domingo, 28 de abril de 2013

EL PAPA FRANCISCO Y LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN / Leonardo BOFF

                                                 MUCHOS se  han preguntado si el actual Papa Francisco, como proviene de América Latina, es un seguidor de la teología de la liberación. Esta pregunta es irrelevante. Lo importante no es ser de la teología de la liberación sino de la liberación de los oprimidos, de los pobres y de los que sufren injusticia. Y eso lo es con claridad indudable.

   Este ha sido siempre, en realidad, el propósito de la teología de la liberación. Primero viene la liberación concreta del hambre, de la miseria y la degradación moral y de la ruptura con Dios. Esta realidad pertenece a los bienes del Reino de Dios y estaba en los propósitos de Jesús. Después, viene en segundo lugar la reflexión sobre el hecho real: en qué medida se realiza ahí anticipadamente el Reino de Dios y en qué medida el cristianismo, con el capital espiritual heredado de Jesús, puede colaborar, junto con otros grupos comunitarios, en esta liberación necesaria.

   Esta reflexión posterior, llamada teología, puede existir o no existir. Lo decisivo es que ocurra de verdad la liberación.

   Siempre habrá espíritus atentos al grito de los oprimidos y de la Tierra devastada que se preguntarán: con lo que hemos aprendido de Jesús, de los Apóstoles y de la doctrina cristiana de tantos siglos, ¿cómo podemos aportar nuestra contribución al proceso de liberación?  Fue lo que realizó toda una generación de teólogos y teólogas, de laicas y laicos comprometidos, de religiosos y religiosas, de obispos y sacerdotes de los años 60 del siglo pasado, y que continúa hasta nuestros días, porque los pobres no cesan de aumentar y su grito es ya un clamor.

   Pues bien, el Papa Francisco hizo esta opción por los pobres, vivió y vive pobremente en solidaridad con ellos y dijo claramente en una primera de sus intervenciones: "Como me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres". En este sentido, el Papa Francisco está llevando a cabo la intuición primordial de la Teología de la Liberación y secundando su marca registrada: la opción preferencial por los pobres, contra la pobreza y a favor de la vida y la justicia.

   Esta opción no es para él solamente un discurso, sino una opción de vida y de espiritualidad. A causa de los pobres ha caído en desgracia ante la presidenta Cristina Kichner, pues pidió a su gobierno un mayor compromiso político para superar los problemas sociales -analíticamente se llaman desigualdades-, que éticamente representan in justicias y teológicamente son un pecado social que afecta directamente al Dios vivo, que bíblicamente  ha  mostrado estar siempre del lado de los que tienen menos vida y son los pobres y los que sufren injusticia.

   En 1990 Argentina tenía un 4% de personas pobres. Hoy en día, debido a la voracidad del capital nacional e internacional, ascienden a un 30%. Estos no son sólo números. Para una persona sensible y espiritual como el Papa Francisco representa un via crucis de sufrimiento, lágrimas de niños hambrientos y desesperación de padres sin trabajo. Esto me recuerda una frase que Dostoyevski escribió una vez : "Todo el progreso del mundo no vale ante el llanto de un niño hambriento".

   Esta pobreza, ha insistido con firmeza el Papa Francisco, no se supera mediante el asistencialismo, sino a través de políticas públicas de los gobiernos que devuelvan dignidad a los oprimidos y los hagan ciudadanos autónomos y participativos.

   No es importante que el Papa Francisco no use el término "teología de la liberación". Lo importante es que hable y actúe de manera liberadora.
   Es hasta bueno que el Papa no se afilie a cierto tipo de teología, como la de la liberación o cualquier otra. Lo mismo hicieron los dos predecesores con las teologías que estaban en sus cabezas y se presentaban como expresiones del magisterio papal.

   Saben los teólogos e historiadores que la categoría "magisterio" atribuida a los Papas es una creación reciente. Comenzó a ser empleada por los Papas Gregorio XVI (1765-1846) y Pío X (1835-1914) y se volvió común con Pío XII (1876-1958). Antes el "magisterio" estaba formado por doctores en teología y no por los obispos y el Papa. Estos son maestros de la fe. Los teólogos son maestros de la comprensión de la fe. Por lo tanto, a los obispos y a los papas no les toca hacer teología sino testimoniar oficialmente y cuidar la fe cristiana con celo. A los teólogos y teólogas cabe profundizar este testimonio con las herramientas intelectuales que ofrece la cultura presente. Cuando un Papa empieza a hacer teología, como ha sucedido recientemente, se crea una gran confusión en la Iglesia, se pierde la libertad de investigación y se corta el diálogo con otros saberes del mundo.

   Gracias a Dios que el Papa Francisco se presenta explícitamente como pastor y no como doctor y teólogo, aunque fuera de la liberación. Así es más libre para hablar a partir del evangelio, de su inteligencia emocional y espiritual, con el corazón abierto y sensible, en sintonía con el mundo de hoy globalizado. Papa Francisco, ponga la teología en tono menor para que en tono mayor resuene la liberación: consuelo para los oprimidos y llamamiento a la conciencia de los poderosos. Por tanto, menos teología y más libertad.
-Leonardo BOFF / 28-ABRIL-13

viernes, 26 de abril de 2013

" VERSOS POR ESPIGAR" : FIESTA PATRONAL / Javier CALDERÓN ÁVILA


 FIESTA  PATRONAL (2-octubre-2012)

Repentinamente resucitó en mi mente
la delicia gastronómica de un potaje popular
tradicional mixtura que humea en Setiembre/
                            que sacia y deleita el apetito de todo paladar.

El veinte, la Virgen de las Mercedes hace su entrada  triunfal,
                   las liturgias religiosas se cumplen con absoluta devoción;
                   siendo el veinticinco, la tradicional fiesta de Procesión,
                   recorriendo las principales calles / derramando bendición.

El fascinante "cabrito a la norteña" es el plato peculiar,
el "chanchito al horno" y la "patasca excepcional",
surtida y nutritiva panadería, horneada en el lugar,
asentando el arte culinario con el delirante "vino del inca".

El estruendo de los "cohetes", notifica que la feria empezó:
artísticos fuegos pirotécnicos explotan en las noches,
las nocturnas contradanzas desbordan en las calles
al son de las marineras norteñas las parejas zapatean.

Los Mayordomos y Alberos, filántropos anfitriones
oferentes voluntarios, imprimen su excelsa devoción,
a través de los "convites" comprometen la ayuda
y con el apoyo conjunto sufragan el gasto general.

A la cita anual concurren feligreses de todo el país,
presentes en las liturgias religiosas veneran a la imagen,
siendo el núcleo de la fiesta la solemne procesión,
acontecimiento esperado por los fieles y devotos.

La tauromaquia es el número final del programa,
acondicionan el ruedo de arena y de sangre
coso de lidia y de muerte de tenebrosas fieras,
con lo que culmina la feria jubilar salpina.

FRANCISCO DE ROMA Y LA ECOLOGÍA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS : Leonardo BOFF

                                                 QUE UN Papa lleve el nombre de Francisco no puede ser en vano. Además de ser una referencia a otro modo de ser Iglesia, más cercana a la gruta de Belén que a los palacios de Jerusalén, Francisco plantea  un asunto de extrema urgencia hoy en día: la cuestión de la protección  de la vitalidad del planeta Tierra y la garantía del futuro de nuestra civilización. Para este propósito la ecología exterior sola es insuficiente. Tenemos  que amalgamarla con la ecología interior. Eso fue lo que hizo de forma paradigmática san Francisco de Asís.
   Ecología exterior es esa sintonía con los ritmos de la naturaleza y con el proceso cósmico que se realiza en la dialéctica de orden-desorden-interacción-nuevo orden. Esta ecología asegura la perpetuidad del proceso evolutivo que incluye la tierra y la biodiversidad. Pero a nivel humano sólo se produce si hay una contrapartida de nuestro lado, que se deriva de nuestra ecología interior. Por ella, el universo y sus seres están dentro de nosotros en forma de símbolos que hablan de arquetipos que nos guían y de imágenes que habitan nuestra interioridad: materiales con los que continuamente debemos dialogar e integrar.  Si hay violencia en la ecología exterior es señal de que existe turbulencia en nuestra ecología interior y viceversa. No sabemos armonizar las ecologías descritas por F. Guattari y por mí: la ambientalidad, la social, la mental y la integral.
   En su cántico al Hermano Sol san Francisco revela la convivencia de esta dos ecologías. Su extraordinario logro espiritual fue reconciliar el mundo con Dios, el cielo con la Tierra y la vida con la muerte. Para entender toda esta experiencia espiritual es necesario leer el texto más allá de su letra y bajar al nivel simbólico donde los elementos cantados vienen impregnados de emoción y de significado. El contexto existencial se significativo: Francisco está muy enfermo y casi ciego, cuidado por santa Clara en la capilla de San Damián donde ella vivía con sus hermanas. De repente, en plena noche, tiene una especie de exaltación del espíritu, como si estuviese ya en el Reino de los cielos. Radiante de alegría, se levanta, compone un  himno a todas las criaturas, y lo canta con sus cofrades. Celebra los grandes esponsales del "señor hermano Sol" y la "señora Tierra". De estos esponsales nacen todos los seres, dispuestos en pares, masculino y femenino, que según C. G Jung constituyen el arquetipo más universal de la totalidad psíquica: sol-luna, viento-agua, fuego-tierra, totalidad alcanzada en su andadura espiritual.
   El himno contiene dos estrofas más, añadidas por el Poverello. En ellas ya no se canta al cosmos material, sino al cosmos humano que también busca reconciliación: entre el obispo y el alcalde de Asís. Finalmente se reconcilia con la hermana muerte, el complejo más difícil de ser integrado por el aparato psíquico humano. El ser humano se reconcilia con otro ser humano. La vida abraza a la muerte como hermana, portadora de la eternidad.
   La ecología interior integrada por la ecología exterior alcanza en Francisco un intérprete privilegiado. Él es como una finísima cuerda del universo en la cual la más sutil nota musical resuena y se hace oír.
   Nuestra cultura es deudora del padre de san Francisco, Pedro Bernardone, rico comerciante en telas, en busca de riqueza y esplendor. Confiesa el gran historiador inglés Arnold Toynbee:  "Francisco, el mayor de los hombres del Occidente, debe ser imitado por todos nosotros, pues su actitud es la única que puede salvar a la Tierra" (Diario ABC, Madrid, 19/12/1972,10).
   ¿Cuál es nuestro desiderátum? Que Francisco de Roma bajo la inspiración de Francisco de Asís se convierta, por su humildad, pobreza y jovialidad, en un amante de la Madre Tierra y en un defensor de todo tipo de vida, especialmente de la vida más amenazada, que es la de los pobres. Y que suscite esa conciencia en la humanidad. En él están presentes todos los carismas  que lo pueden hacer un faro de referencia ecológica y humanitaria para todo el mundo.
-Leonardo BOFF / 26-abril-13

sábado, 20 de abril de 2013

MENSAJE A LOS HERMANOS HURTADO-CUENCA: Carlos Manuel CALDERÓN ÁVILA

FALLECIMIENTO DE DON FERNANDO HURTADO ULLOA.
                  (30-mayo-1923 / 16-abril-2013)

Con el beneplácito de los hermanos, que han sentido cercanamente las palabras amigables de Carlos Manuel, en una perspectiva de eternidad..., por el "paso" de su padre Fernando, el 16 de abril,  publicamos íntegramente el mensaje recibido.

Miguel,
Marina,
Jesús,
Carlos,
Yolanda:
Queridos amigos!
El 16 me llegó la noticia del fallecimiento de Don Fernando, en un e-mail de Alejandro. Según datos del e-mail, hoy jueves será el sepelio. Aquí les hago presente mi sentido pésame y mi solidaridad. La muerte tiene dos facetas: el adiós, aparentemente definitivo, pero en realidad sólo temporal, y el encuentro definitivo con el Dios de la vida. La muerte en realidad es vida, según el mensaje de la Fe, porque el morir es resucitar con Cristo. Esta fe es el fundamento de la historia personal de Don Fernando. Él ha vivido esta fe que es el constante contacto con lo divino porque sólo así se puede explicar la aceptación de sus vivencias a través de su vida, los años de postración debido a su enfermedad que se interpuso en su vida como un callejón sin salida, su dependencia de los demás, la despedida de su esposa, y las preocupaciones de sus seres queridos. Hacen algunos meses que hablé por teléfono y me preguntó: "¿padrecito, cuándo viene para que bautice a mi cholito?". 
Don Fernando ha sido una persona con energía, con carácter inquebrantable, con dignidad, lealtad y severo, pero justo, con una enorme dosis de humor y con una necesidad vital de compañía y de sociabilidad... Anja Reuter lo recuerda siempre con sus canciones y poesías que la dedicaba a las cuales anteponía a la "gringuita". Él ha sido una persona que ha comprendido la vida con sus durezas y obligaciones, pero también con sus bellezas y sus alegrías. La presencia de ustedes, sus hijos, ha sido para él como elixir para sobrellevar los avatares de su vida. Mariíta (María Fernanda Paredes Paz) ha tenido en la vida de Don Fernando el rol de una Verónica del evangelio y tal vez el de un Simón de Cirene durante su largo Vía Crucis. De esto doy testimonio.
La imagen de Don Fernando proyecta en mí  la imagen del Salmo 1: "Dichoso el hombre... que se recrea en cumplir la ley de Dios y murmura su oración día y noche... Es como el árbol plantado junto al río que da su fruto a tiempo y tiene su follaje siempre verde, porque todo lo que hace prospera" (Salmo 1, 1 y 3). Él ha sido el hombre correcto puesto en el lugar apropiado: "plantado junto al río". Allí, en Cajabamba, en El Porvenir, y últimamente en Trujillo, ha encontrado lo que él ha necesitado, como el árbol aglomera su savia, estimula sus flores, y deja madurar sus frutos, Don Fernando ha construido y conservado con su trabajo lo que su familia ha necesitado. De esto estoy seguro, que ustedes están agradecidos.
El árbol frondoso y sano ofrece en sus ramas lugar para una vida alegre y con buen humor, ahí los pajaritos hacen sus nidos y se sienten en su propia casa y elevan sus cantos. En un árbol frondoso reina la vida, por eso se proyecta hacia los demás y contagia. La señora Reuter me decía: "Don Fernando refleja y contagia la alegría". Como el árbol frondoso nos ha regalado la alegría del vivir con su ejemplo de aceptar la vida como es, con sus limitaciones y su vía crucis. Su fe, su esperanza, su paciencia, su humor personificados en su vivir diario es para nosotros, que lo hemos conocido, un testimonio y un mensaje. Un testimonio de la fuerza de la Fe, y un mensaje para seguir su ejemplo. El árbol frondoso ha caído. Nos queda su recuerdo, pero su ejemplo no muere. El mejor modo de agradecer a su padre por lo que ha dado para ustedes es mantener vivo su recuerdo y seguir su ejemplo.
El próximo domingo 28, celebraré la Eucaristía en memoria de Don Fernando; he invitado a Anja Reuter y las monjitas, en cuya capilla celebro, ya me han dicho que sí es posible.
Ahora estoy mejorando a paso lento de una intervención quirúrgica.

Miguel, Marina, Jesús, Carlos, Yolanda, Alejandro, Enma y nietos y bisnietos, reciban el testimonio de mi amistad y de mi admiración por la vida que se ha apagado y por lo que ustedes han regalado a su papá durante su trajinar en este mundo.  Carlos Manuel / 18-abril-2013 / Alemania.

TEMAS DE REFLEXIÓN

EL ARTE del contentamiento es la facultad de sentir que la vida es grata… al menos un día, o incluso una hora. Las fuentes de tal sentimiento son generalmente las más humildes.
El artista Robert Gibbings fabricó un banco de madera para su jardín, y escribió al respecto : “Entonces me senté en él, y el aroma de la madera recién aserrada se mezcló con el del césped acabado de cortar. Un tordo cantaba en el peral, dos jilgueros hurgaban entre los tulipanes y una mariposa de color amarillo intenso revoloteaba cerca de mí; y comprendí que al Señor le parecieran buenas sus obras”.
Henry David Thoreau, sentado en su choza, cerca del lago de Walden, describía así sus sentimientos al oír la lluvia : “La ligera llovizna que riega mis frijoles y me obliga a permanecer adentro hoy, no es triste ni melancólica, sino buena para mí. Pasé algunas de mis horas más placenteras contemplando largos aguaceros de primavera o de otoño que me tenían recluido en casa, apaciguado por el ruido y el goteo incesantes; cuando el temprano crepúsculo vespertino presagiaba una larga noche, en que muchos pensamientos tenían tiempo de echar raíces y crecer”.

-Edgar Collard, en The Art of Contentment



LOS MÉDICOS modernos aseguran que reír a carcajadas es un magnífico ejercicio. Cuando emitimos una explosiva risotada, afirman, el diafragma desciende mucho y los pulmones se expanden, lo cual aumenta considerablemente la cantidad de oxígeno que entra en ellos. Al mismo tiempo, al dilatarse el diafragma lateralmente, aplica al corazón un suave y rítmico masaje. Este noble órgano reacciona latiendo con más fuerza y mayor rapidez. Se acelera la circulación ; se estimulan el hígado, el estómago, el páncreas, el bazo y la vesícula biliar : todo el organismo recibe un impulso vigorizante. Ello confirma lo que dijo hace de 2000 años el sabio griego Aristóteles acerca de la risa: “Es un ejercicio corporal de inapreciable valor para la salud”.
-Paul Brock, en Manage



LA DEMOCRACIA es el sistema político más frágil y difícil jamás ideado. Su fragilidad estriba precisamente en que es el régimen que más conviene a la condición humana misma, y que permite la mayor libertad para todos los caprichos y emociones, anhelos y necesidades de la persona. La democracia es difícil de realizar porque los hombres y las mujeres son de condición difícil.
-John Rockefeller, nieto

LA PERENNE PASIÓN DE VINCENT VAN GOGH / Por William BIRNIE


A MÁS DE 120 AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE, LA ARDOROSA E INTENSA VISIÓN DEL PINTOR PARECE TOCARNOS EN LO MÁS PROFUNDO.

LA PRIMAVERA del año pasado, una colección de 114 pinturas y dibujos de Vincente van Gogh, que se exhibió durante ocho semanas en el Museo de Broklyn, atrajo la nunca vista cifra de un cuarto de millón de visitantes. Alguien tuvo la idea de preguntar a Thomas Buechner, entonces director del museo, cuál podía ser la razón de que tantos adultos y jóvenes hubieran formado pacientemente en largas filas como para presenciar un campeonato deportivo. Su reflexiva contestación fue: “Porque este artista se ha convertido en una leyenda, y porque su obra está a la altura de esa leyenda”.
   Y explicaba Buechner:  “Meditemos en el drama de van Gogh: Ardiente predicador que se convierte en pintor poco diestro; pinta paisajes serpenteantes que nadie compra; por último se suicida.
   “Meditemos en su impacto histórico: El medio artístico de su tiempo no lo supo reconocer, pero desde entonces casi todo lo que hizo ha sido reconocido, y sus obras se han reproducido probablemente más que las de cualquier otro artista. En suma, ahora comprendemos que sus cuadros son tan emocionantes como su vida, y pintaba tan espontáneamente que nos hace sentir de inmediato su personalidad”.
   Docenas de otros pintores eran mejores dibujantes y coloristas, escogían temas más atractivos (van Gogh pintó varias veces sus zapatos viejos y produjo no menos de 40 autorretratos porque no podía pagar una modelo) y concebían mejores composiciones. Pero todos advertimos que van Gogh, que era todo lo contrario de un académico, volcó su torturado corazón y su alma sobre la tela. Esa entrega es lo que hoy habla directamente al mundo.
   Aunque van Gogh sólo vendió uno entre más de 1600 cuadros y dibujos que produjo –y eso fue en el último año de su vida, a un colega pintor, por el equivalente de 80 dólares- , su Ciprés y árbol florido cambió de dueño en una subasta pública celebrada en febrero de 1970 por 1.300.000 dólares. En este año, cuando el Gobierno de Holanda termine de construir en Amsterdam el Museo Vincente van Gogh, de cuatro pisos, el pintor se sumará a los contados artistas que tienen museos dedicados en exclusiva a su obra.
   Durante su período creador, que sólo duró diez años, Van Gogh envió la mayor parte de su obra a la única persona que creía en él, Theo, su hermano menor, que lo comprendía y protegía. Esas pinturas fueron entregadas recientemente al Gobierno holandés por la Fundación Vincent van Gogh y por el hijo de Theo, actualmente ingeniero jubilado que fue llamado Vincent en honor de su tío, entonces virtualmente desconocido.
   A pesar de que el tocayo de Vincent era un niño muy pequeño, y de las pocas veces que vio al pintor (tenía cerca de un año cuando su propio padre murió), el espíritu de Vincent van Gogh ha saturado su vida, primero a través de lo que le contaba su madre, y luego a través de los cuadros mismos. Uno de sus recuerdos más lejanos es una de las primeras obras maestras de su tío: el sombrío grupo de campesinos sentados a la mesa, titulado Los comedores de papas, que durante años estuvo colgado en el comedor de los van Gogh. El ingeniero escribe de su tío: “Los retratos de Vincent deben su viveza al hecho de que él se consideraba un trabajador, como la gente que pintaba. Ponía cuanto estaba de su parte para descubrir lo que había de noble y digno en su modelo, y expresarlo. El clima que irradia de su obra está hecho de amor a la humanidad, a la vida familiar y a la intimidad con otros.
   “Pintar debe haber sido para él una defensa contra su agitación interna. Era como si quisiera decir a todos : ¡Mirad cuán bello es mi mundo! ¡A mí sólo me preocupa el lado bueno de la humanidad! Dominar su ansiedad le costaba gran esfuerzo de voluntad y una lucha inacabable. Toda su tenacidad le brotaba de lo más profundo, porque el mundo exterior le brindaba muy escaso apoyo. La conmoción que semejante esfuerzo humano produce no conoce límites de tiempo ni de país”.
   El arte y la religión fueron las dos obsesiones generales de van Gogh. Nacido en 1853, primogénito de un pastor protestante holandés, escribía años más tarde: “Hay algo de Rembrandt en el Evangelio, y algo del Evangelio en Rembrandt”. A los 16 años empezó a trabajar para una casa de tratantes de arte, de espíritu conservador, primero en La Haya, y después en Londres y París. Desencantado a los 25 años, en calidad de predicador laico, se dedicó a recorrer una desolada región minera en el sur de Bélgica. La pobreza del lugar lo conmovió de tal forma que empezó a regalar sin más sus alimentos y su ropa. Sus superiores, alarmados, lo despidieron por “exceso de celo”.
   Sólo entonces, a la edad de 27 años, empezó van Gogh a dedicarse a la pintura, que estudió en Bélgica y Holanda. Vivió una temporada con Theo en París, donde compartió ideas y riñas con los principales impresionistas y pos-impresionistas; después se trasladó a Arles, en el sur de Francia, donde produjo algunos de sus mejores cuadros.
   Por desgracia, al cabo de este estallido de energía creadora, van Gogh sufrió también su primer quebranto nervioso, atribuible en parte a su pobreza y agotamiento por exceso de trabajo, y en parte a una disputa con su colega Paul Gauguin, que estaba visitándolo. (Antes de ser hospitalizado, van Gogh se cortó parte de la oreja derecha y la mandó a una prostituta, que se desmayó al abrir el ensangrentado paquetito). Todavía mal de salud, visitó a Theo en la primavera de 1890 y luego se instaló en Auvers-sur-Oise, fuera de París. Ahí en el mes de julio, a los 37 años de edad, se pegó un tiro en el pecho y murió dos días más tarde. Seis meses después también Theo murió y los hermanos yacen hoy uno al lado del otro en lo alto de una colina en Auvers.
   Es posible que ningún otro artista haya expresado con tanta vida las ideas puestas en su obra como van Gogh lo hizo en sus innumerables cartas a Theo y a otras personas. En cierta ocasión escribió: “He andado por esta tierra durante 30 años y quisiera dejar algún recuerdo, por pura gratitud”.
   Hoy el mundo reconoce con gratitud que efectivamente lo dejó.       

FRANK SINATRA : " LA VOZ


    DESDE NUESTRA modesta sección, queremos hacer un pequeño homenaje a una de las voces más personales y con más swing de ayer, hoy y para siempre, fallecido el pasado mes de mayo, Frank Sinatra. Gran sentimental y buen fraseo, un enamorado de la vida y del jazz.
   Francis Albert Sinatra, “Frank”, nació en Hoboken, New Jersey, en 1915. Desde muy pequeño quiso ser cantante, e inició su carrera en las “bodas” de Union Club de Hoboken, pero muy pronto, en 1935, entra a formar parte de la orquesta de Harry Jones;  poco después, en 1940, cambiará a la orquesta de Tommy  Dorsey, una de las mejores del momento.
   A partir de ese instante todo siguió fenomenal, al compartir escenarios con las mejores formaciones y los mejores músicos, como Count Basie, Duke Ellington, Woody Hermen, Quincy Jones o Stan Getz, los cuales le proporcionarán una serie de grabaciones realmente sobresalientes : ejemplos de ello son “ One for my baby” o “Fly me to the moon”.
   Pero no sólo tuvo en la música un papel importante, ya que supo simultanearlo con el cine, donde protagonizó éxito tras éxito.
   Una vida larga llena de experiencias, donde la improvisación tuvo un único límite de 86 años. Todo un lujo. Bien por ti, Frank.
AUDIOCLÁSICA  Nº 22

viernes, 19 de abril de 2013

EL SUEÑO DE UNA CIVILIZACIÓN REALMENTE PLANETARIA / Leonardo BOFF

                                            EL DESAMPARO actual que se ha adueñado de un gran sector de la humanidad se deriva en parte de nuestra incapacidad de soñar y de proyectar utopías. No cualquier utopía, sino aquellas necesarias que pueden transformarse en topías, es decir, en algo que se realiza, aunque imperfectamente, en las condiciones de nuestra historia. En caso contrario, nuestro futuro común, el futuro de la vida y de la civilización, corren graves peligros.
   Tenemos, por lo tanto, que intentar todo para no llegar demasiado tarde al verdadero camino que podrá salvarnos. Ese camino pasa  por el cuidado, por la sostenibilidad, por la responsabilidad colectiva y por un sentido espiritual de la vida.

   Me valgo de las palabras inspiradoras de Oscar Wilde, el conocido escritor irlandés, que dijo acerca de la utopía : "Un mapa del mundo que no incluya la utopía no es digno de ser mirado, pues ignora el único territorio en el que la humanidad siempre atraca, partiendo enseguida hacia una tierra todavía mejor... El progreso es la realización de utopías".

   Pertenece al campo de la utopía proyectar escenarios esperanzadores. Vamos a presentar uno, de Robert Muller, alto funcionario de la ONU durante 40 años, que fue llamado también "ciudadano del mundo"" y "padre de la educación global". Era un hombre de sueños, uno de ellos realizado al crear y ser el primer rector de la Universidad de la Paz, creada en 1980 por la ONU en Costa Rica, único país del mundo que no tiene ejército.

   Él imaginó un nuevo relato del Génesis bíblico : el nacimiento de una civilización realmente planetaria en la cual la especie humana se asume como especie, junto con otras especies, con la misión de garantizar la sostenibilidad de la Tierra y cuidar bien de ella así como de todos los seres que en ella existen. He aquí lo que él llamó el "Nuevo Génesis".
"Y vio Dios que todas las naciones de la Tierra, negras y blancas, pobres y ricas, del Norte y del Sur, del Oriente y del Occidente, de todos los credos, enviaban a sus emisarios a un gran edificio de cristal a orillas del río del Sol Naciente, en la isla de Manhattan, para estudiar juntos, pensar juntos y juntos cuidar del mundo y de todos sus pueblos.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el primer día de la Nueva Era de la Tierra.
Y vio Dios que los saldados de la paz separaba a a los combatientes de las naciones en guerra, que las diferencias se resolvían mediante la negociación y el raciocinio y no por las armas, y que los líderes de las naciones se encontraban, intercambiaban ideas y unían sus corazones, sus mentes, sus almas y sus fuerzas para el beneficio de toda la humanidad.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el segundo día del Planeta de la Paz.
Y vio Dios que los seres humanos amaban a la totalidad de la Creación, las estrellas y el sol, el día y la noche, el aire y los océanos, la tierra y las aguas, los peces y las aves, las flores y las plantas y a todos sus hermanos y hermanas humanos.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el tercer día del Planeta de la Felicidad.
Y vio Dios que los seres humanos eliminaban el hambre, la enfermedad, la ignorancia y el sufrimiento en toda la Tierra, proporcionando a cada persona humana una vida decente, consciente y feliz, controlando la avidez, la fuerza y la riqueza de unos pocos.
Y dijo Dios: "Eso es bueno".  Y ése fue el cuarto día del Planeta de la Justicia.
Y vio Dios que los seres humanos vivían en armonía con su planeta y en paz con los demás: gestionado sus recursos con sabiduría, evitando el despilfarro, frenando los excesos, sustituyendo el odio por el amor, la avaricia por el darse por satisfecho, la arrogancia por la humildad, la división por la cooperación y la suspicacia por la comprensión.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el quinto día del Planeta de Oro.
Y vio Dios que las naciones destruían sus armas, sus bombas, sus misiles, sus barcos y aviones de guerra, desactivando sus bases y desmovilizando sus ejércitos, manteniendo sólo una policía de la paz para proteger a los buenos de los malos y a los sanos de los enfermos mentales.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el sexto día del Planeta de la Razón.
Y vio Dios que los seres humanos recuperaban a Dios y a la persona humana como su Alfa y Omega, reduciendo a las instituciones, creencias, políticas, gobiernos y demás entidades humanas a su papel de simples servidores de Dios y de los pueblos. Y Dios los vio adoptar como ley suprema aquélla que dice: "Amarás al Dios del Universo con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Amarás a tu bello y maravilloso planeta y lo tratarás con infinito cuidado. Amarás a tus hermanos y hermanas humanos como te amas a ti mismo. No hay mandamientos mayores que éstos".
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el séptimo día del Planeta de Dios.

   Si en la puerta del infierno de Dante Alighieri estaba escrito: "Abandonad toda esperanza, vosotros que entráis", en la puerta de la civilización en la era de la Tierra y del mundo planetizado estará escrito en todas las lenguas que existen en la faz de la Tierra: "No abandonéis nunca la esperanza, vosotros que entráis".

   El futuro pasa por esta utopía. Sus albores se anuncian ya.
- Leonardo BOFF / 19-abril-2013

miércoles, 17 de abril de 2013

"VERSOS POR ESPIGAR" : ASTENIA VITAL / Javier CALDERÓN ÁVILA



ASTENIA VITAL (29-setiembre-2012
   

El tiempo es infinito e inconmensurable,
toda experiencia acumulada es llama existencial,
descanso para la fatiga y antídoto para el mal,
ardiente brújula que trasciende en los sueños.

Con la naturaleza abatida y las llagas lacerantes
los huesos se resisten a seguir trotando,
temblando el cuerpo como oscila la noche ilusoria,
la cadencia es lenta por desgaste vivencial.

Cabizbajo y centrado en el trajín reminiscente
lamentando el repentino y fugaz atardecer,
hablando para adentro y murmurando la aversión,
lánguidos suspiros huyen / liberados de la entraña

Su cuerpo es un tétrico rosario de dolores,
exclamando redención por la vida que se extingue,
recuerdo memorable al cantar proezas juveniles
como el agua del oasis que fluye como lava delirante.

Con la tez ajada y arrugas muy marcadas
con adusto compungido y mirada taciturna,
camina muy pausado pero se desliza por el mundo
desafiando tenazmente el temporal de añoranzas.

El signo peculiar de la experiencia es el pelo cano
primavera que florece en la santa letanía,
maldiciendo en secreto la impotencia y apatía
reclinado sutilmente en el mutismo condenable.

La fogosa embriaguez de juventud se esfumó,
la furia de la tarde resume hacia la noche,
las gotas sudorosas se quemaron en el desierto,
los rayos refringentes embotaron la razón.

Satisfechos de la misión encomendada
los errores y fracasos dejaron cicatrices en el alma,
el estoicismo y presagio oportuno fue la panacea,
los años contraídos, es inicio de una nueva vida.

martes, 16 de abril de 2013

ROCA DE CONVICCIÓN EN UN OCÉANO ROJO / Por Alexander JORDAN

(LA ERA DE LOS FAMOSOS CARDENALES, incluso RICHELIEU)

                                               ¿EN QUÉ lugar del mundo se celebra una manifestación de una iglesia triunfante en medio de un pueblo fervorosamente devoto?
   Lo sorprendente es que se trata de la Varsovia comunista, en el mes de junio del año de gracia de 1971, y que el hombre que avanza bajo el palio (fiesta del Corpus Christi) no es otro que el cardenal Stefan Wyszinski, arzobispo metropolitano de Gniezno y Varsovia, Primado de Polonia. Y aún es más sorprendente que a la mitad del recorrido de la procesión el Cardenal se detenga para pronunciar un sermón en el que ataca al Gobierno comunista de su país.
   “Hijos míos”, dice utilizando una fórmula que ahora muchos estiman anticuada, pero que él sigue usando por sentirse realmente un verdadero pastor de su rebaño, “como nación protegida de Dios, unida por los lazos de la fe, deseamos trabajar en paz para satisfacer nuestras necesidades, que son numerosas, pero que serán satisfechas antes y de manera mejor cuando todos tengamos la conciencia de ser auténticos ciudadanos a los que se reconozcan y respeten unos derechos básicos entre los que figuran los de los católicos de Polonia. Si la Iglesia ha sido maltratada en el pasado, la primera medida para lograr ahora una total normalización debe ser la de reparar los errores cometidos y las injusticias inferidas a los creyentes”.
   Ciertamente, la Iglesia ha sido maltratada en Polonia. Cuando, al terminar la segunda guerra mundial, los comunistas se hicieron con el poder, su propósito patente era eliminar las creencias religiosas.  De igual  manera que en el resto de Europa Oriental, en Polonia se inició una era de persecuciones.  En un sistema en que el Gobierno controla toda la actividad económica y –lo que es quizá más importante para el hombre común- la concesión de viviendas, las oportunidades que se les ofrecían a los comunistas eran ilimitadas. No fueron raros los casos de violencia física contra los sacerdotes. Igual que Stefan Wyszinski fueron encarcelados los cardenales Mindszenty de Hungría, Stepinac de Yugoslavia y Beran de Checoslovaquia.  Pero en ningún país volvió a resurgir la Iglesia como lo ha hecho en Polonia, donde es hoy aún más fuerte que antes de la guerra.
   Lo que principalmente diferenció el caso de Polonia de los demás fue la personalidad y la profunda vocación del cardenal Wyszinski. Stefan Wyszinski nació el 3 de agosto de 1901 en la aldea de Zuzela, en Polonia central. Hijo de un organista de iglesia, a los cinco años Stefan le dijo a su madre en cierta ocasión : “He soñado que me había casado y había constituido una familia. Pero eso es imposible. !Tengo que ser sacerdote!”
   Y podía haber añadido, como ferviente patriota que ha sido durante toda su vida, que tenía que ser un sacerdote polaco. En 1909, cuando Polonia estaba todavía dividida entre Prusia, Austria y el Imperio Ruso, había en el parque Saski de Varsovia un gran montón de piedras que los niños rusos y polacos utilizaban para sus batallas. El pequeño Stefan era el cabecilla de los muchachos polacos. Vestido de una camisa blanca sobre la que flameaba una corbata roja, enarbolaba una improvisada bandera polaca y la plantaba con ademán desafiante en la cima del montón de piedras, único territorio polaco “liberado” en aquella época. Mucho después, cuando el levantamiento de Varsovia de 1944, tuvo el orgullo de servir de capellán con las tropas de Resistencia polacas que combatían en las afueras de la capital.
   En los primeros tiempos de su carrera, su mala salud estuvo a punto de frustrar su vocación sacerdotal.  Cuando estaba en el seminario durante la primera guerra mundial, enfermó de tuberculosis y no se pudo ordenar con sus compañeros de curso. Al fin, al cumplir los 23 años, recibió las órdenes y celebró su primera misa el el santuario de Jasna Gora, cerca de Czestachowa, templo de la amada Virgen Negra de Polonia. El reverendo Wyszinski se convirtió pronto en uno de los más eruditos escritores católicos : tiene hasta la fecha cerca de 250 publicaciones entre libros, ensayos y artículos.
   En 1946 fue consagrado Obispo de Lublin y tres años después elegido arzobispo de Gniezno (la diócesis más antigua de Polonia, creada en el año 966) y de  Varsovia. Cuando en 1953 ascendió al cardenalato, la tensión entre la Iglesia y el Gobierno polacos eran muy grande y el régimen no le permitió ir a Roma para asistir a la ceremonia de su consagración.
   Poco tiempo después la policía política se presentó en su residencia de Varsovia para detenerlo. Baca, el perro pastor blanco del cardenal, acudió en defensa de su amo y mordió a uno de los agentes policíacos. Antes de que se lo llevasen, con la única compañía de un breviario y un rosario, el Cardenal ordenó inmediatamente que llamaran a una monja para que curase la herida del policía.
   Para aislarlo totalmente del mundo exterior, lo fueron llevando luego de un extremo a otro de Polonia, confinándolo en cuatro prisiones distintas bajo guardia reforzada. Pero su rebaño no lo olvidó. Cuando se celebró la fiesta de la consagración de la nación polaca a la fe católica, se reunieron en el santuario de la Virgen Negra de Czestochowa miles de peregrinos, muchos de los cuales habían tenido que andar cientos de kilómetros para llegar al templo. En las inmediaciones del santuario se había colocado el trono del Primado, en el que unas cuantas rosas rojas simbolizaban la presencia entre la muchedumbre del Cardenal encarcelado.
   En octubre de 1956, meses después de los violentos disturbios que se extendieron por todo el país, el Gobierno, puesto en situación difícil, envoi a dos de sus ministros para que visitasen al Cardenal en la cárcel y le pidieran que volviese a Varsovia, a lo que él accedió. Aunque el Gobierno intentó mantener en secreto  el momento de su llegada a la capital, la noticia cundió rápidamente por Varsovia y una multitud delirante de miles de personas lo aclamó en la estación. A los ojos del pueblo de Varsovia, el regreso de Wyszinski representaba una victoria en pro de la futura libertad de Polonia.
   Desde entonces el cardenal Wyszinski ha trabajado infatigablemente para mantener la Iglesia despierta y activa. En 1957, el año siguiente a su liberación, pronunció 576 conferencias y sermones. Diariamente trabaja en las oficinas de la arquidiócesis de Varsovia, instaladas  en un palacio del siglo XVII donde la paz y el silencio son sólo perturbados de tarde en tarde por el callado paso de alguna figura vestida de negro. El Cardenal encaja perfectamente en este ambiente. De estatura media, erguido y delgado, sus ojos de un azul acerado refulgen en la palidez del rostro. Su característica señera es la serenidad :  un apacible desapego de todas las pequeñeces y vanidades superficiales que suelen regir las relaciones humanas.
   Aunque el pueblo ve en su ecuánime y firme Cardenal a un caudillo nacional, a un hombre tan identificado con su país como lo estuvieron de Gaulle con Francia y Gandhi con la India, Wyszinski  insiste terminantemente en que él no desempeña ningún papel en la política secular y apoya su posición en la creencia inconmovible de que todo gobierno humano es transitorio, mientras que la Iglesia es eterna. En el mes de junio de 1971 declaró : “No comprometeremos la verdad ni los plenos derechos de la Iglesia para lograr unos beneficios pasajeros… La Iglesia tiene mucho tiempo por delante… hasta la consumación de los siglos”.
   Como han comprobado los dirigentes comunistas de Polonia, no es fácil derrotar en una lucha política a un hombre que piensa en términos de eternidad. El mismo Wyszinski alude a la fortaleza que le da este pensamiento contando la siguiente anécdota:
   “Cuando los Nazis estaban invadiendo a Polonia, me encontré en un camino con una unidad del Ejército polaco. Un soldado me pidió confesión y ambos nos metimos en una zanja para defendernos de los aviones alemanes que ametrallaban a la gente aglomerada en la carretera. Mientras escuchaba la confesión, me fijé en un campesino que con toda calma seguía trabajando en un campo distante sólo unos pocos metros del caos que reinaba en la carretera. Al terminar mi misión, me acerqué al labriego y le pregunté :
   “- ¿Cómo es posible que pueda usted seguir trabajando cuando todo el mundo huye y no hay más que destrucción a su alrededor? !No creo que nadie más que usted conserve aquí la calma!
   “El campesino contestó:
   “-Yo aro y siembro. Si no recojo la cosecha, otros la recogerán. Mi granero puede incendiarse, pero el grano que ha caído en el suelo está seguro y crecerá en su día”.
   Hablando recientemente a un grupo de jóvenes sacerdotes, Wyszinski les contó la historia y añadió luego : "En torno suyo caían las bombas y tableteaban las ametralladoras, pero el hombre seguía con su trabajo… Sed como él. Sembrad la palabra de Dios en el alma de los hombres como lo hicieron Cristo y sus apóstoles”.
   El mismo Cardenal ha continuado “sembrando”, aun cuando a su alrededor caían las peligrosas bombas de una ideología hostil. En una de sus apariciones ante el público durante la crisis entre el Estado y la Iglesia, el Cardenal especificó que hablaba “para los creyentes y para los no creyentes, y para los que se hallan aquí cumpliendo con su deber”, con lo que aludía a la presencia de los agentes de la policía secreta que vigilaban las palabras del Primado para ver si pronunciaba alguna frase “subversiva”. Cuando después del servicio el Cardenal atravesaba la nave central saludando a sus amigos y bendiciendo a la congregación, se le acercaron dos hombres con ceñidos impermeables, que indudablemente se hallaban allí “en cumplimiento de su deber”, y se arrodillaron ante él besándole la mano mientras uno de ellos murmuraba:
   -!Perdónenos , ilustrísima!
   A lo que el Cardenal respondió:
   -Recibid mi bendición, hijos míos.
   Durante los años de persecución, Wyszinski mantuvo la misma fe inconmovible y serena. En la actualidad el régimen trata al Cardenal con profunda deferencia, aunque continúa molestando a los católicos practicantes. La presión oficial se manifiesta desde cursos para la enseñanza del ateísmo hasta la publicidad que los funcionarios del Partido dan a las irregularidades de conducta de los sacerdotes a fin de desacreditar a la Iglesia, a la que por otra parte se asignan también pesados impuestos que algunas parroquias no pueden a veces pagar. Sin embargo, el Cardenal proclama orgullosamente que la Iglesia polaca, aunque es más pobre en bienes mundanales que la de otros países, es en cambio más rica en fe, lo que es ciertamente verdad.
   Muchos de los altos funcionarios del partido siguen manteniendo secretas relaciones con la Iglesia. Con comunismo o sin él, la ceremonia religiosa, a los ojos de la mayoría de los polacos, sigue siendo todavía lo que hace válido el matrimonio.
   Los funcionarios del Gobierno, por ejemplo, celebran frecuentemente una ceremonia civil pública, que repiten luego furtivamente en alguna iglesia alejada.
  Todas estas presiones que aún sigue ejerciendo el régimen, quizá sean aliviadas por Edward Giereck, dirigente del partido comunista polaco desde diciembre de 1970, que ha afirmado que “tanto los creyentes como los no creyentes construirán juntos a Polonia”y ha prometido restaurar los derechos de la Iglesia sobre algunos bienes eclesiásticos que antiguamente poseía.
   Bajo Wyszinski y Gierek Polonia sigue siendo una nación tanto católica como comunista.
   Esto es lo que ha logrado el cardenal Stefan Wyszinski, que en la lucha por la coexistencia ha demostrado también la falsedad del lema “antes rojo que muerto”, ya que ni él ni su rebaño son rojos ni están muertos, aunque los comunistas gobiernen el país. Wyszinski y sus fieles han logrado el sorprendente éxito de perseverar con armas que no pueden medirse en megatoneladas : la fe y el valor.
   En esto deben meditar hoy no sólo los católicos, sino también muchos intelectuales y dirigentes políticos de Occidente. 

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA...




DE "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO" 

OH DIOS, fuerza del débil,
consuelo del afligido,
amigo del solitario:
no dejes que la pena
abrume a tus hijos,
ni la angustia del corazón
les separe de Tí.
Concédeles que en
la paciencia de la esperanza
y la compañía de Cristo
puedan seguir a tu servicio
y viviendo santamente,
hasta que finalmente
alcancen plenitud de vida
ante tu rostro,
por Jesucristo Nuestro Señor.
-Anónimo

viernes, 12 de abril de 2013

CITAS CITABLES

NO HAY verdad que yo tema o desee ocultar.
-Thomas Jefferson



   CUALQUIER POLÍTICA internacional, por ingeniosa

  que sea, está condenada al fracaso si sólo  vive en
  la mente de unos cuantos y no arraiga en ningún
  corazón.
   -Henry Kissinger



HAY DOS clases de libertad : la falsa, en que el hombre es libre de hacer lo que le plazca; y la verdadera, cuando dispone de autonomía de acción para cumplir con su deber.
-C. K.

¿ES VIOLENTO EL HOMBRE POR NATURALEZA? / Por Robert ARDREY


Es muy posible que el destino de nuestra especie dependa de que aprendamos a reconciliar dos impulsos contradictorios : la tendencia biológica al orden y la propensión humana –que aumenta a medida que crece el número de personas- a la violencia.

EN 1958, el Instituto de Salud Mental de Washington, el sicólogo John Calhoun decidió estudiar los resultados de la sobrepoblaciٕón en un grupo de ratas, para lo cual hizo un experimento con cuatro jaulas intercomunicadas. Las dos jaulas de los extremos no tenían más que una entrada que podía custodiar una robusta rata macho, y dentro de cada una había sendos harenes de hembras, que construyeron sus nidos con gran tranquilidad. Por otro lado, las dos jaulas centrales, con dos accesos cada una, no se podían custodiar tan bien y se convirtieron en el centro de una actividad social sin barreras. A medida que la población fue aumentando, la interrelación de los individuos de las jaulas centrales se convirtió en una pesadilla animal. Apareció en ellas la estructura de clases que era de esperar en condiciones de sobrepoblación: los machos dominantes, una clase media no beligerante y el grupo de los totalmente subordinados. Pero cuando la sobrepoblación llegó a cierto punto crítico, surgió otra clase cuya existencia nadie hubiera sido capaz de predecir : un grupo subordinado muy activo y esencialmente criminal, que a veces actuaba en pandillas. Lo más sorprendente era su tendencia a un tipo de conducta que sólo puede calificarse de violación. La rata macho normal sigue un complejo ritual intuitivo cuando corteja a la hembra, pero las ratas criminales prescindieron en absoluto de toda ceremonia, persiguiendo a las hembras hasta sus madrigueras y llegando a veces a pisotear y a matar fríamente a las crías, a las cuales se comían una vez satisfecho su impulso sexual.
  Los experimentos de Calhoun fueron muy comentados, incluso en sus horripilantes consecuencias humanas, pero apenas se ha mencionado una de sus observaciones más importantes : a las ratas les encantaban las jaulas centrales. Las hembras, en especial, parecían incapaces de resistir la excitación de la estrecha relación social. Casi todas las protegidas hembras de los harenes iban a las jaulas centrales en busca de alimento y de actividad sexual, y allí su conducta no era diferente del proceder de las otras ratas.
  Imposible alcanzar la cumbre. Nadie niega que la sobrepoblación ejerce también sobre la conducta humana profundos efectos, que se han puesto especialmente de relieve desde hace medio siglo. Hasta que se produjo el desaforado crecimiento de las ciudades, disponíamos de espacio suficiente. Desde luego competíamos (como siempre competirán los hombres) por los bienes tradicionales : territorio, riqueza y posición social, pero, mientras tuviéramos espacio abundante, todos podíamos aspirar a disfrutar de un trozo de terreno protegido por una valla.
  Sin embargo, en la actualidad vemos cómo las satisfacciones se nos escapan a medida que aumenta la concentración humana y, en vez de pretender dominar un trozo de espacio, queremos avasallar a nuestros semejantes. Al tener que competir, como es inevitable, por un número cada vez menor de posiciones de dominio, las personas dominantes encuentran que su agresividad es cada vez más incontenible. Igualmente grave es el problema de las clases inferiores. Cuando los seres humanos trabajaban la tierra con un azadón y movían el carbón con pala, cortaban el heno con guadaña y acarreaban haces de leña a la espalda, las personas conservaban su dignidad, aunque su cerebro no fuese muy brillante. Pero en nuestra sociedad actual, tan organizada y provista de complejos medios tecnológicos, esos tipos de trabajo elemental han desaparecido.
  Ahora la dificultades y angustias de la vida urbana obligan a todo ciudadano a tomar conciencia de su propia naturaleza : esto es, de que nunca hemos sido ni seremos iguales, de que nos soportamos por obligación más que por devoción y de que somos seres agresivos que nos entregamos fácilmente a la violencia. Y todas estas verdades nos resultan demasiado desagradables.
  Pero nuestras ciudades no son campos de concentración. De igual modo que las ratas de Calhoum decidían libremente tomar su comida en las congestionadas jaulas centrales, nosotros habitamos en las ciudades por nuestra libre voluntad; al hacerlo, las sobrepoblamos hasta un extremo que puede llegar a destruir la misma estructura social y a producir por último la desintegración de las urbes. Ningún ejemplo es más evidente que el de la violencia y el terror que han invadido las ciudades norteamericanas.
  Un mundo canceroso. ¿Por qué buscamos las “jaulas centrales”? Esta paradoja se explica mediante las tres poderosas necesidades innatas que mueven tanto a los seres humanos como a los demás animales superiores. La primera y la más fuerte es la busca de la propia identidad, esto es, de lo opuesto al anonimato. La segunda consiste en la estimulación, que se opone al aburrimiento. Y la tercera es la seguridad, a la que se opone la angustia. El logro de la seguridad económica, con la resultante desaparición de la angustia, están creando, en grado creciente, la sociedad de los aburridos. Pero esta sociedad del tedio no sería una realidad total si no nos hallásemos también en una anónima sociedad que en gran parte nos priva de toda ocasión de lograr una identidad verdadera.
  De este modo, la imposibilidad de conseguir nuestra identidad, en un plano superior, y el logro de la seguridad, en el plano inferior, nos sitúan, a nuestro pesar, en la esfera del aburrimiento insoportable, del que sólo podemos escapar por medio de la estimulación. La violencia, como la pornografía y otras experiencias sensoriales, constituye un medio de estimulación que excita tanto al violador como al violado, ya sea mediante  furia gozosa del uno o por la temerosa rabia del otro. Una sangrienta revuelta urbana vale más que todos los circos que ofrecían a sus pueblos los emperadores romanos. Y como toda otra forma de choque sensual, la violencia, para conservar su valor de estímulo, debe alcanzar niveles de expresión cada vez más intensos o de mayor novedad. El ser humano es un animal tan adaptable que se habitúa con demasiada facilidad a cualquier situación. Pero así como toda experiencia sensorial nueva satisface únicamente nuestra necesidad de estimulación, las experiencias violentas tienden también a satisfacer el deseo de identidad. Los violentos se ganan el aplauso de las muchedumbres, y ya sea este aplauso el elogio de los colaboradores o la condena de los antagonistas, el mundillo de la violencia alcanza su reconocimiento. Dentro de su mundo canceroso, florece una nueva camaradería y un nuevo tipo de comunicación, desaparece el anonimato y de nuevo resulta posible lograr una identidad.
  El contrato social. Sin embargo,  al buscar la identidad mediante la violencia, estamos sembrando la semilla de nuestra propia destrucción. Por definición, la agresividad es la prosecución decidida del propio interés. La violencia, en cambio, es el intento de satisfacer el interés propio mediante la fuerza o la amenaza de la fuerza. Ambas cosas no son iguales. Sin las tendencias agresivas, que son fuerzas innatas, sería imposible la supervivencia en el mundo natural, pero la supervivencia impone de igual modo límites a la agresión. Por ello las diversas especies animales han llegado a establecer distintos códigos de normas que favorecen al agresivo, pero van en contra del violento, normas que yo llamo el contrato social. El problema actual del hombre no consiste en ser agresivo, sino en que está rompiendo sus propias normas : al ejercer la violencia estamos pasando por alto el contrato social.
  La violencia humana se expresa en dos formas muy distintas: las luchas dentro de los grupos sociales y las luchas entre sociedades organizadas. Esta segunda es la guerra, que en la actualidad no admite vencedores o termina en tablas. Como ninguno de  estos resultados es satisfactorio, la violencia humana, que hasta hace poco se expresaba en el campo de batalla, está invadiendo ahora las calles de las ciudades.
  Para comprender este sustitutivo civil de la guerra –la revuelta, el sabotaje y el asesinato- debemos analizar primero cuidadosamente el concepto de forastero. El rechazo social del forastero es una característica tan extendida como la que más entre las especies de tipo social. Los miembros de un reducido grupo de conocidos saben qué esperar de cada uno, y en su seno es fácil establecer el orden necesario, pero el forastero plantea un problema y, si su intromisión persiste, lo expulsan del espacio social del grupo y lo atacan físicamente. Ante un intruso, el mono aullador grita, el mono araña emite un ladrido especial y el león ataca sin más aviso. Parece como si en todo el mundo animal se extendieran cortinas invisibles entre lo familiar y lo extraño.
  La ciudad de las diversiones. Como hemos visto, poseemos en nuestra dotación genética la tendencia a rechazar al forastero de igual modo que propendemos también a la violencia. La guerra puede estar quizá próxima a abolirse, pero estas tendencias no se abolirán. Al plantearnos el problema de arreglárnoslas sin guerras, dirigimos inconscientemente hacia adentro la energía que solíamos descargar hacia afuera, transformándola en lo que se conoce como violencia social, que presenta por otra parte el problema de tener que inventarse “extraños”.
  La primera forma de extranjería que inventamos es la incomunicación entre los que hablan el mismo idioma y comparten el mismo suelo. En la sociedad actual los blancos y los negros, los padres y los hijos, los estudiantes y los profesores han demostrado hasta dónde puede llegar la falta de comunicación, la invención de extraños y la transformación de una agresividad aceptable en una inaceptable violencia civil. Los estudiantes y los profesores, por ejemplo, nunca habrían podido llegar en las luchas universitarias a tal violencia y destrucción si no hubiesen estado tan cegados por la mutua incomprensión.
  Es inevitable que los miembros de un subgrupo violento alcance cierto estado paranoico cuando tienen que medir sus fuerzas contra la supremacía de la mayoría. Cualquier sentimiento de injusticia, por muy real que sea, debe agrandarse hasta el punto donde valga la pena correr el riesgo de rebelarse. Y sin embargo el hecho es que nos gusta la violencia lo mismo que a las ratas de Calhoum les gustaba las jaulas centrales. Los muchachos se divierten peleando con adoquines, y en general todos corremos hacia el lugar donde ha ocurrido un accidente sin la intención de ayudar en nada, lo mismo que nos gusta presenciar un incendio o una pelea callejera por el placer de ver la acción y la destrucción. Los observadores que no reconozcan este hecho son unos hipócritas y nadie debería permitirse el lujo de serlo. El que considere el gusto por la violencia como una perversión humana, no ayudará probablemente en  nada a reprimir nuestras muchas formas de violencia.
  Camino del desastre. Cuando se piensa en la conducta violenta que observamos por todas partes, no puede uno por menos de llegar a la conclusión gica de que estamos ante el abismo. Si no somos capaces de vivir unos con otros, ni tampoco aislados, la aniquilación parece el único camino. Y sin embargo tal conclusión es superficial, pues el contrato social es un arreglo que tiene validez biológica y, como el impulso sexual y la diversidad racial, actúa para preservar las especies con un poder situado más allá de las preferencias humanas. Lo que está en juego en nuestra época no es la supervivencia de la humanidad, sino la cuestión de llegar a establecer un orden social con actos voluntarios.
  Las posibilidades parecen buenas, pues en toda la Naturaleza se advierte una inclinación en favor de dicho orden. Entre los animales, los tratados se cumplen. Los mandriles, por ejemplo, no se matan unos a otros en guerras suicidas, y los leones y los elefantes limitan sus crías a fin de no agotar el medio en que habitan. Esta conducta animal es un claro ejemplo de la preferencia por el orden logrado por vías naturales.
  Hay que reconocer que la existencia de subgrupos violentos amenaza nuestra moderna sociedad, pero al mismo tiempo la complejidad de nuestra interdependencia social amenaza a su vez la supervivencia de esos grupos. El animal social no puede soportar vivir aislado y mucho menos puede sufrirlo el hombre moderno.
  Antes de que sobrevenga un desorden social completo, la previsión humana combinada con nuestra necesidad biológica de orden, debería imponerse. La incógnita es cuándo. ¿Seremos capaces de evitar a tiempo el camino que nos lleva al desastre?
  Para que esto sea así, a costa de cualquier sacrificio tendremos que aceptar ciertos reajustes cediendo algunos de los derechos que creemos sagrados. Deberemos dar importancia a quienes ahora se la negamos; encauzar nuestra actividad violenta mediante actos en los que tradicionalmente se tolera cierta agresión, como las negociaciones; procurar corregir las injusticias auténticas que laten en el fondo de esos arreglos violentos que parecen tan respetables, y condenar el aplauso social a los agresores.
  ¿Y si no lo hiciéramos, por faltarnos voluntad o perspicacia para ver a tiempo lo que nos espera?
  Hace pocos años el eminente periodista e historiador norteamericano Theodore White escribió un sencillo comentario, digno de ser estampado en las monedas de todas las democracias: “Si los hombres no pueden ponerse de acuerdo para gobernarse a sí mismos, alguien tendrá que dirigirlos”.
  Si no tenemos ni la previsión ni la voluntad necesarias, el día menos pensado descubriremos quién espera en la sombra para gobernarnos.

LA MÚSICA EN LA MITOLOGÍA CLÁSICA. DIOSES Y HÉROES, SÁTIROS Y NINFAS


La antigüedad clásica invirtió gran parte de su tiempo en mostrarnos lo que la música puede llegar a mover en el corazón de los hombres, y cómo no, en el de los caprichosos y voluptuosos dioses. En este sucinto resumen repasaremos los descubrimientos musicales más importantes de la mitología clásica y reconoceremos a sus protagonistas principales.

Apolo y Dionisio son dos dioses que representan concepciones opuestas del arte, de la vida, de la música. Apolo es el hijo preferido de Zeus, dios de la luz, de la justicia y la verdad, de la adivinación, de la música y la poesía. Su instrumento es la lira. Dionisio es el dios de las fuerzas primitivas de la naturaleza, del vino, de la danza. En sus ritos se realizaban violentas danzas, acompañadas de la flauta, carreras por los bosques y persecuciones de animales salvajes, que terminaban  en banquetes rituales. La contraposición entre los dos dioses y sus instrumentos es un elemento recurrente en las narraciones mitológicas. La invención de los instrumentos más representativos de este mundo mítico –la lira y la flauta- nos ha llegado en diversas narraciones. La lira, que consta de un caparazón de tortuga con cuernos de cabra, siete cuerdas y un travesaño, fue inventada por el dios Hermes –aún niño- al tensar algunas cuerdas de tripas de buey sobre el caparazón –vacío- de una tortuga. Apolo, que buscaba sus bueyes, robados por Hermes, acepta este instrumento representativo de este dios. Sobre el origen de la flauta poseemos varias leyendas : una sobre la “flauta de Pan” que consta de cinco a siete tubos de diferente longitud, unidos en hilera. Otra, sobre la “flauta doble” (aulos), con dos tubos que se soplaban a la vez, parecida más al oboe que a una flauta, pues tiene lengüeta doble de caña.
El dios Pan, dios de los pastores –no demasiado agraciado físicamente- se enamoró de la ninfa Siringe. La persigue, la tiene ya entre sus brazos, pero ella solicita el auxilio de las Náyades, sus hermanas. Es transformada en caña en el momento que Pan la atrapa : ”agarraba las cañas de pantano en lugar del cuerpo de la ninfa, y, mientras suspiraba allí, los vientos movidos dentro de la caña produjeron un sonido suave y semejante a la queja”. El dios, “cautivado por el arte nuevo y por la dulzura del sonido” une entre sí cañas de diferente longitud, y, desde ese momento, esta flauta, a la que denomina “siringa” en recuerdo de la ninfa, pasará a ser su instrumento, pues así, dice Pan a su flauta-ninfa : “permanecerá para mí este diálogo contigo”.
La invención de la flauta doble o aulos se atribuye a la diosa Atenea. Esta la presenta a los demás dioses en un banquete. Todos admiran el nuevo instrumento, excepto  Hera y Afrodita, que ríen. Atenea no entiende por qué, hasta que, junto a un arroyo, hace sonar su flauta. Allí ve su rostro reflejado, y comprende la burla de las otras diosas : sus carrillos se hinchan, el rostro toma un color morado. Enfadada, arroja lejos de sí la flauta, maldiciendo a quien la recogiera. Marsias, un sátiro, recogerá esta flauta… pero de este desafortunado músico hablaremos más tarde.
Competiciones musicales. En la mitología son numerosos los certámenes, las competiciones musicales entre dioses y hombres, con el triunfo, por supuesto, de los primeros. La derrota de los segundos supone, como veremos, algo más que una humillación.
Así sucede a las Piérides, nueve doncellas, hijas de un rey, que desafiaron a las Musas. Fueron jueces las ninfas, que consideraron ganadoras a las Musas. Como las Piérides no aceptaban su derrota, las Musas las convirtieron –irónicamente- en urracas, “improperios de los bosques”, según Ovidio. También Támiris, hijo del músico Filamón, desafió a las Musas con su lira. Exigía como premio –si vencía- unirse, sucesivamente, a las nueve Musas. Es derrotado, y las Musas, irritadas ante su osadía, le dejan ciego y hacen desaparecer su capacidad musical.
No parece sensato enfrentarse –musicalmente- con los habitantes del Olimpo. Incluso Apolo, el dios de la belleza, es más cruel aún que las Musas ante los desafíos. Es retado por el sátiro Marsias –que había recogido la flauta despreciada, y maldecida, por Atenea. El premio era hacer el vencedor lo que quisiera con el vencido. Todos estiman que el vencedor es el dios : tras un comienzo en que el arte de ambos parece de igual valor. Apolo hace con su instrumento algo que el sátiro no puede : tocar con la lira en posición invertida… imposible hacerlo con la flauta. Quizás el dios no jugara limpio, pero fue declarado vencedor. Indignado Apolo con el sátiro, y como castigo a su atrevimiento, Marsias fue colgado de un árbol, y despellejado vivo. No termina aquí la venganza del dios. Midas –el rey que deseó que cuanto tocara se convirtiera en oro-, a pesar del dictamen de los jueces, opina superior al flautista. Apolo condena a la parte de su cuerpo culpable del error, y hace que le crezcan una orejas de burro : “no soporta que las torpes orejas conserven una forma humana, sino que las alarga hacia el aire y las llena de blanquecino vello y las hace inestables en su base y les da capacidad de moverse; el resto es de hombre; es condenado sólo en una parte y es revestido con las orejas de un asno”.
Maestros de música. Podemos aumentar la lista de músicos con trágico- y repentino- final. Por ejemplo, algunos maestros de música, como Lino, uno de los músicos míticos de la antigüedad. Era quien enseñaba música a Hércules, cuando éste era todavía un niño. El futuro héroe no tenía demasiadas aptitudes musicales, ni, quizás, mucho interés en un arte refinado. Incurría así en la ira de su profesor, que le reprendía, llegando incluso a pegarle… Mal asunto con el futuro vencedor de tantas hazañas. El pequeño Hércules terminó cansándose de su mentor, y, según unas versiones, le rompió la lira en la cabeza, matándolo. Según otras versiones, le clavó el plectro con el que se tocaba la lira… sea como fuere, Hércules se quedó sin profesor de música, y emprendió su carrera como héroe. Alfeo fue un mortal que enseñó a tocar la flauta a Atenea. Sí, ella aprendió. Pero él se enamoró de la diosa, e intentó forzarla. Zeus le envió un rayo que acabó con su vida : y es que, en la mitología, un dios sí puede forzar a un mortal, pero es muy arriesgado intentar lo contrario.

Músicos afortunados. Pero no todo son desgracias para los músicos del mundo mitológico. Otros,  como Museo, curan enfermedades gracias al poder de su canto. O se ahorran trabajo : Anfión, rey de Tebas, con el sonido de su lira dirigía las piedras en la dirección que deseara. Así logra, con facilidad, levantar las murallas de su ciudad.

Arión era un músico originario de Lesbos. En el viaje de regreso a su patria, tras recorrer –con su música- Sicilia y el sur de Italia, es atacado por los marineros del barco en el que viajaba, para robarle. Él les pide que, antes de matarle, le dejen hacer sonar su música por última vez.

Canta al son de su lira, y a los dulces sonidos acude un delfín. Arión se arroja al mar, donde es recogido por donoso mamífero, que le conduce a tierra.

Y quedan todavía otros músicos : Orfeo, la figura que ha pasado a representar el poder de la música –capaz de conmover, incluso a las divinidades infernales; las sirenas, que atraían a los navegantes con su canto; la música del universo que imaginaron –o sintieron- Platón y Pitágoras.
AUDIOCLÁSICA.

BUSCO UN HOMBRE


  MI  búsqueda no es sencilla; a mi paso he visto a muchos hombres pero aún continúo en mi pesquisa, porque lo que yo deseo es, solamente, un Hombre.
Un Hombre tan seguro de sí que no tema mi plena realización como mujer y que jamás me considere su rival, sino que seamos eternos compañeros el uno para el otro.
Un Hombre que conozca mis errores, los acepte y me ayude a corregirlos; que sepa reconocer mis valores espirituales y que sobre ellos me ayude a construir mi mundo.
Un Hombre que con cada amanecer me ofrezca una ilusión. Que alimente nuestro amor con delicadeza; para quien una flor entregada con un beso, tenga más valor que una joya enviada con un mensajero.
Un Hombre con el que pueda hablar, que jamás corte el puente de comunicación y ante quien me atreva a decir todo lo que pienso, sin temor a que me juzgue o a que se ofenda. Y que sea capaz de decírmelo todo, inclusive que no me ama.
Un Hombre que tenga siempre los brazos extendidos para que yo me refugie en ellos cuando me sienta amenazada o insegura. Que conozca su fortaleza y mi debilidad, pero que jamás se aproveche de ellas.
Un Hombre que tenga abiertos los ojos a la belleza, a quien lo mueva el entusiasmo y ame intensamente la vida. Para quien cada día sea un regalo inapreciable por disfrutar plenamente, aceptando el dolor y la alegría con igual serenidad.
Un Hombre que sepa ser siempre más fuerte que los obstáculos, que no amilane ante la derrota y para quien aun los contratiempos sean estímulo y no adversidad.
Un Hombre que se respete a sí mismo, porque así sabrá respetar a los demás. Que no recurra jamás a la burla ni a la ofensa, gestos que rebajan más a quien los envía que a quien los recibe.
Un Hombre que disfrute dando y sepa recibir. Y que  disfrute de cada minuto como si fuere el último.
Cuando lo encuentre lo amaré intensamente.
…una mujer

Tomado de Palabras que Guían... Para Alguien Especial... 

"VERSOS POR ESPIGAR" : COLOSO DE SALPO / Javier CALDERÓN ÁVILA




COLOSO DE SALPO (18-setiembre-2012)

Al germinar y despertar la inquietud
invoqué admirar el espacio celestial,
al interponerse un  portentoso paladín
sólo rocas milenarias se podía percibir.

Un baluarte altivo de cosmología intrínseca,
inmaculado y rebozado de un blanco tul,
contrafuerte afincado en una cima abismal;
Ragache es el nombre del gigante colosal.

De las entrañas del fondo marino / emergió,
llegando a situarse en el pináculo del ande,
vigoroso, vigente y de ondas mitológicas
formado y alineado en el ramal occidental.

Ascendió hacia la cima el zahorí incaico
al místico oráculo de predicción y augurio
líder imponente de cumbres circundantes,
fraternal vecino del reluciente Huascarán.

Ocultaba en su regazo/ un íntimo tesoro,
la ambición desleal y el apetito de voracidad
generó el nefasto hurto y la extinción total;
pese a todo, su corazón ruge como un león.

Alberga atributos en su voluminosa extensión
pirámide triangular, orientada hacia el sol
en su vértice erigida una reverente cruz,
cúspide preferida por su panorámica visión.

Pentagrama acústica que hace eco de su voz,
fortín hercúleo sentado en botín de oro y plata,
santuario paradisíaco de manifestación vital,
mutando su ropaje de acuerdo a la estación.

Su enigma y belleza lo hace acogedor,
deliran las visitas en el bastión monumental,
contagiados por el magnetismo de éxtasis
paradigma de embeleso y de meditación.

jueves, 11 de abril de 2013

FRANCISCO SE DESNUDA PARA CUBRIR LA DESNUDEZ DEL PAPA / Leonardo BOFF

   SABEN LOS  historiadores que el Papa del tiempo de san Francisco, Inocencio III (1198-1216), llevó el papado a un apogeo y esplendor como nunca lo había habido antes ni lo habrá después. Hábil político, consiguió que todos los reyes, emperadores y señores feudales, con algunas excepciones, fuesen sus vasallos. Bajo su regencia estaban los dos poderes supremos: el Imperio y el Sacerdocio. Ser sucesor del pescador Pedro era poco para él. Se declaró "representante de Cristo", pero no del Cristo pobre, que andaba por los polvorientos caminos de Palestina, profeta peregrino, anunciador de una radical utopía, la del Reino del amor incondicional al prójimo y a Dios, de la justicia universal, de la fraternidad sin fronteras y de la compasión sin límites. Su Cristo era el Pantocrator, el Señor del Universo, cabeza de la Iglesia y del Cosmos.
   Esta visión favoreció la construcción  de una Iglesia monárquica, poderosa y rica pero absolutamente secularizada, contraria a todo lo que es evangélico. Tal realidad sólo podía  provocar una reacción contraria entre el pueblo. Surgieron los movimientos pauperistas, de laicos ricos que se hacían pobres. predicaban por su cuenta el evangelio en la lengua popular: el evangelio de la pobreza contra el fasto de las cortes, de la sencillez radical contra la sofisticación de los palacios, la adoración al Cristo de Belén y de la Crucifixión contra la exaltación de Cristo Rey todo poderoso. Eran los valdenses, los pobres de Lyon, los seguidores de Francisco, de Domingo y de los siete Siervos de María de Florencia, nobles que se hicieron mendicantes.
   A pesar de este fasto, Inocencio III fue sensible a Francisco y a los doce compañeros que lo visitaron, desharrapados, en su palacio de Roma, para pedirle permiso para vivir según el evangelio. Conmovido y con remordimientos, el Papa les concedió un permiso oral. Corría el año 1209. Francisco no olvidaría este gesto generoso.

   Pero la historia da sus vueltas. Lo que es verdadero e imperativo, llegado su momento de maduración, se revela con una fuerza volcánica. Y se reveló en 1216 en Perugia a donde fue el Papa Inocencio a uno de sus palacios.

   Súbitamente el Papa muere después de 18 años de pontificado triunfante. Pronto se oyen los sonidos lúgubres del canto gregoriano provenientes de la catedral pontificia. Se entona el grave planctum super innocencium ("el llanto sobre Inocencio").

   Nadie detiene a la muerte, señora de todas las vanidades, de toda la pompa, de toda gloria y de todo triunfo. El ataúd del Papa está frente al altar mayor cubierto de oropeles, joyas, oro, plata y los signos del doble poder sagrado y secular. Cardenales, emperadores, príncipes, monjes y filas de fieles se suceden en la vigilia. El obispo Jacques de Vitry, llegado de Namur y nombrado después cardenal de Frascati, es quien lo cuenta.


   Es medianoche. Todos se retiran apesadumbrados. Solamente la luz vacilante de las velas encendidas proyecta fantasmas en las paredes. El Papa,  en otro tiempo rodeado de nobles, está ahora solo con las tinieblas. Y de pronto unos ladrones entran sigilosamente en la catedral. En pocos minutos despojan el cadáver de todas las ropas preciosas, del oro, la plata y las insignias papales.

   Ahí yace un cuerpo desnudo, ya casi en descomposición. Se hace realidad lo que Inocencio III dejara registrado en un famoso texto suyo sobre "la miseria de la condición humana". Ahora ella se muestra con toda la crudeza en su verdadera condición.

   Un pobrecito, sucio y miserable, se había escondido en un rincón oscuro de la catedral para velar, rezar y pasar la noche junto al Papa. Se quitó la túnica rota y sucia, túnica de penitencia, y con ella cubrió las vergüenzas del cadáver ultrajado.


   Siniestro destino de la riqueza, grandioso el gesto de la pobreza. La primera no lo salvó del saqueo, la segunda lo salvó de la vergüenza.


   Y concluye el cardenal Jacques de Vitry : "Entré a la Iglesia y me di cuenta, con plena fe, de cuán breve es la gloria engañosa de este mundo".


   Aquel al que todos llamaban Poverello y Fratello nada dijo ni nada pensó. Sólo hizo. Quedó desnudo para cubrir la desnudez del Papa que un día le aprobara el modo de vida. Francisco de Asís, fuente inspiradora del Papa Francisco de Roma.

- Leonardo BOFF / 11 de abril del 2013