su paracaídas piramidal, del que cuelga el hombre con los brazos, podría funcionar. Los ingenieros aeronáuticos no vacilan en reconocer a Leonardo como el primer hombre que estudió el vuelo desde el punto de vista científico, y nada más lógico que haber dado su nombre al aeropuerto internacional de Roma.
   ¿Cómo valorar esta ingente producción de ideas? Que los artefactos e invenciones de Leonardo hayan o no hayan tenido repercusión en el progreso material, carece de importancia. Lo que nos pasma es el intelecto que los concibió : un intelecto aguijoneado por la curiosidad insaciable, que es fuente de toda ciencia verdadera.
   Pero Leonardo fue, ante todo, un artista. Y aunque sus trabajos científicos permanecieron soterrados durante 300 años, su arte ennobleció y enriqueció al mundo. Hoy lejos de eclipsar la ya familiar gloria de sus cuadros, los cuadernos la refuerzan con un toque humano. Su refulgente brillo, su atractivo, su interés abrumador, están precisamente en que proceden de la misma mano que pintó la Mona Lisa.

HERBERT VON KARAJAN


Karajan ha sido durante más de medio siglo una “opción de calidad” para los compradores de música clásica, entre otras cosas por sus ciclos de Beethoven; pero sus interpretaciones están pasadas de moda, como propone Terry Williams

  HERBERT VON KARAJAN fue el director más famoso del ultimo medio siglo. Quien no quiera verse envuelto en una prospección de cientos de críticas para elegir la mejor interpretación siempre tiene en Karajan una apuesta segura. El resultado es, por lo menos, un producto muy cuidado. La elección sólo puede provocar incomodidad cuando es criticada por uno de esos amigos que creen saber más que nosotros. He de admitir que hasta hace bien poco yo mismo era uno de esos amigos: “¿La primera de Brahms por Karajan? Bueno… demasiado espectacular. ¿Por qué no pruebas a fulano?” O bien “La Pastoral de Karajan? ¿Lo dices en serio?”
   La culpa de mi cambio de actitud la tiene, en parte, la biografía de Karajan de Richard Osborne. Hay aspectos de una interpretación “típica” de Karajan que todavía me resultan difíciles de digerir, pero mi actitud anterior, he de confesarlo, obedecía a simples prejuicios. Ahora he aprendido a escuchar con un poco más de humildad. Hace más de una década que Karajan sufrió el ataque al coraz'on que sumió en el pánico a Deutsche Grammophon y la Filarmónica de Berlín, y que terminó con una de las asociaciones discográficas comerciales más fructíferas de la historia. La relación de Karajan con las otras dos partes fue enconada hasta el fin, pero su muerte abrió un enorme vacío que nada ha conseguido llenar desde entonces.
   Karajan era un hombre elegante, incluso en su ancianidad. Las portadas de discos de los años 50 hasta la de su novena de Mahler muestran a una personalidad consciente de sus habilidades y de su aspecto. Sus peinados -tuvo tres muy significativos -eran dignos de admiración, hasta el punto de que merece la pena plantearse si existe alguna relación entre éstos y la evolución de su estilo interpretativo. En los años cincuenta Karajan era la estrella más flamante y rutilante de Columbia Records, “acicalado de la cabeza a los pies”, luciendo un elegante rapado, ¿no tiene su ciclo de Beethoven con la Philharmonia la misma elegancia sobria? Ninguna de sus versiones de Berlín capta esa frescura.
   Su peinado número dos suscita alguna duda : es el ostentoso tupé plateado de la etapa media de Karajan en Berlín. ¿Llegan a distraer los aspectos superficiales? Si es así, hay excepciones notables. La expresión y la belleza de sonido se unen para crear algo milagroso en sus grabaciones de mediados de los sesenta de la cuarta y sexta de Sibelius, una Tapiola escalofriante, la excitante quinta de Prokofiev, La mer más atormentada del repertorio, el Prelude a l´apres-midi d´un faune más elegante, y un selecto puñado de interpretaciones inigualables. Pero hay días en los que no conseguimos acomodarnos el pelo; uno de los peores corresponde a la serie “Grandes grabaciones del siglo” de EMI, la grabación de 1969 del triple concierto de Beethoven con Oistrakh, Rostropovich y Richter, un triunfo político para Karajan y EMI, pero una pieza aletargada y mal grabada de la que Richter trató de desvincularse. En esta época el sonido de la OFB es demasiado maduro, inflado en Bach, Mozart y Haydn, pero absolutamente adecuado para Puccini.
   En los últimos años toda esa electricidad que podia generar se convirtió en un aspecto de anciano sabio tocado con un peinado alborotado que sugería cierta despreocupación. Este período final es de reafirmación y de grabación, pero también, en sus peores momentos, de mera rutina en los estudios de grabación. En los años ochenta Karajan descubre las virtudes de la grabación digital, y la belleza de sonido desaparece para siempre. El álbum de las sinfonías de Beethoven carece de toda belleza, y curiosamente es una colección muy utilizada como “regalo de bienvenida” a muchos suscriptores de enciclopedias; ¿es acaso la constatación de un fracaso comercial?
   Gran parte de sus mejores obras están grabadas en directo. El fabuloso concierto de Año Nuevo de 1987 y las tres últimas sinfonías de Bruckner con la Filarmónica de Viena se cuentan entre sus mejores trabajos en disco. El sonido es más sobrio, incluso más tosco, pero nos acerca más al corazon de la música. Mirando hacia atrás, ¿no hubiera sido maravilloso que Karajan hubiese hecho algunas grabaciones con la Orquesta de Cleveland o la Sinfónica de Londres? El matrimonio de Karajan con la OFB duró demasiado, el otro con la la Philharmonia demasiado poco. Gana el rapado de Karajan por una cabeza.

LA ASPIRINA / Por George BOEHM

LA ASPIRINA, MARAVILLOSO MEDICAMENTO QUE NADIE COMPRENDE
NO CURA NADA, PERO BAJA LA FIEBRE, ALIVIA EL DOLOR, COMBATE LA INFLAMACIÓN Y, EN GENERAL, ES LA MEDICINA DE MÁS USOS.
Por George BOEHM.

Condensado del suplemento Dominical del “Times” de Nueva York
¿Qué ha sido del té de sasafrás, la tintura de árnica, los emplastos de mostaza, la asafétida, el azufre y las melazas? Todos han desaparecido del botiquín familiar. En realidad, entre los remedios caseros que fueron populares a principios de siglo, sólo hay uno que sigue siendo muy socorrido: la aspirina.
   A pesar de ser una droga a la que nadie da importancia, la gente la sigue tomando en cantidades cada vez mayores y para casi cualquier indisposición. La aspirina es barata, fácil de obtener y francamente inocua, y sin embargo ningún otro medicamento es tan útil para tratar tal variedad de dolencias. Desde luego, si la hubieran inventado hoy, posiblemente habría sido saludada como droga maravillosa. Cada día se siguen descubriendo, e investigando, usos potencialmente importantes de la aspirina.

   Por ejemplo, los estudios realizados hace poco en un instituto neurosiquiátrico norteamericano revelaron que tres comprimidos de aspirina producen, en sujetos normales, más o menos el mismo efecto que una dosis moderada de fenobarbital o de meprobamato. Parece deducirse de otras investigaciones que la aspirina puede frenar los progresos de la artritis ósea, enfermedad degenerativa común que, por el desgaste, produce tullimiento en las articulaciones.

   La aspirina se sintetiza del alquitrán de hulla y de derivados del petróleo, según la receta explicada en muchos libros de texto elementales de química. Pero la farmacología es tan compleja como sencilla es la química. La aspirina tiene por lo menos tres efectos farmacológicos claramente diferentes: baja la fiebre, alivia el dolor y combate la inflamación.

   Disminuye la fiebre porque actúa, según parece, sobre el “termostato” del organismo (regulador de la temperatura que está alojado profundamente en el cerebro) aumentando la sudoración y el flujo sanguíneo en los vasos cercanos a la piel, y acelerando así la eliminación del calor.

   Se ha demostrado que alivia los dolores (cuando no son muy fuertes), porque suprime la actividad de los nervios en el punto dolorido, bloqueando la transmisión de la sensación dolorosa antes de que llegue al cerebro. En cambio, la morfina y otros narcóticos actúan sobre los centros receptores de las sensaciones de dolor en el cerebro mismo.

   No se comprende todavía del todo cómo la aspirina disminuye la inflamación, pero esta cualidad la hace particularmente útil en las as afecciones artríticas y reumáticas.

   Después de haber conseguido sintetizar la cortisona en 1949, las hormonas esteroideas suplantaron en gran medida a la aspirina en el tratamiento de la artritis reumatoide, hasta que se fueron conociendo los efectos secundarios del tratamiento hormonal prolongado. En la actualidad, según la Fundación Norteamericana contra la Artritis, la aspirina es “la medicina más usada” en el tratamiento de dicha enfermedad.

   Aunque la aspirina es inofensiva cuando se emplea correctamente, en ciertos casos es peligrosa. Unas cuantas personas (probablemente no más de una por mil) son hipersensibles a ella; en esos individuos una sola tableta puede provocar un atraque de asma quizá fatal. Muchos médicos son enemigos de dar aspirina a enfermos con úlcera péptica, pues en cantidades muy grandes puede provocar hemorragias internas.

   Una dosis excesiva de aspirina puede ser peligrosa, de ahí que en muchos países sea causa de más intoxicaciones que cualquier otro medicamento, pues con frecuencia la gente toma a la ligera grandes dosis. Buena parte de las víctimas son niños menores de cinco años que, por curiosidad, destapan los frascos y se tragan un puñado de comprimidos. Por eso es una medida muy oportuna que las autoridades de sanidad pública limiten el número de aspirinas infantiles que se pueden vender en un solo envase.

   La aspirina desciende en línea directa de una familia de remedios obtenidos de las hierbas medicinales y usados en muchas partes del mundo ya desde la edad de piedra. Se trata de los salicilatos, que se encuentran en la corteza, el fruto y otras partes de muchas plantas. Los indios norteamericanos preparaban un té febrífugo con corteza de sauce. El griego Hipócrates, padre de la medicina, recomendó preparaciones de sauce para aliviar tanto la fiebre como el dolor. En el decenio de 1850 los químicos comenzaron a sintetizar ácido salicílico puro, y a los pocos años los salicilatos se habían convertido en medicamentos muy comunes, usados incluso para esterilizar heridas y conservar alimentos.

   Pero tenían inconvenientes. El ácido salicílico es extremadamente irritante del estómago, y el salicilato sódico, derivado menos corrosivo, tiene un sabor dulce muy empalagoso. En 1893 Félix Hoffmann, químico empleado de la casa Friedrich Bayer & Co., en Alemania, halló un derivado sin tacha: el ácido acetilsalicílico. Al poco tiempo este ácido, que Bayer denominó Aspirina, se convirtió en un pingüe negocio.

   Hoy muchísimas personas toman esta medicina en una u otra forma. La aspirina ha sido incorporada aun número asombroso de productos: más de mil, si se cuentan las diferentes marcas registradas y las de otros medicamentos tales como los analgésicos y los comprimidos contra la gripe y el resfriado, y remedios para el dolor de espalda.

   ¿Por qué muchos prefieren no tomar  aspirina pura? Una razón es que la aspirina tarda un rato en disolverse, y durante ese lapso a algunas personas les puede irritar la membrana mucosa del estómago. Otra es que, por eso mismo, tarda en pasar al torrente circulatorio. Los químicos casi han abandonado la esperanza de encontrar un salicilato más suave y de acción más rápida, pero siguen probando en combinaciones con otros ingredientes.
   Una solución consiste en combinar aspirina con algún neutralizante, como el bicarbonato de sodio o las sales de aluminio, para contrarrestar la acidez. Otra solución es asociar la aspirina con otros ingredientes activos, sobre todo fenacetina y cafeína, con el fin de aumentar sus efectos. La fenacetina equivale poco más o menos a la aspirina como analgésico y antipirético y, a juzgar por algunos datos obtenidos, ambas drogas combinadas son más potentes que cada una por su lado. Se supone, por otra parte, que la cafeína asociada a la aspirina produce una suave sensación de euforia.

   La fenacetina es un medicamento que se ha de tomar con ciertas precauciones, porque puede provocar trastornos en la sangre y los riñones. 

Por tanto las autoridades de sanidad pública de los Estados Unidos han dispuesto que los laboratorios norteamericanos fabricantes de tabletas donde van unidas la aspirina, la cafeína y la fenacetina quiten esta última de la fórmula o, si la dejan, que adviertan claramente en el envase los peligros de usar el compuesto en dosis grandes o durante mucho tiempo.

   Los remiendos que se le van haciendo a la aspirina ¿realmente la mejoran? Los farmacólogos todavía no saben lo suficiente acerca de su acción para poder decidirlo.

   Muchas personas han llegado a depender de la aspirina, pero los médicos están de acuerdo en que no hay peligro de habituarse a ella. Tanto a la corta como a la larga, la aspirina empleada correctamente es una droga notable por no ejercer efectos indeseables. Son pocos los medicamentos que poseen un margen tan amplio entre la dosis que usualmente es útil y la que puede ser nociva.

"VERSOS POR ESPIGAR" : FARSA ELECTORAL / Javier CALDERÓN ÁVILA


                FARSA ELECTORAL (18-setiembre-2012)

Empieza la fanfarria electoral
de colores encendidos y mágica pasión
revoleteando ávidamente como un enjambre voraz
calentando raudamente la ígnea campaña.

Bienaventurados los empadronados
eternamente mancillados y vejados;
cívicamente concurren al enclave
decididos a votar por su mejor opción.

Matinée / vermut y noche se arrodilla el candidato
implorando ascenderlo y situarlo en el cenit,
llegado al pináculo del reino, se revierte la función
cínicamente abandona las ofertas ofrecidas.

Pingües cantidades de dinero abunda en el circo
el poder mediático financia, el carnaval
mítines y caravanas es parte del folklore
bombardeando propaganda sacados del montón.

En la febril campaña se vuelven populares
angelitos blancos, fungen los fantoches
ladinos y farsantes, traficantes de ilusión,
                            comprando la conciencia del modesto espectador.

                            Complotan a sus pares con el fin de repuntar
                            simulando ser apóstoles de sabia redención
                            pseudos defensores de la pobreza e inclusión social
                            reparten incentivos, emulando gran bondad.


Contra sus principios se atreven a corear
y slogans intentando impresionar
fijan metas en sus planes y programas
siendo el objetivo, aumentar su inversión.

Los votantes reinciden en su craso error
susceptibles a la amnesia y al perdón;
fango de mentiras de la mafia quinquenal
experiencia humana que deviene en maldición.

La historia nos ilustra una gran lección
que no se debe conciliar con el enemigo principal
dialéctica que se cumple en cada fase electoral
casuística engorrosa que se debe desterrar.

Los políticos carecen de ética y moral
la demagogia y dogmatismo es método fatal
los mandraches lo emplean para estafar a su redil
solo siembran en sus huestes magra decepción.

Los fanáticos creyentes deben sopesar y escarmentar
rechazando en el futuro el fanatismo y vanidad
jamás mirarse en los espejos de ilusión
no venderse, ni empeñarse en manos de un truhán.

LA CRISIS según ALBERT EINSTEIN



No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo.

La crisis es la mejor bendición que puede  sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.

La creatividad surge de la ANGUSTIA, como el día nace de la noche oscura.

Es en la crisis que nace en la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.

Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar “superado”.

Quien  atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.

El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y las soluciones.

Sin crisis, no hay desafíos; sin desafíos, la vida es una rutina, una lenta agonía.

Sin crisis, no hay mérito. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin ella todo viento es caricia.

Hablar de crisis  es promoverla, y callar en  la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro.

Acabemos de una vez con la crisis amenazadora que es la TRAGEDIA de no querer luchar por superarla.

                                   Albert Einstein, Premio Nobel de Física 1921.

DOMINGO : DÍA FESTIVO POR....



DE "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"

OH DIOS,
protégeme siempre,
en mi trabajo,
en mis palabras,
en los pensamientos de mi corazón.
Ten misericordia de mí, 
en este mundo y en el otro.

Oh Dios, ten misericordia
de mí, pues he pecado 
contra Tí, mortal como soy.
Dulce y gentil Maestro,
perdóname.

Oh Dios, no me escondas
tu rostro cuando voy a Tí.
No te apartes de mí cuando
sentencias nuestra vida,
la vida que hemos vivido
abiertamente
y la vida que ha sido
nuestra en lo secreto.

Oh Dios,, no permitas
la deslealtad.
Que el enemigo
no encuentre nada en mí
que pueda llamar suyo.
Oh Dios, afila mi voluntad:
que sea la espada
que separe de mi corazón 
toda idea pecadora.

Oh Dios, así como calmas
el mar con una palabra,
haz salir las malas pasiones
de mi naturaleza pecadora.

Dair al-ABYAD

TRES TEMAS DE REFLEXIÓN

SEGUIR LA tradición significa dar voz y voto a la más nebulosa de las clases sociales : la de nuestros antepasados. Es la democracia de los muertos. La tradición se resiste a rendirse ante la arrogante oligarquía de aquellos de aquellos cuyo único mérito consiste en estar entre los vivos.
-G. K. Chesterton


CUANDO ERA pequeño, mi madre me enseñó a no llevar nunca el ayer a cuestas. Cualquier cosa que hay sucedido, no tiene hoy ninguna importancia, pues fue del ayer, ya muerto. Recuerdo exactamente sus palabras : “Ya no puedes hacer nada para modificar lo que sucedió ayer. Si adquieres el hábito de llevar el ayer sobre la espalda, cuando cumplas 21 años estarás más encorvado que un anciano”.
-Danny Thomas


Gerry Carr, astronauta de la tripulación del Skylab 4, relata así la impresión que recibió mientras contemplaba la Tierra desde el espacio exterior:
Observaba el horizonte de nuestro planeta y admiraba su atmósfera. Es muy hermosa: azul y blanca, con tonos dorados y anaranjados. Y es muy delgada y frágil. Aquella capa atmosférica es lo que hace habitable la superficie terrestre, pero no es más gruesa que la cáscara de una naranja… no; mucho más fina: como la de una manzana. No hay manera de explicar con cuánta claridad se puede apreciar desde el espacio la fragilidad de la Tierra. Es preciso haber estado allá arriba para saberlo.
-Molly IVINS, en el suplemento dominical del Times de Nueva York


GOLDA MEIR, TENAZ MINISTRA DE ISRAEL / David REED


Nacida en Rusia y criada en los Estados Unidos, esta formidable mujer rigió los destinos de la nación cuya existencia es manzana de discordia entre las dos superpotencias.
   HA VIVIDO más de los setenta años consagrados por la Biblia y por tanto esta mujer es una anciana. Arquetipo de la madre hebrea, se preocupa de la suerte de sus hijos, ya adultos, está encantada de sus cinco nietos, y ella misma prepara el pescado relleno y la sopa de gallina típicos de la cocina judía. Pero Golda Meir es también la Primera Ministra de Israel, y en ese cargo ha demostrado ser uno de los gobernantes más hábiles y tenaces del mundo contemporáneo.
   Golda (en Israel nadie la llama nunca la señora Meir) ocupa uno de los cargos más difíciles del mundo. Si bien los tres millones de judíos de Israel sólo han sabido de la guerra, o de una constante amenaza de ella, desde que tal Estado se estableció en 1948, a la situación se ha agregado un nuevo elemento, en extremo peligroso: la Unión Soviética ha venido montando una formidable maquinaria bélica en Egipto. Así envalentonados, los egipcios amenazan con una nueva guerra contra Israel si no se retira de los territorios árabes que ocupó en 1967. Hace ya varios meses se inició una campaña diplomática a fin de lograr un acuerdo entre árabes y judíos, pero los problemas que lo estorban son inmensos y por tanto la consecución de una paz verdadera está más lejos que nunca.
   El gobernante de férrea voluntad que Israel necesita en esta hora crítica, ha encarnado en eta mujer de 73 años de edad. Los árabes, como otros críticos, acusan a Golda de ser inflexiblemente obstinada. Sus admiradores prefieren calificarla de “tenaz”. Al nombrarla ministra de Relaciones Extranjeras en 1956, David Ben-Gurion, el entonces primer ministro, declaró con orgullo que Golda era “el único hombre” con que contaba en su gabinete.
   En la actualidad Golda goza de un apoyo fantástico por parte del pueblo de Israelí. Israel es centro de constantes disputas políticas, pues en el Knesset, o Parlamento, compuesto de 120 miembros, están representados 13 partidos, y no obstante, las encuestas públicas muestran una y otra vez que el 75 por ciento de la población está de acuerdo con la política seguida por Golda. Una de las razones de que tenga tanto prestigio es que pocos son los israelíes que puedan concordar que haya habido algún día en que Golda no figurase en la escena pública, pues lleva ya más de 40 años de tener parte activa en la política. Su sencilla y práctica actitud en cuanto a los problemas nacionales se reduce a decidir si algo conviene o no a los judíos. Al tratar de transigir con los árabes, cierta vez Golda comentó: “Nosotros nos proponemos seguir viviendo. Los  árabes nos quieren ver muertos. Una cuestión así no deja lugar a transacción alguna”.
   Ministerio de cocina. Golda en su calidad de Primer Ministro, preside las reuniones de un gabinete constituido exclusivamente por varones, lo cual cumple en forma muy parecida a la de una maestra de escuela al tratar con un grupo de alumnos indóciles. Cuando los ministros charlan entre ellos, Golda, impaciente, golpea la mesa con los nudillos. En una ocasión le indicó a uno de los miembros del gabinete que dejara el diario que estaba leyendo. “!No estamos en una sala de lectura!” le dijo bastante bruscamente.
   No obstante, Golda sabe mostrarse tan suave como el terciopelo. Cuando era ministra de Relaciones Extranjeras, le solicitó audiencia una mujer que había perdido a sus hijos en la guerra de 1956. La secretaria de Golda le dijo a la visitante que no podría hablar con la ministra más de diez minutos; pero una vez en el despacho de esta, la pobre mujer sacó una Biblia y se puso a leer en voz alta capítulo tras capítulo del libro sagrado. Golda la escuchó pacientemente, con la cabeza inclinada, durante más de una hora, mientras en la sala de espera se aglomeraban los visitantes. Al cabo de ese tiempo, Golda abrazó a la mujer y le dio las gracias por su visita.
   Golda sigue un programa de trabajo que agotaría a muchas personas de menor edad que ella. Se levanta a las 7 de la mañana y trabaja hasta la una o las dos de la madrugada siguiente. Administra los asuntos gubernamentales no sólo desde su despacho, sino también desde la cocina de su casa. A menudo los ministros del gabinete y muchos funcionarios de importancia pasan por la residencia oficial de la Primera Ministra, a horas avanzadas de la noche, para tomar con ella una taza de café y unos emparedados… los cuales prepara ella misma, ya que no tiene criados que vivan allí.
   Invariablemente Golda lava los platos antes de retirarse a descansar, pues no puede pensar siquiera en dejar esa tarea para la mañana siguiente. Con frecuencia interrumpe el poco sueño que logra conciliar los urgentes despachos que recibe por teléfono desde los diversos centros militares o las embajadas de Israel en todo el mundo. Cierta vez uno de sus ayudantes le aconsejó que tomara unas vacaciones. “¿Por qué?” le preguntó Golda. “¿Cree usted que esté cansada?” Su ayudante contestó: “No, usted no, pero yo sí”. “Entonces, las vacaciones debe tomarlas usted”, concluyó Golda.
   El desempeño de Golda resulta aún más notable si se considera el estado de su salud. Aunque parece haber cobrado mayor vigor desde que la designaron Primera Ministra, hace ya varios decenios que los médicos le recomiendan que no trabaje tanto. En diversas épocas ha padecido de cálculos en el riñón, inflamación en la vejiga, pulmonía, jaquecas, flebitis y de un agotamiento total. Con espanto de amigos y familiares, Golda fuma de 60 a 80 cigarrillos al día. Por haberse fracturado una pierna en un accidente automovilístico, ocurrido hace cerca de 25 años, la Primera Ministra calza zapatos ortopédicos. Alguna vez le preguntaron por su estado de salud, y repuso: “No tengo nada serio. Apenas un leve cáncer por aquí, algo de tuberculosis por allá”
   Tierra prometida. Golda nació el 3 de mayo de 1898 en Kiev, capital de Ucrania, en la Rusia de los zares. A pesar de que su padre, Moshe Mabovitch, era un ebanista muy hábil, la familia pasaba grandes privaciones. Por añadidura, era víctima de una intensa persecución religiosa, y Golda conoció, durante su infancia, muchos terribles incidentes. Recuerda cuando un hombre se acercó a ella y otra niña que la acompañaba, les cogió las cabezas y se las golpeó una contra la otra, a la vez que les decía: “Esto es lo que les haremos a todos los judíos. Les romperemos la cabeza y acabaremos con ellos”.
   Por toda Rusia había judíos que, si conseguían reunir el dinero para el pasaje, abandonaban el país para dirigirse a los Estados Unidos. Moshe Mabovitch se embarcó rumbo a Nueva York en 1903, dejando en Ucrania a su esposa y a sus tres hijas: Shana, la primogénita, que vive actualmente en Israel; Golda, la segunda; y Zipporah, quien hoy radica en los Estados Unidos. Cuando Golda tenía ocho años, Moshe hizo que su familia se reuniera con él, pues había encontrado trabajo como obrero ferroviario en Milwaukee. Para los Mabovitch, los Estados Unidos era una tierra de promisión donde encontrarían la libertad.
   Sin embargo, para los Mabovitch la vida no fue fácil. La madre de Golda abrió una modesta abacería para ayudar en los gastos, y la familia vivía en dos habitaciones de la parte trasera. Si la capacidad de trabajo de Golda es hoy motivo de asombro, esa capacidad tiene su sencilla explicación en la circunstancia de que Golda no ha conocido otra cosa en toda su vida. Tenía que abrir la tienda a hora temprana de la mañana y estar allí hasta que su madre regresaba del mercado mayorista con las compras del día. Después de la escuela volvía detrás del mostrador. Cuenta Golda: “Nunca tuve oportunidad de que el ocio me echara a perder”.
   Después de asistir a la escuela normal y de enseñar durante algún tiempo en una escuela hebrea de Milwaukee, Golda resolvió emigrar a Palestina y allí cooperar en el establecimiento de una patria para los judíos. Su resolución se confirmó después de escuchar un inspirado discurso del joven David Ben-Gurion, que entonces visitaba la ciudad de Milwaukee. Pero esto sucedía en plena primera guerra mundial, y Golda tuvo que esperar. En el ínterin contrajo matrimonio, a los 19 años de edad, con Morris Meyerson, joven inmigrante judío ruso que difícilmente se ganaba la vida como pintor de letreros. Morris se oponía a trasladarse a Palestina, pero la idea de Golda prevaleció, y la pareja acabó por partir de Nueva York en 1921.
   Para edificar una nación. Los Meyerson se instalaron por fin en un apartamento miserable, en Jerusalén. Allí nacieron sus dos hijos: Menachen, hoy violonchelista de profesión, y Sarah, que vive con su marido en una Kibutz en Israel.
   Esa situación impacientaba a Golda, quien en 1928 optó por aceptar un empleo de turno completo como secretaria del Consejo Femenino del Trabajo. No tardó en convertirse en uno de los líderes más destacados de la Histadrut, federación de trabajadores que también hacía las veces de agencia colonizadora, adiestrando y estableciendo a los inmigrantes judíos, que llegaban a Palestina cada vez en mayor número. Pero estas actividades resultaron perjudiciales para su vida privada, y con el tiempo Golda y Morris se separaron. Él falleció en Israel en 1951.
   En 1947 las Naciones Unidas votaron por dividir a Palestina, un año más tarde, en dos Estados: uno judío, y el otro, árabe. Los árabes se dispusieron a hacer la guerra a los judíos; entonces le dieron a Golda la comisión de trasladarse a los Estados Unidos y reunir dinero entre los judíos norteamericanos, para comprar armas. Los dirigentes judíos de Palestina calculaban que, en el mejor de los casos, Golda podría conseguir en los Estados Unidos siete millones de dólares. Golda, sin embargo, recorrió ese país diligentemente durante dos meses y medio, hablando en diversas reuniones hasta dos y tres veces al día, y alcanzó a colectar, con asombro de todos, 50 millones de dólares. Cuando Golda regresó a Palestina, Ben-Gurion comentó: “Algún día se dirá que una mujer judía obtuvo el dinero que hizo posible la fundación del Estado”.
   El Estado de Israel se proclamó el 14 de mayo de 1948, y Golda, que lloraba de gozo, fue uno de los 37 signatarios de la Declaración de Independencia.
   Éxodo. Ese mismo año, Ben-Gurion, que fue jefe del Gobierno provisional de Israel, y más tarde Primer Ministro, envió a Golda a la Unión Soviética como representante diplomático, el primero que nombraba Israel. A los siete meses, Ben-Gurion la hizo volver a Rusia para nombrarla ministra del Trabajo. Durante los siete años que desempeñó ese cargo, Golda causó profundo efecto en Israel. Encargada de las obras públicas y de resolver los problemas de la vivienda, así como las cuestiones laborales, en días en que 700.000 judíos (la mayoría sin dinero) llegaban a Israel y así doblaban la población del nuevo Estado, Golda acometió urgentes programas de construcción de caminos y otras obras de utilidad pública. Organizó el adiestramiento, sobre la marcha, de trabajadores para el campo y las industrias, y veló que se construyeran viviendas con la máxima rapidez posible para sacar de tiendas y tabucos a los inmigrantes. Desde entonces, el número de estos ha llegado a más de 1,250.000, y, como Golda lo hace notar complacida, ninguna familia carece de habitación, ningún niño se queda sin escuela.
   En vísperas de la guerra de 1956 contra Egipto, Ben-Gurion nombró a Golda ministra de Relaciones Extranjeras. (También a petición de Ben-Gurion, Golda cambió su apellido de Meyerson por el más hebráico de Meir). Golda permaneció en ese cargo hasta 1965, cuando, al cumplir 67 años, dimitió, alegando que le hacía falta un descanso.
   En el crisol. Pero poco tiempo sus colegas la convencieron para que ocupara el puesto de secretaria general del partido laborista, el más fuerte de Israel. Con notable habilidad Golda incrementó la fuerza del partido al hacer volver a sus filas a dos facciones hostiles. Finalmente, al alcanzar la edad de 70 años, Golda renunció a su puesto en aquel organismo y volvió a su apartamento, situado en un suburbio de Tel Aviv, declarando: “Ahora podré dedicarme a leer unos cuantos libros buenos”
   Ese paso podría haber constituido el epílogo de una carrera tan activa como larga de no ser por la muerte, a principios de 1969, de Levi Eshkol, el primer ministro. Los dirigentes del partido laborista, temerosos de que surgiera una escisión en el seno de la agrupación a consecuencia de una lucha entre Moshe Dayan, ministro de Defensa, y el primer ministro suplente Yigal Allon, llegaron a la conclusión de que sólo había una persona que fuera aceptable para todas las facciones políticas a la vez que para el público. Así pues, se arrancó a Golda de su retiro para designarla primera ministra interina. En octubre siguiente la eligieron para que ocupase el cargo durante un período de cuatro años. En contestación a quienes murmuraban que era demasiado vieja, Golda tronó: “El haber cumplido los 70 años no es ningún pecado”. Y añadió: “No es tampoco ningún placer”.
   Una semana después de que Golda tomó posesión de su cargo, Nasser emprendió una “guerra de desgaste” bombardeando la ribera oriental del Canal de Suez. Más adelante, en el mismo año, Golda efectuó su primera visita a los Estados Unidos con su carácter de Primera Ministra de Israel. El año siguiente, como fruto de esa visita, los norteamericanos enviaron a Israel, entre otros elementos bélicos, buen número de Phantoms, aviones jet de bombardeo y combate, y el Congreso estadounidense le aprobó un crédito de 500 millones de dólares para la compra de armas.
   ¿A dónde irá ahora Israel? Tal es el más grave interrogante a que se enfrentan Golda y todos los israelíes. Su país pasa actualmente por una auge económico y a ninguno le falta el trabajo. Sin embargo, las perspectivas para el futuro, consideradas a largo plazo, son menos tranquilizadoras. Aunque en agosto de 1970, a instancias de los norteamericanos, Israel y Egipto convinieron en una tregua, los diplomáticos advierten que probablemente pase mucho tiempo para llegar a un arreglo permanente de la crisis del Oriente Medio.
   Pero Israel nació para la guerra y toda una generación de israelíes casi no ha conocido otra cosa que la guerra. Golda, como su pueblo, está resuelta a capear la tormenta, suceda lo que suceda. Haciéndose eco de una broma que corre entre los israelíes, la Primera Ministra comenta: “Nosotros los judíos tenemos, en nuestra lucha contra los árabes, un arma secreta: no tenemos otro lugar adonde ir”.

EL PODER DE LA PALABRA / Michael OLIVER


Algunos libretos, vistos en frío y sobre el papel, pueden parecer ridículos. Pero, como demuestra Oliver, el arte del libretista es tan grande como el del dramaturgo.
¿Qué hace que un libreto sea bueno?
Un cínico podría responder con la vieja máxima de que si cualquier cosa es lo suficientemente estúpida como para ser dicha, debe ser cantada, añadiendo sin duda que muy pocas de las grandes óperas tienen libretos atractivos.
Tomemos como ejemplo Il trovatore , dos rivales en el amor que no saben que son hermanos; una vieja loca gitana que tira al niño equivocado al fuego. Absurdo. De hecho, el libreto de Il trovatore se adapta perfectamente a su propósito, una máquina perfectamente construida para atraer emociones irreconciliables hacia un conflicto violento: una máquina de fabricar pretextos para arias. Ni más ni menos que lo que Verdi quería y necesitaba. Un buen libreto es aquél que inspira al compositor la creación de su mejor música. Sin la música se encuentra incompleto, y criticar un libreto sin tener en cuenta la música es como condenar una receta sin haber probado el plato. La mayor parte de los libretos se basan en un argumento preexistente, sea histórico, mítico, una obra de teatro o una novela. Si queremos escribir una ópera basada en Shakespeare o Dickens, lo primero que tenemos que hacer es desechar la mayor parte de la obra. En el caso de un drama por lo menos la mitad, probablemente dos tercios: lleva mucho más tiempo cantar una palabra que decirla; por ello es absurdo quejarse de que Otello o Falstaff de Verdi son abreviaciones microscópicas de Shakespeare. Lo más seguro es que el Otello de Verdi sea igual de largo que el de Shakespeare, a pesar de haber desechado buena parte de su argumento y casi toda su poesía, mientras Falstaff no sólo destila la auténtica esencia de Las alegres comadres de Windsor, sino que además incluye aspectos de Enrique IV e incluso de El sueño de una noche de verano.
Verdi era un genio, por supuesto, pero nunca habría sido capaz de componer una ópera si la inspiración desinteresada e inteligente de un gran libretista, Arrigo Boito (desinteresada porque, siendo él mismo compositor, brindó a Verdi un tiempo que podría haber dedicado a sus propias óperas). Por cierto, que el lenguaje de los libretos es bastante poco propio de Shakespeare: el aria de Yago borracho, en el acto I de Otello, comienza, en una traducción literal, con las palabras: “Regad vuestras campanilla”, y la segunda estrofa: “El que ha mordido el cebo del ditirambo”. Pero es obvio que a Verdi le encantaban estas frases “gradilocuentes”, y con música suenan grandilocuentes. Ocurre con frecuencia que el sonido del libreto es más importante que su sentido.
Lento, fatigoso, pero perfecto
Y lo mismo ocurre con su ritmo. El discurso normal se desarrolla a un ritmo irregular; como norma general la música, al menos hasta este siglo, no. Por eso, la mayor parte de los libretos están en verso. Los compositores necesitan metros perfectamente cortados para su propósito. En los libretos italianos uno de los más utilizados es el quinario, un verso de sólo cinco sílabas en el que la última se suprime cada dos o cada cuatro versos. Suena lento y fatigoso, pero “Voi che sapete” de Cherubino en Fígaro de Mozart y “Di quella pira” de Manrico en Il trovatore sólo dos de los cientos de usos que los compositores pueden darle.
Un libretista debe escribir palabras, pero pensando en la música. De hecho, el libretista debe escribir deliberadamente algo incompleto, inacabado, dejando espacio para todo aquello que la música puede expresar mejor que las palabras. Y no debe componer de forma tan perfecta que la música no puede añadir nada a la letra. Los libretos que se pueden leer con placer, como si fuesen obras literarias comedidas, son raros. No son muchos los grandes poetas y dramaturgos que han escrito libretos, pero eso no significa que los libretistas favoritos de Verdi, como Francesco Maria Piave, eran magníficos profesionales del teatro (la escenificación y la producción eran parte de su trabajo), virtuosos de metros especiales y del vocabulario, también especial, necesario para los libretos. Este idioma “libretesco” se presta con facilidad a la parodia. “!Bronce fatal! Tiéndeme tu diestra o blande el acero” es una forma circunspecta de decir “ha llegado la hora. seamos amigos o saca la espada"” pero se trata de un lenguaje convencional, emocionalmente directo y rápidamente comprensible cuando se canta. Un libretista del calibre de Piave escribía las frases de forma que se fundían con la música formando un único gesto. Piave tenía la versatilidad suficiente para adaptar una versión de El rey se divierte de Víctor Hugo capaz de mantener su dramatismo y satisfacer a los puntillosos censores italianos de la época (o, en cualquier caso, a la mayor parte de ellos) en Rigoletto, y casi simultáneamente producir un drama realista de la vida moderna también inspirándose en fuentes francesas, sin precedentes en la ópera italiana : La traviata.
W.H. Auden: “El mejor libretista
Cuando Auden, en su época quizá el mejor poeta en lengua inglesa, fue requerido por Stravinsky para escribir un libreto basado en la famosa serie pictórica de Hogarth The rake’ s progress, (La carrera del libertino) no consideró el trabajo demasiado modesto. Dijo que era el más alto honor que había recibido. Stravinsky, a su vez, describió el trabajo de Auden y su amigo Chester Kallman como el mejor libreto, desde los de Lorenzo da Ponte para las tres grandes comedias de Mozart. Auden y Kallman observaron todas las reglas para hacer un buen libreto, pero añadieron otro elemento diseñado especialmente para Stravinsky, que se encontraba en la última fase de su etapa llamada “neoclásica” y era un maestro en el arte de sugerir la música anterior sin imitarla ni descender al mero pastiche. Sus libretistas tachonaron la obra de ingeniosas provocaciones para referirse a Purcell, Mozart, Rossini y Verdi, todos ellos compositores adorados por Stravinsky y que habían alimentado su ambición de componer una ópera. Para el sector más adusto de la crítica, Stravinsky estaba negando el presente y volviendo la espalda al futuro. Pero de hecho estaba disfrutando enormemente, jugando a juegos modernos –si no decididamente posmodernos- en un museo imaginario de su invención. Pero sin el libreto de un genio le habría sido imposible.
AUDIOCLÁSICA

¿CUÁNDO EL HOMBRE SE VOLVERÁ HOMBRE? Ezio Flavio BAZZO


   CUANDO ya no confunda… Egoísmo con altruismo. Brutalidad con virilidad. Esclavitud con amor. Servilismo con bondad.
   Cuando ya no confunda… Intoxicación con nutrición. Delicadeza con homosexualidad. Sabiduría con erudición. Vida con existencia.
   Cuando ya no sea guiado por el miedo… la envidia, ni por el eterno sentimiento de inferioridad.
   El “hombre” sólo será hombre cuando tome conciencia de su inocencia, conciencia de su pobre vanidad y de su inteligencia delante del universo.
   Cuando abandone a su dios-tirano-verdugo y se entregue al dios puro y sencillo que no sabe castigar un insecto.
   Cuando aprenda a volorizar más el amor entre él y una mujer, que el inútil certificado de matrimonio.
   Cuando engendre hijos para amarlos y no para adquirir seguridad.
   Cuando haga del dinero un medio y no un fin.
   Cuando aprenda a diferenciar la educación de la domesticación. La moral de la represión. El arte de la técnica. La ternura de la franqueza. El orgasmo de la eyaculación.
   Un “hombre” sólo será hombre cuando pueda estar consigo mismo y cuando el saber lo lleve a traspasar las máscaras extrañas.
   Cuando las lágrimas sean aceptadas y la sensibilidad tratada en clínicas; cuando el cuerpo sea fuerte y ágil y la ignorancia no encuentre más refugio en la tierra.
   El “hombre” sólo será hombre cuando mire en los ojos de los otros y tenga en la mujer, el más sólido pilar de existencia; en la naturaleza a su guía; en la muerte, a la transformación permanente.
   Cuando pueda cambiar el alcohol y la heroína por un grito de autoaceptación y cuando la voz sea serena en vez de gritada e histérica.
   Cuando el sexo no sea sólo gentileza, sino sensualidad, espiritualidad, amistad, pureza y respeto profundo… Y cuando la desnudez humana sea tan hermosa como la desnudez de  los follajes.
   Cuando los hijos no sean sometidos a las neurosis paternas, ni las creencias sean enfermedades de las religiones.
   Cuando la mentira vaya dejando lugar a la realidad mutativa de los hechos.
   Cuando el caminar sea libre y seguro y cuando la cantidad pierda el trono por la calidad.
   Cuando el “hombre”  pueda permanecer solo con una mujer sin sentir el neurótico deseo de copular con ella.
   Cuando los delincuentes reciban afecto y no más calabozos infectos.
   Cuando los profesores sean sustituidos por maestros y cuando el “Yo” sea maestro del “yo”.
   Cuando el “hombre” porte libros en lugar de pistolas; una expresión sobria en vez de máscaras sonrientes.
   Cuando el “hombre” baile música de Strauss, en vez de marchar a guerras estúpidas y masacres salvajes.
   Cuando el “hombre” sustituya los bares por  bibliotecas; los estadios por casas de amor; los casinos por reuniones científicas.
   En fin; cuando el “hombre” sienta que todo pasa y que todo vuelve; que el centro de todas las cosas está aquí y allá… Entonces, él dejará de ser lo que es y entenderá tanto la vida como la existencia.
-Ezio Flavio Bazzo (Brasilia-Brasil)

"VERSOS POR ESPIGAR" : VERDADES OCULTAS / Javier CALDERÓN


VERDADES OCULTAS (9-setiembre-2012)

Conjura el insomnio y la vigilia
haciendo mella en el taciturno ego,
vitales soplos que huyen sagazmente
mitigando febriles rastros de voces delirantes.

Crepitan las estrellas en la bóveda celeste,
luengos laberintos que trastoca el alma,
raudos sentimientos que vuelan presurosos
misteriosas flamas que culminan explotando.

En el remanso de un lánguido estanque
boga la barquilla contra la marea
cauce que origina escarceo rotativo
con ritmo cadencioso de ondas musicales.

Se evidencia en el árido desierto
legendarios bosques de tupidos pasos
ígneos fragmentos que asolan huellas,
potencial que arde en el azul maravilloso.

He osado otear en la tórrida ventana
el perceptible vuelo de los tiempos milenarios
el roce de los iones bloquean los peldaños
fraguando la corriente de los rayos vaporosos

Los errantes siglos han copado el orbe
ocultando adrede las verdades sacrosantas
tratando de eclipsar las fácticas virtudes
bajo el manto nebuloso de lírico tormento.

El mundo es eterno e infinita la razón
bellas cualidades que navegan en bajel,
sempiterna esencia, creación de Dios
excelsa fuerza de centro universal.

FRANCISCO DE ASÍS Y FRANCISCO DE ROMA / Leonadro BOFF

ENTRADAS PARA ABRIL
                                       DESDE QUE  el obispo electo, y por eso Papa, asumió el nombre de Francisco, se hace inevitable la comparación entre los dos Franciscos, el de Asís y el de Roma. Además, el Francisco de Roma se remitió explícitamente a Francisco de Asís. Evidentemente no se trata de mimetismo, sino de constatar puntos de inspiración que nos indiquen el estilo que el Francisco de Roma quiere conferir a la dirección de la Iglesia universal.
   Hay un punto común innegable : la crisis de la institución eclesiástica. El joven Francisco dice haber oído una voz venida del Crucifijo de San Damián que le decía : "Francisco repara mi  Iglesia porque está en ruinas". Giotto lo representó bien, mostrando a Francisco soportando sobre sus hombros el pesado edificio de la Iglesia.

   Nosotros vivimos también una grave crisis por causa de los escándalos internos de la propia institución eclesiástica. Se ha oído el clamor universal ("la voz del pueblo es la voz de Dios") : "reparen la Iglesia que se encuentra en ruinas en su moralidad y su credibilidad". Y se ha confiado a un cardenal de la periferia del mundo, a Bergoglio, de Buenos Aires, la misión de restaurar, como Papa, la Iglesia a la luz de Francisco de Asís.

   En el tiempo de san Francisco de Asís triunfaba el Papa Inocencio III (1198-1216) que se presentaba como "el representante de Cristo". Con él se alcanzó el grado supremo de secularización de la institución eclesiástica con intereses explícitos de "dominium mundi", de dominación del mundo. Efectivamente, por un momento, prácticamente toda Europa hasta Rusia estaba sometida al Papa. Se vivía en la mayor pompa y gloria. En 1210, con muchas dudas, Inocencio III reconoció el camino de pobreza de Francisco de Asís. La crisis era teológica, pues una Iglesia-imperio temporal y sacral contradecía todo lo que Jesús quería.

   Francisco vivió la antítesis del proyecto imperial de Iglesia. Al evangelio de poder, presentó el poder del Evangelio : en el despojamiento total, en la pobreza radical y en la extrema sencillez. No se situó en el marco clerical ni monacal, sino que como laico se orientó por el evangelio vivido al pie de la letra en las periferias de las ciudades, donde están los pobres y los leprosos, y en medio de la naturaleza, viviendo una hermandad cósmica con todos los seres. Desde la periferia habló al centro, pidiendo conversión. Sin hacer una crítica explícita, inició una gran reforma a partir de abajo pero sin romper con Roma. Nos encontramos con un genio cristiano de seductora humanidad y de fascinante ternura y cuidado que puso al descubierto lo mejor de nuestra humanidad.

   Estimo que esta estrategia debe haber impresionado a Francisco de Roma. Hay que reformar la Curia y los hábitos clericales de toda la Iglesia. Pero no hay que crear una ruptura que desgarraría el cuerpo de la cristiandad.

   Otro punto que seguramente habrá inspirado a Francisco de Roma : la centralidad que Francisco de Asís otorgó a los pobres. No organizó ninguna obra para los pobres, sino que vivió con los pobres y como los pobres. Francisco de Roma, desde que lo conocemos, vive repitiendo que el problema de los pobres no se resuelve sin la participación de los pobres, no por la filantropía sino por la justicia social. Ésta disminuye las desigualdades que castigan a América Latina y, en general, al mundo entero.

   El tercer punto de inspiración es de gran actualidad : cómo relacionarnos con la Madre Tierra y con los bienes y servicios escasos. En la alocución inaugural de su entronización, Francisco de Roma usó más 8 veces la palabra cuidado. es la ética del cuidado, como yo mismo he insistido fuertemente, la que va a salvar la vida humana y garantizar la vitalidad de los ecosistemas. Francisco de Asís, patrono de la ecología, será el paradigma de una relación respetuosa y fraterna hacia  todos los seres, no encima sino al pie de la naturaleza.

   Francisco de Asís mantuvo con Clara una relación de gran amistad y de verdadero amor. Exaltó a la mujer y a las virtudes considerándolas "damas". Ojalá inspire a Francisco de Roma una relación con las mujeres, que son la mayoría de la Iglesia, no sólo de respeto, sino también dándoles protagonismo en la toma de decisiones sobre los caminos de la fe y de la espiritualidad en el nuevo milenio.

   Por último, Francisco de Asís es, según el filósofo Max Scheler, el prototipo occidental de la razón cordial y emocional. Ella nos hace sensibles a la pasión de los que sufren y a los gritos de la Tierra. Francisco de Roma, a diferencia de Benedicto XVI, expresión de la razón intelectual, es un claro ejemplo de la inteligencia cordial que ama al pueblo, abraza a las personas, besa a los niños y mira amorosamente a las multitudes. Si la razón moderna se amalgama con la sensibilidad del corazón, no será tan difícil cuidar la Casa Común y a los hijos e hijas desheradados, y alimentaremos la convicción muy franciscana de que abrazando cariñosamente al mundo, estamos abrazando a Dios.
- Leonardo BOFF / 29-marzo-13


lunes, 25 de marzo de 2013

EL PAPA QUE PAGA SUS CUENTAS / Leonardo BOFF

25-marzo-2013
lO QUE  convence a las personas no son las prédicas sino las prácticas. Las ideas pueden iluminar, pero los ejemplos son los que atraen y nos ponen marcha. Los ejemplos los entiende todo el mundo. Muchas explicaciones confunden más que aclaran. Las prácticas hablan por sí solas. Lo que ha marcado al nuevo Papa Francisco, ese "que viene del fin del mundo", es decir, fuera de los marcos europeos tan cargados de tradiciones, palacios, espectáculos principescos y disputas internas de poder, son gestos simples, populares, obvios para quien da valor al buen sentido común de la vida. Él está rompiendo los protocolos y mostrando que el poder es siempre una máscara y un teatro, como muy bien puntualizó el sociólogo Peter Berger, aunque se trate de un poder pretendidamente de origen divino.


El Papa Francisco simplemente obedece al mandato de Jesús que explícitamente dijo que los grandes de este mundo y dominan pero "con vosotros no debe ser así; quien quiera ser grande, que sea servidor; quien quiera ser el primero, que sea siervo de todos; pues el Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir"(Mc 10, 43-45). Bien, si Jesús dijo eso, ¿cómo puede el Papa, garante de su mensaje, obrar de otra manera?

Ciertamente con el establecimiento de la monarquía absoluta de los papas, especialmente a partir del segundo milenio, la institución eclesiástica heredó los símbolos del poder imperial romano y de la nobleza feudal: ropas vistosas (como la de los cardenales), oropeles, cruces y anillos de oro y plata y hábitos de palacio. En los grandes conventos religiosos que vienen de la Edad Media se vivía en espacios palaciegos.

En el cuarto en el que me hospedaba, como estudiante, en el convento franciscano de Múnich, que remonta al tiempo de Guillermo de Ockham (siglo XIV), un solo cuadro renacentista de la pared valía algunos miles de euros. ¿Cómo conjugar la pobreza del Nazareno que no tenía donde reposar su cabeza con las mitras, los báculos dorados y las estolas y ropas principescas de los prelados actuales? Honestamente no es posible. Y el pueblo que no es ignorante, sino fino observador, nota esta contradicción. Todo este aparato no tiene que ver con la Tradición de Jesús y de los Apóstoles.

Según algunos periódicos, cuando el secretario del Cónclave quiso poner sobre los hombros del Papa Francisco la "muceta", esa capita ricamente adornada, símbolo del poder papal, se limitó a decir: "El carnaval acabó, guarde esta ropa" Y apareció vestido de blanco, como también acostumbraba vestir dom Helder Cámara, que dejó el palacio colonial de Olinda y fue a vivir bajo un tejado de media agua en la iglesia de las Candelas, en la periferia; como también hizo el cardenal dom Paulo Evaristo Arns, por no hablar de dom Pedro Casaldáliga que vive en una casita pobre, compartiendo el cuarto con algún huésped.

Para mí el gesto más simple, honesto y popular del Papa Francisco fue ir a la residencia donde se había alojado (nunca se alojaba en la grande casa central de los jesuitas en Roma) a pagar la cuenta a razón de 90 euros por día. Entró y él mismo fue a buscar su ropa, hizo su maleta, saludó al personal y se fue. ¿Qué potentado civil, qué opulento millonario, qué famoso artista haría tal cosa? Sería falsear la intención del obispo de Roma querer ver en este gesto, normal para todos nosotros mortales, una intención populista.

¿No hacía lo mismo cuando era cardenal de Buenos Aires e iba a buscar el periódico, hacía la compra, viajaba en metro o en autobús y prefería presentarse como "padre Bergoglio"?

Frei Betto acuñó una expresión que es una gran verdad: "La cabeza piensa desde donde pisan los pies". Efectivamente, si alguien pisa siempre palacios y suntuosas catedrales, acaba pensando según la lógica de los palacios y de las catedrales. Por esta razón, el domingo celebró misa en la capilla de Santa Ana, dentro del Vaticano, que es considerada la parroquia del Papa. Y después salió a saludar a los fieles a la puerta.

Cosa notable y cargada de contenido teológico: no se presentó como Papa, sino como "obispo de Roma". Pidió oraciones no para el Papa emérito Benedicto XVI, sino para el obispo emérito de Roma, Joseph Ratzinger. Con esto retomó la más primordial tradición de la Iglesia, la de considerar al obispo de Roma "el primero entre sus pares". Por estar Pedro y Pablo sepultados en ella, adquirió especial preeminencia. Pero ese poder simbólico y espiritual era ejercido en el estilo de la caridad y no en forma de poder jurídico sobre las demás Iglesias, como predominó en el segundo milenio. No me admiraría en absoluto si, como quería Juan Pablo I, resolviese abandonar el Vaticano y fuera a vivir a un sitio sencillo, con un amplio espacio exterior para recibir la visita de los fieles. Los tiempos están maduros para este tipo de revolución en las costumbres papales. Y qué desafío está representando para los demás prelados de la Iglesia vivir la sencillez voluntaria y la sobriedad compartida.
- Leonardo BOFF

domingo, 24 de marzo de 2013

DESIDERATA, PALABRAS DE VIDA / Max EHRMANN


DESIDERATA, PALABRAS DE VIDA. / LA RESURRECCIÓN

Pedro vio el sepulcro, pero no creyó.
Juan vio y creyó porque recordó las palabras de Jesús: "al tercer día resucitaré".
Nosotros poseemos el don de la fe. Creemos con facilidad, pero pasivamente.
Nos hace falta salir de nuestro cenáculo cerrado y lanzarnos a la calle a buscar 
al Jesús que muere y resucita en cada uno de nuestros hermanos.


CAMINA PLÁCIDAMENTE
entre el ruido y la prisa,
y recuerda cuánta paz puede haber en el silencio.

Esfuérzate por vivir en armonía con los demás
SIN RENUNCIAR A TI MISMO.

DÍ TU VERDAD tranquila y claramente; ESCUCHA A LOS OTROS, aunque sean aburridos e ignorantes; ellos también tienen una historia que contar.
Evita a los ruidosos y agresivos, porque ellos alteran el espíritu.

Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso y amargado;
porque siempre HABRÁ PERSONAS MÁS GRANDES Y MÁS PEQUEÑAS QUE TÚ.

DISFRUTA de tus logros así como de tus planes.

AMA TU TRABAJO,  aunque sea humilde; es la única posesión en los caprichosos cambios de los tiempos.

Sé prudente en tus quehaceres, porque el mundo está lleno de trampas.
Pero no por ello dejes de ver la virtud que pueda existir; hay mucha gente que
LUCHA POR HERMOSOS IDEALES, y dondequiera que mires LA VIDA ESTÁ
LLENA DE HEROÍSMO.

SÉ TÚ MISMO.

Sobre todo no disimules tus sentimientos.
TAMPOCO SEAS CÍNICO en el amor; porque cuando aparece la aridez y el desencanto en el rostro, el amor es perenne como la hierba.

Acepta  con serenidad el consejo de los años, renunciando sin reservas a las cosas de juventud.
FORTALECE T ESPÍRITU para que no te destruyan desgracias inesperadas.
Pero no te angusties con oscuros pensamientos. Muchos temores  nacen de la fatiga y la soledad.

Sin olvidar la disciplina,  SÉ  AMABLE contigo mismo.

TÚ ERES UN NIÑO DEL UNBIVERSO no menos que los árboles y las estrellas;
tú tienes derecho a estar aquí.

Y te resulte evidente o no, sin duda EL UNIVERSO SE DESENVUELVE como debe.

Por tanto, MANTÉNTE EN PAZ con Dios, de cualquier modo que lo concibas.
Y sean cuales sean tus trabajos y aspiraciones, aprende en la ruidosa confusión de la vida a estar en paz con tu alma.

Con todas sus falsedades, trabajos y sueños rotos, ÉSTE SIGUE SIENDO UN MUNDO HERMOSO.

SÉ CUIDADOSO. Esfuérzate por ser feliz.-

Sobre Desiderata.
Desiderata es el poema más famoso de Max Ehrmann y lo escribió en 1927. Tres años después de morir, su viuda publicó Desiderata en The Poem of Max Ehrmann junto con otras obras. Pero fue a partir de 1950, cuando surgió la confusión respecto a su autoría: un pastor de Maryland  copió el poema en un folleto que distribuyó entre sus fieles. Junto al texto aparecía la fecha de 1692, año que se fundó la iglesia. Al final, todo el mundo pensó que se trataba de la fecha de creación de Desiderata y que su autor era anónimo. El texto alcanzó enorme popularidad. Fue impreso en libros, pósters y tarjetas en todo el mundo, además de recordado como una canción.

Sin duda Max Ehrmann se hubiese alegrado del significado que han alcanzado sus palabras si tenemos en cuenta que en 1921 escribió en su diario: “Me gustaría, si fuese posible, dejar un modesto regalo, un poco de prosa sencilla que ponga de moda nobles propósitos”.

Desiderata, disfruta de la vida, escucha a tu espíritu, sueña un mundo mejor.
Desde su primera aparición en 1927, el poema Desiderata, con su afirmación por la vida, nos enseña la manera de vivir con dignidad, compasión y fe.