domingo, 22 de noviembre de 2015

LAS BIENAVENTURANZAS DE LOS VIOLINISTAS / Francisco PEREDA

22 de noviembre

Jascha Heifetz dijo una vez que para tocar el violín se necesita: “La concentración de un monje budista, la precisión de un cirujano y la valentía de un torero”. Con toda la verdad que encierra esta premisa, en la mayoría de los casos uno empieza su relación con el violín “jugando”; la intensidad de este juego puede llevarnos en la medida de nuestro potencial a formar parte de un mundo que gira en órbitas de vida, belleza, magia y elevación espiritual en el infinito Universo de la música. Como parte de esta galaxia de sonidos, se encuentra el violín en forma de la más preciosa piedra que antes de ser joya, fue un simple madero que quería “hablar” a través de las manos de alguien; la virtud de verla de cerca o tenerla en sus manos para transformar un sonido temporal en algo sublime y eterno, ciertamente ha hecho felices y dichosos tanto a intérpretes como a oyentes.

En 1959, paralelamente a mi etapa inicial en el estudio del violín en el Perú de mis añorados recuerdos; en el otro lado del mundo, un violinista de 18 años nacido en Cochabamba en los Andes de Bolivia, obtenía el primer lugar en el concurso Internacional de violín Reina Elizabeth de Bélgica; siendo hasta entonces el primer latinoamericano y el más joven en la historia de este concurso en ganar tan codiciado premio. Once años después cuando conocí personalmente a Jaime Laredo, me comentó que tocar en frente de Menuhin, Grumiaux, Oistrakh y Kogan no es tarea fácil, y que cuando fue anunciado ganador, las piernas le temblaban de tal manera que no podía pararse de su asiento. Al final, David Oistrakh se acercó a felicitarlo diciéndole: “Has tocado como un Ángel”, elogio sincero tratándose del Rey David, lleno de sabiduría, en medio de un profundo y enorme compromiso.




PRESENTANDO A JAIME LAREDO es el título del disco que salió poco tiempo después del concurso, en este vinilo o LP como lo llamábamos en aquel entonces y que aún conservo; Jaime interpreta una serie de “encore pieces”, pequeñas grandes obras llenas de una consumada musicalidad, calidad de sonido y sobre todo de una gran interpretación y fraseo arriba de todo esfuerzo mecánico e intelectual. Una de las piezas que escuchaba por primera vez y que dejó en mí una imborrable huella fue: “Le fille aux cheveux de Lin” (La niña de los cabellos de Lino), preludio para piano de Claude Debussy en una transcripción para violín y piano de Arthur Hartmann.



Arthur Hartmann nació en Matè Szalka, en el sur de Hungría en 1881 y murió en Estados Unidos en 1956, fue amigo íntimo de Debussy y poseedor de una inusual capacidad: gran artista, intérprete y maestro. “Debussy iba a escribir una pieza para violín para mí” comentó una vez, mostrando una serie de cartas que el gran impresionista le había escrito. El Poema para violín que Debussy le había prometido, nunca se materializó debido a la enfermedad del compositor.

Según palabras del propio Hartmann: “Dentro de las transcripciones que más he disfrutado hacer está “La niña de los cabellos de Lino”. Considero que esta obra representa un hilo conductor entre mi infantil pero singular y bella experiencia personal, y el autor de estas sentencias de prosperidad y felicidad humana: ARTHUR HARTMANN, las cuales hoy quiero compartir con ustedes mis colegas.

1. "Bienaventurados los que a temprana edad se acercaron a      Bach,      porque con los años su amor y veneración a la  
     música se multiplicará”.

2. "Bienaventurados los que recuerdan sus propias
     dificultades, porque su compasión crítica ayudará a otros 
     a un mayor logro y alcance del Divino Arte”.

3. "Bienaventurados los que son conscientes de sus propias 
    limitaciones, porque tendrán alegría de los logros de 
    otros”.

4. “Bienaventurados los que recuerdan a los maestros del
     pasado y buscan a los nuevos, y no le niegan la
     oportunidad de ser escuchados”.

5. "Bienaventurados los que estudian en la oscuridad del 
     silencio, porque el Arte siempre ha sido para unos pocos
     y rehuyen al vulgar y estruendoso ruido de la ignorancia".        

6. "Bienaventurados los que se ponen de acuerdo en un
     mismo objetivo para servir a su Arte, porque así su 
     felicidad estará garantizada”.

7. "Bienaventurados los que se revelan como futuristas, 
    porque el Arte evoluciona con los que no respetan las 
    normas y reglas establecidas”.

8. "Bienaventurados los que tienen muchos enemigos,
    porque saben que las clavijas cuadradas nunca 
    embonarán en los orificios redondos de la voluta del 
    violín.”

Como tributo a la Bienaventuranza No.4 me gustaría comentar las reflexiones personales de cuatro de los grandes violinistas del siglo pasado en relación a la Maestría del violín:


“La Maestría del violín consiste en que un violinista debe ser un pensador, poeta, Ser humano; tiene que conocer la esperanza, el amor y la angustia. Debe recordar toda la gama de emociones para poder expresarlas en su manera de tocar”.

EUGENE YSAYE


“La Maestría del violín para mí está lejos de la perfección, aun teniendo en cuenta el más completo equipo técnico y musical. Yo creo que ningún artista es un verdadero maestro de su instrumento, a no ser que el control del mismo sea parte integral de un todo.”

FRITZ KREISLER

“La Maestría del violín está en manos del artista que puede presentar en todo lo que toca, un panorama distinto en cada detalle para enmarcar la idea del compositor en una belleza perfecta llena de verdad absoluta, color y proporción”.

MISCHA ELMAN


“La Maestría del violín es la habilidad de hacer del violín un instrumento perfectamente controlado, guiado por la capacidad e inteligencia del artista. El violinista siempre debe ser superior a su instrumento”.

JASCHA HEIFETZ

A manera de Epílogo quiero agregar que para ARTHUR HARTMANN, “Tocar el violín no es un misterio abstracto, es algo tan claro como la Geografía; el Arte limita por el Sur con la cuerda Sol, por el Norte con la cuerda MI, y por el Oeste con la mano izquierda. Para mí la Maestría del violín consiste en poner el dedo correcto en el lugar correcto en el momento correcto”.

Cierro esta ventana de mis experiencias, con el maravilloso regocijo de haber disfrutado la música de Claude Debussy, por compartir y experimentar la sabiduría de Arthur Hartmann, y por admirar el talento de Jaime Laredo; tríada que vibra y resuena en ese remoto lugar del corazón desde mis días de infancia, y que estoy seguro me acompañarán hasta cuando tenga que cruzar a la otra orilla del río.

viernes, 20 de noviembre de 2015

TRANSFORMAR EN SUFRIMIENTO PERSONAL LO QUE SUCEDE EN EL MUNDO / Leonardo BOFF


Actualmente hay una fructífera discusión filosófica, también entre nosotros con Muniz Sodré (Las estrategias sensibles, 2006) y FJ Duarte (El sentido de los sentidos, 2004), para rescatar la razón sensible como un enriquecimiento imprescindible de la razón intelectual. Esto es necesario, ya que es a través de ella como nos comprometemos afectiva y efectivamente a salvaguardar la vida en el planeta y a la humanización de las relaciones sociales. De modo coincidente el Papa Francisco en este punto de su encíclica sobre el cuidado de la Casa Común (2015) nos aporta una valiosa contribución.

Él analiza con espíritu científico y crítico de lo que está pasando con nuestra Casa (nºs 17-61). Luego advierte que, en una perspectiva de la ecología integral que es el tema fundamental de su texto, estas categorías son insuficientes (nº 11). Tenemos que abrirnos «a la admiración y al encanto... y hablar el idioma de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo» (nº 11). Por lo tanto, no podemos restringir la ecología ambiental, ya que ésta atiende sólo a la relación del hombre con la naturaleza, olvidando que es parte ella. Esta relación unilateral es el vicio de antropocentrismo, criticado en su texto (nºs 115-121).

Sucede que el ser humano tiene dimensiones sociales, políticas, culturales y espirituales sobre las que hay poca preocupación y reflexión débil, lo que hace que sea difícil encontrar una solución consistente a la grave crisis que azota a la Casa Común.

Considerando la amplitud de estas dimensiones, debemos ir más allá de un análisis puramente técnico y científico. Debemos, más bien, utilizar la investigación científica indispensable, pero «dejarnos interpelar por ella en profundidad y dar una base concreta al itinerario ético y espiritual derivados» (nº 15). Además «debemos atrevernos a convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo» (nº 19).

El Papa Francisco es consciente de que detrás de las estadísticas hay un mar de sufrimiento humano y muchas heridas en el cuerpo de la Madre Tierra. Como somos parte de la naturaleza y todo está interrelacionado (tema siempre recurrente en la encíclica, nºs 70, 91,117, 120, 138, 139, etc.) y nunca estamos fuera de esa «red de relaciones» (nº 240) que nos envuelve a todos, participamos de los dolores de la crisis ecológica. Llega a advertir que «las previsiones de catástrofes ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía... el estilo de vida actual, por ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes, como de hecho ya está ocurriendo periódicamente en diversas regiones» (nº 161).

Pero el Papa no se siente intimidado por este escenario. Da un voto de confianza al ser humano, en su creatividad y su capacidad de regenerarse y de regenerar la Tierra (nº 205) y mucho más confía en el Dios que, en palabras de la tradición judeocristiana “es el soberano amante de la vida” (Sb 11, 24 y 26: nºs 77, 89). Él no permitirá que nos hundamos totalmente (nº 163). Aún vamos a hacer una «conversión ecológica» (nº 217) e introduciremos la «cultura del cuidado que impregnará toda la sociedad» (nº 231).

De esto nacerá un nuevo estilo de vida (alternativa repetida 35 veces en la encíclica), basado en la cooperación, la solidaridad, la sencillez voluntaria y la sobriedad compartida que implicará una nueva forma de producir y consumir, y en última instancia, nos dará la «conciencia amorosa de no estar separados de las demás criaturas, de formar con otros seres del universo una estupenda comunión universal» (nº 220).

Como se puede ver, aquí ya no se habla solamente de inteligencia intelectual, de inteligencia técnica y científica, sino de inteligencia emocional y cordial, como lo he detallado en mis dos libros Saber Cuidar y El cuidado necesario. El Papa en sus palabras de afecto y cariño hacia todos, especialmente hacia los pobres y los más vulnerables, da un claro ejemplo de este tipo de inteligencia tan urgente y necesaria para superar la profunda crisis que abarca todos los ámbitos de la vida.



En razón de esta inteligencia emocional nos pide «escuchar tanto el grito de la Tierra como el grito de los pobres» (nº 49). Las agresiones sistemáticas, realizadas en los dos últimos siglos, «provocan el gemido de la hermana tierra, que se une al gemido de los abandonados del mundo» (nº 53). Por eso es importante «cuidar de la creación... y tratar con cuidado a los demás seres vivos» (nº 211) porque cada uno tiene un valor intrínseco, independiente del uso humano (nº 69) y, a su manera, alaban al Creador (nº 33). Llega a decir que debemos «alimentar una pasión por el cuidado» de todo lo que existe y vive.

Hace hincapié en el hecho de que «nosotros estamos unidos a todos los seres del universo por lazos invisibles y formamos una especie de familia universal, una comunión sublime que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde» (nº 89).

Sólo quien ha desarrollado en alto grado la inteligencia sensible o cordial podría escribir: «Todo está relacionado, y todos los seres humanos estamos juntos como hermanos y hermanas en una maravillosa peregrinación, entrelazados por el amor que Dios tiene a cada una de sus criaturas y que nos une también, con tierno cariño, al hermano Sol, a la hermana Luna, al hermano río y a la Madre Tierra» (nº 92).

Tales sentimientos y actitudes son una petición general hoy en día, para evitar las tragedias ecológicas y sociales que ya se anuncian en el horizonte de nuestro tiempo.

Leonardo BOFF/ 20- noviembre- 15            

domingo, 15 de noviembre de 2015

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA


DE: "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"



SEÑOR, DIOS NUESTRO,
concédenos un descanso
tranquilo que restaure
nuestras fuerzas
desgastadas ahora
por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu
ayuda, te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y
nuestro espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
                                      Anónimo.
VENTANA AL MUNDO:
BOLIVIA





















Nombre oficial:

Estado plurinacional de Bolivia

Ciudades importantes:

La Paz,
Santa Cruz de la Sierra,
Cochabamba,
Sucre.

Himno Nacional

De la Patria, el alto nombre
en glorioso esplendor conservamos,
y en sus aras de nuevo juremos,
morir antes que esclavos vivir.
1.
   Bolivianos el hado propicio,
coronó nuestros votos y anhelo;
es ya libre, ya libre este suelo,
ya cesó su servil condición.
Al estruendo marcial que ayer fuera
y al clamor de la guerra horroroso,
siguen hoy en contraste armonioso
dulces himnos de paz y unión.
2.
   Esta tierra inocente y hermosa
que ha debido a Bolívar su nombre,
es la Patria feliz donde el hombre
goza del bien de la dicha y la paz.
Que los hijos del grande Bolívar
que ya mil y mil veces jurado
morir antes que ver humillado
de la Patria el augusto pendón.
3.
   Loor eterno a los bravos guerreros
cuyo heroico valor y firmeza;
conquistaron las glorias que empieza
hoy Bolivia feliz a gozar.
Que sus nombres el mármol y el bronce
a remotas edades trasmitan
y en sonoros cantares repitan
Libertad, Libertad, Libertad.

Turismo

Lago Titicaca.
Parque Nacional Madidi, Ciudad de Copacabana y La Paz, Montaña Huayna Potosí, Península de Yampupata.
Parque Nacional Kempff Mercado.
Salar de Uyuni, Cerro Rico.
Complejo de Tiahuanaco.
Carnaval de Oruro, Santuario de la Virgen del Socavón.
El Pantanal.
Ciudad de Sucre.
Ciudad de Cochabamba.

Cultura



Las costumbres étnicas preservan su tradición, cultura e idioma, y el uso ancestral de vestimentas y estilos de vida. El Estado tiene la tarea de proteger el patrimonio tangible e intangible de las actividades culturales que se desarrollan en su territorio y que conforman el patrimonio cultural boliviano. El Gobierno promueve el reconocimiento, rescate, preservación, acceso y difusión de este patrimonio como un derecho de todos los habitantes del país.
En el arte, son numerosos los retablos barrocos del período colonial, cuyo máximo exponente fue Melchor Pérez de Holguín.
A fines del siglo XIX destaca el pintor Cecilio Guzmán de Rojas, y en el siglo XX, William Vega y Alfredo Laplaca.
La música folclórica mantiene características prehispánicas con el uso de instrumentos autóctonos. El charango es su instrumento nacional. Las danzas folclóricas muestran la variedad cultural: el carnaval de Oruro fue declarado por la Unesco como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e intangible de la Humanidad”. Una de las danzas más coloridas y populares del país es “La Diablada”, cuya representación simboliza la lucha del bien contra el mal.

Personaje


José Edmundo Paz Soldán (1967). Es uno de los autores más representativos de la generación latinoamericana de la década del 90 (llamada MacOndo). Ha obtenido el Premio Erich Guttentad (1992) y el Premio Juan Rulfo (1997), entre otras distinciones. Actualmente es docente de la Universidad de Cornell, en Nueva York. Su obra que abarca cuentos, novelas y ensayos, ha sido traducida a varios idiomas y ha aparecido en antologías en América y Europa.

El otro personaje es Evo Morales Ayma, el 65º Presidente de Bolivia, desde el 22 de enero de 2006. De gobernar de 2015 a 2020 en un tercer mandato, se convertiría en el presidente que más tiempo ha estado en el poder. En agosto de 2005, el MAS (Movimiento Al Socialismo)  aprobó por unanimidad la candidatura presidencial de su líder, Evo Morales. El primero indígena, con la promesa de "refundar" la nación más pobre de Sudamérica. Visiblemente emocionado, adelantó que con su triunfo se inicia "la lucha por los recursos naturales para cambiar nuestra historia". "Ya hemos ganado. Aimaras, quechuas, chiquitanos y guaraníes por primera vez somos presidentes", dijo. Morales hizo un llamado a los movimientos sociales y políticos de Latinoamérica para reconstruir "la patria grande" imaginada por Simón Bolívar y el Tahuantinsuyo del imperio inca.



En julio del 2015 (8-10) recibe al Papa y en el Palacio de gobierno, de Santa Cruz, Morales le regala un Cristo sobre una hoz y un martillo de madera, el regalo que sorprendió al papa, y quien, sin embargo, no lo considera como ofensa.
"Estamos acostumbrados a la 'originalidad creativa' del presidente Morales. La expresión de la cara del Papa dice lo suficiente. Quedó sorprendido, para nada sonriente, con la boca casi abierta. Con el interrogante de cómo leer ese gesto", comentó a la agencia AFP, Mons. Eugenio Coter.


Para el sacerdote Xabier Albó, quien conserva una talla de su original, el fallecido Luis Espinal no era comunista y lo que buscaba con su obra era expresar como "necesario el diálogo entre los cristianos y los marxistas".
Evo señaló que la figura fue diseñada por el sacerdote jesuita Luis Espinal, quien fue asesinado por luchar por los derechos humanos y el papa expresó: "esto no está bien".
Por su parte, Federico Lombardi negó que el papa Francisco haya tenido una reacción negativa al Crucifijo.
Morales se define como socialista y representa una corriente regional conocida como "Socialismo del siglo XXI, que también profesan los gobiernos de Venezuela y Ecuador. 
En retribución el papa obsequió a Evo una reproducción del mosaico Salus Populi Romani, una imagen de la Virgen con el niño en los brazos, que desde 1611 ocupa la Magnífica Capilla Paulina de la Basílica papal de Santa María la Mayor.
(La Cruz se quedó en la Iglesia de Cochabamba. Expresamente el papa dijo que era el mejor sitio y no en uno de los museos del Vaticano).
Además Morales le regaló al papa el "Libro del Mar" y la máxima condecoración de Bolivia, el Cóndor de los Andes y la distinción Luis Espinal, que fue creada para reconocer a quien profese una fe religiosa y se destaque por defender a los pobres, los marginados y los enfermos.
Francisco también recibió un cuadro que representa a la Virgen del Socavón, patrona de los mineros, elaborada con el grano de quínua, un alimento andino cuyas virtudes promociona Bolivia.
Morales también le regaló una fina vestimenta adornada con motivos de las culturas andinas bolivianas y una biografía suya. Además le entregó la reciente encíclica Laudato si, su primer documento pontificio sobre ecología.

LO FALSO ES FÁCIL / José ECHEGARAY



En el Mercader de Venecia, Shakespeare, ese escritor único del que pueden destacarse todas las frases que ha escrito como deslumbrantes perlas de un collar, hace decir a uno de sus protagonistas “/Oh! Qué inmenso baño de falsedades”. Sí, lo falso es tan fácil que toma siempre proporciones oceánicas. Por eso Oliver Goldsmith ya pone en guardia a la crítica cuando afirma que “la voz unida de millones no puede dar la más débil base de verdad a lo que es falso”. Lo falso, falso es, sea quien sea y cuantos sean los que lo proclamen, y si la verdad es indivisible, la falsedad lo es también / pues es máxima legal que “aquel que es falso en algo lo es irremediablemente en todo…”

   Parafraseando a Echegaray, uno de los Premios Nobel hispánicos, podríamos decir que si lo falso es fácil, lo verdadero es difícil. No en su expresión precisamente, sino en su proceso. La verdad se manifiesta con la simplicidad y sencillez del lenguaje infantil, pero para llegar a ella es necesario un gran esfuerzo mental y una rigurosa disciplina de conducta. Por eso, si Shakespeare nos hablaba de “océanos de falsedad”, Demócrito nos dice que la Naturaleza ha enterrado la verdad en el fondo de los mares. Reduciendo después aquellas proporciones apocalípticas, se ha hecho surgir la verdad de un pozo, pero siempre con esfuerzo y dificultad en su afloración. No cedamos a la fácil falsedad.

GIL COLUNJE / Luis PORTAS


   En un libro de gran pensador y escritor francés Paul Valéry, intelectualidad de las más altas de la Galia como del mundo en lo que va del siglo, recordamos haber leído una frase que dice poco más o menos: “me interesa más quien escribió el primer soneto que quien escribió el mejor soneto”. Con lo que hace el elogio, naturalmente, de la creación, que es la piedra de toque que distingue al hombre de la bestia. Y que lo asemeja al Creador mismo, que lo lleva a un plano que pasa rozando el ámbito prístino de su existencia.

   Pues bien, Gil Colunje fue, ante todo, un creador. Un creador en su bella tierra: Panamá, en cuya ciudad capital nació el uno de setiembre de mil ochocientos treinta y uno, para morir en Tabio, cerca de Bogotá, el seis de enero de mil ochocientos noventa y nueve.

   Cursó lo estudios elementales y medios en la ciudad natal, pero joven aún se encaminó a Colombia y en su capital, Bogotá, estudió Derecho y Ciencias Políticas, recibiendo el grado brillantemente, tras un despliegue de raro talento.
  
   Una vez graduado, dedicó preferentemente su vida al aspecto público, destacando como periodista, político y hombre de estado, al tiempo que figuró como servidor público en posiciones muy principales. Entre ellas debe recordarse que fue Diputado a la Primera Asamblea del Estado Federal de Panamá, en mil ochocientos cincuenta y seis; Representante al Congreso, en mil ochocientos cincuenta y nueve; Presidente del Estado, de mil ochocientos sesenta y cinco al año siguiente; Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, de mil ochocientos sesenta y ocho al setenta y dos; Ministro de Relaciones Exteriores, de este último año a mil ochocientos setenta y cuatro; Rector del Colegio Mayor del Rosario, de mil ochocientos setenta y cinco al setenta y nueve, etc. También desempeñó rol principal en la formación del Código Civil adoptado por Panamá.

   Sus creaciones, de que hablamos al comienzo, las constituyen un ingenuo esbozo de novela, titulada “La verdad triunfante”, que inicia, puede decirse, el género en Panamá; y su “Oda al 28 de Noviembre”, acaso el primer poema panameño de importancia. Además, en compañía de don Pablo Arosemena fundó en 1856 el periódico “El Centinela”.

   Juan A. Susto y Simón Eliet publicaron en 1931 un libro recogiendo su vida y sus trabajos.

Yo no tengo del vate afortunado
ni el estro, ni la voz, ni la armonía,
para cantar tus glorias, ¡patria mía!
y tu nombre y tus héroes bendecir.
Mas si no sé pulsar el arpa de oro,
ni arde en mi sien el numen soberano,
yo tengo un corazón americano,
que sólo por tu amor sabe latir.
Por esto, al recordar que destrozaste
el yugo a que un tirano unció tu frente,
tu mengua olvido en mí entusiasmo ardiente,
para romper, de gozo, mi laúd,
pero, ¡ay! a mi pesar viene a mis labios
un recuerdo que traigo en la memoria,
de esa sangrienta, criminal historia
de tu pasada, negra esclavitud.

Aún me parece que te miro esclava,
aherrojada entre grillos y cadenas,
y que un eco no encuentras a tus penas
sino del hierro en el ingrato son;
que sueñas Libertad! en tus ensueños;
que gritas ¡Libertad! en tu agonía,
y que, al nacer, la luz del claro día
disipa tu esperanza y tu ilusión!…

Oh!, se eclipsaba el horizonte hermoso
que el mundo de Colón miró en su cuna,
y ya sólo, al fulgor de opaca luna,
contemplaba horroroso el porvenir,
cuando de pronto se tomó el gigante,
irguió la frente y proclamó la guerra,
tronó la tempestad, ardió la tierra
y dio principio el fiero combatir…
Larga, tenaz, sangrienta fue la lucha
que sostuvieron con ardor los bravos
que en héroes convirtiéronse, de esclavos,
para legarnos libertad y Honor;
pero un día ayudó su obra de gloria
del mismo Dios la poderosa mano,
y en la frente sañuda del tirano
rompieron sus cadenas con furor!

¡Fue una lucha de dioses! Lucha santa,
do vindicaba un mundo sus derechos,
que ultrajados miró, rotos, deshechos
¡en el nombre de Dios y de la Cruz!…
Mas huyan de mi mente esos recuerdos
al recuerdo glorioso que hoy me inflama,
hora que un sol de libertad derrama
sobre este suelo su brillante luz.

Y tú, Bolívar. ¡Dios de la Victoria!
Tú cuyo aliento devolvió la vida
a esta Patria otro tiempo envilecida;
tú, que de un mundo fuiste Redentor,
¿por qué no vienes a animar tu sombra
y en sus pupilas a encender el fuego,
hoy que este pueblo, de entusiasmo ciego,
alza a la Patria cánticos de amor?…
iAh!, te comprendo, ¡espíritu divino!
Duerme en ti pesaroso un pensamiento;
cuando un ángel te alzaba al firmamento,
viste al borde a Colombia del no ser…
Colombia, la Colombia de tus sueños,
la que llenara al mundo con sus glorias,
ya sólo deja plácidas memorias…
¡mas nunca llegarán a perecer!…

¡No! Que si un tiempo la Discordia impía
A pueblos dividió que eran hermanos,
siempre esos pueblos fueron colombianos
y a través de los siglos lo serán.
¡Y si los vieras hoy! … ¡Si tú los vieras!…
¡Otra vez por Colombia ya se unieron,
y en su nombre querido se ofrecieron
que juntos han de ser o morirán!

Sí, ¡Padre de Colombia! Ven y mira
las naciones que hiciste con tu espada,
naciones que sacaste de la nada
como sacara Dios su Creación…
¡Ven y míralas hora!… ¡Sonreirías
de orgullo, al contemplar cuál se engrandecen!
Ven y míralas cuán gigantes crecen,
y dales otra vez tu bendición.

Que si no van en busca de laureles,
hora al campo inmortal de la victoria,
otros laureles ciegan, otra gloria,
a la sombra feliz de la alma Paz.
Ya no hay aquí señores ni tiranos
contra quienes erguir la fuerte lanza…
A la horrísona voz de la venganza
siguió un grito de unión y de solaz.

Hoy abren estos pueblos a los pueblos
el que Dios les donó, suelo fecundo,
y el Mundo de Colón y el Viejo Mundo
en breve un sólo pueblo formarán.
Tú acabarás de redención la obra,
lazo del Orbe, templo del Océano!
En tí los hombres, Istmo Americano,

juntos, a Dios adoración darán.

LOS 100 MEJORES CANTANTES DEL SIGLO


GIUESEPPE DI STEFANO
Tenor italiano, n. 1921

Quizá el tenor de ópera más buscado de los cincuenta, Di Stefano fue compañero de Callas en muchas célebres grabaciones.

   Por desgracia su carrera cayó en picado cuando empezó a aceptar papeles demasiado fuertes para él. Pero como ardiente Cavaradossi en Tosca es casi ideal. Afortunadamente hay muchas grabaciones que evidencian su estilo como héroe de ópera.

HOMBRES DE CIENCIA: SIR Henry BESSEMER


En nuestros días designamos los períodos de tiempo según las preocupaciones actuales más trascendentales de la humanidad. Estamos ahora, por ejemplo, en la Era del Espacio o Era Atómica  --según se prefiera --, y anteriormente vivimos la Era de las Exploraciones, la Era de la Velocidad, y así sucesivamente.

   De aquello que a uno le interese más depende de que se le dé éste o aquel nombre a un espacio de tiempo. Los antropólogos dan nombre a los períodos de tiempo de acuerdo con los progresos que con instrumentos fue haciendo el hombre primitivo. Así tenemos la Edad de Piedra, la Edad de Bronce, la Edad de Hierro.

   El desarrollo de implementos de hierro fue un paso  muy importante en la historia del hombre y aún queda por ver si las exploraciones del espacio serán o no paso más importante aún. Una de las etapas más trascendentales en la Edad de Hierro fue el desarrollo del acero y es en este paso adelante indiscutible que es notorio el nombre de Henry Bessemer.

   Bessemer (1813-1898), inventor inglés nació en Hertfordshire. Aunque en el curso de su vida inventó muchas cosas, la fama de su nombre se debe a un proceso para la fabricación de acero. En los Estados Unidos hay dos ciudades que llevan su nombre, Bessemer, Alabama, y Bessemer, Michigan.

   En 1856 Bessemer pronunció un discurso ante industriales e ingenieros británicos en el curso del cual describió un método para hacer acero mucho más económico de lo que hasta entonces había sido posible. El hierro colado dista mucho de ser puro. Contiene, además de hierro, elementos como carbono, silicio, manganeso, azufre, fósforo y otros. Convertir el hierro en acero consiste principalmente en desechar los elementos indeseables. No se desean porque hacen el hierro quebradizo y difícil de darle forma.

   La idea de Bessemer consistía en elevar la temperatura del metal a tal extremo que los elementos indeseables se eliminaran por oxidación, o quemados, y se convertirían en escoria o desperdicio. El proceso consistía, básicamente, en inyectar oxígeno (aire) dentro del hierro líquido en llamas, calentándolo así a tal grado que los elementos ajenos eran convertidos en desperdicios que se podían retirar de las capas superiores del metal derretido. (En las industrias modernas se están “excavando” las pilas de escorias de los últimos 100 años para recuperar los elementos “indeseables” así eliminados).

   Habiéndolos visto numerosas veces en el cine, hoy estamos familiarizados con los enormes hornos Bessemer de donde sale el acero líquido hacia los distintos departamentos de las fundiciones de acero. El sistema llamado de “horno al descubierto” ha reemplazado en parte este proceso, especialmente en los Estados Unidos, pero fue Henry Bessemer quien abrió las puertas para que pasáramos de la Edad de Hierro a la Edad de Acero.

HACER DE Fernando DE SZYSZLO / Javier SOLOGUREN

Díptico de la serie Mar de Lurín, 1990

F. De Szyszlo, pintor, escultor, literato...
Mi intento no es la adopción de una perspectiva crítica
   frente a una obra desplegada en múltiples facetas
  (pintura, dibujo   grabado    escultura).
Szyszlo, su obra, me llevan por otros caminos
   los de la visión que se mueve en el trasfondo
   del tiempo y del espacio suscitando
   un murmullo de señas y voces, aprehensiones
   erráticas tal vez, débiles hitos que orillan
   la majestad de una obra creadora o más sencillamente
   de un hacer.

Hacer que canten los colores  con ardoroso y delicado asalto,

hacer que brote un iris de recientes resplandores, matices
   surgidos de la noche lujosa, donde
   un muro negro, un negro torbellino,
   afirman la existencia de una
   vigilia inacabable.

Hacer que crucen pájaros salvajes,
   de crestas intensas como fuego o piedra ardiente,
   por las dimensiones ocultas del espacio.

Hacer que caigan gruesas gotas seminales,
   lluvia de semillas prontas a estallar
   en el vientre de la noche.

Hacer que cosas rastreadas, viejos ritos, figuraciones
   en las que el polvo del pasado  ya es inseparable costra,
   acudan hasta el umbral del cuadro,
   llamen con silenciosa lengua
   a los ojos,
   en las contiendas de la vida y del siglo,
   distraídos.

Hacer que vuelvan de su confín oscuro
   en sus rosas como orejas infantiles;
   en sus absortas lilas, campanillas del alba;
   en sus ocres encarnados, rostros de la tierra;
   en sus azules, nuncios de otros mundos,             
      vestíbulos de un amanecer remoto;
   en sus rojos claros y sanguíneos;
   en sus soles de rompientes amarillas;
   en sus alados grises donde el color despierta;
   en la asombrada zozobra que palpita entre tinieblas.

Hacer, por otra parte, que a esta luz concertada
   se levanten
   los vestigios de sueños de vuelos de imperios,
   que oigamos diálogos rutilantes
      entre la vida y la  muerte,
   aconteceres bajo el sol venerado,
   choques cruentos y golpes de exterminio
   bajo el sol vulnerado.

Hacer que el río cuya fuente  ignoramos
   fluya como plumas de oro
   o como un tigre solitario al acecho de su presa,
   salte sobre las hondas vetas del pasado,
   fluya por su transcurso,
   asalte una vez más nuestra memoria.