jueves, 29 de diciembre de 2016

EL FILM: "EL SIRVIENTE"




Intérpretes: Dirk Bogarde, Sarah Miles, Wendy Craig, James Fox

Dirección: Joseph Losey

“Fue un papel difícil, atrayente y complejo; en suma, un desafío”. Son las palabras con que Dirk Bogarde define a su personaje, no más difícil, complejo y desafiante, sin embargo, que el que encarnó en “Los Vulnerables” revelándose entonces y reafirmándose ahora como un actor de raras dotes interpretativas.

Los hechos que entretejen la trama de este film son claros, coherentes, lógicos. Pero no lo son en cambio, sus motivaciones. Asistimos a la historia de un sirviente, el sutil y timado Barret, que de mayordomo y ayuda de cámara de su joven, acaudalado y aristocrático señor, se transforma no sólo en amo sino en dueño de situaciones, fortuna y sobre todo voluntades, con una eficacia y una influencia poco menos que rasputinianas. Pero ¿cuáles son los móviles efectivos de este omnímodo poder y de sus extrañas consecuencias?  Eso no lo aclara la película, sino simplemente lo expone en forma de hechos dejando en la sombra las causas razonables de aquellos.

No hay, por ejemplo, un motivo de coacción para que el servidor someta y domine totalmente al amo hasta convertirlo en su pelea. La intervención de la mucama que se encarga de seducir al señor por iniciativa del criado tampoco puede bastar para explicar la transformación moral y psicológica del amo. Resultaría igualmente pueril atribuir este fenómeno a la influencia de la enigmática bebida que el sirviente invita a ingerir al señor en ciertas ocasiones. Ni siquiera las razones de orden psicológico y caracterológico son satisfacciones para explicar tan total trastrueque de situaciones humanas. La ambición, el ansia de poder, la falta de escrúpulos del uno, y la debilidad de ánimo, la inconsistencia moral y la corruptibilidad del otro no justifican sus respectivos cambios. Mucho menos justifican los de la novia del amo y de las relaciones del criado. La película nos suma entonces en un esoterismo bergmaniano que la hace susceptible de diversas interpretaciones en el campo de lo simbólico.

Pero esto no interesa: el proceso es cautivante en su desarrollo, y sus personajes  --desde luego el del sirviente en primer término—nos interesan por su inequívoca carga de sustancia humana.


-P. G.

DE MI ÁLBUM

                                                Chavín de Huántar

miércoles, 28 de diciembre de 2016

NAVIDAD EN TIEMPO DE HERODES / Leonardo BOFF



    La Navidad de este año será diferente de otras navidades. Generalmente es la fiesta de confraternización de las familias. Para los cristianos es la celebración del divino Niño que vino para asumir nuestra humanidad y a hacerla mejor.

     En el contexto actual, sin embargo, en su lugar asomó la terrible figura de Herodes el Grande (73 a.C. – 4 a.C.) ligado a la matanza de inocentes. Celoso de su poder, oyó que había nacido en su reino, Judea, un niño-rey. Y ordenó degollar a todos los niños menores de dos años. Entonces se oyó una de las palabras más dolientes de toda la Biblia: “En Ramá se oyó una voz, gemidos y mucho llanto: es Raquel, que llora a sus hijos, y no quiere ser consolada, porque ya no existen” (Mt 2,18).

     Esta historia del asesinato de inocentes continúa de otra forma. Las políticas ultracapitalistas impuestas por el gobierno actual, quitando derechos, disminuyendo salarios, cortando beneficios sociales como salud, educación, seguridad, pensiones, y congelando 20 años las posibilidades de desarrollo tienen como consecuencia una perversa y lenta matanza de inocentes de la gran mayoría pobre de nuestro país.

     A los legisladores no les son desconocidas las consecuencias letales derivadas de la decisión de considerar más importante el mercado que las personas. Dentro de pocos años tendremos una clase de super-ricos (hoy son 1.440 según el IPEA, por lo tanto el 0,05% de la población), una clase media con miedo a perder su estatus y millones de pobres y parias que de la pobreza pasaron a la miseria. Esta significa hambre en los niños, que mueren por desnutrición y enfermedades totalmente evitables, personas mayores que no consiguen sus remedios ni acceso a la sanidad pública, condenados a morir antes de tiempo. Esta matanza tiene responsables: buena parte de los legisladores actuales de la llamada “PEC de la muerte” no pueden eximirse de la culpa de ser los actuales Herodes del pueblo brasilero.

     Las élites del dinero y de los privilegios consiguieron volver. Apoyados por parlamentarios corruptos, de espaldas al pueblo y sordos al clamor de la calle, mediante una coalición de fuerzas formada por jueces justicieros, el Ministerio Publico, la Policía Militar y parte del Judicial y de los medios de comunicación corporativa y reaccionaria, no sin el respaldo de la potencia imperial interesada en nuestras riquezas, forjaron la dimisión de la presidenta Rousseff. El motor real del golpe es el capital financiero, los bancos y los rentistas (no afectados por las políticas de ajustes fiscales).

     Con razón denuncia el científico político Jessé Souza: Brasil es el palco de una disputa entre dos proyectos: el sueño de un país grande y pujante para la mayoría y la realidad de una élite de rapiña que quiere drenar el trabajo de todos y saquear las riquezas del país para el bolsillo de media docena. La élite del dinero manda, por el simple hecho de poder “comprar” a todas las otras élites (FSP 16/4/2016).

     La tristeza es constatar que todo este proceso de expoliación es consecuencia de la antigua política de conciliación de los dueños del dinero entre sí y con los gobiernos, que viene desde el tiempo de la Colonia y de la Independencia. Lula-Dilma no consiguieron o no supieron superar el arte sagaz de esta minoría gobernante que, con el pretexto de la gobernabilidad busca la conciliación entre sí y con los gobernantes, concediendo algunos beneficios a pueblo al precio de mantener intocada la naturaleza de su proceso de acumulación de riqueza a altísimos niveles.

     El historiador Jose Honorio Rodrigues, que estudió a fondo a conciliación de clase siempre de espaldas al pueblo, dice con razón: el liderazgo nacional, en sus sucesivas generaciones, fue siempre reformista, elitista y personalista… El arte de robar es noble y antiguo, practicado por esas minorías y no por el pueblo. El pueblo no roba, es robado… El pueblo es cordial, la oligarquía es cruel y sin piedad…; el gran éxito de la historia de Brasil es su pueblo y la gran decepción son sus dirigentes (Conciliação e Reforma no Brasil, 1965. pp.114:119).

     Estamos viviendo una repetición de esta maléfica tradición, de la cual nunca nos liberaremos sin el fortalecimiento de un anti-poder, venido de abajo, capaz de derribar esta élite perversa e instaurar otro tipo de Estado, con otro tipo de política republicana, donde el bien común se sobrepone al bien particular y corporativo.

     La Navidad de este año es una Navidad bajo el signo de Herodes. No obstante, creemos que el divino Niño es el Mesías liberador y la Estrella es generosa para mostrarnos mejores caminos.

     Leonardo BOFF/ 24-diciembre-16

DE MI ÁLBUM

                                         Virgen de las lágrimas

martes, 27 de diciembre de 2016

LO QUE DIJO BERLIOZ y SE DIJO DE ÉL


LO QUE DIJO BERLIOZ

Reflexionar sobre la calidad de los sonidos me ha llevado largo tiempo. De joven copié el Tratado de la armonía de nuestro gran Ramau.

No puedo componer en Roma; es la ciudad más estúpida y prosaica que conozco.

LO QUE SE HA DICHO DE BERLIOZ

"Berlioz provocó  los aplausos más delirantes en Alemania, Bohemia, Rusia y Hungría. Se le estimó mucho más que en Francia. 

Schumann y Mendelssohn le dieron un apoyo fraternal y los jóvenes compositores lo saludaban como el apóstol del nuevo arte”.
            Massimo Mila

“Berlioz es esencialmente un músico de ruptura. En su obra hay momentos en los que su fuerza creadora anticipa muchos rasgos de la música del siglo XIX”.

            Jean Roy

DE MI ÁLBUM

                                                 El silbido del río Abiseo

lunes, 26 de diciembre de 2016

CARDENAL PAULO EVARISTO ARNS: maestro, intelectual refinado, amigo de los pobres / Leonardo BOFF



    He perdido un maestro, un mecenas, un protector y un amigo entrañable. Cosas importantes van a ser dichas y escritas sobre el cardenal Paulo Evaristo Arns, que murió hoy, 14 de diciembre de 2016. No voy a decir nada. Sólo daré mi testimonio personal.

   Lo conocí a finales de los años 50 del siglo pasado, en la ciudad de Agudos, São Paulo, cuando yo era seminarista. Volvía de París con el prestigio de ser doctor por la Sorbona. En el seminario, con cerca de 300 estudiantes, introdujo nuevos métodos de enseñanza. Nos hizo estudiar literatura griega y latina, idiomas que dominaba como dominamos la lengua materna. Nos hizo leer las tragedias de Sófocles y Eurípides en griego. Sabíamos tanto griego que hasta representábamos la Antígona en ese idioma, y todos entendíamos.

   Después vine a conocerlo de nuevo en Petrópolis como profesor de Patrística y de la historia cristiana de los primeros dos primeros siglos. Nos obligaba a leer a los clásicos en su idioma original: san Jerónimo, su favorito, en latín, y san Juan Crisóstomo, en griego.

   Cuando le visité hace dos años en el convento de religiosas en las afueras de Sao Paulo lo encontré leyendo sermones en griego de san Juan Crisóstomo.

   Fue nuestro maestro de estudiantes a lo largo de los estudios de teología en Petrópolis, de 1961 a 1965. Acompañaba con interés a cada uno en sus búsquedas, con una mirada profunda que parecía llegar hasta el fondo del alma. Era alguien que siempre buscó la perfección. Incluso, entre nosotros los estudiantes, disputábamos para ver quién encontraba algún defecto en su vida y actividad. Cantaba maravillosamente el canto gregoriano al estilo de Solesmes, más delicado que el duro de Beuron, que había predominado hasta que llegó él.

   Durante cuatro años lo acompañé en la pastoral de la periferia. Los jueves por la tarde, el sábado por la tarde y los domingos todo el día, lo acompañé en la capilla del barrio de Itamaraty, en Petrópolis. Visitaba todas las casas, especialmente las familias portuguesas que cultivaban flores y horticultura. Donde llegaba, enseguida fundaba una escuela. Estimulaba el trabajo de los poetas y escritores locales. Después de la misa de las 10, los reunía en la sacristía para escuchar los poemas y cuentos que habían elaborado durante la semana. Estimulaba intelectualmente a todos a leer, escribir y narrar para otros las historias que leían.

   Fue un intelectual refinado, conocedor profundo de la literatura francesa. Escribió 49 libros. Nos instó a seguir el ejemplo de Paul Claudel, que acostumbraba a escribir todos los días al menos una página. Seguí su consejo, y hoy ya he pasado de cien libros.

   Lo que siempre me impresionó en él fue su amor y su afecto franciscano por los pobres. Hecho obispo auxiliar de São Paulo, inmediatamente se ocupó de las periferias de la ciudad, fomentando las comunidades eclesiales de base y comprometiendo personalmente a Paulo Freire. Como era el tiempo de la dictadura brasileña, especialmente férrea en São Paulo, asumió enseguida la causa de los refugiados venidos del horror de las dictaduras de Argentina, Uruguay y Chile. Su misión especial fue visitar las prisiones, ver las heridas de las torturas, denunciarlas con coraje y defender los derechos humanos salvajemente violados. Corrió riesgos de su vida con amenazas y atentados. Pero como franciscano, siempre mantuvo la serenidad como quien está en la palma de la mano de Dios y no en las garras de la represión policial.

   Quizás su mayor logro fue el Proyecto Brasil: Nunca más, desarrollado por él, el rabino Henry Sobel y el pastor presbiteriano Jaime Wright, con todo un equipo de investigadores. Fueron sistematizadas informaciones de más de 1.000.000 de páginas contenidas en 707 procesos del Tribunal Superior Militar. El libro, publicado por la Editora Vozes, Brasil Nunca Más, jugó un papel clave en la identificación y comunicación de los torturadores del régimen militar y aceleró la caída de la dictadura.

   Yo personalmente, le estoy profundamente agradecido por haberme acompañado en el proceso doctrinal realizado en mi contra por el ex Santo Oficio, en 1982, en Roma, bajo la presidencia del entonces cardenal Joseph Ratzinger. En el diálogo que siguió a mi interrogatorio, entre el cardenal Ratzinger, el cardenal Lorscheider y el cardenal Arns, en el que yo también participé, valientemente dejó claro al cardenal Ratzinger: «Ese documento que usted publicó hace una semana sobre la Teología de la Liberación no corresponde a los hechos, hechos que conocemos bien; esta teología es buena para los fieles y para las comunidades; usted ha asumido la visión de los enemigos de esta teología, que son los militares latinoamericanos y los grupos conservadores del episcopado, insatisfechos con los cambios en pastoral y en los modos de vivir la fe que este tipo de teología implica». Y añadió: «Espero de usted un nuevo documento, positivo ahora, que reconozca esta forma de hacer teología a partir del sufrimiento de los pobres y en función de su liberación». Y así fue, tres años más tarde.


   Todo esto ya es pasado. Queda la memoria de un cardenal que siempre estuvo al lado de los pobres y nunca dejó que fuese ignorado el grito del oprimido por sus derechos violados. Él es una referencia perenne al Buen Pastor que da su vida por los pequeños y los más sufridos de este mundo.

Leonardo BOFF/  14 de diciembre- 16

DE MI ÁLBUM


domingo, 25 de diciembre de 2016

MIS CAMPANAS. WAYLILLAS / Clodomiro GUEVARA


                                                        Huamachuco en 2009

MIS CAMPANAS 

Estas hembras decidoras de metálicas gargantas,
en su torre encaramadas con prestigio colonial,
tan unciosas, tan aladas, tan parleras y cantantes,
tienen vida, tienen alma, tienen gama emocional.

Ellas vibran y acuchillan los espacios, despertando
el fervor de los creyentes con sus toques de creación;
ellas llenan de cristianos la amplia nave de la iglesia
en las horas de rosario y de mística oblación.

Ellas gimen y se quejan cuando se abre el camposanto
para dar hospicio eterno al que cesa en el dolor;
ellas rasgan el silencio con clamares taladrantes
cuando brillan los incendios con siniestro resplandor.

Ellas saben de las horas de locura y de alborozo
cuando el bravo caraqueño pisa el suelo de Carrión;
ellas saben de los cruentos sacrificios, cuando sienten
las más hondas rajaduras bajo el plomo del cañón.

Y a pesar de sus heridas, tienen alma, tienen vida,
y la magia portentosa de saber resucitar;
es así como cada año por tres días enmudecen
y con Cristo resucitan a la luz matutinal.


WAYLILLAS


De eterna nevazón encanecido,
shundurado en las vértebras andinas,
cual indígena atleta ya vencido
deshielas tus nostalgias argentinas.

Envidioso de las blancas popelinas
que en tu frente los dioses ha ceñido,
en vano con flechas purpurinas
quiere el sol incendiar enfurecido.

Eres firme y glorioso centinela
y en tu puño se avivan los laureles
de esta tierra hoy cansada y abatida.

Cual tu nieve es la blanca escarapela
que ostenta en su popa los bajeles
que zarpan de este puente hacia la vida.

DE MI ÁLBUM

                                          Las montañas de Huamachuco

sábado, 24 de diciembre de 2016

"EL REINO AHORA": Cap. 20 COMO ORDENE LA REINA / Tony PEREDA



   En un amplio salón decorado con pinturas, la Reina Beatriz y Felipe bailan al ritmo de las flautas y de los violines. La Reina le sonríe.
 La voz de Alysse se escucha repentinamente.
   “Su Majestad…, Su Majestad…”
 La Reina despierta de su sueño y se da cuenta que está en sus recámaras. Ella observa a Alysse por un momento, intrigada aún por su extraño sueño. Sharize se encuentra en el otro lado de la cama.
   “Buenos días, Su Majestad”, dicen ellas.
 La Reina parpadea muy confundida.
   “¿Qué ocurre?”
 Sharize aclara la garganta.
   “Hoy es su aniversario de nupcias”.
   “Felicidades”, dice Alysse con una amplia sonrisa.
 La Reina mira hacia arriba, sorprendida.
   “Oh, me había olvidado por completo”, sonríe ella.
   “El Rey ha planeado una ceremonia”, susurra Sharize.
   “Será un estupendo día para Su Majestad, agrega Alysse.
 La Reina finge una sonrisa.

   En la Cámara del Consejo Real, el Rey Aidan luce muy feliz con la planificación de la ceremonia. Columbio informa al Rey que los mejores músicos del reino vendrán a tocar al Palacio. Arturo ingresa y se disculpa con el Rey ya que no podrá asistir a la ceremonia. El Rey y Columbio miran a Arturo, muy sorprendidos. Arturo dice que hoy también es el aniversario de la aldea de Chandler, y él está a cargo de las actividades programadas. El Rey dice que olvidó el aniversario de Chandler. Arturo sonríe y dice al Rey que tratará de estar con ellos un rato. El Rey le agradece.

   En la aldea de Chandler, cientos de personas se aglomeran en una plaza para escuchar las quejas de los manifestantes. Un joven con una larga barba los incita a la violencia.
   “¡La Reina… es la única culpable de nuestra situación!”, grita él.
 En ese momento, la muchedumbre exclama enfurecida.
   “Ella es quien ha causado toda esta lluvia de sangre”.
   “Ella sólo se preocupa de asistir a las fiestas”.
 El joven extiende sus brazos.
   “Todos conocemos sus pecados. Debemos poner fin a nuestra desesperación”.
 El estruendo de la multitud continúa.
   “No toma en cuenta que está embarazada. Debería mostrar algo de respeto”.
   “El Rey está ciego”.
   “Él sólo hace lo que la Reina ordene”.
 El joven se inclina y luego se marcha. Escondiéndose detrás de una columna, el Duque espera por él.
   “Su Gracia”.
 El Duque entrega al muchacho una bolsa de monedas.
   “Eso estuvo muy bien”, dice el Duque.

   Un carruaje se abre paso a través del espeso bosque. En el interior, cuatro hombres vestidos de elegantes atuendos, tocan sus violines. A medida que el carruaje pasa por un puente, dos carruajes se aparecen bloqueándoles el camino. El conductor frena, y los caballos se detienen de golpe. Un grupo de hombres encapuchados rodean el carruaje. Los músicos sienten pánico al ver a un hombre encapuchado ingresar al carruaje.
   “Bueno, supongo que mis modales los asustan”.
   “Por favor no nos haga daño”, ruega uno de los músicos.
   “Cuiden sus traseros. Quiero que se marchen y nunca más vuelvan por aquí”, dice el hombre.
 Los músicos asienten con la cabeza.
   “No habrá ningún problema”.
 El encapuchado sonríe mientras observa al carruaje irse. Se retira la capucha, revelando un rostro familiar, el Capitán Jasper.

   Milun se acerca a la Señorita Pía y le pregunta qué es lo que ella sabe de la Señora Britta. La Señorita Pía dice que escuchó que ella enviudó dos veces y ahora está casada con el primo del Rey, Casey. Milun asienta con la cabeza.

   En la habitación de Janice, Alysse comenta a Janice que Milun y ella se besaron en la víspera de Navidad. Janice luce sorprendida. Alysse dice que de todos modos lo de ellos es algo muy complicado. Janice dice a Alysse que sólo el tiempo dirá si realmente están destinados a estar juntos. Alysse agradece a Janice.

   En la cocina, Sharize seca los cubiertos con un paño. Miccael se acerca y le dice a Sharize que no se había dado cuenta antes, pero él se siente muy atraído por ella. Sharize mira a Miccael, muy sorprendida.

   En el Monasterio, el Duque dice al Monseñor que está cansado del Rey y de todos en del Palacio. El Monseñor sonríe y le pide al Duque que tenga paciencia. El Monseñor entrega al Duque una carta y le pide que se la haga llegar a la Reina. El Duque se muestra furioso.

   En el Salón de los Nobles, Columbio parece muy preocupado por la tardanza de los músicos. El Rey está decepcionado. Britta dice que quizás les ocurrió algo imprevisto. Milun ingresa al Salón y Columbio le dice que necesitan a los músicos o la ceremonia se arruinará. Milun dice que irá a ver si les ocurrió un accidente. Columbio asienta con la cabeza. Britta sonríe y dice a sí misma que Milun sólo encontrará su muerte.
 Arturo ingresa y dice que tiene una mejor idea. Él les propone ir a celebrar el aniversario de la aldea de Chandler. Britta dice que no es apropiado que el Rey y la Reina se mezclen con los aldeanos. El Rey dice que el Padre Arturo tiene algo de razón, ya que ésta podría ser la oportunidad de demostrar a los aldeanos que realmente se preocupan por ellos. Arturo sonríe. El Rey pide al Capitán Daugherty que prepare la visita de ellos a la aldea. Britta está furiosa.

   En la cocina, Sharize le pide a Miccael que se marche. Miccael dice a Sharize que él sabe lo que hay entre Pedro y ella y no quiere lastimar a nadie, pero era necesario confesarle lo que siente por ella. Shaize baja la mirada.

   Afuera del Palacio, el Capitán Daugherty y sus guardias azules preparan los carruajes. Milun ofrece ayudarles. Uno de los soldados se acerca a Milun con un bolso en la mano.
   “Qué extraño, encontré esto dentro de uno de los carruajes”, dice el guardia.
   “¿Qué es?”, pregunta Milun.
   “No estoy seguro”.
 El guardia extrae del bolso una capucha negra.
 Milun la mira sorprendido. Él sabe que pertenece a los atacantes de la taberna.
   “Yo me haré cargo de ella”, dice Milun.
 El guardia afirma con la cabeza y entrega el bolso a Milun. Milun sonríe.

   En la habitación de Britta, el Capitán Jasper se reúne con Britta.
   “Yo estuve esperando por Milun un largo rato, pero nunca llegó”, dice.
 Britta camina en círculos.
   “El Padre Arturo lo arruinó todo”, grita ella.
   “Bueno, yo cumplí con mi parte”.
   “¡Lárguese!”, grita Britta.
 El Capitán Jasper sale de la habitación.
   “No es más que una bruja”.
 El Capitán camina por el pasillo principal y se encuentra con Milun.
   “Creo que esto le pertenece”.
 Milun entrega a Jasper el bolso de ropa.
 Jasper mira a Milun.
   “¡Qué tontería estás diciendo!”, dice Jasper.
   “Puede que alguien la necesite”, responde Milun.
 Jasper deja caer la bolsa y está listo para desenvainar su espada. El General Riot y sus soldados se acercan.
   “Lo dejaremos para otro día, capitán”.
 Milun saluda al General Riot y se marcha. El Capitán Jasper recoge la bolsa.
   “Haré que pague su osadía”, dice.

   En las recámaras de la Reina, Alysse ayuda a la Reina Beatriz a vestirse. Alysse dice a la Reina que será una magnífica ceremonia. Janice dice a la Reina que le alegra que puedan visitar la aldea de manera formal. La reina sonríe. La Señorita Pía ingresa y le entrega a la Reina una carta del Monseñor. La Reina abre la carta y la lee. En la carta, el Monseñor le pide que tenga mucho cuidado con su plan, y le aconseja que finja malestar debido al hijo que lleva. La Reina destruye la carta y baja la mirada.

   Britta se acerca al Duque y le dice que el Padre Arturo ha arruinado sus planes nuevamente. El Duque pide a Britta que no se preocupe, ya que él ha planeado una bienvenida especial para la Reina en la aldea. Britta sonríe.

   En un pasillo, Milun se acerca a Columbio.
   “No creo que sea el momento más adecuado para que el Rey visite la aldea”, dice Milun.
   “Estoy de acuerdo, pero el General Riot está a cargo de la seguridad del Rey”.
   “Sí, pero todo esto me produce un mal presentimiento”.

   Momentos después, en el patio inferior, el Rey y la Reina están listos para ingresar en el carruaje. Arturo se acerca y les dice que está muy agradecido con ellos por asistir a la celebración en la aldea. El Rey dice a Arturo que él es quien está agradecido por su consejo. La Reina acaricia su estómago y respira con dificultad. El Rey se preocupa. La Reina dice al Rey que será mejor que ella permanezca en el Palacio. El Rey dice que cancelará la visita de ellos a la aldea. La Señorita Pía se acerca y dice que ella se hará cargo de la Reina. La Reina le pide al Rey que vaya, y le promete que ella estará bien. El Rey besa a la Reina en la frente y le dice que regresará pronto. Britta, llena de rabia, dice que ella se quedará con la Reina.

   En uno de los carruajes, Arturo les dice a Alysse y a Janice que le alegra que ellas puedan asistir a la ceremonia. Janice dice que es una pena que la Reina no haya podido venir, sobre todo porque ella ama la aldea. Arturo siente una extraña premonición y toca su bolso. Papier dice que la aldea es muy hermosa. Flere luce emocionado, también.
 Los carruajes pasan por la panadería, y Milun observa que un nuevo edificio ha sido construido en su lugar. Milun dice que él nunca imaginó visitar la aldea como escolta del Rey.

   En sus recámaras, la Reina Beatriz se mira en el espejo, preocupada. Ella dice que no puede seguir mintiendo que espera un hijo.

   En la plaza principal, el Rey se encuentra sobre una tarima de madera erigida para la ceremonia.  Él comienza su discurso, saludando a los aldeanos. Arturo, Milun, el Duque y los otros se encuentran en el otro extremo del escenario.  El Rey comunica a los habitantes de la aldea que está muy orgulloso de celebrar con ellos el aniversario de Chandler, y se disculpa por la repentina ausencia de la Reina.
 Uno de los aldeanos entre la multitud grita.
   “¡Mentiras! La Reina prefiere ir a una fiesta en vez de venir a la aldea”.
 El Rey decide continuar con su discurso, y nuevamente es interrumpido por los aldeanos.
   “Por culpa de ella nuestros impuestos han subido”.
   “Estamos cansados de pagar por sus caprichos”.
 El Rey detiene su discurso. Él se siente aturdido al ver a los aldeanos reaccionar de esa manera.
   “El Rey es sólo un payaso. Ella es la verdadera gobernante”.
   “Ella es la reina… la reina de la noche”.
   “La Reina del disfraz”.
   “Ella gasta nuestro dinero en lujos… mis hijos mueren de hambre por culpa de ella”.
 El Rey baja la mirada. El Duque sonríe. Arturo y los otros se sienten preocupados. El Capitán Daugherty se acerca al Rey y le dice que será mejor que se marchen. El Rey dice a Daugherty que los aldeanos están equivocados. El Duque saca su revólver y se coloca en medio del escenario. El Duque apunta con su arma a la multitud y dice que la próxima persona que grite pagará muy caro por su atrevimiento. El Rey lo mira, sorprendido. Arturo se acerca al Duque y le pide que baje su arma. Uno de los aldeanos se abre paso entre la multitud.
   “No nos causa miedo sus amenazas”, grita el aldeano.
   “Entonces me encargaré de enviarte al infierno”, dice el Duque.
   “Nos están mostrando su verdadera cara”, grita otro aldeano.
   “Yo te mostraré la verdadera cara, pero la verdadera cara de la muerte”, responde el Duque.
 El Duque dispara a la multitud. Arturo grita. Los aldeanos se quedan sorprendidos al ver a un hombre y a dos mujeres, asesinados. El Rey permanece conmocionado con lo ocurrido. El Duque se ríe.
 Uno de los aldeanos, con lágrimas en los ojos, dice que deberán pagar por este crimen. Los aldeanos llenos de ira, atacan a los soldados. El Capitán Daugherty  toma al Rey por el brazo.
   “Protejan al Rey”, grita él.
   “No me marcharé”, dice el Rey con determinación.
 Milun desenvaina su espada y mira a Columbio.
   “Date prisa, anda con los otros”.
 Columbio asiente con la cabeza y se aleja. El Duque dispara a los aldeanos y Arturo sostiene el brazo del Duque.
   “¿Qué estás haciendo?” “Esta no es la solución”.
   “¡Apártate!”

 El Duque empuja a Arturo haciéndolo caer. Los aldeanos suben al escenario y luchan contra los soldados. Riot dice al Duque que no le permitirá que le haga daño a su hermano. El Duque dice a Riot que debe ordenar a los soldados que disparen. Arturo le ruega a Riot que no lo haga. Uno de los aldeanos en el escenario, saca su revólver y apunta al Rey. El Rey lo mira asustado. El aldeano dispara y Arturo protege al Rey con su cuerpo.

DE MI ÁLBUM

viernes, 23 de diciembre de 2016

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA

                                                                              Salpo-Otuzco-La Libertad-Perú
DE: "ORACIONES DEL SIGLO XX"

“MI NIÑO Y YO”

Señor: si la poesía es la nata de la prosa, ¿para cuándo guardarla, sino para cantar tu Navidad? Pero yo no soy poeta. Por eso me permito dirigirme hoy a Ti con unas líneas poéticas ajenas, para rezarte no tan mal como los otros días. Yo pongo mi voz y, sobre todo, mi corazón.

            “Te adoro, Dios de los espacios blancos
            eterno, eterno, eterno.

            Así te quiero, así tienes que ser.

            Última playa sola y absoluta,
            al fin de mis naufragios y mis noches.

            Pero, ¿sabes, mi Dios?, soy muy pequeño.

            Al levantar mi frente, sólo veo un infinito cero.

            En esa curva azul, mi alma adivina
            tu abrazo, en que estrechas con tus mundos.

            Pero es tan grande y tan distante…
            Dios, no te enojes conmigo.

            Tenía que decirte lo que siento,
            Y aunque no lo dijera, Tú lo sabes (…)

            Para amarte, así, mejor así,
            perdido entre mis manos
            como yo entre las tuyas infinitas.

     Así, de carne y hueso.

     Materia, llanto y risa, tiempo y número,
     entre crujir de pajas,
     dócil vaho caliente y dos manos fragantes de mujer.

     Y poderte besar, y poderte dormir,
     Y poderte matar, ¡Oh Dios de carne!
     Y poderte decir
     --noche de maravilla y de locura--:
     “No llores, Dios pequeño,
     que aquí viene mamá…

     No llores, hay juguetes,
     oro de rey, una estrellita blanca
     y el corazón de todos estos hombres”.

     Así, mejor así, de carne y hueso.

     ¡Oh, por algo será, si Tú lo has hecho!”

            Rafael de Andrés



JESÚS NACE EN BELÉN


Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores comenzaron a decirse: ‘Vamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido. Fueron apresuradamente y hallaron a María, a José y al recién nacido acostado en la pesebrera. Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho de este niño, y todos se maravillaron de lo que decían los pastores. María, por su parte, observaba cuidadosamente todos estos acontecimientos y los guardaba en su corazón”. Lucas, 2, 15-20

LA NOCHE BUENA

No sabemos cuántas noches y días malos nos reserva el año. Una cosa sabemos: que tendremos cada año una noche buena, en que los ángeles, mandados por Dios mismo, nos desearán la paz.

Hay elementos externos, personas, cosas, situaciones, que se suponen ligados con la felicidad. La copla humana lo concreta: salud, dinero y amor. Pero la felicidad es subjetiva, está dentro de uno. No existe la felicidad sino el feliz. De los tres elementos que el hombre asocia con la felicidad subjetiva –placer, alegría, paz -, el más importante es la paz.

 Puede haber felicidad sin placer y sin alegría; nunca sin paz, sin ese suelo último, compacto y sólido, superior a la erosión del dolor y la destrucción. Paz, que es coherencia con la naturaleza, con el prójimo, consigo mismo y con Dios.

Los ángeles han cantado en la noche, en el corazón de la noche: “Paz en la Tierra”. No es un sarcasmo, ni siquiera una tomadura de pelo entre risas sobrenaturales. Desde que Dios está en la Tierra como un hombre más, tiene que haber paz. Si creemos lo que decimos en el Credo y en el Padre Nuestro, tenemos que tener una paz inalterable en sí misma, aunque la sensibilidad y los nervios se revuelvan, a prueba de letras que vencen y de calumnias y odios.

¿Qué significa para cada uno de nosotros el nacimiento de Cristo? El pecado cerró todos los horizontes; clausuró el Cielo, dejando como máxima posibilidad el Limbo; trajo la molestia en el trabajo; el dolor y la muerte, el desorden de las pasiones, el enfrentamiento del hombre con Dios, con el hombre y consigo mismo.

La Redención, destrucción del pecado, fortalece la naturaleza del hombre y le abre la sobrenaturaleza. Eleva el trabajo y el dolor a medios de redención y perfeccionamiento. Abre de nuevo la remota y próxima puerta del más allá, haciendo posible la visión de Dios, con el disfrute sobrehumano de su Belleza, su Poder, su Inteligencia y Perfección suprema. Para el cuerpo, la redención trae la resurrección y la eternidad.

Ver a Dios en la otra vida, reunión con los seres amados, resurrección de la carne, eso significa para cada uno el nacimiento de Cristo. Es decir, recobramos a los demás, nos recobramos a nosotros mismos y recobramos a Dios. El pecado dice: nadie, nunca, nada. El Niño redentor dice: todo, siempre, todos.

Pero la Noche es Noche de paz si es Noche de Dios, “Paz a los hombres de buena voluntad”. El original bíblico dice exactamente: “Paz a los hombres del beneplácito”, en quienes Dios se complace. Ambas realidades coinciden: hombres de buena voluntad, hombre en quien Dios se complace.

Buena voluntad es buena disposición para con Dios. Como a Dios no lo vemos, viene a ser, por voluntad de Dios, buena disposición hacia el prójimo.

La buena voluntad sincera es lo que da la medida de un hombre ante Dios. Por más “religiosa” que sea una persona, si no tiene buena voluntad, si no ama, “está muerta” sentencia Dios en la carta de Juan.

Nos deseamos unos a otros felices pascuas. Si tenemos realmente buena voluntad, debemos tratar de darnos unos a otros felices pascuas y feliz año. La felicidad de cada uno está en las manos de los demás.

            José M. de Romaña

DE MI ÁLBUM